jueves, 25 de octubre de 2012

Capitulo 10


Cap 10

Pasó con su madre toda la mañana, la cual se extrañó que primero la “echara de su piso y la llamara una hora después para quedar con ella en la tienda de instrumentos musicales.

-¿Qué has hecho con la chica? ¿También las has echado?-preguntó Won  sin querer contenerse.

Solo recibió un bufido de su hijo como respuesta. Suspiró resignada y entraron a ver el piano de cola que ella y su marido se habían empeñado en regalarle a su hijo por su cumpleaños, que había sido unas semanas antes.

-¿Qué te parece este?-preguntó Sook señalando un piano de cola de la casa de Bösendorfer.

Yunho lo miró arrugando la frente. Era enorme, tenía sitio en el piso, pero le comería medio salón.

-¿Y qué tal uno de pared?-preguntó señalando uno que había a su derecha.

Su madre lo vio y en seguida se puso a negar con la cabeza.

- Yunho cariño, es…muy moderno, el que te he dicho va mejor con la decoración de tu piso-insistió   Sook, más bien ordenando.

A  Yunho no le quedó más remedio que ceder resignado. Cuando a su madre se le metía algo en la cabeza….además, ella sabría mejor lo que le iba al piso, fue ella misma la que lo decoró…

Se sentía mal, era muy caro pero Jung Won Sook  le pagaba cualquier capricho a su único hijo. Quedaron con el dependiente que se lo llevarían esa misma tarde, gracias a la generosa propina de su madre, lo que significaba que no podrían salir del piso a dar una vuelta y que a Jaejoong le diera un poco el aire.

Pensar en él le hizo meter prisa a su madre y se despidió de ella en la salida de la tienda.

-¿Tanta prisa tienes?-preguntó Won sintiéndose ofendida-Pensaba que podíamos comer juntos.

-Es que…tengo a un amigo enfermo-contó Yunho la verdad a medias-Prometí pasar con él la tarde.

-Que no te lo contagie-dijo Won sook suspirando.

Yunho resopló y se despidió de su madre con un beso en la mejilla, deseando meterla en un taxi cuanto antes, pero parecía que no tenía prisa su madre…

-El otro día me hablaron de la cena a la que fuiste-dijo la señora Jung de repente.

Yunho  se quedó helado, debían haber sido esos amigos de sus padres a los que no tuvo más remedio que saludarlos. Tragó con esfuerzo y esperó a que siguiera hablando su madre.

-Fue un tal Kim Hyun joong, es cliente tuyo y de tu padre-siguió diciendo Sook.

-¿Qué…que te dijo?-preguntó Yunho sintiendo que le faltaba el aire.

-Oh, que te lo habías pasado muy bien-contestó como si nada.

“Cabronazo”-pensó el castaño enojado.

Seguro que había ido a tantear el terreno, ver si sus padres estaban al tanto de sus actividades. Y si no lo estaban, él le pondría al corriente con pelos y señales.

Tenía que hacer algo ya, no lo podía retrasar. Sus padres se debían enterar por él de su homosexualidad….si, ya no era su bisexualidad porque estaba claro que estaba enamorado del chico más guapo y tierno que pudiera existir en el mundo entero. Jaejoong lo era todo para él, y esperaba que al finalizar la semana se quisiera quedar otra temporada….

-Mamá, ¿por qué no aplazamos esa comida hasta mañana?-preguntó sonriendo con esfuerzo-Tú, yo y papá.

-Me parece muy bien, nos vemos donde siempre a la 1-contestó Won algo más contenta.

Yunho suspiró aliviado y tras parar un taxi, se despidió de nuevo de su madre. Vio como se perdía en la lejanía y llamó otro para él. Por el camino, paró en una tienda de delicatessen y compró algo para comer. No le habían dicho hora fija en la que le llevarían el piano y a lo mejor a Jaejoong no le apetecía salir de casa ese día.

Entró de nuevo en el taxi y media hora después entraba por la puerta del dormitorio con una bandeja en las manos. La dejó sobre la mesilla y levantó la persiana suavemente. La habitación se llenó al momento de luz, haciendo que Jaejoong gruñera y escondiera bajo las almohadas la cabeza.

Estaba tumbado boca abajo y tenía la sábana medio resbalada. Se puso duro al momento, pero recordando el mal momento vivido en la bañera, respiró hondo y esperó a que se le pasase….mirando en otra dirección.

-¿Ya es de día?-preguntó Jaejoong entre bostezos.

Sonrió con esfuerzo y se sentó en el borde de la cama, atreviéndose a pasarle una mano por la espalda al tiempo que le tapaba mejor con la sábana.

-Te he traído la comida a la cama-explicó Yunho con una sonrisa.

El pelinegro iba a negarse cuando su estómago habló por él. Resopló resignado y se dio la vuelta en la cama, quedándose recostado en las almohadas y dejando que Yunho le pusiera la bandeja sobre las rodillas.

Se quedó mirando los platos que habían en ella, nunca antes los había visto o probado.

-¿Qué es eso?-preguntó señalando una especie de sopa con un dedo.

-Se llama Bouillabaisse-contestó Yunho pronunciando muy bien el francés-Es una sopa hecha con una mezcla de pescados mediterráneos, tomates y hierbas.

-Tiene….buen aspecto-comentó jaejoong sonriendo.

-Pensé que tendrías el estómago revuelto…si te quedas con ganas también hay Boeuf Bourguignon, ternera estofada en vino tinto, y de postre Clafoutis, tarta de cerezas-explicó Yunho.

-La tarta si me llama la atención, el resto…-empezó a decir Jaejoong arrugando la nariz.

-Prueba un poco antes de opinar-cortó Yunho cogiendo un tenedor.

Pinchó un poco de ternera y se la llevó a los labios, esperando a que los separara y probara. El pelinegro le miró sonriendo y suspirando resignado separó los labios y dejó que le diera de comer. Tuvo que admitir que estaba muy rico, y le había abierto el apetito.

Cogió el mismo la cuchara y comió algo de la sopa mientras que Yunho atacaba la ternera, que era una ración para dos personas. Le dejó la mitad y luego pasaron a la deliciosa tarta de cerezas, que Jaejoong saboreó extasiado.

-Nunca había probado nada igual-comentó con la boca llena.

Yunho asintió con la cabeza, tenía un trozo de tarta en la boca y era realmente deliciosa. No pudo evitar sonreír cuando fijo la mirada en los labios de Jaejoong, por la comisura se le escapaba un poco de jugo de cereza y se movió con rapidez. Extendió una mano y se lo recogió con el pulgar, que Jaejoong besó y lamió cuando lo sintió cerca de sus labios.

Se quedaron mirando en silencio, sus ojos lo decían todo…

“¿Le be so?”-se preguntaba Yunho muy nervioso.

“¡Bésame!”-suplicaba Jaejoong con el cuerpo tembloroso.

Pero no pudieron hacer nada, el timbre de la puerta les separó irremediablemente. Yunho se puso de pie de inmediato y Jaejoong casi tira la bandeja del salto que pegó en la cama.

-Serán…los del piano-murmuró Yunho saliendo del dormitorio.

Se aseguró de dejar bien cerrada la puerta y cogió el telefonillo, donde Eric le comunicaba que le habían traído un “paquete”.




Costó más de lo que esperaban. Tuvieron que montar una grúa improvisada en la calle y en  dos horas Yunho ya tenía su piano Bösendorfer instalado en un rincón del salón. Le había tocado mover una estantería que tenía allí y dejarla de momento contra la ventana que daba a la terraza. Ya pensaría donde colocarla…

Dio una generosa propina por las molestias y entonces entró en el dormitorio, donde se había quedado Jaejoong “encerrado”. Seguía en la cama tumbado, echado de lado y suspirando mientras veía desde allí la ventana.

Se había nublado y estaba a punto de llover. No hacía para dar un paseo y a Yunho tampoco le apetecía, solo meterse en la cama a hacerle compañía el resto del día…

-Ya puedes salir-dijo sonriendo-Siento haberte tenido encerrado.

-No pasa nada-murmuró Jaejoong dándose la vuelta en al cama.

Se estiró entre bostezos, llevaba todo el día allí metido y le dolía la espalda. Se quedó sentado mientras miraba por la habitación, gesto que Yunho no pasó por alto y cogiendo el albornoz que dejó sobre una silla se lo tendió.

-¿Te apetece salir?-preguntó desviando la mirada.

Jaejoong se apresuró a levantarse de la cama y ponerse el albornoz, no llevaba nada de nada.

-Va a llover-comentó el pelinegro.

-Lo sé, entonces nos quedamos en casa, a no ser que quieras que te de un poco el aire…

-No, en casa está bien. Así me enseñas que has comprado-dijo Jaejoong ilusionado.

Yunho asintió sonriendo y le tendió una mano, que Jaejoong cogió encantado. Salieron del dormitorio y le señaló su gran piano, aunque no hacía falta pues jaejoong lo vio de inmediato.

-¿Tocas el piano?-preguntó mirando a Yunho.

-Aprendí cuando era niño, hace mucho que no toco….pero mi madre se empeñó en regalármelo-contestó Yunho algo cortado.

Con el precio de su piano podía alimentarse una familia durante un mes por lo menos.

-Quiero oírte-dijo Jaejoong de repente.

-Primero hay que afinarlo…-empezó a negarse Yunho.

-Pues hazlo mientras voy al baño-dijo Jaejoong dando el tema por zanjado.

Se soltó de su mano y le dejó para que lo afinara. Yunho suspiró y se sentó delante del piano. Levantó la tapa y pasó las yemas de los dedos por las teclas sonriendo. Se entretuvo afinándolo aunque no hacía mucha falta, en la tienda se lo habían dejado en condiciones.

Escuchó que Jaejoong salía del baño y giró la cabeza para verle acercársele mientras se ajustaba el cinturón del albornoz. Carraspeó y volvió a fijar la mirada en las teclas. Pensó que podía tocar y cerrando los ojos hizo lo que el pelinegro le había pedido.







Jaejoong se le quedó escuchando con los labios separados, era una melodía hermosa, hacía que le recorrieran miles de escalofríos y se estremeciera. Se quedó escuchándolo a su espalda, no quería ponerle nervoso si se sentaba a su lado.

Pero no se pudo resistir y caminó despacio hasta colocarse a un lado del piano. Estaba como hipnotizado, y sin pensárselo dos veces se sentó en el de un salto. Yunho se le quedó mirando sin dejar de tocar, cometiendo algún que otro fallo cuando se le puso delante separando las piernas a ambos lados de sus manos.

Entonces dejó de tocar cuando sus ojos se encontraron. Levantó las manos del piano y las puso sobre el cinturón del albornoz que llevaba, deshaciéndolo con esfuerzo y abriéndolo para ver su cuerpo.

Puso las manos en sus muslos y se los recorrió de arriba abajo entre jadeos. Las llevó a sus caderas y le atrajo más hacia el borde del piano. Las dejó ahí quietas y se inclino separando los labios, cerrándolos en torno al miembro de Jaejoong que descansaba entre sus muslos flácido.

Separó los labios y empezó a besarle suavemente, sintiendo como su cuerpo se ponía tenso. Sonrió por lo bajo y soltando una mano de su cadera lo llevó hasta su base y lo cogió con firmeza, introduciéndolo lentamente en su boca.

Jaejoong aguantaba la respiración, solo dejaba escapar pequeños jadeos incontrolados. Tenía las manos puestas sobre el piano, agarrándose donde podía para no caer. Alzó la cabeza y cerró los ojos si dejar de jadear y gemir, mordiéndose los labios cada vez que la lengua de Yunho le recorría de arriba abajo…

Sentía la boca de Yunho sobre su miembro, sus manos puestas en su cadera de nuevo, bajo el albornoz y atrayéndole cada vez más hacia su boca. Dejó de apoyarse en el piano por un momento, el necesario para deshacerse del albornoz. Estaba empezando a sentir mucho calor y le estorbaba la ropa que llevaba.

Sentía que se caía del piano, se recostó sobre él apoyando la espalda con suavidad, nunca antes lo había hecho sobre uno de ellos y le daba la sensación de que era muy caro, y no lo quería estropear…

Cerró los ojos y llevó sus manos a la cabeza de Yunho, peinando sus cabellos con la yema de sus dedos. Alzó las piernas y puso los pies sobre las teclas, que sonaron de una ridícula manera.

Soltó una carcajada mientras se acomodaba mejor para no caer, sintiendo como Yunho  acercaba más la banqueta del piano y separaba más los labios. De repente era como si no tuviera control sobre sus actos, succionaba con violencia mientras que una de sus manos ya le estaba preparando. Sentía dos dedos dentro de su cuerpo, entrar y salir con rapidez al tiempo que él elevaba las caderas y jadeaba…

No lo podía soportar más. Sin separar lo labios, Yunho  se llevó una mano a los pantalones y desabrochó con dedos temblorosos. No le extraño ver que ya tenía una erección, la sentía empujar la tela de su pantalón, pedir a gritos ser liberada.

La sacó al aire y levantándose de su asiento separó al fin los labios y recuperó el aliento. Se quedó mirando a Jaejoong embelesado. Estaba recostado sobre su caro piano, con el pelo extendido por el y las manos descansando sobre su estómago.

Dejó caer los pantalones y cogiéndole de las piernas le atrajo más al borde del piano. Puso las manos bajo sus caderas y las alzó lo justo hasta tener su entrada a su alcance. Entró en su cuerpo con una fuerte embestida, susurrando un “lo siento” cuando Jaejoong emitió un pequeño grito.

Contuvo su nerviosismo y le penetró más suavemente, sonriendo cuando Jaejoong alzó de nuevo las piernas y las dejó descansar sobre sus hombros. De esa manera, pudo apoyarse en él y alzar más las caderas, haciendo que las penetraciones fueran más profundas, que le embistiera a un ritmo más veloz mientras que él mismo terminaba el trabajo que empezó con sus labios…

Con una última embestida se derramó dentro de él mientras le veía terminar sobre su estómago, que bajaba y subía por los espasmos del orgasmo.

Se dejó caer sobre él, dejando un húmedo beso sobre su agitado pecho, sonriendo al sentir como le ponía las manos sobre el pelo de nuevo y le acariciaba suspirando, mientras que una lágrima resbalaba por su mejilla hasta sus tembloroso labios…..

Capitulo 9


Cap 9
Aún seguían en la bañera metidos. Jaejoong volvía a estar sentado sobre su regazo con la cabeza recostada contra su pecho y los ojos cerrados. Yunho le pasaba los dedos entre el pelo, haciéndole un leve masaje que él agradecía con pequeños gemidos incontrolados.

-¿Jae?-llamó Yunho en voz baja.

-¿Mmmm?-contestó Jaejoong con los ojos cerrados.

-Vas a decirme que no hago más que preguntarte sobre tu vida privada…-empezó a decir Yunho sin dejar de masajearle la cabeza.

-Pregunta lo que quieras-murmuró el pelinegro suspirando.

Si seguía así, se iba a quedar dormido, allí tan cómodamente sentado sobre su regazo.

-¿Qué hay entre tú y Changmin?-preguntó sin aliento.

Sintió que Jaejoong se ponía tenso y se incorporaba. Se mordió los labios preocupados, tal vez había tocado un tema algo delicado…

-¿Qué te hace pensar que hay algo?-preguntó Jaejoong ladeando la cabeza para mirarle.

-…el dijo…que todo lo que sabes lo habías aprendido de él-contestó Yunho, algo incómodo por su mirada.

Yunho lo notó y volvió a recostarse contra su pecho. Suspiró y tomando aire se dispuso a contarle algo más de su pasado.

-¿Recuerdas que te dije que le insistí a Changmin para que me dejara trabajar con él?-preguntó mientras cogía algo de espuma entre las manos.

Yunho asintió mientras le observaba soplar y hacer que en el aire flotara la espuma que había cogido en sus manos.

-Aceptó con una condición-siguió diciendo Jaejoong-Pero antes de contártela quiero que sepas que no se estaba aprovechando de mí ni nada.

Yunho asintió de nuevo, haciéndose una ligera idea de por donde iban los tiros…

-Aceptó solo si era él el primero-susurró Jaejoong.

Esperó a que Yunho hiciera algún comentario como “ya, claro…y no se estaba aprovechando”, pero el castaño no dijo nada. Solo volvió a llevar las manos a su pelo y se lo acarició mechón por mechón.

-Lo hizo por mí-siguió contando Jaejoong-Dijo que era mejor que mi primera vez fuera con alguien que me tratara bien, y créeme la gente así no abunda….bueno, tú eres uno de ellos…

Yunho se sonrojó al escuchar sus palabras. ¡Claro que le había tratado muy bien! Porque se lo merecía, eso y más…

-Recuerdo que estaba muy nervioso esa noche. changmin no iba a trabajar porque la pasaría conmigo. Hizo que le desnudara y le tocara, como si él fuera un cliente. Así me quitó la timidez de un golpe, me explicó que no podía mostrarme cortado si aún quería ese…”trabajo”, que tendría que hacer cosas que en otras circunstancias me darían asco.

Yunho se abstuvo de preguntar a que “cosas” se estaba refiriendo…

-Me dijo como le tenía que tocar y que hacer con mis manos…y labios…

Yunho cerró los ojos, negándose a imaginarse a Jaejoong haciéndole a Changmin eso que le estaba contando…

-Luego me tocó a mí. Me desnudé del todo y me acosté boca abajo en su cama. changmin puso dos almohadas bajo mi vientre para que estuviera más cómodo y empezó a prepararme. Para esa ocasión utilizamos lubricante, pero me explicó que a muchos clientes no les gustaba, preferían sentir que les costaba, eso les ponía más cachondos…

Yunho maldijo por lo bajo, así solo le harían mucho daño…

-Estuve todo el tiempo con los ojos cerrados, sintiendo como colaba sus dedos en mi cuerpo y los sacaba. Una vez que dilató mi entrada, me explicó que nunca lo hiciera sin la protección adecuada. Abrió el cajón de su mesilla, en donde guarda siempre un buen arsenal de preservativos y se puso uno él mismo. Entonces me pidió que me relajara y entró en mi cuerpo con cuidado…

Quería pedirle que se callara, que ya sabía como terminaba su historia. Pero parecía que a Jaejoong  le ayudaba a hablar del tema, sentía como se acurrucaba más contra su pecho, como buscaba su protección…su consuelo…

-Entró en mi cuerpo y la sensación fue muy extraña-dijo Jaejoong sintiendo que le caía una lágrima-No sentí dolor, pero no me gustaba lo que me estaba haciendo. Cerré los ojos y esperé a que terminara sin decir nada. Recuerdo que pasé el resto de la noche llorando mientras que Changmin me preguntaba si aún quería hacerlo….asentí entre lágrimas, era la única salida que me quedaba…

Yunho no podía dejar de abrazarle, no sabía en que momento había empezado a hacerlo, enterando la cara en su cuello y dejándole en el breves besos. Susurraba contra su piel, que no llorara más….que nadie le iba a volver a hacer daño nunca más…


Se quedaron abrazados unos minutos más, hasta que Jaejoong se estremeció entre sus brazos. El agua se estaba enfriando y sentía mucho frío. Yunho se incorporó carraspeando e inclinándose sobre Jaejoong cogió el tapón de la bañera y lo quitó. El agua comenzó a marcharse al tiempo que ayudaba a Jaejoong a levantarse. Abrió la ducha y cuando empezó a salir caliente el agua lavo sus cuerpos arrastrando de ellos toda la espuma que les quedaba.

Entonces cortó el agua y le ayudó a salir de la bañera. Cogió un albornoz y le tapó a él primero. …e l usó una toalla que ajustó a su cadera y cogiendo otra empezó a secarle el pelo como si fuera un niño pequeño.

En esos momentos Jaejoong estaba en silencio, no tenía fuerzas ni ganas de hablar de nada. Hacer esa confesión le había dejado por los suelos, y un terrible dolor de cabeza por las lágrimas derramadas.

-¿Estás bien?-preguntó Yunho preocupado al ver que no decía nada.

Asintió en silencio y tras dejar que le secara el pelo salió del baño sin decir nada. Entró en la cocina seguido de Yunho y se sirvió un vaso de agua.

-¿Tienes una aspirina a mano?-preguntó en voz baja.

-Claro-contestó Yunho carraspeando.

Abrió el armario que tenía a su derecha y sacó una tableta de aspirinas. Le dio una a Jaejoong  y vio como se la tomaba con un sorbo de agua.

-Desayunemos, no es bueno que te la tomes con el estómago vacío-dijo forzando una sonrisa.

El pelinegro se encogió de hombros como respuesta. Se sentó en una silla mientras que Yunho manipulaba la cocina. Calentó una jarra de leche en el micro ondas y sacó dos tazas y un bol junto con la caja de cereales, pero vio como Jaejoong negaba con la cabeza.

-Solo un vas de leche caliente-murmuró con voz ausente.

Yunho lo notó y no dijo nada, de momento. Le sirvió el vaso cuando el micro ondas anunció que la leche ya se había calentado y él se sirvió un café que se tomó de pie.

-¿Seguro que estás bien?-preguntó tras tomar un sorbo.

Le vio asentir con la cabeza y sonreír con esfuerzo.

-Me visto y nos vamos donde quieras-susurró empezando a ponerse en pie.

Pero Yunho le puso una mano en el hombro y le hizo sentarse de nuevo.

-Está claro que no te sientes bien, ¿por qué no pasas la mañana en cama? Descansando-dejó Yunho claro.

Jaejoong le miró sonriendo de nuevo, Yunho era realmente muy bueno…

-¿Y tú que harás?-preguntó en voz baja.

-Resulta que había quedado con mi madre y se me había pasado-dijo Yunho arrascándose la cabeza-Estaré toda la mañana, luego vengo y te sientes con ganas salimos a comer algo, si no pedimos que nos lo traigan a casa.

Jaejoong se levantó y siguiendo un impulso se le acercó y le besó en la mejilla con timidez.

-Gracias por entenderlo-susurró contra su piel.

Salió de la cocina y entró en el dormitorio, sin ver como Yunho se llevaba la mano al lugar en el que le había besado y lo tocaba suspirando.

Se quitó el albornoz camino de la cama y se metió en ella suspirando. Se tapó hasta la cabeza, la poca luz que se colaba por la persiana medio bajada le molestaba. Yunho debió notarlo porque entró en el dormitorio y la bajó del todo.

Se quitó la toalla y se vistió bajo la atenta mirada de Jaejoong, que se destapó un ojo y estuvo espiando a escondidas. Se cubrió la cara de nuevo cuando le vio vestido del todo y que se giraba para ver si dormía…o le espiaba…

-Ahora llamo a mi madre, no me entretendré mucho-dijo Yunho sonriendo.

Había visto como se tapaba la cara, señal de que había estado viendo como se vestía sin decir nada. Se inclinó y destapándole un poco la cara, él también le besó en la mejilla con toda naturalidad.

-Descansa, diré a Eric que nadie te moleste-murmuró retirándole un mechón de pelo a un lado.

Jaejoong asintió bajo las sábanas y desde allí escuchó como salía del piso y cerraba la puerta. Se dio la vuelta en la cama suspirando y cerró los ojos con más fuerza. Las cosas se estaban saliendo de quicio, solo se habían besado en la mejilla, y tenía el cuello lleno de las marcas de sus besos.

Cuando se despidió hacía solo unos minutos….le había rozado los labios con su aliento, y por un momento pensó que le iba a dejar en ellos un beso…su primer y tan deseado beso….

martes, 9 de octubre de 2012

Capitulo 8


Cap 8

Se levantó temprano como todas las mañanas, con una amplia sonrisa en los labios al sentir ese cálido cuerpo suspirar entre sus brazos. Bajó la cara y no pudo evitarlo, le besó en la frente él también suspirando, dándose cuenta de que nunca se habían besado en los labios.

Eso era algo para lo que Yunho aún no estaba preparado, nunca se había besado con un chico, pero puede que hiciera una excepción con Jaejoong....una más...

Por mucho que quisiera quedarse remoloneando en la cama, tenía que levantarse. Se había llevado algo de trabajo a casa, necesitaba repasar unos informes y al paso que iba no podía dejarlo para el último día, si quería pasar con Jaejoong el máximo tiempo posible de sus vacaciones, tenía que ponerse a trabajar de inmediato.

Se levantó de la cama con cuidado de no despertarle, sonriendo al ver como se daba la vuelta y quedaba tumbado boca abajo, con la cara enterrada entre largos mechones de su sedoso pelo. Le tapó mejor con la sábana, se le había resbalado y le mostraba sus dulces nalgas. No quería que le tentara, había disfrutado mucho esa noche y si seguía mirándole así se volvía a meter en la cama y le despertaba llenándole el cuerpo de besos para volver a hacer el amor...

Sacudió la cabeza y se dio la vuelta. Abrió el primer cajón de su cómoda y cogió un pantalón de pijamas que se puso suspirando. Se le había ocurrido una "maldad", no llevar ropa interior debajo, como tanto le gustaba a Jaejoong. Buscó una camiseta vieja y se la puso mientras salía del dormitorio.

Dejó la puerta entreabierta, se sentaría en el sofá a trabajar y quería ver dormir a Jaejoong, aunque eso le pudiera distraer...

Cogió su portátil y se sentó en el amplio sofá. Sobre la mesita baja aún estaban los restos de la cena, la caja de pizza con dos raciones en ella y eso no era todo. Sobre la alfombra había una mancha sospechosa. Se sonrojó de inmediato, no podía llevarla al tinte diciendo que se le había caído algo. Le harían preguntas para ver la mejor manera de limpiarla y no podía decirle que ocurrió mientras hacía una felación...

"Tendré que tratar de lavarla yo mismo a mano"-pensó suspirando.

Sonrió sin poder evitarlo, bajo la mesa estaban los pantalones y boxers de Jaejoong. Se inclinó a por ellos y los dejó bien doblados a un lado del sofá. Resopló y se puso a trabajar en el ordenador, pero un suspiro procedente del dormitorio atrajo su atención. Jaejoong dormía plácidamente. Apenas eran las 8 de la mañana, le dejaría dormir una hora más, luego podrían compartir la gran bañera antes del desayuno....

Pensar en lo que podían hacer en ella le hizo acordarse de la noche anterior, cuando tras saborearle en sus labios pasaron al dormitorio…


Flash Black

Aún aturdido por el orgasmo que le acaba de recorrer el cuerpo de arriba a abajo, Jaejoong trataba de recuperar la respiración aún tumbado en el suelo. Sus manos estaban sobre su agitado pecho, cogiendo en un puño su camiseta de rayas blancas y negras.

Yunho estaba entre sus piernas, mirándole con una amplia sonrisa en los labios. Era verdad cuando dijo que quería verle disfrutar, que se conformaba con eso...aunque cuando fijó los ojos en el bulto de su pantalón, algo le decía que había disfrutado como el que más.

Vio que le tendía una mano y se apresuró a cogerla. Se levantó con su ayuda y esperó a que apagara la tele, señal de que la diversión se trasladaba de lugar. Entraron en el dormitorio y mientras que Yunho se desnudaba él se quitó al única prenda de ropa que le quedaba.

Esperó a que abriera la cama y entonces se tumbó en ella de espaldas con las piernas separadas. Al momento Yunho se tumbó entre ellas frotando su palpitante erección contra su miembro. Le puso caliente de nuevo, sintió que se ponía tenso y su respiración se agitaba. Cerró los ojos cuando puso las manos en sus caderas, alzándolas levemente para rozarle la entrada con su erección.

No dijo nada, no le pidió que se pusiera un condón. Confiaba en él y también quería sentirle, como se derramaba en su interior mientras que un orgasmo le recorría a los dos.

Levantó las piernas y las enroscó alrededor de su cadera, le encantaba hacer el amor de esa manera, viéndose las caras mientras gemían y suspiraban. Sintió como le penetraba y contuvo la respiración hasta que entró del todo, separando entonces los labios y soltando un gemido incontrolado.

Yunho le imitó y enterrando la cara en su cuello comenzó a embestirle suavemente. Quería retrasarlo lo más que pudiera, estaba a punto de estallar pero no quería terminar tan rápido. Quería que se volviera a correr para él, hacerle disfrutar otra vez...

Se puso tenso al sentir que le besaban en el cuello. Nunca dejaba que lo hiciera, ni en los labios ni en ninguna parte de su cuerpo...solo allí abajo, cuando algún cliente quería hacerle disfrutar a él también, aunque eso pasaba en raras ocasiones. Pagaban por su propio placer, el suyo no entraba dentro del precio.

Pero esa noche se estaba saltando todas las reglas con Yunho, y no le importó una más. Comenzó a jadear al sentir como le pasaba la lengua por el cuello, haciendo pequeños círculos con la punta, poniéndole la piel de gallina a la vez que entraba y salía de su cuerpo.

Apretó más los ojos, sentía a punto de derramarse de nuevo. Y Yunho estaba igual, su cuerpo se había puesto muy tenso y había acelerado el ritmo de las embestidas. Se aferró a su cuerpo con las piernas, poniendo las manos en su cuello a la vez que Yunho bajaba una y le hacía volver a estallar en sus dedos.

Había terminado antes que él, pero no por mucho tiempo. Con una fuerte embestida Yunho lo hizo en su cuerpo, quedándose muy quieto al tiempo que su semen caliente le recorría por dentro. Se mordió los labios gimiendo por lo bajo, era una nueva experiencia y muy placentera. Contuvo el aliento hasta que Yunho terminó y se salió de su cuerpo gimiendo.

Entonces bajó las piernas pero permaneció abrazado a su cuello, con los labios de Yunho sobre el mientras le besaba una y otra vez...
End Flash Black



Pestañeó cuando escuchó el timbre de la puerta. Se levantó con rapidez antes de que sonara de nuevo y despertara a Jaejoong. Dejó el portátil sobre la mesa y se fue a abrir extrañado. El trabajo de Eric era avisarle primero de que tenía una visita y si daba el visto bueno dejarla subir hasta su puerta.

Pero había una sola persona que no necesitaba ser anunciada, y esa era...

-¡Mamá!-exclamó Yunho abriendo la puerta.

Jung Won sook sonrió ampliamente antes de darle un beso en la mejilla a su hijo y entrar en el caro piso que le regalaron él y su marido cuando decidió trabajar en la empresa. Camino del salón se fue quitando el abrigo de pieles que llevaba y esperó con el en el aire hasta que su hijo se lo recogió de mala gana.

-¿Que haces tan pronto levantada?-preguntó Yunho algo incómodo.

Su madre siempre le hacía alguna visita inesperada, y no le importaba. Pero ese particular día, deseaba que se fuera cuanto antes, Jaejoong se podía levantar y le daría un ataque al corazón a su madre. Quería contárselo él mismo, no dejar que lo descubriera de esa manera.... ¿y si Hyun joong había dicho algo?...

-Mamá, ¿qué haces aquí?-preguntó tragando con esfuerzo.

-Habíamos quedado, ¿se te ha olvidado?-preguntó Won sook resoplando.

La verdad era que sí, no sabía de que demonios le hablaba.

-Eres un caso, Jung Yunho-riñó Sook a su hijo-Querías que te acompañara a la tienda de música, para elegir el piano que te íbamos a regalar tu padre y yo por tu cumpleaños.

Yunho se dio un golpe en al cabeza, ahora lo recordaba. Lo dejó para sus vacaciones, aunque no dijo un día en particular. Y su madre había elegido precisamente ese día, cuando había hecho unos dulces planes...

Won  vio la cara que puso su hijo y supo que ese día no era el indicado. Paseó la mirada por la estancia, arrugando la frente al ver los restos de la cena que había sobre la mesa, más al ver que no eran de una comida sana. ¡Pizza! Su hijo ya no tenía 17 años para ir comiendo esas tonterías...

Escuchó un suspiro procedente del dormitorio y sus ojos se dirigieron a la puerta entre abierta. Desde donde estaba solo veía una  cabellera morena que caía en cascada por el borde de la cama. Se sonrojó de inmediato, nunca llego a pensar en que podía pillar a su hijo en esa situación...

- Yunho, haberme dicho que tenías una chica en la cama antes de dejarme entrar por la puerta-riñó Sook a su hijo.

Se dio la vuelta y recogió de sus manos el abrigo que aún le sostenía y se lo puso de inmediato.

-Llámame cuando quieras que veamos lo del piano-dijo a modo de despedida.

Le dio otro beso en la mejilla y salió del piso suspirando. No era que le importara que su hijo tuviera relaciones sexuales, solo que podía "esconder" mejor a sus amantes. Sabía de sobra que no era Melissa, esa encantadora chica era rubia teñida y hacía tiempo que su hijo no la llevaba a ninguna comida. Se preguntó que había pasado entre ellos, porque de la noche a la mañana le gustaban las morenas de suspiros lánguidos....



Una vez que su madre se fue. Yunho pudo soltar en un hondo suspiro el aire que había retenido. No se acordaba de que había dejad la puerta de su habitación abierta y por suerte su madre confundió a Jaejoong con una chica.

Sentía que le temblaban las piernas, había estado a punto de pillarle con un chico en la cama. Sentía que tenía que hacer algo para relajarse, y no se le ocurría otra cosa que…

Le dio igual que aún fuera temprano, entró en su habitación con paso decidido y sin mediar palabra levantó a Jaejoong de la cama. Le hizo rodar en ella hasta quedar de espaldas, le cogió en sus brazos llevándose incluso la sábana y se fue directo al baño.

Por el camino Jaejoong fue despertando y esbozó una amplia sonrisa el verle. Pero antes de que dijera nada, Yunho ya le había soltado y dejado de pie en medio del baño.

-¿Qué pasa?-preguntó Jaejoong ahogando un bostezo.

Le había encantado despertarse en sus brazos, pero no entendía nada. Se acomodó mejor la sábana contra su cuerpo mientras le veía manipular la bañera, como abría el grifo del agua y la regulaba hasta dar con la temperatura adecuada. Entonces abrió un frasco de sales de baño que echó en el agua y al momento empezó a hacer espuma.

El baño se llenó de un olor afrutado que Jaejoong inspiró profundamente con los ojos cerrados…

-No te duermas-dijo Yunho empujándole suavemente.

Abrió los ojos a tiempo de ver como se quitaba la camiseta. Al momento le entendió y sin decir nada dejó caer la sábana. Le ayudó a desnudarse, bajándole él mismo el pantalón del pijama, “escandalizándose” al ver que debajo no llevaba nada.

-Al agua-ordenó Yunho con voz imperiosa.

Se metió él primero y extendió una mano para ayudarle. El pelinegro la cogió encantado y metiéndose en la bañera se sentó cómodamente sobre su regazo. Yunho cortó al agua y accionó las burbujas del jacuzzi que había incorporado.

-¿Estás bien?-preguntó Jaejoong al sentir su urgencia.

Sentía como llevaba sus manos a sus nalgas y se las acariciaba, como su miembro se ponía duro contra su espalda…

-Te necesito-susurró Yunho enterrando la cara en su cuello.

Jaejoong ladeó la cabeza para dejarle sitio. Cerró los ojos y separó los labios suspirando. Yunho le estaba besando y mordisqueando, lo que le provocó miles de escalofríos. Se movió encima de él, hizo que su espalda se frotara contra su miembro, lo que le arrancó a Yunho un profundo gemido.

Siguió moviéndose mientras sentía como le separaba las nalgas y colaba dos dedos en su entrada. Cerró los ojos gimiendo por lo bajo mientras se dejaba preparar cada vez más excitado. Llevó una mano abajo y él mismo se tocó para deleite de Yunho, que tras apartar las burbujas que le molestaban le podía ver a través del agua.

Cuando se sintió preparado y que Jaejoong también lo estaba, le hizo girar en su regazo para que se diera la vuelta despacio. Jaejoong le ayudó poniendo una pierna a cada lado de su cuerpo, incorporándose lo necesario hasta sentir su erección rozarle la entrada.

Llevó una mano abajo y la dirigió con cuidado. Entonces se fue sentando muy despacio sin apartar los ojos de los de Yunho. Bajó del todo y solo entonces los dos suspiraron. Se quedaron un momento quietos mientras que sus respiraciones se normalizaban.

Una vez repuestos, Yunho puso las manos sobre las caderas de Jaejoong y le hizo levantarse y volver a bajar. Comenzaron a moverse primero despacio, hasta que la lujuria se apoderó de ellos y pronto el baño se llenó de sus gritos y jadeos.

El agua se desbordaba por el borde de la bañera con sus movimientos, pero no les importaba. En esos momentos se podía terminar el mundo y a ellos les daría igual con tal de no tener que parar…

Sintiendo que estaba a punto de terminar, Jaejoong inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos mientras gemía por sus labios entreabiertos. Yunho se inclinó un poco más y puso de nuevo los labios en su cuello. Se aferró a su cintura con ambas manos y con dos fuertes embestidas se derramó en su cuerpo.

Jaejoong lo hizo contra su estómago, tenía las manos entrelazadas tras su cuello, pero le bastó el simple roce del estómago de Yunho contra su miembro.

Terminaron los dos a la vez entre jadeos, Yunho dejó caer la cabeza sobre el hombro de Jae, y él sobre el de Yunho. Se quedaron quietos recuperando el aliento, pensando si lo que acaban de hacer era el amor o solo era sexo…

No Soy una mujer


No soy una mujer !!!

Couple : Yunjae 
Genero : Humor , Romantico xD
Advertencias : Lemon (+ 18) , Incesto
Extencion : One-shot



—No, yunnie… hoy no —dijo el mayor volteándose, alejándose del contacto de su hermano.
—Vamos Jaejoong. ¿Aún sigues con eso? —pregunto yunho bufando ligeramente irritado.
—¿Con qué? —preguntó ingenuo— Y soy Jejuko… —declaró girándose para ver a Yunho.
—A “eso” me refiero a lo que estás haciendo ahora, justamente —exclamó levantando la voz.
Jejuko llevo sus manos a su pecho, dramáticamente, fingiendo estar sorprendida.
—Estas rompiendo tu promesa… yunnie —canturreó con voz dulce e inocente. Falsa, por supuesto—. Ayer prometiste que actuarias como si yo —dejo de hablar, pensó un poco y prosiguió—. Le prometiste a Jaejoong que actuarias como si él fuera ella —le recordó, ahora él buscaba el contacto de Yunho.
Yunho no dijo nada. Era cierto, lo había prometido ¿cómo negarse a prometerlo, si Jaejoong estaba lamiendo su cuello mientras el se corría dentro de éste? Era imposible.
Asintió con la cabeza, aclaró su garganta y sonrió. Jaejoong miró esa sonrisa e inmediatamente supo que ya no había tiempo para huir, estaba seguro que Yunho tramaba algo, su sonrisa se lo gritaba…
—Entonces, eres una nena, ¿cierto, Jejuko? —preguntó. Se acercó a él y lo tomo de la cintura.
Jaejoong asintió tímidamente.
—Eres una perra Jejuko —susurró en su oído, bajando sus manos hasta que rodearon el trasero de Jaejoong, encajaban perfectamente.
Esta vez, el pelirubio negó suavemente.
—No fue una pregunta, preciosa —dijo Yunho. Doblando las rodillas de jaejoong, su cintura fue rodeada por las piernas desnudas del rubio.
Claro que Jaejoong era una perra. La muestra estaba ahí: No llevaba nada de ropa, más que un simple Sujetador rojo relleno de papel y un bóxer (de hombre) negro. En realidad, era muy sexy. A Jaejoong se le había metido la loca idea de que era una mujer. No era ningún secreto que era gay, pero sí que Yunho lo fuera.
El Castaño ya había recostado a Jaejoong en la cama, dejándolo bajo su cuerpo, se besaban, se acariciaban, se amaban con pasión. Les gustaba jugar sexualmente.
Sus dedos se pasearon por todo el blanco pecho de Jaejoong, llevo sus manos a su espalda y desabrocho el sujetador.
—Sí, eres una perra
—Oh sí, Yunnie —aceptó—. ¿Sabías que las “perras” no tenemos dueño? No tenemos porque nos encanta ser libres y hacer cositas con cualquiera —reto el rubio. Lamió la mejilla del castaño, ese comentario no había sido del agrado de Yunho.
Le había dicho cualquiera, le había dicho que no era de él.
—Eso significa que también soy libre… —atacó, Jaejoong se puso celoso.
—No —negó—, significa que podríamos hacer un trío, si quieres… pero tú eres mío. Sólo mío —dijo Jaejoong posesivamente. Aunque yunho “ganara” la discusión, no le importaba. Lo suyo era suyo y nadie lo tocaba.
—Tienes dueño —rió el castaño divertido.
Vio como Jaejoong asentía irritado volteando los ojos.
—Soy tuya —aceptó, después juntaron sus labios, entrelazaron sus lenguas y Yunho  ya se había deshecho rápidamente de su bóxer y de su propia ropa también.
—Te hare sentir como una verdadera mujer. ¿Sabes las diferentes formas en que se pueden coger?… Por atrás —masajeó sus glúteos, buscando su entrada—… y por adelante —ya había metido un dedo en su interior.
—Pero Yunnie… yo no tengo una pussy —dijo Jaejoong en inglés, le incomodaba decir Vagina u otra palabra.
—Ya sé, pero creo que… creo que te podría hacer más grande —Yunho metió tres dedos más de una sola vez. Tratando de dilatarlo más.
—Ohhh si… tú puedes —gimió excitado, su miembro empezaba a levantarse.
Yunho siguió con su trabajo de dilatarlo, los metía y sacaba, hacia círculos y en ocasiones hacía tijeras. El mayor se retorcía, gritaba groserías, mordía su puño para no dejar salir sus gritos tan escandalosos, pero no pudo evitar que se le escapara uno al sentir el puño de Yunho adentro. Su puño… entero.
—Ngh ¡Ahhhh! Yunhooo… —gritaba, no se contuvo y explotó manchando la cara del castaño con su semen.
—Límpialo —le ordeno yunho señalando su cara.
Jaejoong obedeció, se levanto un poco, sus penes se rozaron, estremeciéndolos. Saco su lengua, la pasó por toda su cara, probando su esencia, llego hasta sus labios y los beso salvajemente. Metiendo su lengua, mordiendo sus labios sin importarle la saliva que se escapaba de ellos.
—Ya te necesito, te quiero dentro… cógeme por atrás, por adelante y por donde quieras —exclamó, mientras se apoyaba sobre sus rodillas y sus codos, ofreciéndole el trasero a Yunho.
Se relamió los labios y le dio una nalgada, sus dedos se quedaron marcados, pero a Jaejoong le gustaba.
yunho se bajo de la cama, sin escuchar las protestas del mayor. Busco en un cajón un consolador, que obviamente era de Jaejoong. El consolador vibraba.
Lo encendió y lo paseo por sus glúteos, sin embestirlo. Los suspiros y gemidos inundaban la habitación, ya olía a sexo.
—Mételo —dijo Jaejoong alzando más las caderas.
Yunho sonrió, disfrutaba hacerlo esperar.
Metió el consolador completo, Jaejoong bajo su cuerpo por la impresión, por lo duro que había sido, aún así gimió y le pidió que lo metiera más adentro.
Yunho embestía su cuerpo fuertemente, con rudeza, Jaejoong gritaba y se aferraba a las sabanas, mordía sus labios dejándolos muy rojos, apetecibles.
—Ahh… Yunnie, yunnie , te quiero a ti uh —jadeó.
Sin decir nada y sin sacar el consolador, Yunho entro en él, despacio. Tampoco quería lastimarlo.
—¡Oh fuck!
Su pene creció dentro de su cuerpo, Jaejoong podía sentirlo. Los dos comenzaron a mover sus caderas en un vaivén rápido.
Lo embistió más veces antes de cambiar de posición. Yunho se levanto aún adentro de Jaejoong, lo guio hasta alguna pared, lo acorralo, Jaejoong  le daba la espalda, le ofrecía su largo cuello mientras sus caderas seguían moviéndose, esta vez sin el consolador.
—Uhm sí. ¡Más fuerte! Más… —gemía, sus uñas rasgaron la pared, desesperado.
Yunho tomó el cuello de Jaejoong, bajo una mano hasta su vientre, lo empujo más. Dejo de embestirlo, ahora sólo movía su pelvis suavemente, formando círculos sensuales, estaba a punto de llegar al clímax. Quería olvidarse, por un momento, de su promesa, amaba a Jaejoong tal y como era. Sin pechos y con pene, así lo amaba.
—Recuerda que te amo, bebé —dijo Yunho a su oído, Jaejoong estaba tan excitado que no respondió.
Después de unos minutos, Yunho se corrió, Jaejoong estaba a punto… pero Yunho abandono su cuerpo. El castaño se alejó de él, comenzó a buscar sus ropas bajo la mirada fulminante de jaejoong.
—¿Qué te pasa? ¡Yunho, no me dejes así! —refunfuño, acercándose a él. Yunho se alejo, tomó el consolador y se lo extendió a Jaejoong.
—Esto, también hacen las mujeres. Úsalo —besó sus labios y sonrió.
Si, Jaejoong sabía que Yunho le haría algo desde que vio su primera sonrisa. Negó con la cabeza y después suspiro.
—¡Largo! —gritó.
Aunque el castaño ya no estuviera dispuesto a satisfacerlo, no pensaba quedarse así. Guio el consolador y lo introdujo lentamente, Yunho seguía ahí de pie, viéndolo.
Y dijo algo a cuando Jaejoong rodeó su propio miembro.
—Las mujeres no hacen eso.
Esa frase basto para que Jaejoong explotara furioso.
—¡No soy una mujer! ¡Soy jaejoong y quiero que me cojas!
Yunho sonrió, esta vez su sonrisa era divertida… después se acercó a Jaejoong y dejo caer su ropa. Lo tomo entre sus brazos.
—Eso quería escuchar, Jaejoong. Mi Jaejoong —susurró dulcemente, en su oído.
Su miembro seguía erecto, listo para entrar en el rubio. Así lo hizo, entro en él, lentamente con amor y pasión, el miembro de Jaejoong fue acariciado por sus dedos, eso era de hombres.
Y sólo yunho podía hacérselo a Jaejoong, sólo a él, porque ellos se pertenecían.
Cuando Jaejoong se derramo entre sus dedos, salió de él y lo giro para apoderarse de sus labios.
—Te amo Jaejoongie —besó su mejilla abrazando al mayor.
—Yo también.
Durmieron tranquilos sin imaginarse, que al día siguiente, su madre le preguntaría a Yunho que quién era la chica escandalosa. Sus padres estaban muy acostumbrados a escuchar los gemidos de Jaejoong y Yunho, pensando que solo eran los de Yunho y los de una mujer.
¡No soy una mujer! —Grito Jaejoong cuando estuvo a solas en su cuarto, le había molestado el comentario de su madre.