Capítulo 2
—Sí, cabeza de
polla. Su nombre es Mick Red. Ya sabes, Mick Red... Head Dick... más o menos lo
mismo. Además, tenía que llamarlo de alguna manera. —Jaejoong acarició las
manos sobre el pecho ancho en frente de él y miró al hombre alto —. Entonces,
¿cómo quieres que te llame? ‘Delicioso’ viene inmediatamente a mi mente.
Jaejoong observó
con diversión la expresión de asombro en el hombre frente a él. Apostaría el
caniche púrpura de su madre que nadie había hablado nunca con el poderoso
hombre de esa manera. Y sí, el maldito caniche era púrpura. Su madre tenía un
kit de tinte y un extraño sentido del humor.
Sabía que el
hombre que estaba frente a él era fuerte, poderoso y dominante. Podía sentirlo
en el hormigueo de su piel y verlo en cada músculo tenso y cada brazo grueso.
Jaejoong se preguntó cuán poderoso sería el gran hombre.
Esperaba que el
hombre sexy fuera material de primera. Amaba a los tipos fuertes y posesivos.
Aunque ellos eran de mantenimiento muy alto, también eran muy dominantes. A
Jaejoong le gustaba sentir que pertenecía a alguien, y había pasado mucho
tiempo desde que se había sentido de esa manera.
—Delicioso suena
muy bien, pero ¿podrías retractarte de lo que sale de esa boca bonita que
tienes? —Yunho preguntó. Sus brazos se envolvieron alrededor de la cintura de
Jaejoong y tiró de él apretándolo contra su cuerpo.
Oh sí, el gran
hombre quería jugar. jaejoong se inclinó hacia él y le permitió hacerse cargo
de su cuerpo. Podía sentir el calor de la excitación que fluía de él. Eso lo
calentó como nunca nada lo había hecho.
—Nunca diría algo
de lo que no pudiera retractarme, sexy —Jaejoong ronroneó. Puso su mano sobre
el pecho ancho del hombre, gimiendo suavemente ante los duros músculos que
sentía a través de la camisa de algodón negro que llevaba.
—Yunho.
—¿Eh? —Jaejoong
dijo mientras miraba para arriba a los más profundos ojos azules con los que se
hubiera encontrado. Eran azules cielo , un color auténticamente fascinante.
Jaejoong podría ahogarse en sus profundidades brillantes.
—Mi nombre es
Yunho —dijo el hombre—. Jung Yunho.
Jaejoong se echó a
reír. —Prefiero sexy.
Jaejoong escuchó
un pequeño gruñido provenir de Yunho cuando se inclinó y aspiró el perfume de
su cuello. Yunho sopló su aliento contra el cuello y luego frotó la cabeza
contra él. Jaejoong se rio y bajó la cabeza. —Eso hace cosquillas.
—¿En serio?
¿Tienes cosquillas en algún otro sitio?
Jaejoong echó la
cabeza hacia atrás y envió a Yunho su mirada más sexy llena de lujuria. —No
quiero arruinar la sorpresa. —Jaejoong se rio de nuevo cuando los ojos azules
de Yunho se oscurecieron y gruñó bajo en su garganta—. Así que, dime —Jaejoong
arrastró las palabras—, ¿qué hace un hombre grande, malo, y sexy como tú en una
fiesta como esta?
—Cazando. —Yunho
sonrió—. ¿Qué más podría ser?
Jaejoong se echó a
reír. —Creo que encontraste exactamente lo que estabas buscando cazar.
Observó,
fascinado, cómo una ceja oscura en la cara de Yunho se alzó. —¿Estás seguro de
eso?
—Positivo.
—Podría ser sólo
un simple subidón de adrenalina —replicó Yunho, sonriendo ampliamente—. Por la
situación peligrosa que acabas de pasar.
—¿Las feromonas y
todo eso? —Jaejoong preguntó—. En ese caso, no te importará si me voy a casa
con otra persona, ¿no?
Se apartó del
hombre alto y comenzó a alejarse. Cuando las manos se estiraron hacia él y lo
levantaron del suelo, Jaejoong dejó escapar una carcajada. Se recostó
suavemente sobre el hombro de Yunho, mientras una mano se envolvía alrededor de
su cintura y la otra se aferraba a su culo.
—De ahora en
adelante no te irás a casa con nadie excepto conmigo —gruñó Yunho mientras lo
llevaba a través de la multitud hacia el borde de uno de los edificios.
Jaejoong casi se corrió en sus pantalones cuando sintió las grandes manos de
Yunho acariciar su culo a través de sus pantalones vaqueros.
No podía esperar
para deshacerse de sus vaqueros y sentir esas manos sobre su piel desnuda.
Demonios, no podía esperar para sentir a todo Yunho contra su piel desnuda. Tan
grande como era el hombre, Jaejoong no tenía ninguna duda de que podía cubrir
su cuerpo más pequeño de la cabeza a los pies, y aún más.
Jaejoong chilló de
sorpresa cuando fue bajado al suelo de repente. Apenas tuvo tiempo para
mantener el equilibrio sobre sus pies antes de que las manos tiraran de su
ropa. En cuestión de segundos, Jaejoong se encontró de pie ante Yunho, desnudo
como el día en que nació.
El ruido sordo y
áspero que emanó de Yunho le dijo a Jaejoong que al hombre le gustaba lo que
veía. Eso vibró a través del cuerpo de Jaejoong, energizándolo, excitándolo.
Miró a los ojos de Yunho, y su aliento quedó atrapado en su garganta.
Los ojos azulinos
de Yunho ahora se veían bien celestiales. Sus labios se curvaron, mostrando sus
dientes blancos y perfectos. Pero fue el gruñido salvaje en el rostro de Yunho
mientras miraba hacia abajo a su cuerpo desnudo lo que realmente apagó a
Jaejoong.
Jaejoong extendió
los brazos a los costados. —Si planeas poner esa mirada fijamente sobre mí,
esta relación va a tener más trabajo de lo que pensaba.
En el momento en
que las palabras salieron de la boca de Jaejoong, quiso poder retirarlas. Los
ojos de Yunho brillaron mientras una sonrisa lenta y perversa cruzó sus labios.
Un presentimiento intuitivo le dijo a Jaejoong que acababa de convertirse en la
presa de un cazador.
Actuando puramente
por instinto, Jaejoong dio la vuelta y echó a correr. No dio ni dos pasos antes
de que dos grandes brazos lo rodearan por detrás y tiraran de él hacia atrás
contra el cuerpo duro de Yunho. Jaejoong sintió un estremecimiento disparar a
través de su cuerpo cuando unos largos dientes rasparon a lo largo de la parte
posterior de su cuello.
—Yunho —se quejó
Jaejoong—, eso es tan jodidamente caliente.
Sus manos se
movieron detrás de su cabeza para envolverlas alrededor del cuello de Yunho.
Inclinó la cabeza hacia un lado, dando a Yunho acceso sin obstáculos al lado de
su garganta. Era un gesto de sumisión, Jaejoong lo sabía, pero no podía hacer
nada para detenerse. Algo en él le pedía que se sometiera. No podía negar la
fuerte demanda de su cuerpo más de lo que no podría haber dejado de respirar.
Los largos dedos
rodearon la dura polla de Jaejoong, acariciándolo con furia mientras los
afilados dientes raspaban en la suave carne entre el cuello y el hombro. Shock
sacudió a través de él al darse cuenta de que Yunho lo había mordido, pero todavía
gritaba cuando la combinación de placer y dolor lo abrumó.
Un grueso muslo se
situó entre sus piernas y lo apretó con fuerza contra él por detrás. Pequeños
sonidos de lamento escaparon de sus labios. Cada roce de las manos y el cuerpo
de Yunho contra el suyo era como una llama ardiente. Jaejoong quería ser
consumido. Quería ser quemado por ese hombre.
Sus manos se
apretaron en el pelo castaño de Yunho, tirando de los largos cabellos ante la
desesperación. Podía sentir a Yunho chupando su cuello, marcándolo,
reclamándolo, pero necesitaba más. Necesitaba... necesitaba...
Jaejoong le
suplicó a Yunho. —¡Jódeme!
Los dientes en su
cuello se retiraron y Jaejoong fue empujado hacia abajo en el suelo,
aterrizando sobre sus manos y rodillas. Antes de que pudiera protestar por el
trato áspero, Yunho empujó los dedos en su apretado agujero.
—Aaahhh, joder
¡sí! —Jaejoong gritó.
Yunho comenzó a
estirarlo, y agregó otro dedo, luego otro. Una parte de Jaejoong se preguntó
dónde el hombre tenía el lubricante, pero fue superado por el ardor para
ocuparse de verdad del asunto. Estaba más que agradecido, porque se sentía
bastante seguro de que Yunho estaba a punto de follarlo en el suelo.
Jaejoong
sintió que Yunho sacaba sus dedos e introducía en él la pulsante y enorme polla.
Podía oír la respiración pesada de Yunho mientras empujaba dentro de su
estrecho canal. El material bruto de los pantalones vaqueros de Yunho rozaron
la parte posterior de sus muslos. Podía oler la excitación de Yunho impregnando
el aire alrededor de ellos.
Jaejoong gimió, su
cabeza cayendo hacia adelante. Cuando el hombre se metió en él pudo sentir la
pequeña barra del pirsin justo debajo de la cabeza de la polla de Yunho.
Parecía saber exactamente dónde estaba el punto dulce de Jaejoong cada vez que
lo penetraba.
Tener sexo no era
algo nuevo para Jaejoong, pero a pesar de lo que Mick había dicho, él no jodía
con todos con los que estaba. Sin embargo, había algo claramente diferente en
ser follado por Yunho. Se sentía como si estuviera siendo reclamado y no sólo
jodido, como si de alguna manera Yunho estuviera colocando un sello de
propiedad sobre él.
Todo parecía
diferente, más intenso. Mientras Yunho golpeaba en él, Jaejoong sentía cada
movimiento del cuerpo del hombre y cada aliento que salía de su boca. Jaejoong
podía sentir edificarse su orgasmo en lo más profundo de su cuerpo y sabía que
iba a ser espectacular. Yunho lo iba a consumir.
Cuando Yunho
mordió su hombro de nuevo, Jaejoong supo que todo había terminado para él. Sus
dedos se cerraron en el suelo frío bajo sus pies mientras pulsos de placer
explotaron a lo largo de todo su cuerpo.
—¡Yunho! —Jaejoong
gritó cuando su polla entró en erupción, lanzando cuerdas de semilla
blanca-nacarada en el suelo debajo de él. La intensidad de su orgasmo lo
sorprendió. A medida que sus brazos y sus piernas empezaron a temblar, se
preguntó si sería capaz de mantener su cuerpo hacia arriba.
El problema se
resolvió para él cuando dos grandes brazos se envolvieron alrededor de su
cintura. La mente de Jaejoong comenzó a derretirse cuando fue levantado en el
aire y empalado en la polla de Yunho por una última enorme embestida.
Jaejoong escuchó
un fuerte estruendo del hombre detrás de él. Un momento después, la caliente
liberación de Yunho llenó su culo. Jaejoong lanzó un grito y otro orgasmo, más
pequeño, atravesó su cuerpo. Dejó que su cabeza cayera hacia atrás contra el
hombro de Yunho. Sus manos cayeron inertes a sus costados. Lo único que evitaba
que cayera al suelo eran los dos grandes brazos envueltos alrededor de él, las
rodillas dobladas entre sus piernas y la polla palpitante en su culo.
Jaejoong exclamó
en voz baja cuando la mano de Yunho se envolvió alrededor de su polla y lo
acarició de nuevo. No creía tener otra onza de semilla en su cuerpo. Sabía que
no quedaba otro orgasmo en él. Los dos últimos casi lo habían desvanecido.
—Demasiado
—Jaejoong gimió mientras Yunho lo acariciaba. Estaba tan sensible que casi
podía sentir cada contorno y pliegue de la mano de Yunho. Increíblemente,
Jaejoong se sintió endurecer de nuevo. Su mente, lo que quedaba de ella, se
tambaleó. Estaba totalmente a merced de Yunho. Sólo los fuertes brazos del
hombre lo mantenían suspendido sobre la tierra para que no cayera.
—Una vez más
—gruñó Yunho en su oído.
Jaejoong negó con
la cabeza rápidamente. No podía hacerlo de nuevo. No creía que fuera a
sobrevivir. Pero Yunhho no le daba otra opción. Yunho se retiró de él y le dio
la vuelta, dejándolo de espaldas en el suelo. Levantó sus piernas y empujó de
nuevo en él.
Jaejoong alzó los
ojos hacia Yunho. Se sorprendió al ver un brillo en los ojos azules del hombre.
Los dientes de Yunho se desnudaron, el aliento que salía de su pecho era más un
estruendo profundo que cualquier otra cosa.
Levantando la
cabeza, Jaejoong lamió el cuello de Yunho, mordisqueando la piel suave. Yunho
era tan dulce, tan fuerte y picante. Podía saborear la fuerza en él, el poder.
Gritó y llenó la mano de Yunho con su semilla.
Jaejoong podía
sentir las fibras de su ser absorber todo lo que el hombre era mientras Yunho
empujaba hacia él. No lo entendía, pero lo aceptaba. Jaejoong no sabía por qué
no lo había visto antes. Yunho era todo lo que era un macho alfa, y Jaejoong lo
quería todo, hasta la última gota dominante.
Separó sus labios
del cuello de Yunho y echó la cabeza hacia atrás para mirar a sus ojos azules.
No estuvo sorprendido por el brillo posesivo en ellos. Jaejoong lo esperaba. Él
lo quería.
Lo que sí le
sorprendió fue la tierna mirada en su cara. Si Jaejoong no lo supiera mejor,
pensaría que Yunho había estado tan afectado por su acto de hacer el amor como
él lo estaba. Jaejoong quería creerlo. Tenía que creerlo. Necesitaba saber que
pertenecía al hombre.
Yunho miró a su
compañero vestirse mientras se colocaba sus propios pantalones vaqueros y los abotonaba.
No había ninguna duda al respecto, Jaejoong era uno de los hombres más hermosos
que había visto nunca. Todo en él, desde la parte superior de su magnífico pelo
negro en su cabeza hasta los pequeños y delicados pies, gritaba que era la
pareja perfecta.
Pero por mucho que
deseara a Jaejoong, quería un compañero que fuera un poco menos perfecto. No
tenía la menor duda de que se dirigía hacia problemas con su nueva pareja.
Jaejoong era todo lo que Yunho no quería en una.
Era hermoso, sexy,
y casi malditamente perfecto para mirar. Yunho sabía que eso significaba mucho
mantenimiento. Nunca había conocido a un hombre así que no quisiera ser el
centro de atención de todos. Si no podían conseguir la atención, la creaban.
Podía ver lo que
sería su futuro. En lugar de ayudar a su Alfa a liderar el clan como Beta,
debería pasar su tiempo persiguiendo a su compañero y asegurándose de que se
mantuviera fuera de problemas.
Mientras Jaejoong
se abotonaba la camisa, Yunho hizo una mueca. Por mucho que deseara a su compañero
y todo lo que acompañaba el encontrarle, sabía que tendría que establecer las
reglas de su relación tan pronto como fuera posible. Tenía cosas mejores que
hacer que perseguirlo.
—Jaejoong —dijo
Yunho—. Tenemos que hablar.
—¿Oh?
Yunho se sorprendió
al ver la sonrisa que había estado trabajando a través de los labios de
Jaejoong. Su compañero respiró hondo y soltó el aire lentamente. Yunho tenía
curiosidad acerca de la misteriosa sonrisa de su rostro y se prometió que iba a
preguntarle sobre ello más tarde.
En este momento,
tenía que señalar las reglas a su nueva pareja. Jaejoong tenía que entender que
él era el jefe de su relación. Si iba a ser maldecido con un compañero
magnífico, Yunho sabía que por lo menos debía tener control sobre él. Era mejor
que Jaejoong lo entendiera lo más rápidamente posible.
—¿Y bien?
—jaejoong preguntó mientras lo miraba.
Yunho se sentía
como si se retorciera bajo la mirada directa de Jaejoong. El hombre parecía
estar totalmente centrado en él, algo que Yunho no sentía de muchas personas, a
menos que quisieran algo. Se preguntó qué querría Jaejoong.
—¿Qué pasa con las
orejas?
Jaejoong se acercó
y las tocó. —¿No te gustan?
—Uh, creo que
nunca había pensado en eso. —Yunho se encogió de hombros, sin saber cómo responderle
a su compañero teniendo en cuenta la ansiedad que estaba empezando a notar en
su rostro—. Se ven muy lindas.
Jaejoong sonrió.
—Tengo varios pares de diferentes colores, pero el negro es mi favorito.
Combina mejor con mi cabello, ¿no crees?
—Por supuesto.
—Yunho no podía apartar los ojos de las orejas. Eran negras, peludas, y
totalmente falsas. Le encantaría mostrar a Jaejoong cómo eran las orejas
reales.
—También tengo
colas, pero la gente sigue robándomelas.
Yunho parpadeó.
—¿La gente roba tus colas?
Jaejoong asintió.
—Sólo en esta semana me han robado tres. Es muy desagradable. ¿Sabes lo difícil
que es encontrar colas de calidad? No es que esas cosas crezcan en los árboles.
—¿No puedes
simplemente —Yunho hizo un gesto con la mano en el aire— ir a una tienda y
comprarlas?
—Oh no, las colas
que uso son de una calidad mucho mejor que las compradas en tiendas pequeñas.
Ordeno las mías en línea para que coincidan con mis orejas. Quiero decir, en
serio, si quieres usar orejas y una cola, tienen que ser de la mejor calidad.
—Bueno, eso tiene
sentido. —Pero no para Yunho. Miró a Jaejoong y se preguntó si el hombre estaba
un poco fuera de sus cabales. Ni siquiera tenía un nombre normal. ¿Quién se
llamaba Jaejoong a sí mismo?—. ¿jaejoong es tu nombre real?
—Kim Jaejoong
—respondió el hombre—, llamado así por mi madre, Kim Luna.
Yunho se quedó
boquiabierto. —¿El nombre de tu madre es Kim Luna?
Jaejoong frunció
el ceño por primera vez desde que había conocido al hombre, arrugando la
frente. —¿Qué? ¿Tienes algún problema con eso?
Yunho levantó las
manos rápidamente y negó con la cabeza. Al parecer, su mamá no era un
tema de discusión. —Nada en absoluto —respondió—. Sólo me preguntaba si era en
serio. Tienes que admitir que Jaejoong y Kim Luna son nombres poco comunes.
—¿Y Jung Yunho no
lo es?
—En mi familia no.
Jaejoong sonrió y
saltó a presionar su cuerpo contra el de Yunho. —Háblame de tu familia.
Jaejoong sonaba
como si estuviera realmente interesado, lo que sorprendió a Yunho. No mucha
gente quería llegar a conocerlo realmente. En lugar de responder a la pregunta
de Jaejoong, presionó su mano contra el pecho del hombre, justo sobre su
corazón.
—¿Es por eso que
tienes un tatuaje de la luna sobre tu corazón?
jaejoong asintió.
—Mamá me habría matado si tuviera la palabra mamá tatuada en el pecho.
Una luna parecía más apropiado. —Los dedos de Jaejoong se movieron hasta el
pecho de Yunho, en su hombro derecho y abajo de su brazo. —Tu tatuaje es
bastante impresionante.
Yunho sonrió. Era
más que impresionante, y él lo sabía. Era enorme. También simbolizaba la vida,
un escorpión negro trepando por encima del hombro y por el pecho. La cola del
escorpión se enroscaba por el brazo de Yunho con el aguijón terminando en el
pliegue del codo. Un rastro de gotas de sangre goteaba desde allí.
—Vamos a ver
—reflexionó Jaejoong cuando sus dedos trazaron el escorpión—, ¿un escorpión
negro mortal? Creo que expresa lo letal que puedes ser, pero también lo
resistente y adaptable. Eso demuestra el poder, la fuerza y la inteligencia.
Sin embargo las gotas de sangre me confunden. ¿Representan a todas las personas
que has perdido?
—Se podría decir
eso —respondió Yunho—. Representan a todas las personas con las que he luchado
en mi vida. —Observó cuidadosamente el rostro de Jaejoong buscando su reacción.
—Lo lamento
—susurró jaejoong.
—¿Por qué lo
lamentas? —Yunho preguntó, confundido no sólo por la pregunta, sino por la
tristeza que veía en el rostro del hombre. Parecía una extraña reacción en él.
La vida era lo que era. Yunho aprendió a una edad temprana a luchar por lo que
quería y seguir luchando para mantenerlo.
—No me suena como
si hubieras tenido una vida muy feliz.
Yunho estaba a
punto de responder y explicarle la realidad de su vida cuando otra sonrisita
misteriosa se extendió por todo el rostro del hombre. Hizo que Yunho se pusiera
muy nervioso. Lo mismo hizo la mano de Jaejoong que acariciaba su mejilla.
—Supongo que
tendré que hacer mi misión conseguir que tu vida sea feliz y llena de alegría.
No te preocupes, Yunho, yo cuidaré bien de ti.
Yunho estaba
jodido, y él lo sabía. Había imaginado que Jaejoong era un problema, y el
hombre sólo lo admitía. Tal vez no con tantas palabras, pero la verdad era
evidente para cualquiera que lo viera. Jaejoong iba a hacer de su vida un
infierno.
Yunho vio sólo una
opción abierta para él. Tendría que mantenerlo bajo llave en todo momento para
asegurarse que no causara ningún problema. Eso iba a ser más difícil de lo que
parecía, pero entre él y su círculo íntimo, sabía que podría hacerlo. Después
de todo, ¿qué cantidad de problemas podría causar un pequeño hombre?
—¿Por qué no nos
dirigimos a mi casa, y podremos hablar de ello? —Yunho preguntó.
Cuanto más rápido
pusiera a Jaejoong fuera del ojo público, mejor. Ya podía sentir las miradas
clavadas en su espalda. La gente iba a empezar a hacer preguntas muy pronto,
preguntas que en esos momentos no quería responder.
—¿Tienes una
bañera? Porque me encanta la hora del baño —dijo Jaejoong—. Todas esas burbujas
y la piel desnuda —Jaejoong se estremeció—. Yunnie.
«¡Ah, diablos!»
Jaejoong iba a ser su muerte. Probablemente querría caviar y champán mientras
estuviera sumergido en la bañera. Jaejoong tendría que aprender que él
trabajaba para ganarse la vida. No vivía una vida de lujo, y a partir de esa
noche, jaejoong tampoco.
La mente de Yunho
daba vueltas mientras escoltaba a Jaejoong a través de la multitud. Persona
tras persona miraba hacia ellos con curiosidad mientras se movían entre la
multitud de personas. Yunho sólo miró hacia otro lado.
—Uh, ¿Yunho?
—Jaejoong le preguntó vacilante.
—¿Sí, bebé? —Yunho
le preguntó mientras apretaba su mano en la espalda de Jaejoong para mantenerlo
en movimiento.
—¿Por qué me mira
la gente?
Yunho miró hacia
atrás por encima del hombro. Jaejoong estaba en lo cierto. La gente estaba
mirando. Se encogió de hombros y se volvió hacia Jaejoong. —Estoy saliendo de
aquí con el hombre más hermoso del lugar —dijo—. ¿Por qué otra cosa podría ser?
Jaejoong le
sonrió, con el rostro sonrojado. —¿En serio?
—Como si no lo
supieras. —Yunho sonrió. ¿Cómo podría Jaejoong no saber cómo de precioso se
veía? Yunho se sorprendió de que los hombres y también las mujeres, no se
arrojaran a sus pies.
—¿Podemos pasar
por mi habitación y tomar un par de cosas? —Jaejoong preguntó mientras envolvía
su brazo alrededor de la cintura de Yunho.
—¿Tu habitación?
—Yunho preguntó.
—Sí, algunos
amigos y yo vinimos de vacaciones de primavera. Estamos compartiendo una
habitación en el edificio de invitados —dijo Jaejoong—. Sólo tengo que recoger
algunas cosas, si te parece bien.
Yunho asintió con
la cabeza y caminó en la dirección que le indicó Jaejoong. —¿Qué edificio?
—Tenían varios edificios de invitados, todos con el propósito de darles
hospedaje a los visitantes que acudían a quedarse en el gran complejo del clan.
—Justo por allá
—dijo Jaejoong mientras señalaba a uno de los edificios.
—Conozco el lugar.
—Era uno de los muchos edificios del enorme complejo.
Yunho se volvió
hacia la carretera principal que conducía al edificio de invitados,
preguntándose en qué demonios se estaba metiendo. Supuso que lo averiguaría.
No era como si pudiera
dejar a Jaejoong ahora que se había acoplado con él.
Jaejoong le
pertenecía, pura y simplemente, y Yunho sabía que tenía que lidiar con eso. Eso
no quería decir que no estableciera las reglas para Jaejoong, porque lo haría.
Él tenía demasiadas responsabilidades y no tenía tiempo para perseguir a su
compañero un poco alocado, no importaba qué tan sexy fuera el hombrecito.
Yunho se tambaleó
cuando sintió la mano de Jaejoong en su culo. Rápidamente enderezó sus pasos.
Abrió la boca para gritar a su compañero por ser cariñoso en público, pero los
sonidos de la risa de Jaejoong llenaron su oído.
Se sintió
sorprendido de lo bien que esa risa expresiva lo hacía sentir. Su corazón de
repente se sintió más ligero, más lleno de optimismo y esperanza para el futuro
de lo que se había sentido ese día, quizás incluso desde hace meses.
Como no era
posible dar rienda suelta a ese sentimiento o caer en la alegría obvia de
Jaejoong, Yunho simplemente agarró la mano del joven y la movió a la seguridad
del centro de su espalda baja. Volvió la cabeza ligeramente para que Jaejoong
escuchara sus palabras al hablar.
—Cuidado, Jaejoong
—dijo en voz alta.
—Aguafiestas —dijo
Jaejoong, pero el resto de la caminata mantuvo las manos donde estaban.
Yunho estuvo casi
decepcionado.
—¿Qué habitación
es la tuya? —Yunho le preguntó cuando se detuvieron frente al edificio que
Jaejoong había indicado.
—El segundo piso,
la tercera puerta al final de la escalera —dijo Jaejoong, y señaló—. Ahí mismo.
Yunho se acercó a
la escalera que Jaejoong señaló. Arqueaba una ceja mientras observaba a
Jaejoong mirar por las escaleras y luego a él, mordiéndose el labio inferior.
El cuerpo de Jaejoong rebotó donde estaba. El hombre parecía un gatito
excitado. Si tuviera una cola auténtica, la habría meneado a mil por hora.
—¿Quieres venir a
mi habitación y ver mis aguafuentes?
Yunho se rio entre
dientes. Si Jaejoong había estado tratando de ocultar su intención, había sido
totalmente transparente. Así las cosas, a Yunho le fue imposible negarse al
hombre. —Aguafuentes, ¿eh?
Yunho se rio
cuando Jaejoong lo tomó de la mano y lo arrastró hacia la escalera. El
entusiasmo de Jaejoong era contagioso. Una vez más, Yunho se maravilló de lo
alegre que se sentía. No sabía si se trataba de la personalidad animada de
Jaejoong o el hecho de que por fin había encontrado a su compañero, pero
descubrió que le gustaba la sensación.
—¿De qué clase de
aguafuentes estamos hablando aquí? —Yunho preguntó mientras subía las escaleras
y caminaba hasta la puerta de Jaejoong—. No estarás tratando de que lleguemos a
tu habitación para que puedas aprovecharte de mí, ¿verdad?
La polla de Yunho
pasó de semiblanda a dura como roca en una fracción de segundo cuando Jaejoong
se detuvo en el acto de abrir la puerta de su habitación y lo miró por encima
del hombro. La sonrisa sensual de Jaejoong sólo se agregó al nivel de
excitación de Yunho.
Las cejas de
Jaejoong se movieron. —Soy el hombre sobre el que tu madre te advirtió.
Aguafiestas : es una invitación de connotación sexual .
Notita :
muchas Gracias chicas por comentar el capitulo anterior
en serio me animo mucho , sin embargo lo que prometi sobre acerca de actualizar rapido , lo siento , tratare de actualizar mas seguido , para que no se olviden de esta increible historia :) - hasta la proxima actualizacion , :)
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO !! ♥
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO !! ♥