Capitulo
4
Yunho
- Joder, aparece Joongie…–Mi pierna no dejaba de saltar y mi puño
golpeaba constantemente la mesa.
Trataba de fijarme entre todas las personas si por algún sitio lo
lograba ver, pero no había ni rastro de él. Era como si se lo hubiera tragado
la tierra. Habían pasado veinte minutos desde que se alejó de la mesa
supuestamente para ir por una bebida; pero aun aunque hubiera tanta gente aquí,
máximo se tardaría diez minutos en volver… Me estaba preocupando.
Desde que se fue no había podido dejar de pensar en lo último que me
dijo:
“Q-quiero
quedarme porque en casa sólo podemos ser hermanos y…y… no sabes cuánto detesto
eso”
Al parecer yo no era el único que pensaba de esa forma. Me mordí una
uña.
¿Y si Jaejoong también se ha sentido extraño? ¿Y si… siente lo mismo que
yo por él? Él es mucho más débil que yo y no dudo que si estoy en lo cierto, Jaejoong
en este momento está más asustado que nada, y no miento al decir que yo
también. Necesitaba hablar con él urgentemente.
- Yunho… ¡Yunho!… estás más perdido que nosotros chaval, ¿no escuchaste
nada de lo que te dijimos? –Nada importante seguramente y ni siquiera me
importaba hablar con ellos ahora; pero tuve que hacerlo por conveniencia
propia.
- ¿No la ven?
- Ooouh, tu novia. Es tan calladita que ni notamos que no estaba. Ya
enserio Yunho, ¿en realidad andas con ella? Porque conociéndote sé que harías
todo por cumplir la puta apuesta.
- ¿No la habrá alquilado? Conozco calles donde se puede hacer eso.
- No creo, si así fuera sería una guarra o más habladora; pero ésta es
diferente. Amigos, que se me hace que tendremos que acostumbrar a las pavitas a
vernos con mostacho.
- La madre que nos pario… adiós encanto; pero aun así sé que puedo tener
a la mujer que yo quiera, y si Debbie no estuviera “con dueño” sería la primera
que me… ¡Ey!… Au, au, au… ¡Era broma Yunho, suéltame!–Sí, bromeábamos así
antes, pero ahora se trataba de Jaejoong, y a él nadie me lo molesta. Le solté
el cabello que había agarrado con el puño desde la raíz y Changmin sólo se quejó
al sobarse la cabeza. –Ya pues, que sí andas con ella entonces.
- ¿Creen que si no, estuviera tan preocupado ahora? Busquen… ¿La ven por
alguna parte?–Todos algo inseguros por mi preocupación, levantaron la cabeza y
como radares comenzaron a buscar por todas partes al igual que yo.
- No la vemos por ningún lado, Yunho, ¿y si ya se fue?– ¿Irse? Él no
sería capaz. Dijo que quería quedarse ¿pero y si mintió? Nonono, él me avisaría
primero. Pero… ¿Y si aún no quiere verme? ¡No! Sigue aquí, estoy seguro.
- No, ella está aquí. Seguro se perdió al querer regresar – y aunque
sonara ridículo, era muy lógico considerar esa opción. El lugar estaba
infestado casi hasta asfixiar.
- ¿Qué te parece si voy a buscarla?–Yoochun, se levantó de la mesa
decidido a marcharse, no sin antes esperar mi respuesta. En realidad era el
único al que había notado mirando por todas partes desde que Jaejoong se había
marchado, tal vez estaba preocupado al igual que yo–la encuentro y la traigo aquí
sana y salva.
- No, en todo caso soy yo quien debe ir. –Hice el intento de ponerme de
pie también, pero Yoochun puso ambas manos en mis hombros, sentándome de nuevo.
- Eso parece ser lo más lógico, pero watcha: si ella regresa y no te ve
en la mesa, huira despavorida si sólo nos ve a nosotros. He notado como nos
mira – sonrió. En eso tenía muchísima razón, conozco a Jaejoong perfectamente y
estoy seguro que si viera la mesa sin mí en ella, preferiría ir a buscarme y de
nuevo un embrollo se armaría. No soportaba a mis amigos y mucho menos lo haría
a solas con ellos, y lo cierto era que yo tampoco sería capaz de dejarlo
rodeado de estos imbéciles, conociéndolos, quizá tendría que considerar la idea
de Yoochun. –Déjame buscarla, no será tan difícil como parece. Enseguida te la
traería.
-No estoy seguro…
- Ahora no puedes pensar bien porque estás preocupado. Hombre, te portas
de una manera muy sobreprotectora, eso no ayudara a nadie. Hazme caso –después
de darle varias vueltas al asunto, tratando de pensar en otras mejores
opciones, no me quedó de otra más que tomarle la palabra. No dudo que Jaejoong
se enojaría al ver a Yocun ir por él en vez de mí, lo más seguro que pensaría
que yo lo mandé a buscar. Pero no había muchas opciones y no dudo que también
se renegara a venir si me veía a mí. Esto ya me estaba alterando y
confundiendo.
- Vale, vale; pero si no la encuentras vienes de inmediato a avisarme
¿de acuerdo? A ver si no llega antes…
- Por supuesto, no lo dudes –me estrechó la mano y sonrió. Fruncí el
ceño.
Rápidamente se escabulló entre toda la multitud y al instante esa cabeza
Castaña se perdió entre ella.
- Yunho, que no le paso nada, deja de
tamborear la mesa que hasta un terremoto provocarás. Tranquilízate, ya verás
que ahorita la encuentra –no estaba muy confiado de eso pero decidí hacerle
caso a Junsu. ¿Por qué tenía que preocuparme?…”Jaejoong para nada es estúpido y a fin de
cuentas es un hombre que sabe cuidarse solo”…Me repetía mil veces eso para calmarme.
12:45
am
- ¿Crees que ya la haya encontrado?
- Exageras, apenas tiene cinco minutos que se marchó, se paciente.
–Paciencia era lo último que tenía en este momento. ¿Cómo quiere que esté
tranquilo cuando mi hermano está perdido por ahí? Tenía poco tiempo que se
había ido Yoochun, por lo que supongo yo tenía que seguir esperando.
01:05
am
- ¡Pero y éste qué! No ha venido ni él, ni mucho menos con Ja-Debbie
–empecé a dar golpecitos leves sobre la mesa con mis dedos y a seguir moviendo
las piernas en tic nervioso. Aún no regresaba…
- Otra vez… ya estas hartando Yunho. Dale tiempo de buscar. ¿Ya viste el
gentío que hay? Me imagino que no será nada fácil buscar a una persona aquí. Y
suponiendo como es tu noviecita, capaz y hasta esta escondida por un rincón
–desvié la cara hacia la manada de gente que brincaba y bailaba en el centro.
Un caos total. Supongo que entre uno era más complicado buscar, sólo esperaría
un poco más. ¿Pero por qué Jaejoong no regresaba aún?
Por
favor que esté bien…
01:23
am
- ¡Abran los ojos! ¿No la ven?
- Yunho, que no está por aquí. Yo digo que está por el otro lado. Pero Yoochun…
- ¿Saben qué? Por mi Yoochun y ustedes se
pueden ir a la mierda… ¡Yo voy a ir a buscarla! No es posible que ni eso sepa
hacer bien “Yo voy a buscarla” “Te la
traigo enseguida” ¡Demonios! De haber sabido hubiera ido yo
mismo–Yo ya no estaba sentado desde hace un buen rato, me la había pasado
caminando de un lado a otro en este mismo sitio, alzando la cabeza sobre todo
el jolgorio de gente, siguiendo inútilmente las estúpidas ordenes de Yoochun al
quedarme a esperar a Jaejoong por aquí.
Estaba demasiado enojado con todo mundo. Con el estúpido de Yoochun por
no hacer bien su trabajo; con Changmin y Junsu por estarme colmando la
paciencia; con Jaejoong por haber desaparecido y meterme en esta terrible
angustia y sobre todo conmigo mismo por haber permitido que se marchara solo.
¡Pero qué estúpido! Hasta algunas de las chicas que se habían acercado para
hablarme no les fue tan bien que digamos; pero nada se me hacía importante si
no se trataba de Jaejoong. ¡Ya estaba cansado!
- Estén pendientes. Si regresa o la ven me dan un timbrazo al cel.
- No Yunho, no vayas solo. Mejor te acompañamos.
- Sí, éste ya jugó con nosotros, es obvio que no regresará. –No me gustó
para nada la manera en que dijo esto último, sonó tan aterrador. Pero debía
considerar que tal vez ellos tenían razón… ¿Y si no regresaba? Sacudí la cabeza
borrando cada pensamiento malo y rápidamente con la mirada les hice saber que
estaba de acuerdo– ¿Quieres que nos separemos?
- No será necesario. Sólo mantengan los ojos bien abiertos –separarse
era una buena idea, pero ya no podía fiarme de ellos. Lo más seguro es que
terminarían perdiéndose también como lo hizo el tarado de Yoochun; pero
agradecía su disimulada y pequeña preocupación.
El primer sitio al que fuimos fue a la barra. Tuvimos que soportar
varios empujones y pisotones e incluso uno que otro reclamo; pero no me
importaba estar empujando gente para que se quitaran de mi camino.
Al llegar a ésta, nos fijamos bien buscando por todos lados; pero no
había rastro de él por ningún lugar. Incluso le pregunté al Barman por
“Debbie”, si no la había visto o si había venido por aquí, necesitaba saber.
- Pelinegra, alta, mmmh… ¿Vestía de negro?–Asentí frenéticamente –oh,
estuvo aquí hace como una hora más o menos. Sólo tomó un trago y se marchó.
- ¿No vio por donde se fue?–Preguntó Junsu.
- Por aquella dirección… creo –los tres volteamos hacia donde nos había
indicado y rápidamente emprendimos el paso. –No se veía muy bien así que le
dije que se fuera a casa–Stop.
- ¿Cómo? ¿Estaba enferma? ¿Algo le pasó?
- Parecía estar mareada. ¡Qué va!… Alcohol es a lo que le llamaría a su
enfermedad, estaba ebria. Sí, me pidió Tequila– ¿Perdón?–No dejaba de hablar y
hablar de cosas sin sentido y de reírse hasta de una mosca que volaba a su
alrededor. ¿Eso qué le dice? Anda en otro mundo…
- Vaya, por eso no la encontrábamos. Seguro está más pérdida que nada
–lo que bromeó Changmin me cayó como agua fría. Jaejoong no estaba bien, y lo
peor de todo es que estaba solo… o tal vez no.
- ¿Entonces dice que se fue…?
- Vino un chico… castaño, alto…–Todos nos miramos y con una simple
palabra lo deducimos.
- Yoochun–el barman se encogió de hombros.
-Se fue con él.
- ¡Cómo!… ¿Y usted lo permitió?
- La chica pareció conocerlo, lo llamó por su nombre; pero al instante
ella se levantó y se fue hacia donde les dije; él la siguió. –Me quería
arrancar el cabello de lo desesperado que me puse. Esto ya no me gustaba nada.
-Gracias. Entonces irem… ¡Yunho, espéranos!
Comencé a caminar y caminar hacia la dirección señalada, con Changmin y
Junsu siguiéndome.
- ¡Cuando lo coja lo mato! ¡LO MATO! –Al levantar la mirada me fijé en
aquel sitio… ¡El baño! ¿Cómo no se me ocurrió? Tal vez había tenido algún
problema y había entrado. Era una esperanza vaga pues calculando desde que el
barman lo vio irse, una hora es lo que había pasado. ¿Y si no estaba?
Llegamos a los baños y sin pensarlo me adentré en el de hombres,
buscando por todos lados.
- ¡Yunho! ¿Qué haces?–Ni siquiera me fijé que Changmin había entrado
detrás de mí.
- ¿Tu qué crees? Buscándolo.
- ¿A quién?
- Pues a…– ¡Coño! Era cierto. En este momento Jaejoong no era Jaejoong
si no Debbie. No sería nada lógico buscar a una chica en el baño de hombres.
¿Cómo se me pudo ir ese detalle? Fue inercia–…a Yoochun, me tiene que explicar
muchas cosas.
- No creo que esté aquí, lo conoces. Si estamos de acuerdo en lo que
estamos pensando que pudo haber hecho con tu chica, no creo que esté en el
antro –dejé de patear las puertas de los cubículos en un inútil intento de
encontrarlo en uno de ellos y me giré con la cara roja de coraje hacia Changmin.
- ¡No, sí está! ¿Sabes por qué? Porque la conozco y sé que no se iría de
aquí con él.
- La emborrachó, Yunho, y…
- ¡¿Te quieres callar?! Ya sé lo que hizo y por eso voy a matarlo cuando
aparezca –salí del baño hecho una furia azotando la puerta con fuerza. Con que
le haya hecho algo…
Una vez fuera, le pedí a una joven que entrara al baño de chicas y se
fijara si no veía a Jaejoong por ahí. Le describí todos los rasgos de Debbie y
entró sin problema. Al minuto ya se encontraba a fuera con una negativa en
respuesta. Me empecé a desesperar.
- ¡No está, no la encuentro!… ¡Sigan buscando! ¿Quieren?–Yo ya no
hablaba, si no mandaba. Ellos algo cohibidos asintieron, ¿qué otra opción
tenían? Empezaba a considerar que quizá sí se había podido escapar de él y se
haya marchado a la casa puesto que no lo veía por ningún lado. Incluso volvimos
a regresar a la mesa por si acaso, pero no había nadie. Estaba hecho un mar de
dudas y ya no sabía que pensar. – Oigan, ¿en verdad creen que se la haya
llevado?
- Lo conoces…–y vaya que sí –pero piensa, aunque le haya puesto los ojos
a Debbie, sabe que es tu novia. ¿Crees que sería tan cabrón como para
bajártela?
- No me pongas cuestionarios, ahorita no estoy de humor para eso –estaba
confundido. ¿Por qué otra razón no aparecía? ¿Y Yoochun? Lo mandé a buscarlo
más nunca volvió. ¿Dónde rayos podrían estar? No, no podía pasarme esto a mí.
Aunque no sea por Yoochun, tenía miedo de que le hubiera pasado algo.
Me llevé las manos a la cabeza, tratando de pensar que hacer. Vi entre
el gentío una bolita de muchachas que bailaban entre sí. Una de ellas tenía las
manos arriba y en estas un movil, el cual usaba como si éste fuera una luz.
¡Bingo!
¿Cómo no lo pensé antes? Rápidamente me llevé las manos a los bolsillos
buscando con desesperación mi celular.
- Voy a llamarle– busqué el nombre de jaejoong entre los contactos, lo
cual no fue nada difícil, y enseguida oprimí el botón de llamar.
Llamando…
Clinc…Clinc…Clinc…Clinc…Clinc…
- Contesta por favor… contesta…
Clinc…Clinc…Clinc…Clinc…Cli…
- ¿Qué pasa?
- No me coge el móvil…–Colgué antes de que entrara al buzón y enseguida
volví a marcar. Sonó una y otra vez y nada. Me extrañaba bastante. Jaejoong por
lo general siempre contestaba al segundo timbrazo pero en esta ocasión no fue
así. Y sí lo había traído porque yo mismo me había encargado de colocárselo
dentro del sostén– ¡Joder, no me contestó!
- Yo le llamo a Yoochun– Changmin, al parecer tuvo la misma respuesta
que yo, marcaba y marcaba y nada por el otro lado del teléfono.
- No lo coge. Sí, en definitiva está con ella.
- ¿Quieres seguir buscando, Yunho?
- Sí, de aquí no salgo hasta encontrarla –me preocupaban tres cosas. El
estado de jaejoong, el grado de borracho que estaba y lo zonzo que podría ser
para dejarse llevar por un desconocido. ¿Y si lo había obligado? Supongo que Yoochun
se llevaría una gran sorpresa al descubrir pequeño detallito en Jaejoong, ya
eso ni me importaba del todo. Es más, ahora deseaba que lo supiera.
Nos envolvimos de nuevo entre la multitud, todos pendientes de cada
rincón. Él era mi responsabilidad, en todo caso fue cosa mía haberlo traído
aquí y ahora se me había perdido. Si le paso algo, juro que no me lo perdonaré
jamás.
Anduvimos por casi todo el enorme lugar, tratando de evitar a costa la
muchedumbre de gente que se empujaba y bailaba como si de eso vivieran. La
mayoría estaba en el centro y otras personas sentadas disfrutaban de
conversaciones poco importantes.
Por casi en la esquina del lugar, había un alboroto mayor. Varia gente
saltaba y gritaba como nunca, formando un gran círculo que rodeaba a personas
que también bailaban. Hasta algunos tipos estaban subidos sobre las sillas,
chiflando y aplaudiendo la polémica que había en aquel lugar. Pude ver unas
manos por arriba de todos, supongo que de una de las cientos de personas que
bailaban ahí. Todo un caos.
- Me rindo Yunho. Ya hemos buscado por todos lados y nada que aparece.
- Debe estar aquí –después de dar inútilmente otra vuelta al local, nos
habíamos quedado en la barra Changmin y yo. Él se encontraba sentado y yo
parado. Ni siquiera podía descansar. Junsu fue mandado por Changmin a buscar
por los rincones, yo quise ir pero no me lo permitió, dijo que tenía que
despejarme un poco de todo esto.
- Y dejando atrás a Yoochun, ¿cómo sabes que no se fue sola a su casa?
Ya la hubiéramos encontrado si estuviera aquí.
- No, estoy seguro que sigue aquí. Si no está con Yoochun no se
atrevería a irse sin mí, ella no lo haría. Así que deja de estar diciendo cosas
absurdas y mejor vamos a buscar a Junsu antes de que se nos pierda también
–sólo di un paso cuando él me tomó del brazo.
- Yunho, te lo digo en buena onda. Venimos a divertirnos, no a estar de
niñeras toda la noche.
- ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Está perdida! No es nada normal que
desaparezca así como así.
- Lo sé, hombre. Pero cálmate, así alterado no conseguirás nada.
- Me vale, yo voy a ir a buscarla en vez de estar perdiendo el tiempo
contigo –me tomó de nuevo por el brazo y me hizo retroceder casi al instante.
- ¡Que no Yunho, espera! Ya, no exageres. Mira, si sigues buscando jamás
aparecerá. No has escuchado la frase de, si tienes algo déjalo libre y si lo
recuperas… no… si regresa te lo quedas y si no… joder, no me acuerdo muy bien
ahora, pero el chiste es que si dejas de buscarla seguro aparece. Siempre pasa.
- ¿Entonces quieres que me quede de brazos cruzados sin hacer nada
esperando a que aparezca?
- Exacto. ¿Ves como nos entendemos?–Cerré los ojos con fuerza. Esto cada
vez estaba peor. Esperar no me ayudaba en nada y estaba que sacaba chispas por
mi hermano. ¿Pero donde coño estaba? Cuando abrí los ojos me fijé en una
silueta inconfundible que venía corriendo velozmente hacia a mí: Junsu.
- ¡Yunho!… uff… no vas a creerme esto…–Por su expresión suponía que
debía ser algo sumamente importante para mí, a lo que rápido me acerqué, lo
tomé de los hombros y lo sacudí frenéticamente para que hablara.
- ¿Que pasa? ¿La encontraste?… ¡Dime que la encontraste por favor!
¡Habla!
- ¡Hey! Amigo… me vas a romper el cuello –sin reaccionar, enseguida lo
solté. Éste sólo se quejó y se sobó el cuello el cual había sido casi doblado
por la zangoloteada que le di. Pero ni su casi fractura me importó.
- Ya… ¿Qué paso? ¿La viste?
- Auh… no estoy seguro.
- ¡¿Cómo que no estás seguro?! No te entiendo… ¡La viste o no!
- Cálmate Yunho –Changmin se puso entre los dos al ver la situación. Junsu
era un pequeño gatito y yo un perro rabioso– Junsu, habla de una vez antes de
que Yunho te acribille.
- Bueno… o fue mi imaginación o era tu tímida novia la que encontré
bailando en aquella multitud desenfrenada.
- ¿Cómo dices?–Junsu me señaló la dirección de donde había venido.
¡¿Qué?! Si era la misma avalancha de gente que habíamos visto varias veces, en
un rincón, gente rodeando a personas que bailaban.
Rápidamente me dirigí hacia la enorme cantidad de personas que se
encontraba rodeando la mesa a la que se refería Junsu… ¡No! Sólo rodeaban a una
sola persona. Al llegar ahí me escabullí entre toda la gente, empujando de mala
gana hasta lograr colarme hasta el frente. Casi me dio un ataque.
- ¡Ey, ey, ey!… hip… no creerán que me verán los calzones, eeehh… hip…
para eso las nanas de sus casas jijijijiji…–Soltó tan natural entre risitas estúpidas
y pasos verdaderamente torpes. Y no lo digo porque caminaba si no porque al
estar parado solo, en la única mesa que rodeaban, estaba bailando. Sí, lo había
encontrado ¡y de qué manera!
- ¡Vamos nena, muévete más!
- Eah, eah… eah, eah… no te cortes… ¡Enséñanos como te mueves, preciosa!
- Así se mueven… hip… las serpienteeees… ¡Eeeeaah!–Con los brazos al
aire y con la cabeza echada levemente hacia atrás, comenzó a mover la cadera de
un lado a otro, despacio, tratando de menearse a un ritmo deseado inútilmente…
no dejaba de balancearse. Hasta temí que cayera al suelo. ¿Pero cómo llegó a
esto? La boca debía llegarme al piso de lo impactado que estaba.
- Aaaala… ¿Sí es tu novia? Pero mira qué bien se mueve –Changmin se unió
a la bulla y yo quise acribillar a todos los presentes, iniciando con jaejoong.
A pesar de su estado, aun seguía disfrazado de chica cosa que agradecí,
pero en definitiva su actitud era de un mismísimo payaso de circo. Estaba
bailando hasta arriba de la mesa tan sonriente y vivaracho que fue imposible de
creer. Jamás lo había visto comportarse de esa manera tan poco común de él y
mucho menos verlo bailar así, de hecho, ¡jamás lo había visto bailar!… ¿Qué no
le gustaba? Ahora parecía que me había timado.
Movía las caderas de una forma tan disfuncional que no comprendía como
atraía tanto la atención de todos aquí presentes. Aunque lo coqueto no se le
iba ni aun estando ebrio. Tenía ambas manos arriba mientras brincaba una y otra
vez, haciendo ruido con las botas cada vez que caía. ¡El maldito vestido casi
se le alzaba cada vez que hacia eso! Y a él ni parecía importarle.
- ¡Que no muevan la mesa!… hip… que me caigo y ya no hay nadaaaaa –en
realidad era Jaejoong el que se balanceaba, no dejaba de reírse por las cosas
que decía y cómo no, comenzó a dar palmas y a incitar a la gente a que siguiera
aclamándolo –vamos… eah, eeeah, eaah… bailen conmigoooo jijiji…
- ¡Vamos nena!… ¡Muéstranos más cositas!
- ¡Muévelo más! … Si, así… eeeeaaaaah…
- Jijijiji… hip…
- ¡Quítate ese vestidito!… ¡Yo te doy cien, preciosa!– ¡Pero qué…! Ni
cuenta me había dado. ¡La mayoría de los espectadores eran hombres! Todos
estaban gritando y aplaudiendo e incluso vi varias manos que ofrecían dinero a
cambio de que él siguiera con su “show”…La sangre me hirvió de coraje. Con
empujones me fui acercando a un tipo que trataba de tomarle fotos por debajo
del vestido, pero tras mi trayecto, alguien llamó mi atención…
Yoochun.
Estaba cómo no, hasta el frente, un poco alejado de nosotros. De hecho
él era uno de los que tenían dinero en sus manos… Desgraciado. No sé cuantos
pasos di pero cuando me di cuenta ya lo tenía enfrente. “Lo tenía”, pues con el
tremendo empujón que le di retrocedió varios pasos, haciendo que la distancia
entre nosotros fuera considerablemente notoria, llevándose consigo a varias
personas que estaban detrás de él, dos de ellas eran chicas, pero no me
importó.
- ¡Tú!… ¡Eres un autentico hijo de puta!–Con los puños cerrados me
acerqué a él antes de que pudiera levantarse y la cara de horror de Yoochun no
fue impedimento para que lograra detenerme, él no, pero Changmin me tomó por la
espalda y detuvo mi previa pelea– ¡No, déjame! ¡Me las va a pagar!
- ¡No empieces una pelea ahora, Yunho…!– Junsu fue directo hacia Yoochun
y lo levantó del suelo pero de inmediato lo sujetó para que no se me acercara y
prevenir que esto se vuelva algo más grave.
- ¡¿Qué le hiciste?! Porque sé que fuiste tú…
- Se está divirtiendo ¿no? Cosa que tú no lograste hacer desde que
llegamos –esa cara engreída que tenía me dio la certeza de que definitivamente…
¡Era un hijo de puta! Y además sonreía.
- ¡Llevo más de una puta hora buscándola! ¿Por qué no la trajiste como
te lo pedí? ¡¿Qué pretendías hacerle?! Porque sé que le hiciste algo, te
conozco, no te atrevas a mentirme.
- Ey, a mi no me eches el muerto por la actitud de tu noviecita. Yo no
tuve nada que ver. Cuando la encontré traté de hacer que regresara pero ella no
quiso venir.
- ¡Mentira! Yoochun, cuando te ponga las manos encima juro que te…
- ¡Ya estuvo! Yunho, nosotros nos encargamos de él, tú mejor ve antes de
que alguien le meta mano a Debbie y ahí si no habrá quien la defienda– ¡Cierto,
Jaejoong Me había olvidado por completo que seguía en la mesa.
Dejando atrás mis reproches, y dándoles la razón a ellos, me solté de
golpe y les di la espalda para acercarme de nuevo a Jaejoong. Ya después le
rompería la cara a Yoochun, total, no sería la primera vez que lo hiciera.
Cuando me paré frente y debajo de él, no me extrañó para nada verlo
bailando y brincando aún con la enorme sonrisa en su rostro, era como si no le
importara nada las curiosas miradas hacia él. Quizá no a él; pero a mí sí.
- ¡JAEJOONG! –Grité. Mis compañeros no estaban junto a mí así que no me
preocupé al nombrarlo con su nombre.
De inmediato, como si la música hubiera parado de sonar, dejó de bailar.
Se quedó quieto por un momento, buscando hacia ambos lados hasta que tuve que
alzarle la mano para que me viera… Funcionó. Los ojos le brillaron cuando me
localizó y su sonrisa que había desaparecido, renació.
- ¡Yuuuuuuuunho! –Caminó hacia mí, pero arriba de la mesa, con esta
tambaleándose y Jaejoong ni cuerdo para caminar bien. Estuvo a punto de caerse
de boca si no le hubiera tomado de la mano fuertemente antes de hacer más el
ridículo. El cabello se le fue casi todo a la cara y tuve pavor al pensar que
se le podía caer, pero la condenada estaba bien adherida a su cabeza. Se llevó
el cabello de mala gana hacia atrás sin mucho éxito, pues varios mechones se le
quedaron pegados en la cara por el sudor que tenía. Se paró de nuevo aunque
quedó encorvado aún sin soltar mi mano– ¡Ven aquí, baila con tu
nooooviiiiaaaa!–Gritó esto último con más fuerza y yo casi casi estuve a punto
de venerarlo al ver a todos los mirones observarnos.
- ¡Nooooooo, que tiene novio!
- ¡Déjalo! Mejor vente con nosotros, preciosa.
- Ya, que éste te pega un golpe como lo hizo con el otro tipo.
- Pero se la lleva… ¡No, déjala bailar!
- ¡Aguafiestas, aguafiestas, aguafiestas, aguafiestas, aguafiestas,
aguafiestas…!–Fruncí el ceño con tan sólo escucharlos ¿de qué iban? Si fuera
pulpo ya los hubiera golpeado a todos de un jalón.
- Yunnnnie… yo quiero bailar contigo.
- ¡Ya! ¿Estás loco? Te bajas ahora porque te bajas –aproveché su débil
agarre para tirar de él fuertemente y lograr que se bajara de la mesa.
- ¡Aaaaaah!–Casi me deja sordo cuando gritó al sentir el vértigo de la
caída. Hasta creo que se le quitó el hipo de inmediato. Cuando bajó, lo sostuve
en brazos para evitar que se lastimara. Era todo un desastre. Se tambaleó
varias veces antes de poder enderezarse por completo y ni eso logró hacer. Lo
alejé de la multitud enardecida y me lo llevé fuera de la pista de baile no sin
antes escuchar unos que otros reproches de parte de “sus admiradores”– ¿Por qué
me bajaste? Querían pagarme ¿no viste?… Iba a ser millonario–Trató de zafarse
de mi agarre pero no se lo permití.
Aunque no me gustara para nada la idea de haberlo encontrado bailando
para un montón de hombres calientes, sentí un alivio enorme al tenerlo frente a
mí, algo exhausto, perdido, vestido aun con esta incomoda ropa pero sonriente
al verme.
Lo abracé fuertemente. Sentí su delgado cuerpo encajar con el mío, y su
cabeza recargarse en mi hombro.
- No vuelvas a desaparecer de mí así ¡¿Quieres?!
- Tengo sueño.
- Bien, nos vamos ahora –si era necesario tener que cargarlo para
sacarlo de aquí, estaba dispuesto a hacerlo. Era más que obvio que Jaejoong no
estaba en sus cincos sentidos.
- Espera Yunho, quiero sentarme…– ¿Y ahora que pasaba? Empezó a aflojar
más el cuerpo, lo sentí más pesado cada vez.
- De acuerdo, sentémonos, pero sólo por un momento ¿sí?–Jaejoong asintió
débilmente y enseguida nos sentamos en la primera mesa que vimos libre– ¿Te
sientes bien? –Coloqué mi mano sobre su mejilla, cerciorándome si no estaba
enfermo o algo. Jaejoong tenía los ojos cerrados y la cabeza la tenía apoyada
en la mesa– ¿Por qué no regresaste? Estaba muy preocupado por ti.
- ¿Te enojaste conmigo, Yunho? –Levantó la cabeza algo flojo, rascándose
la peluca. Supongo que ya le molestaba.
- Nada de eso ¿por qué lo dices?
- Vino tu amigo ese… el castaño, dijo que tenía que volver con él a la
mesa. Yo estaba esperando mi copa, no podía ir. Cuando me la dieron me jaló del
brazo y… y, dijo que tú habías dicho que te dejara solo por un momento–ese
estúpido, como no lo tenía en frente.
- Dime que más te dijo.
- Quería llevarme a casa… auh…–Frunció el
ceño y se tomó la cabeza, supongo que le dolía. Me acerqué y le masajee las
sienes con la yema de los dedos. Bajó las manos y cerró los ojos dejando que lo
hiciera–…“Yunho
ya se fue, dijo que te llevara a casa para que no te regreses sola” Eso mismo dijo ¡JA!… El tonto creía que yo
era mujer jijijji.
- ¿Eso te dijo?
- No le creí. Me escondí entre toda esta gente y… él me siguió.
- ¿Y después?
- Vi una mesa aaaaalta y me subí en ella para buscarte y… ¡Yunho,
pusieron la canción que me gusta!… Hace mucho que no la escuchaba… ¡Es que yo
no quería bailar solo! Quería bailar contigo…–Me agarró la mano y colocó su
cabeza encima, recargándola en ella. Tenía los ojos cerrados, sólo podía sentir
su respiración rozar mi muñeca… era cálida. –Dijiste que no me soltarías…
- Ya no lo haré, te lo prometo –le quité el molesto mechón que tenía
sobre la cara y se lo coloqué tras la oreja–Pero… ¿Por qué no me contestaste el
móvil? Te marqué varias veces ¿no lo escuchaste? Oh, no me digas que lo has
perdido…
-Hum…–murmuró– ¿Móvil…?
- Te lo metí en…–Fugaz mirada hacia su “busto”…Pareció comprender. Sin
despegar la cabeza de su sitio, se llevó una mano a su falso pecho abultado y
palpándolo por todos lados, se sacó el celular. Logré visualizar las llamadas
pérdidas provenientes del mío plasmadas en la pantalla. Cuando Jaejoong lo vio,
frunció el ceño y me miró algo triste. Después, sin desbloquear el marcado
aviso de “Llamadas perdidas” Se lo volvió a guardar en el mismo sitio.
- Oh… el móvil vibraba. Pensé que era mi corazón que latía y latía con
fuerza. Estaba pensando en ti.
- ¿Pensaste que era…? Ay, Jaejoong –le sobé la espalda
de arriba abajo a lo que jaejoong respondió con suspirar. En definitiva Jaejoong
no estaba en sus creces; pero no niego que su inocente comentario logro sacarme
una sonrisa en el rostro. Eran pocos los momentos que pasaba con Jae así de
cerca, y me gustaba mucho disfrutarlos, aunque no mucho en el estado que se
encontraba.
¿Y todo por culpa de quien?…Yoochun. Ya lo suponía.
Ahora entiendo porque jamás regresó. ¡Quería llevarse a Jae! O mejor dicho, a
Debbie. No quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si lo conseguía. No me
preocupaba nada tener que explicar porque Debbie resultó no ser mujer, eso era
lo de menos; más bien, me ponía nervioso al pensar en lo que sería capaz de
hacerle a Jaejoong al descubrirlo. Por suerte, no pasó a más.
Después arreglaría cuentas con él, y vaya que tengo
buenas maneras de hacerlo.
- Oye Jaejoong, ¿recuerdas cuantas copas te tomaste
desde que desapareciste?… Jaejoong, no te
duermas –lo moví un poco y en un segundo abrió los ojos.
- No duermo…–Volvió a cerrarlos. Estaba cansado, tenía
que llevármelo–sólo me tomé una. –Respondió.
- ¿Estás seguro? No me mientas…
- No miento. Sólo llevo la que bebí en tu mesa, la que
robé del camarero jijijiji… y una con la de la barra. Oye ¿crees que me lleven
a la cárcel?–Era ilógico que se comportara tan extraño sólo con tres copas, ni
siquiera era alcohol solo. Lo más seguro es que se le había subido por lo
rápido que se las tomó.
- Está bien –le di un pequeño abrazo con un solo
brazo, pues el otro aún seguía debajo de la cabeza de Jaejoong.
- Cuatro.
- ¿Qué?
- Fueron cuatro, no conté la que me dio el Castaño.
- ¿Te dio una bebida Yoochun?
- Seeeeh… ¿no te acuerdas? El mismo fue por ella a la
barra, tú estabas…– ¡Cierto! Yoochun había ido por la bebida de Jaejoong, el
mismo fue quien se la trajo, entonces quiere decir…
- A ver Joongie, mírame…–Lo tomé por el mentón y le
alcé el rostro, acercándolo para verlo mejor. Los ojos no dejaban de marearlo
al estarse moviendo sin rumbo fijo, ni siquiera podía mantener la mirada fija
en mí por mucho tiempo, se le desviaba y estaban completamente rojos…
¡Desgraciado mal parido! ¿Cómo rayos pude pasar eso por alto? Ahora encajaban
todas las piezas.
Junsu, Changmin y sobre todo Yoochun, tenían una
especie de estrategia cobarde para conquistar chicas. Les compraban bebidas con
un sobreactuado gesto de caballerosidad. La llamaban entre ellos “La bebida
mágica” ¿Cómo se atrevió a hacer ese truquito con Jaejoong?…Sí, lo había
drogado. El muy canijo le había echado el mismo polvo con el que droga a sus
víctimas. Una droga suave, sólo te confunde al principio, lo suficiente para
llevar a cabo sus planes ¡aun sabiendo que era mi novia! Simplemente con
Jaejoong, hasta el más heterosexual rompía los esquemas con apenas mirarlo.
¡Éste me las tenía que pagar!
Solté a Jaejoong y rápido se recargó de nuevo sobre la
mesa. Lo contemplé discretamente, estaba calmado, tenía los ojos cerrados,
respirando tranquilamente. Yo no era experto en esto, pero tal vez los efectos
ya empezaban a pasársele. En si había pasado más de una hora desde el
incidente.
Apreté el puño con fuerza al igual que los dientes
completamente cabreado… ¡Joder que yo lo mato, juro que lo mato!
- Ven, levántate –alcé a Jaejoong por la cintura una
vez que lo desperté –es hora de irnos, te veo muy cansado.
- ¡No es cierto! No quiero irme aún…
- Lo siento pero ya es tarde, ya estuvimos mucho rato
aquí.
- No, todavía falta que hagamos algo…–Me tomó de la
mano y algo más firme, empezó a caminar directamente hacia la pista. Yo me
mantenía fijo en él por si tropezaba pero de inmediato empecé a entender sus
intenciones.
Traté de zafarme pero al parecer tenía más fuerza de
la que creía.
- ¿Qué es lo que estás haciendo?–Se detuvo en un punto
fijo entre la multitud danzante y de inmediato enroscó sus brazos alrededor de
mi cuello, de nuevo poniendo todo su peso sobre mí.
- Todavía no he bailado contigo –antes de que pudiera
decir algo, sentí como empezó a moverse, o más bien a balancearse lentamente de
un lado a otro en el mismo lugar, contagiando en mí, el ritmo de sus pasos. Por
inercia lo rodeé de la cintura suavemente y el recostó su cabeza sobre el hueco
de mi hombro y mi cuello, sintiendo su respiración chocar sobre mi piel.
De puro instinto le besé la sien y el sonrió… Lo tenía
tan cerca. Muchas miradas se posaban en nosotros ya que nuestros pasos no
concordaban en absoluto con el ritmo de la música. Todos brincaban y se movían
frenéticos, pero nosotros más bien parecía que bailábamos un Vals. Me gustaba.
En nuestro mundo sólo estábamos él y yo.
Jamás me había sentido tan cómodo con una persona.
- Jaejoong, este olor es…–Al tenerlo tan cerca, pude
darme cuenta de algo.
- El perfume de mamá. Tenía que oler a chica. Incluso
también me puse su desodorante, sólo espero que mama no se entere jijijij… no
le digas eeehh…
- No lo haré…–Todo lo que había hecho por mí y yo aún
no se lo había agradecido, me sentí culpable. –Por cierto Jaejoong, gracias por
ayudarme en esto, de verdad que te debo miles.
- No quería verte con bigote, así que también el favor
fue para mí –lo escuché reír mientras sus caderas no dejaban de menearse
despacio –me gusta estar así contigo Yunho, solitos los dos, sin tus amigotes.
- Créeme que no miento al decir que a mí también –no
sabes cuánto…
- Te quiero mucho, demasiado, Yunniiie…–Tragué saliva.
Nunca era necesario decir que nos queríamos pues eso era más que obvio, siempre
nos limitábamos a no estar separados. No hacíamos nada sin el otro y eso pudo
haber ocasionado que mis sentimientos tomaran otro tipo de afecto por mi
hermano, pero ¿qué era lo que pensaba realmente, Jaejoong? Hace rato había
mencionado algo que me dejó seco y nervioso por largos minutos, no quería
hacerme ilusiones con nada, pero si tuviera que deducir algo con lo que llevo
conociéndolo, diría que somos más parecidos de lo que pensábamos. Lo abracé mas
fuerte– Te quiero de aquí hasta las estrellas de ida y vuelta–Ingenioso como
siempre. No pude evitar reír.
- ¿Enserio? No sabía que me querías tanto…
- Es que antes no lo había notado, bueno sí, pero…
ahora me doy cuenta que te quiero mucho más y… además nunca te lo había dicho.
- Me alegra que lo hicieras, porque ¿sabes? Yo te he
querido mucho antes y mucho más de lo que tú me quieres y me llegas queriendo
de ése modo. –Tal vez me había apresurado al contestarle de esa forma, pero
comenzaba a sospechar que yo no era el único que se sentía culpable al esconder
algo prohibido.
Y al sentir a Jaejoong asentir, afirmé que no estaba
equivocado. Mi corazón dio un vuelco de felicidad. Sabía que Jaejoong no estaba
completamente lucido, pero antes de este estado, me había casi confesado lo
mismo que yo había tratado de gritarle todos los días, por eso creo que en el
estado en el que está, le había dado más valentía para acercarse conmigo de esa
forma. La embriaguez y la droga sólo lo empujaron a hacer lo que antes no se
atrevía.
De un momento, sentí sus labios pegarse a mi cuello,
quietos, inertes. Entrecerré los ojos.
- Dime…–Rozaban mi piel– ¿De aquí hasta donde?–Con un
poco de esfuerzo, levantó la cabeza para poder mirarme, lucía tan adorable. Sus
ojos ya se mantenían fijos en los míos… Brillaban. Pero aun estando mejor,
seguía un poco colocado. Me encantaba lo tierno de su comportamiento.
- Mmmh, pues veamos. De aquí, hasta la galaxia que aún
no ha sido descubierta–ladeó la cabeza.
- ¿Y por qué no ha sido descubierta…?
- Porque está muy lejos, y necesitarían tardar
millones de años para encontrarla –sonrió enormemente y abrió la boca en total
asombro, como si lo que acabara de escuchar fuera algo sumamente sorprendente.
- Aaw entonces sí me quieres muuuuchooooooo–asentí. No
dejaba de mirarme y yo tampoco a él, sus ojos me habían atrapado totalmente–
¿sabes? Me ha gustado mucho ser tu novio.
- Mas bien mi “novia”
- Mmmh… también –ambos nos seguíamos moviendo
lentamente. Era como si todo lo que se encontraba a nuestro alrededor, hubiera
desaparecido…–Eres muy guapo.
- Tú también eres muy guapo, Jaejoong.
- Es porque somos hermanos –soltó una pequeña risita
traviesa al reírse de su propio comentario.
- Sí, somos hermanos…–Y como si alguien le hubiera
puesto pausa a una película, nos mantuvimos Jae y yo mirándonos a los ojos que
poco a poco perdieron el brillo. De pronto esa pequeña burbuja en la que
habíamos entrado ambos, se reventó en un segundo y nos hizo caer a la realidad.
“Somos hermanos”
Nunca creí poder odiar una palabra tanto como lo había
llegado a hacer. Jaejoong me hacía sentir muchísimas cosas hermosas con tan
sólo verlo, me transportaba a lugares sumamente bellísimos; pero lo nuestro
simplemente era un espejismo.
- Yunho, y si no fuéramos hermanos… ¿Qué hubiera
pasado entre nosotros?
- ¿A qué te refieres?–Se mordió el labio y parpadeo
varias veces, tratando de pensar.
- Bueno… sabes ahora que te quiero demasiado…
- Aja…
- Que siempre te he querido…
- Sí…
- Pero no sabes que…
es un sentimiento mucho más fuerte, te quiero de diferente manera. Te quiero
mucho más que a un hermano. ¿Tú también me quieres así?– ¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum, bum!…
- Desde siempre– agachó la mirada y sonrió algo
apenado. Parecía un niño al que apenas le explicaban las cosas.
- Entonces, si fuéramos hermanos normales no podríamos
estar bailando así ¿cierto?
- Cierto– lo tomé de la espalda baja y lo pegue mas a
mí. Jaejoong me envolvió mas con sus brazos y pocos centímetros eran los que
nos separaban.
- Entonces, si tú fueras un hermano normal jamás me
hubieras pedido a mí que me hiciera pasar por tu novia y si yo fuera normal
jamás hubiera aceptado ¿cierto?
- Cierto –le acaricié la peluca con los dedos y
observé descaradamente el falso pecho de Jaejoong, acordándome por todo lo que
tuvo que pasar para tenerlo. Le acaricié la espalda, sintiéndome un poco
culpable. Sentí sus delicadas manos tomarme del rostro. Lo miré.
- Y entonces, definitivamente si fuéramos hermanos
normales… no podría hacer esto –lo vi cerrar los ojos y ladear la cabeza, se
acercó lentamente y esperando con ganas, impactó sus labios en los míos.
Al principio, yo estaba como en estado de shock; pero
al sentirlos perfectamente amoldados con los míos, suaves, cálidos, presioné
más sobre ellos logrando que un suspiro saliera de la pequeña nariz de
Jaejoong. Sentí un leve cosquilleo en el estomago cuando sin demora ni otro
contratiempo, empezó a mover suavemente sus labios… yo le seguí. Los entreabría
y cerraba casi al compás de él. Sin darme cuenta, ya me encontraba sumergido en
el encanto del beso. Sabía que esto ya no era incorrecto, que mi conciencia
estaba de mi lado al gritarme que por fin podría ser completamente feliz con mi
hermano, de la forma que ambos queríamos.
Lentamente sus manos empezaron a acariciar mi rostro y
fueron descendiendo poco a poco hasta mi cuello, rozándolo sensualmente con las
uñas. Al ya no poder controlar los suaves movimientos de nuestras bocas,
comencé a profundizar el beso, acariciándolo con la punta de la lengua hasta
que él me permitió entrar al abrir levemente la boca. Ladeó la cabeza aún más
del lado contrario que yo y nuestras lenguas comenzaron a rozarse por primera
vez la una con la otra, sintiendo un exquisito placer. Coloqué una mano detrás
de su nuca, sentía como se relajaba cada vez que cambiaba de lado. Lo acerqué
más a mi cuerpo con la ayuda de mi otra mano a lo que él pareció no importarle.
Lo bueno que Jaejoong estaba vestido de esta forma, si no ya me imagino las
miradas y comentarios indiscretos hacia nosotros.
Empezaba a entrar en calor y nuestro beso a salirse de
control, podía jurar que cualquiera que nos viera pensaría que nos estamos
comiendo el uno al otro. Nuestras respiraciones se sentían agitadas y nuestro
pecho no dejaba de subir y bajar. Comencé a cerrar y abrir la boca sobre la
suya, besándolo dulcemente con un pico cuando comenzamos a separarnos. Pegó su
frente con la mía, ambos sin abrir los ojos aún. Yo quería seguir en este
sueño, porque sí, de ahora en adelante lo sabía… La pesadilla se había ido.
- Jaejoong, dime que esto es real, por favor– le acaricié
los costados al abrir los ojos, el ya me miraba. Me alegró ver como sonreía.
- Estoy aquí, contigo. Es real…–Me dio un tierno beso
en la mejilla, cerré los ojos por el gusto. Lo sentí eterno–…Y también fue
delicioso, ¿a que sí, Yunniie?
- Estoy de acuerdo.
- Otra vez ¿sí? Dame otro beso…– Jaejoong me rodeó de nuevo con sus brazos, acercándose
peligrosamente a mi rostro–Uno chiquito…–Sin esperar a que le contestara,
terminó por dármelo él. Esa carita tan expresiva que tenía, se le notaba feliz–
¿Me das otro? –Esta vez sí fui yo quien se lo dio, suave, un pico
solamente–Otro…–Le obedecí–Otro…–No paraba de sonreír cuando lo besaba al igual
que yo. Parecíamos dos chiquillos que acababan de dar su primer beso y la
sensación les había gustado. Muy adictivo–Otro más…
- No, Jaejoong espera…
- ¿Dijiste que no?
- ¿Ya no te sientes mal? –Tenía que asegurarme.
Jaejoong frunció el entrecejo, pensativo.
- Ya no veo las luces moverse como antes. Me siento
mejor contigo.
- Y… ¿Sabes lo que acabamos de hacer? –Hizo una mueca
con la boca, mirándome.
- No estoy borracho si eso es lo que piensas… Ya no. Y
sí, sé lo que acabamos de hacer y no pienso olvidarlo si es lo que temes…–Sí
temía. Muchas veces en este estado las personas olvidan las cosas. Temía que a
Jaejoong le pasara lo mismo. Aunque él ya se notaba más despejado, normal,
seguía un poco ido, pero confiaba que lo que hacía era lo de que en verdad
sentía.
- Confió en ti.
- Y… ¿Me das otro beso?
- Será mejor que nos vayamos a casa.
- Sólo uno más, de éste tamaño…–Hizo un gesto con la
mano simulando tener algo pequeño en ella.
- Jaejoong …
- ¡Eres mi novio!…Y quiero que lo sigas siendo. ¿Lo
serás aun después de hoy?
- Lo seré… ¿Tú serás el mío?
- Ya lo soy, tonto…–Ambos sonreímos. Jamás pensé que
llegara a pasar esto alguna vez. Se siente raro cuando los sueños se vuelven
realidad –Mi beso…
- Ya nos vamos. Te prometo que cuando lleguemos a casa
te daré otro beso, uno más grande ¿sí? –Quería sacarlo de aquí, quería tenerlo
más seguro en casa, por lo que si accedía a su petición nos demoraríamos más,
pues conociéndolo…
- Nooo, ahorita mejor…–Con los pucheros casi no podía
resistirme, pero tenía que hacerlo.
- Ya dije Jae, si quieres otro beso, tendremos que
llegar a casa primero –jamás imaginé el día en el que Jaejoong, me estuviera
casi rogando por un beso, era muy sorpresivo para mí. Jae, dudó un poco mi
propuesta, pero al final pareció convencerse.
- Está bien, vámonos ya –Lo tomé de la cintura y
enseguida nos dirigimos hacia la salida. Pero justo antes de salir, me fijé que
el relleno estaba a punto de salírsele, quizá por apretarlo tanto.
- Aguarda…–Lo detuve antes de que saliera y empujé
todo para adentro, acomodándole y escondiéndole todo el arrugado papel que
llevaba puesto desde hace varias horas. Jaejoong sólo miraba lo que hacía en
silencio.
- Tan pronto y ya metiéndole mano ah…–Me quedé
estático de impulso y tras dos segundos después de reaccionar, quité mi mano
del pecho de Jaejoong, quien sólo se mantuvo mirándolos algo aturdido. ¿Tenía
que encontrármelos justo antes de irnos? Creí que ya se habían largado.
Rápidamente volteé y con el dedo corazón les dije todo lo que tenía que decir.
- Seguro hasta lo oscurito se fueron ¿no? No los
encontrábamos por ninguna parte y ya vemos porque…
- Sólo nos besamos…– Jaejoong, me tenía sujeto por la cintura en un intento
de abrazo. Fue él quien contestó su pregunta ingenuamente.
- Oh, vaya, pero miren nada más que vocecita te
cargas… ¿Ya hablas nena?–Junsu, empezó a reírse como si lo que hubiera dicho
Changmin, fuera lo más gracioso del mundo… Par de idiotas.
- No con ustedes, pero si con mi hermanito… ¿Verdad
que ya te dije cuanto te quiero, Yunho?–Casi me da algo. Volteé a ver a
Jaejoong para evitar que hablara de más. ¿Qué aun seguía perdido?…Esa sonrisa
macabra, esos ojos firmes contra los míos… ¡Lo hizo apropósito! Le achiné la
mirada a lo que él sólo ensanchó más la sonrisa. Sólo esperaba que con su
bromita, este par de imbéciles no se hayan percatado de eso.
- ¿Tu hermano?
- ¿Le dijo hermano?
- ¿Pero de que va?–Ambos intercambiaban miradas algo
incomprensibles. Se miraban extrañados o más bien desconcertados. Como sea
tenía que aclararlo.
- Está ebria, confunde las palabras…– Jaejoong me pellizcó el costado, por lo que me aguanté
el quejido que si no…
- Oh, ya veo…–Ambos parecieron convencerse por lo que
pude respirar aliviado.
- Yunho, ya quiero irme…
- Sí, ya nos vamos…–Pero antes…– ¡Oigan! ¿Saben dónde
se metió Yoochun?
- Se nos escurrió de las manos, pero cuando lo
volvimos a ver ya se estaba yendo con una guapa rubia hace como una media
hora…Ya ves–se encogieron de hombros.
Con que ya se había ido. Vaya forma que encontró para
librarse de mí; pero ni crea que esto se quedara así, ya me las arreglaré con
él.
- Luego “hablo” con él. Nosotros ya nos vamos, nos
vemos después.
- Directito a sus casas eh, no se desvíen.
- Aja, sí, como digas…–Reímos y ambos se despidieron
de Debbie, esta vez sin beso en la mejilla. Jaejoong se encontraba
completamente aferrado a mi cuerpo. Solamente se limitó a despedirse de ellos
haciendo un ademan con la mano.
Al salir nos dirigimos al auto, subí a Jaejoong con
cuidado del lado del copiloto y me aseguré de que se pusiera el cinturón.
Enseguida me subí también.
- ¿A casa? –Preguntó.
- A casa –afirmé. Sonrió y entrelazó su mano con la
mía, la cual besé segundos después.
El auto lo puse en marcha…
(…)
- Hum…Yunho, ah…–Jaejoong no dejaba de apretarme la
camiseta por la espalda, envolviéndola con sus puños al sentir mi boca besar su
esbelto cuello.
Su sudor sabía justo como lo había imaginado.
Ladeaba mas la cabeza mientras mi lengua tímidamente
comenzaba a recorrerle la piel de arriba abajo. Comenzó a enrollarme con las
piernas la cadera, empujándome más contra él.
En resumen, el pequeño beso que le había prometido al
llegar a casa se nos había salido de las manos al no poder controlar las
caricias con las que lo acompañamos y sin darnos cuenta de cuándo y cómo,
acabamos tumbados en la cama de su cuarto, devorándonos sin límites y
continuando el beso en algo más intimo.
Comenzó a meter sus manos por debajo de mi camiseta y sin
esperar a que me lo pidiera, me hinqué para quitármela por completo. Noté sus
mejillas arder al plantar directamente sus brillosos ojos sobre mi pecho, el
cual acarició con las uñas suavemente.
- Jamás te lo había dicho pero… me encanta tu cuerpo.
Es muy diferente al mío. Y no porque esté vestido de chica–me erguí un poco,
posando ambas manos a los lados de su cabeza, mirándolo desde arriba.
- Definitivamente eres mi hermano. Piensas igual que
yo sólo que en contrario –me acerqué y le planté un beso en los labios el cual
aceptó con gusto. Me enderecé de nuevo y quedé sentado de rodillas entre sus
piernas –Ven aquí…–Sonrió. Lo tomé de las manos y lo insté a que se levantara
lo cual hizo de inmediato. Me rodeó la espalda con sus delgados brazos y yo
hice lo mismo; pero en vez de abrazarlo como él lo estaba haciendo, realicé
otra cosa…
Comencé a bajarle el cierre del vestido que por
nuestras ansias, todavía usaba. No sin antes desamarrarle el moño que se había
hecho en el frente. Lo fui desprendiendo lentamente de él, primero por los
hombros, que al verlos al descubierto no dudé en besarlos mientras el vestido
iba descendiendo hasta lograr sacar los brazos que me envolvieron de inmediato
el cuello, teniendo un soporte para evitar caer de espaldas… lo cual no era
necesario–Acuéstate…–Lo fui empujando despacio, cuidando que su cabeza no
chocara con la cabecera de la cama, hasta que quedó recostado con los brazos
tendidos a los lados de su cabeza y con todo el largo cabello alborotado sobre
la cama. Tuve que aguantarme la risa al verlo con el sostén relleno de
calcetines y papel. Con la peluca aún puesta.
Joder, hasta de los dos sexos hubiera sido
tremendamente hermoso. Parecía una chica con todo el maquillaje, ignorando que
el pecho era falso, sus facciones me derretían; pero esta vez yo no quería
tener nada con Debbie. Era a Jaejoong a quien quería abrazar, besar y sentir.
- Ya, ríete. Sé que doy risa ¿a que sí?
- Bueno, desde siempre con solo mirarte me hacías el
día para lograr sonreír. Esto sólo es una nueva opción para hacerlo. No sabes
lo sexy que te ves así.
- Sí, lo sé, me lo acabas de decir…–Se carcajeó y no
lo pude ver más adorable que ahora. Lo tomé de las piernas y las alcé un poco
para poder jalarle el vestido, el cual salió después de varios jalones. No me
importó ver dónde cayó, simplemente lo lancé al suelo. Me quedé extasiado al
verlo– ¿Qué pasa? –Esa cara coqueta, esa peluca que fingía ser su cabello
extendido por toda la almohada, sus brazos posarse frente a su falso pecho
intentando esconderlo, sus delgadas y largas piernas extendidas hacía ambos
lados de mi cuerpo exponiéndome sin censura la entrepierna cubierta con la
diminuta lencería negra que ambos escogimos. Era una imagen que nunca pensaba
borrar del disco duro de mi mente.
- Joder, Jaejoong… eres precioso –dije y enseguida me
abalancé contra él y lo besé. Por inercia y costumbre, dirigí mis manos hacia
su busto falso y envolví cada “seno” con ellas, masajeándolo con gusto,
sintiendo algo duro al apretar más. Cuando reaccioné que era el objeto, lo
saqué del lado derecho de su pecho y sonreí.
“Oh…el móvil vibraba. Pensé que era mi corazón que latía y latía con
fuerza… Estaba pensando en ti”
Aún tenía el celular dentro del sostén, metido como él
lo había pensado… En el lado derecho de su corazón. Al quedarme sumergido en el
móvil, detuve el beso, sólo por unos momentos ya que Jaejoong me tomó el rostro
y me hizo mirarlo.
- ¿Sucede algo?
- ¿Sabes? Desde hace tanto que mi corazón ha latido
con fuerza con tan sólo pensar en ti…– Sonreí y él me imitó antes de volvernos
a fundir en el beso que ambos ansiábamos darnos. Entreabrí la boca casi al
instante en el que nuestras bocas chocaron con deseo, sintiendo su lengua
húmeda, cálida y suave contra la mía que se entrelazaba con ella, jugueteando
con su piercing. Dejé el celular tirado por algún rincón de la cama y fui
metiendo mano por debajo del sujetador. Me costó trabajo, pues estaba muy
apretado–…Humm… Joongie ¿te molesta esto?– Bajó la vista donde tocaba yo y
asintió.
- Aprieta…
- Ya veo…–Tomé sus brazos y los dirigí hacia mi cuello
para que se agarrara de él. Lo hizo y yo lo levanté un poco con una mano y la
otra la metí bajo su espalda. Tanteé sobre ésta y localizando lo que quería,
desabroché el broche del sostén que ya comenzaba a marcarle la piel.
- Creo que vuelvo a respirar…–Con una sonrisita de
niño pequeño, tomó las bolas de papel y las aventó por los aires, cayendo
nuevamente sobre nosotros –pero estas parecen que quieren quedarse en mí o
qué…–Reímos y sacando ahora yo los calcetines que le había puesto, comencé a
descender el tirante izquierdo del sostén, retirándolo de su brazo y repitiendo
lo mismo con el derecho. Cuando lo tuve en mis manos, tibio por su calor,
Jaejoong me lo arrebató de las manos y de nuevo lo lanzó al aire, esta vez
cayendo al piso. –Lo quiero lejos de mí.
- No te preocupes, ya lo está…–Al ver su pecho
descubierto, rojizo, sudado y algo marcado por el sujetador, me incliné y
sintiéndome culpable por aquello, besé uno de sus pezones, mientras que con una
mano masajeaba el otro.
- Ah… uuumm…–Continúe haciéndolo, abriendo y cerrando
la boca y usando la lengua de vez en cuando hasta ponerlos duros. Un cabello
rebelde comenzó a adentrarse en mi boca.
- ¡Blag! –Me lo saqué y rápido acribillé con la mirada
a la peluca –esto suelta pelo Jae, ¿por qué no te la quitas?
- ¿Aún la tengo? –Se llevó las manos a la cabeza y al sentirla
comenzó a quitarse los pasadores que la sostenían. Desorbité los ojos y le
ayudé al ver que no se los alcanzaba.
- Deja, lo hago yo…–Asintió y le fui quitando uno por
uno, escuchando uno que otro puchero de Jaejoong al jalarle sin querer el
cabello real, hasta que por fin se desprendió.
- Vaya que con eso hay más calor…–Se alborotó el
cabello y sacudió la cabeza para despeinarlo. Era todavía más hermoso, ya
comenzaba a ver de nuevo a Jaejoong.
Tiré la peluca y le sobé el costado izquierdo de
arriba abajo, llegando a las axilas y bajando a la cadera, justo donde llegaba
la prenda que cubría su miembro notoriamente excitado. Le fui besando el pecho
hasta bajar a su ombligo. Notando su cadera subir y bajar al estremecerse y su
estomago contraerse.
Tomé el filo de la panty que usaba y mirando de vez en
cuando la expresión de Jaejoong, para ver si no se quejaba o algo, comencé a
desprendérsela. Me dio más confianza al verlo ayudarme un poco con el trabajo
al levantar las caderas y dejar que la molesta prenda pasara primero por una de
sus piernas que aún conservaba la bota y después por la otra.
Creo que no debí de mirarlo de esa forma.
- Oh, joder… me da vergüenza…–Se tapó la cara con
ambas manos al dejar al descubierto su pene erecto. Seguro por la escaneada
descarada que le había dado, lo había incomodado.
- No, Jaejoong … mírame –le quité las manos de la
cara. Jaejoong, dudando al principio terminó mirándome. –No te voy a obligar a
nada ¿sí? –Le traté de dar toda la confianza que en mí había, pero rápido
pensé, tal vez era demasiado pronto para hacerlo, por lo que estuve a punto de
detener todo esto en el momento en que Jaejoong asintió, pero al instante negó.
- No es nada, sólo que…–Suspiró–Yunho, tenemos que
estar iguales.
- ¿Cómo?
- Que te quites la ropa, el pantalón… quítatelos, por
favor –sabía que no era sencillo para el proponerme tal cosa al verlo desviar
la mirada, y morderse el labio. No le podía quitar ese gusto.
- De acuerdo, los dos tendremos vergüenza ¿vale?–Le acaricié la mejilla
y el sonrió al asentir.
Me hinqué de nuevo entre sus piernas y sin perderme detalle de su
expresión, comencé a desabrocharme los pantalones. Lo vi mirarme de reojo,
tenía la boca entreabierta hasta que se atrevió a mirarme detenidamente.
Enseguida los bajé y me los quité dificultosamente pues estando entre las
piernas de Jaejoong, era difícil. A diferencia de mi hermano, yo no era algo
reservado con eso de verse desnudo frente a alguien, sabía que no tenía nada de
qué avergonzarme así que la pena ni la sentía venir; pero tal vez con Jaejoong
era un poco más diferente.
Sin pensar en nada mas, me bajé los bóxers e hice lo mismo que con los
pantalones, los aventé junto al vestido.
- ¿Y bien? ¿Aun tienes vergüenza? –Sentía varias gotitas de sudor bajar
por mi cuello, tener a Jae expuesto frente a mí no era nada fácil, por lo que
desde mucho antes de desvestirme, ya tenía un empalme de caballo. Supongo que
eso era lo que Jaejoong miraba ahora, ni a la cara me veía todavía. Comencé a
acercarme de nuevo a él, no demasiado rápido, aún no estaba del todo seguro de
la reacción de Jae. Quizá sí era demasiado pronto para hacer esto; pero al
verlo levantarse un poco, tomarme de la cintura y hacer que me tirara sobre él,
supe que no era así.
- No, ya no… ah…–Entrecerré los ojos cuando sentí su miembro chocar
contra el mío, acalambrándome el cuerpo al sentir cada placentera sensación al
rozarse entre sí. Inesperadamente Jaejoong, comenzó a alzar las caderas,
frotándose todavía más contra mí.
- Ohh… Jae…–Lo besé y al mismo tiempo comencé a moverme en un leve
vaivén, frotándome con fuerza en él y logrando sacar algunos que otros gemidos
a Jaejoong, los cuales me tragaba al soltarlos en mi boca.
Movíamos la cabeza de un lado a otro, casi tragándonos de una manera
demasiado efusiva a lo que a ninguno le molestaba, si no todo lo contrario.
Comencé a acariciarle el cuerpo, sintiendo su cadera moverse contra mí al
acariciarle el tatuaje con el pulgar. Fui descendiendo hasta llegar a su
trasero, el cual apreté con fuerza.
- Umm…–Pero no me detuve ahí. Logré colar una mano hasta sus nalgas,
dándome el paso libre de entreabrirlas y buscar su entrada. Creo que fui muy
rápido–Humm… Yunho, espera…–Se separó de mí con la respiración agitada y rápido
quité la mano de ahí.
- Lo siento…
- No, es que…–Suspiró, fuerte–…Y-yo… tengo miedo Yunnie, me va a doler
mucho… me va a doler–me sentí un completo desconocido, ¿cómo podía obligarlo a
hacer algo así? Estaba claro que esto iba a ser doloroso, no era un experto en
el tema, pero tampoco necesitaba ser un diplomático para darme cuenta de eso.
Comencé a sentir inseguridad después de su confesión. Le besé la frente y la
mejilla.
- No Joongie, no te preocupes, no haremos nada que no quieras –le aparté
los cabellos de la cara y Jaejoong sólo miró al infinito, pensando algo serio,
relamiéndose los labios y suspirando el tibio aire que expulsaba por su fina
nariz, hasta que por fin habló.
- No. Quiero hacerlo… ahora. Quiero estar contigo completamente–me tomó
de los hombros y yo sonreí.
- Lo haremos –lo besé con fuerza y de un momento me separé.
Me llevé tres dedos a la boca y los lamí con ansias, metiéndolos y
sacándolos ante la curiosa mirada de mi hermano. Al dejarlos completamente
empapados dirigí de nuevo mi mano entre sus nalgas y con un dedo comencé a
tantearle su orificio, cerrado, pequeño… Virgen. Jaejoong se estremeció,
supongo que era incomodo. Sin esperar algo más, fui introduciendo lentamente el
primer dedo.
- Ahhh…–Traté de ignorar su quejido y continúe metiéndolo con un poco de
esfuerzo pues estaba bastante estrecho. Cuando vi el momento indicando, comencé
a meterlo y sacarlo con lentitud–…Aauh, duele…Ah…
- Ya pasará…–Continuaba aferrado a mi espalda, a lo que suponiendo tenía
apoyo, comencé a introducirle otro dedo.
- ¡Yunho, me duele!…Ahh…–Hablaba entre dientes. Lo miraba de vez en
cuando, con los ojos acuosos y cada vez que los metía y sacaba, se
sobresaltaba, me sentía mal al escucharlo quejarse.
- ¿Quieres que pare?
- ¡No!… sigue… continua con esto, ah…–Suspiré no muy convencido, pero
ante su mandamiento, seguí preparándolo unas cuantas veces más hasta que
reconocí que ya no se quejaba del todo. Ahora gemía. Me dio la confianza de
introducir un tercer dedo a lo que sólo encorvó la espalda y apretó las cobijas
entre los puños. Después de hacer varios círculos dentro de él, supe que ya
estaba preparado.
- Joongie, voy a hacerlo ya ¿está bien?
- A-aja… hazlo –sus ojos se cerraron fuertemente, previniendo el momento
que se aproximaba. Saqué mis dedos de él y tomé mi miembro, le di unas cuantas
sacudidas y segundos después volví a inclinarme sobre Jae, entre sus piernas
demasiado abiertas y con la cabeza de mi pene comencé a rozar su dilatada zona,
acariciándola en círculos para no asustarlo y relajarlo. Cuando me di cuenta ya
estaba tratando de entrar en Jaejoong–Auh, auh… no tan rápido… –Sus uñas se
clavaron en mi espalda pero no me importó. Él estaba en una situación peor así
que ese dolor es lo menos que me merecía.
- Trata de no apretar Jaejoong… relájate –tragó saliva. Suspiró y le vi
apretar la mandíbula. Al sentirlo más calmado, la punta de mi pene dejó de
sentir presión así que me tomé la libertad de penetrarlo de golpe.
– ¡AAHH!… –Dio un golpe al colchón y llevó la cabeza hacia atrás. Me
mordí el labio y esperé un momento hasta que se acostumbrara a la sensación.
Cuando por fin lo vi más tranquilo, más calmado, no dudé en moverme.
Primero despacio, pero mientras más gemía Jaejoong más me ponía–…Ahh,
¡coño como duele!… Ouh…–Desvió la cara hacia un lado y una de sus manos tomó la
sabana con fuerza, estrujándola entre ella.
Lo tomé de la cadera y seguí moviéndome cada vez con más fuerza.
Sintiéndome desvanecer cada que escuchaba a jaejoong gemir contra mi boca.
Echaba la cabeza hacia atrás y entreabría la boca para dejar el paso libre a
sus quejidos. No le podía quitar la vista de encima.
- Ohh…Jaejoog, hum…–Me ponía ver como se movía hacia arriba por mis
fuertes embestidas, casi, casi pegándose la cabeza contra la cabecera. Me
envolvió con sus piernas, acercándome más y haciendo presión para que le diera
más a fondo. Al ver su carita contraerse de placer, quise ver más, así que tomé
su miembro y comencé a pajearlo a un ritmo desenfrenado.
- ¡Aaaahh! Dios… –Mi mano subía y bajaba al ritmo de mis embestidas. Lo
besé y él me correspondió con dificultad entre suspiros y gemidos ahogados–Yunho,
para… voy a correrme…–pero yo seguí–Ah…ah… ¡Ooohhh! –Segundos después
inevitablemente se corrió en mi mano y yo con una fuerte embestida, terminé
corriéndome dentro de él.
- Aaah…joder…–Me dejé caer sobre él. El cuerpo lo sentí pesado y estaba
agotado. Sentí los brazos de Jaejoong rodearme el cuerpo mientras su pecho
subía y bajaba al igual que el mío. Le besé el pecho y con cuidado salí de él,
emitiendo un leve gemido de su parte. Me dejé caer a un lado para no seguir
aplastándolo con mi peso, parecía de porcelana que podía romperlo, lo abracé
fuerte.
Nos quedamos en silencio como cinco minutos, simplemente escuchando
nuestras respiraciones tranquilizarse. Yo lo volteaba a ver y el hacía lo
mismo; pero no nos decíamos nada, sólo nos ganaba la risa y sonreíamos hasta
que uno terminaba por desviar la cara. En verdad que palabras eran lo que
sobraba aquí. Con tan sólo mirarnos sabíamos todo lo que queríamos decirnos.
Aunque el silencio era un poco inoportuno quizás por la falta de seguridad que
se había apoderado de nosotros. Nos sentíamos bien al estar así juntitos. Eso
lo sabía al sentir a Jaejoong acariciarme y pegarse más a mí. El silencio se
rompió.
-… ¿Yunnie?
- Hum…
- ¿Es muy pronto para decir… que te amo? –Eso no me lo esperaba.
-… ¿Planeabas decírmelo alguna vez? –Estábamos envueltos por las sabanas
en donde habíamos hecho el amor, porque sí… todo lo que yo hacía con Jaejoong,
era amor puro. Tenía puesta una mano sobre mi pecho, haciendo círculos
imaginarios.
- Sí –confesó.
Sonreí.
- También te amo –me besó en los labios y yo lo rodeé con un brazo,
acercándolo hacia mí. Recargó la cabeza entre el hueco de mi cuello y le oí
reír.
Después de un rato me vi a mi contemplándolo completamente dormido
mientras le acariciaba el cabello.
En definitiva, esta había sido la noche que durante varios años había
imaginado, pero que jamás la pensé hacer realidad. Tenía a Jaejoong a mi lado,
como tanto lo había implorado. Sólo esperaba que mi pequeño hermano no
despertara con tremenda resaca porque ahí sí, otro vestido tendría que
comprarle para hacerlo recordar.
Disfruté la noche, disfruté todo lo que pasé con él. Disfruté cada
palabra que me dijo y aún sigo disfrutando su cuerpo enrollado al mío.
Quién diría que un simple vestido nos uniría de esta forma, que nos
emparejaría de la verdadera forma para la que nacimos. Y no importa, aun siendo
hermanos sé que podremos sobrepasar barreras juntos. Si hoy, el primer día lo
logramos, no dudo que también en los que nos faltan por vivir lo hagamos.
El único secreto que quedaba entre nosotros era el más preciado, el que
nos había unido.
Nadie jamás se enteraría de…
“Lo que esconde un vestido”
¿Fin?