Cap 10
Pasó con su
madre toda la mañana, la cual se extrañó que primero la “echara de su piso y la
llamara una hora después para quedar con ella en la tienda de instrumentos
musicales.
-¿Qué has
hecho con la chica? ¿También las has echado?-preguntó Won sin querer contenerse.
Solo
recibió un bufido de su hijo como respuesta. Suspiró resignada y entraron a ver
el piano de cola que ella y su marido se habían empeñado en regalarle a su hijo
por su cumpleaños, que había sido unas semanas antes.
-¿Qué te
parece este?-preguntó Sook señalando un piano de cola de la casa de
Bösendorfer.
Yunho lo
miró arrugando la frente. Era enorme, tenía sitio en el piso, pero le comería
medio salón.
-¿Y qué tal
uno de pared?-preguntó señalando uno que había a su derecha.
Su madre lo
vio y en seguida se puso a negar con la cabeza.
- Yunho
cariño, es…muy moderno, el que te he dicho va mejor con la decoración de tu
piso-insistió Sook, más bien ordenando.
A Yunho no le quedó más remedio que ceder
resignado. Cuando a su madre se le metía algo en la cabeza….además, ella sabría
mejor lo que le iba al piso, fue ella misma la que lo decoró…
Se sentía
mal, era muy caro pero Jung Won Sook le
pagaba cualquier capricho a su único hijo. Quedaron con el dependiente que se
lo llevarían esa misma tarde, gracias a la generosa propina de su madre, lo que
significaba que no podrían salir del piso a dar una vuelta y que a Jaejoong le
diera un poco el aire.
Pensar en
él le hizo meter prisa a su madre y se despidió de ella en la salida de la
tienda.
-¿Tanta
prisa tienes?-preguntó Won sintiéndose ofendida-Pensaba que podíamos comer
juntos.
-Es
que…tengo a un amigo enfermo-contó Yunho la verdad a medias-Prometí pasar con
él la tarde.
-Que no te
lo contagie-dijo Won sook suspirando.
Yunho
resopló y se despidió de su madre con un beso en la mejilla, deseando meterla
en un taxi cuanto antes, pero parecía que no tenía prisa su madre…
-El otro
día me hablaron de la cena a la que fuiste-dijo la señora Jung de repente.
Yunho se quedó helado, debían haber sido esos
amigos de sus padres a los que no tuvo más remedio que saludarlos. Tragó con
esfuerzo y esperó a que siguiera hablando su madre.
-Fue un tal
Kim Hyun joong, es cliente tuyo y de tu padre-siguió diciendo Sook.
-¿Qué…que
te dijo?-preguntó Yunho sintiendo que le faltaba el aire.
-Oh, que te
lo habías pasado muy bien-contestó como si nada.
“Cabronazo”-pensó
el castaño enojado.
Seguro que
había ido a tantear el terreno, ver si sus padres estaban al tanto de sus
actividades. Y si no lo estaban, él le pondría al corriente con pelos y
señales.
Tenía que
hacer algo ya, no lo podía retrasar. Sus padres se debían enterar por él de su
homosexualidad….si, ya no era su bisexualidad porque estaba claro que estaba
enamorado del chico más guapo y tierno que pudiera existir en el mundo entero.
Jaejoong lo era todo para él, y esperaba que al finalizar la semana se quisiera
quedar otra temporada….
-Mamá, ¿por
qué no aplazamos esa comida hasta mañana?-preguntó sonriendo con esfuerzo-Tú,
yo y papá.
-Me parece
muy bien, nos vemos donde siempre a la 1-contestó Won algo más contenta.
Yunho
suspiró aliviado y tras parar un taxi, se despidió de nuevo de su madre. Vio
como se perdía en la lejanía y llamó otro para él. Por el camino, paró en una
tienda de delicatessen y compró algo para comer. No le habían dicho hora fija
en la que le llevarían el piano y a lo mejor a Jaejoong no le apetecía salir de
casa ese día.
Entró de
nuevo en el taxi y media hora después entraba por la puerta del dormitorio con
una bandeja en las manos. La dejó sobre la mesilla y levantó la persiana
suavemente. La habitación se llenó al momento de luz, haciendo que Jaejoong
gruñera y escondiera bajo las almohadas la cabeza.
Estaba
tumbado boca abajo y tenía la sábana medio resbalada. Se puso duro al momento,
pero recordando el mal momento vivido en la bañera, respiró hondo y esperó a
que se le pasase….mirando en otra dirección.
-¿Ya es de
día?-preguntó Jaejoong entre bostezos.
Sonrió con
esfuerzo y se sentó en el borde de la cama, atreviéndose a pasarle una mano por
la espalda al tiempo que le tapaba mejor con la sábana.
-Te he
traído la comida a la cama-explicó Yunho con una sonrisa.
El
pelinegro iba a negarse cuando su estómago habló por él. Resopló resignado y se
dio la vuelta en la cama, quedándose recostado en las almohadas y dejando que
Yunho le pusiera la bandeja sobre las rodillas.
Se quedó
mirando los platos que habían en ella, nunca antes los había visto o probado.
-¿Qué es
eso?-preguntó señalando una especie de sopa con un dedo.
-Se llama
Bouillabaisse-contestó Yunho pronunciando muy bien el francés-Es una sopa hecha
con una mezcla de pescados mediterráneos, tomates y hierbas.
-Tiene….buen
aspecto-comentó jaejoong sonriendo.
-Pensé que
tendrías el estómago revuelto…si te quedas con ganas también hay Boeuf
Bourguignon, ternera estofada en vino tinto, y de postre Clafoutis, tarta de
cerezas-explicó Yunho.
-La tarta
si me llama la atención, el resto…-empezó a decir Jaejoong arrugando la nariz.
-Prueba un
poco antes de opinar-cortó Yunho cogiendo un tenedor.
Pinchó un
poco de ternera y se la llevó a los labios, esperando a que los separara y
probara. El pelinegro le miró sonriendo y suspirando resignado separó los
labios y dejó que le diera de comer. Tuvo que admitir que estaba muy rico, y le
había abierto el apetito.
Cogió el
mismo la cuchara y comió algo de la sopa mientras que Yunho atacaba la ternera,
que era una ración para dos personas. Le dejó la mitad y luego pasaron a la
deliciosa tarta de cerezas, que Jaejoong saboreó extasiado.
-Nunca
había probado nada igual-comentó con la boca llena.
Yunho
asintió con la cabeza, tenía un trozo de tarta en la boca y era realmente
deliciosa. No pudo evitar sonreír cuando fijo la mirada en los labios de
Jaejoong, por la comisura se le escapaba un poco de jugo de cereza y se movió
con rapidez. Extendió una mano y se lo recogió con el pulgar, que Jaejoong besó
y lamió cuando lo sintió cerca de sus labios.
Se quedaron
mirando en silencio, sus ojos lo decían todo…
“¿Le be so?”-se
preguntaba Yunho muy nervioso.
“¡Bésame!”-suplicaba
Jaejoong con el cuerpo tembloroso.
Pero no
pudieron hacer nada, el timbre de la puerta les separó irremediablemente. Yunho
se puso de pie de inmediato y Jaejoong casi tira la bandeja del salto que pegó
en la cama.
-Serán…los
del piano-murmuró Yunho saliendo del dormitorio.
Se aseguró
de dejar bien cerrada la puerta y cogió el telefonillo, donde Eric le
comunicaba que le habían traído un “paquete”.
Costó más
de lo que esperaban. Tuvieron que montar una grúa improvisada en la calle y
en dos horas Yunho ya tenía su piano
Bösendorfer instalado en un rincón del salón. Le había tocado mover una
estantería que tenía allí y dejarla de momento contra la ventana que daba a la
terraza. Ya pensaría donde colocarla…
Dio una
generosa propina por las molestias y entonces entró en el dormitorio, donde se
había quedado Jaejoong “encerrado”. Seguía en la cama tumbado, echado de lado y
suspirando mientras veía desde allí la ventana.
Se había
nublado y estaba a punto de llover. No hacía para dar un paseo y a Yunho
tampoco le apetecía, solo meterse en la cama a hacerle compañía el resto del
día…
-Ya puedes
salir-dijo sonriendo-Siento haberte tenido encerrado.
-No pasa
nada-murmuró Jaejoong dándose la vuelta en al cama.
Se estiró
entre bostezos, llevaba todo el día allí metido y le dolía la espalda. Se quedó
sentado mientras miraba por la habitación, gesto que Yunho no pasó por alto y
cogiendo el albornoz que dejó sobre una silla se lo tendió.
-¿Te apetece
salir?-preguntó desviando la mirada.
Jaejoong se
apresuró a levantarse de la cama y ponerse el albornoz, no llevaba nada de
nada.
-Va a
llover-comentó el pelinegro.
-Lo sé,
entonces nos quedamos en casa, a no ser que quieras que te de un poco el aire…
-No, en
casa está bien. Así me enseñas que has comprado-dijo Jaejoong ilusionado.
Yunho
asintió sonriendo y le tendió una mano, que Jaejoong cogió encantado. Salieron
del dormitorio y le señaló su gran piano, aunque no hacía falta pues jaejoong lo
vio de inmediato.
-¿Tocas el
piano?-preguntó mirando a Yunho.
-Aprendí
cuando era niño, hace mucho que no toco….pero mi madre se empeñó en
regalármelo-contestó Yunho algo cortado.
Con el
precio de su piano podía alimentarse una familia durante un mes por lo menos.
-Quiero
oírte-dijo Jaejoong de repente.
-Primero
hay que afinarlo…-empezó a negarse Yunho.
-Pues hazlo
mientras voy al baño-dijo Jaejoong dando el tema por zanjado.
Se soltó de
su mano y le dejó para que lo afinara. Yunho suspiró y se sentó delante del
piano. Levantó la tapa y pasó las yemas de los dedos por las teclas sonriendo.
Se entretuvo afinándolo aunque no hacía mucha falta, en la tienda se lo habían
dejado en condiciones.
Escuchó que
Jaejoong salía del baño y giró la cabeza para verle acercársele mientras se
ajustaba el cinturón del albornoz. Carraspeó y volvió a fijar la mirada en las
teclas. Pensó que podía tocar y cerrando los ojos hizo lo que el pelinegro le
había pedido.
Jaejoong se
le quedó escuchando con los labios separados, era una melodía hermosa, hacía
que le recorrieran miles de escalofríos y se estremeciera. Se quedó
escuchándolo a su espalda, no quería ponerle nervoso si se sentaba a su lado.
Pero no se
pudo resistir y caminó despacio hasta colocarse a un lado del piano. Estaba
como hipnotizado, y sin pensárselo dos veces se sentó en el de un salto. Yunho
se le quedó mirando sin dejar de tocar, cometiendo algún que otro fallo cuando
se le puso delante separando las piernas a ambos lados de sus manos.
Entonces
dejó de tocar cuando sus ojos se encontraron. Levantó las manos del piano y las
puso sobre el cinturón del albornoz que llevaba, deshaciéndolo con esfuerzo y
abriéndolo para ver su cuerpo.
Puso las
manos en sus muslos y se los recorrió de arriba abajo entre jadeos. Las llevó a
sus caderas y le atrajo más hacia el borde del piano. Las dejó ahí quietas y se
inclino separando los labios, cerrándolos en torno al miembro de Jaejoong que
descansaba entre sus muslos flácido.
Separó los
labios y empezó a besarle suavemente, sintiendo como su cuerpo se ponía tenso.
Sonrió por lo bajo y soltando una mano de su cadera lo llevó hasta su base y lo
cogió con firmeza, introduciéndolo lentamente en su boca.
Jaejoong
aguantaba la respiración, solo dejaba escapar pequeños jadeos incontrolados.
Tenía las manos puestas sobre el piano, agarrándose donde podía para no caer.
Alzó la cabeza y cerró los ojos si dejar de jadear y gemir, mordiéndose los
labios cada vez que la lengua de Yunho le recorría de arriba abajo…
Sentía la
boca de Yunho sobre su miembro, sus manos puestas en su cadera de nuevo, bajo
el albornoz y atrayéndole cada vez más hacia su boca. Dejó de apoyarse en el
piano por un momento, el necesario para deshacerse del albornoz. Estaba
empezando a sentir mucho calor y le estorbaba la ropa que llevaba.
Sentía que
se caía del piano, se recostó sobre él apoyando la espalda con suavidad, nunca
antes lo había hecho sobre uno de ellos y le daba la sensación de que era muy
caro, y no lo quería estropear…
Cerró los
ojos y llevó sus manos a la cabeza de Yunho, peinando sus cabellos con la yema
de sus dedos. Alzó las piernas y puso los pies sobre las teclas, que sonaron de
una ridícula manera.
Soltó una
carcajada mientras se acomodaba mejor para no caer, sintiendo como Yunho acercaba más la banqueta del piano y separaba
más los labios. De repente era como si no tuviera control sobre sus actos,
succionaba con violencia mientras que una de sus manos ya le estaba preparando.
Sentía dos dedos dentro de su cuerpo, entrar y salir con rapidez al tiempo que
él elevaba las caderas y jadeaba…
No lo podía
soportar más. Sin separar lo labios, Yunho
se llevó una mano a los pantalones y desabrochó con dedos temblorosos.
No le extraño ver que ya tenía una erección, la sentía empujar la tela de su
pantalón, pedir a gritos ser liberada.
La sacó al
aire y levantándose de su asiento separó al fin los labios y recuperó el
aliento. Se quedó mirando a Jaejoong embelesado. Estaba recostado sobre su caro
piano, con el pelo extendido por el y las manos descansando sobre su estómago.
Dejó caer
los pantalones y cogiéndole de las piernas le atrajo más al borde del piano.
Puso las manos bajo sus caderas y las alzó lo justo hasta tener su entrada a su
alcance. Entró en su cuerpo con una fuerte embestida, susurrando un “lo siento”
cuando Jaejoong emitió un pequeño grito.
Contuvo su
nerviosismo y le penetró más suavemente, sonriendo cuando Jaejoong alzó de
nuevo las piernas y las dejó descansar sobre sus hombros. De esa manera, pudo
apoyarse en él y alzar más las caderas, haciendo que las penetraciones fueran
más profundas, que le embistiera a un ritmo más veloz mientras que él mismo
terminaba el trabajo que empezó con sus labios…
Con una
última embestida se derramó dentro de él mientras le veía terminar sobre su
estómago, que bajaba y subía por los espasmos del orgasmo.
Se dejó
caer sobre él, dejando un húmedo beso sobre su agitado pecho, sonriendo al
sentir como le ponía las manos sobre el pelo de nuevo y le acariciaba
suspirando, mientras que una lágrima resbalaba por su mejilla hasta sus
tembloroso labios…..