Capítulo 6
—Yunho, sienta tu culo. Si no reduces la velocidad, vas a
hacerle un agujero a mi alfombra.
Yunho se giró, gruñó a su hermano y luego continuó con su
caminata. Había algo mal acerca de que su sobrino le ordenara irse de la cocina
cuando su compañero estaba tan angustiado. Debería ser él quien estuviera
tranquilizándolo, consolándolo, no estar en otra habitación donde no podía
asegurarse de que estuviera bien.
—Si alguien puede calmar a Jaejoong lo suficiente como para
que te escuche, es Junsu. Ellos han sido amigos durante años.
Yunho se detuvo para mirar a su hermano. —¿Por qué nunca
supe sobre esto? ¿Por qué Junsu no lo trajo a casa antes? Yo podría haberlo
encontrado hace años.
—Durante los últimos años has estado demasiado ocupado
sembrando tu avena salvaje para estar buscando a tu compañero, Yunho. Jaejoong
ya ha estado aquí un par de veces. —Seon Yoo inclinó la cabeza—. Por supuesto,
yo tampoco lo había visto antes de ahora, pero yo no lo estaba buscando.
—Bueno, eso está mal, Seon. —Yunho empezó a caminar de
nuevo—. Está mal. Jaejoong es…
El resto de las palabras de Yunho se perdieron cuando Jaejoong
y Junsu aparecieron de repente en el arco de la puerta de la cocina. Jaejoong
se veía pensativo, sus ojos como dardos buscando frenéticamente por la
habitación y aterrizando en Yunho.
Yunho trató de parecer lo menos amenazante que un hombre de
seis con tres pies podía verse. Cuando los ojos de Jaejoong se abrieron como
platos, Yunho atravesó lentamente la habitación y se sentó junto a Seon Yoo.
Cruzó las manos sobre el regazo y esperó.
—Mientras todo el mundo mantenga su distancia, Jaejoong está
dispuesto a escuchar lo que tenemos que decir —dijo Junsu mientras guiaba a Jaejoong
a una silla. Este se sentó y Junsu sacó una piruleta del bolsillo, la
desenvolvió y se la tendió.
Jaejoong se la arrebató en el aire como si fuera una joya y
se la metió en la boca. La boca de Yunho se abrió cuando Jaejoong se reclinó en
su asiento y empezó a chupar la piruleta con los ojos cerrados y luego gimió.
Yunho se agachó y se reajustó a sí mismo, su polla cada vez
más dura ante el sonido que salía de los exuberantes labios de Jaejoong.
Entonces se volvió hacia Junsu e hizo un gesto hacia Jaejoong. —¿Quieres
explicarme eso?
—En realidad, no. —Junsu rio entre dientes mientras metía la
mano en el bolsillo. Sacó un puñado de diferentes piruletas de colores y las
dejó caer sobre la mesa de café—. Pero tendremos que hacer esto.
Yunho abrió la boca para decir algo acerca de las piruletas,
pero Seon le dio un codazo en el costado. Se dio la vuelta y miró a su hermano,
pero apretó los labios y guardó silencio. Se enteraría de lo de las piruletas
más tarde.
—Jaejoong, ¿te acuerdas de lo que dije en la cocina acerca
de ser un cambiaforma lobo? —Junsu preguntó.
Jaejoong abrió los ojos y asintió. El placer de la piruleta
en la boca parecía calmarlo un poco. Luego miró a Yunho, pero continuó
saboreándola.
—Lo primero que necesitas saber es que ninguno de los que
estamos en esta sala te haremos daño, ni siquiera Yunho. —Junsu hizo un gesto
hacia Yunho—. Él podría ser peligroso, incluso puede sonar como si lo fuera,
pero puedo decirte honestamente que nunca te hará daño.
Jaejoong asintió a Junsu sin hablar.
—Lo que viste anoche fue el lobo de Yunho tratando de salir.
Jaejoong giró la cabeza y miró a Yunho, tirando de la
piruleta fuera de su boca. —¿Por qué? —Jaejoong preguntó, e inmediatamente
empujó la piruleta de vuelta.
Yunho se puso tenso cuando Junsu abrió la boca. Sabía que su
sobrino sólo estaba tratando de ayudar, pero había algunas cosas que necesitaba
decir él. Levantó la mano para detener a Junsu.
—Por favor, déjame.
Yunho miró a Jaejoong después de que Junsu asintió y se
reclinó en su silla. Respiró hondo y comenzó la explicación que podría llevarle
a su compañero de regreso.
—¿Te acuerdas cuando nos conocimos anoche en el Festival de
la Luna?
El rostro de Jaejoong se puso tenso, pero asintió.
—¿Te acuerdas de lo que pasó después de eso?
Junsu rodó los ojos.
—No soy idiota. Sólo di lo que tengas que decir.
Yunho parpadeó. —Ah, bueno, ¿te acuerdas que te mordí?
Jaejoong se sonrojó de nuevo, en sus labios surgió una
pequeña sonrisa antes de que rápidamente enmascarara sus facciones. —Sí, me
acuerdo de eso.
Yunho volvió a respirar hondo. Al parecer, Jaejoong
recordaba y le gustaba. Le tomó un momento recuperar el hilo de sus
pensamientos después de darse cuenta de que a su compañero le gustaba ser
mordido durante el sexo. Tendría que recordar eso.
—Cuando un cambiaforma lobo conoce a su…
—Espera. —Jaejoong de pronto se inclinó hacia delante—.
¿Eres un cambiaforma lobo?
—Sí —dijo Yunho lentamente, mirando a Junsu. ¿Qué le había
dicho su sobrino a Jaejoong?
—¿Puedo verlo?
Jaejoong parecía tan ansioso que Yunho no podía negarle su
petición. Se puso de pie y comenzó a tirar de su camisa sobre su cabeza.
—¿Qu… qué estás haciendo? —Jaejoong chirrió.
Yunho dejó caer su camisa en el sofá y comenzó a sacarse sus
botas. —Dijiste que querías verme en mi forma de lobo.
—Sí, pero ¿por qué te desnudas?
—Nuestra ropa no desaparece por arte de magia, Jaejoong. Eso
sólo pasa en las películas. Si estamos usando ropa cuando cambiamos, se
tritura, y esta me gusta.
—Está bien, pero ¿tienes que desnudarte delante de todos?
Yunho hizo una pausa y miró a Jaejoong parpadeando por la
sorpresa.
Jaejoong golpeó con la mano su boca como si de repente se diera
cuenta de lo que había dicho. Jaejoong estaba celoso. Yunho se sintió intrigado
por lo posesivo que su compañero se mostró. Eso era un buen augurio para el
resto de la conversación.
Ahora bien, si Jaejoong aceptara al lobo de Yunho, las cosas
serían perfectas.
Junsu se rio y le tendió a Jaejoong una piruleta nueva. Yunho
frunció el ceño cuando su compañero, frenéticamente, la tomó, la desenvolvió y
se la metió en la boca. Sus ojos no se cerraron esta vez, pero un pequeño
gemido surgió de sus labios. Eso fue suficientemente bueno.
—¿Quieres que esperemos en la cocina, Jaejoong? —Junsu
preguntó.
Jaejoong asintió. Junsu y Seon se pusieron de pie y
caminaron hacia la cocina. Yunho esperó hasta que salieron de la habitación
antes de llegar a los botones de sus vaqueros. Le tomó un momento deslizarse
fuera de los pantalones y dejarlos caer sobre la mesa.
Se volvió hacia Jaejoong y casi se tragó la lengua ante el
deseo que podía ver arder en sus ojos. No sabía si el hombre se había dado
cuenta, pero muy pronto descubriría que Yunho sentía lo mismo. Su polla se
ponía cada vez más dura con cada respiración.
Yunho tragó y luego caminó hasta el centro de la habitación.
Podía sentir los ojos de Jaejoong seguir todos sus movimientos. —Bien, lo que
sea que hagas, no huyas de mí. Si te asustas, llama a Junsu y Seon para que
vuelvan aquí, pero no corras. Mi lobo te perseguiría.
—¿Eso es lo que pasó en mi habitación?
Yunho asintió con la cabeza e hizo una mueca. —Es un
instinto natural, Jaejoong. Los lobos somos depredadores por naturaleza. Si la
presa corre, le damos caza.
—¡Yo no soy una presa! —Jaejoong rompió. Sus ojos brillaban
con furia. Era adorable.
—No, no lo eres, y nunca lo serás. Pero huiste de mí en un
momento en el que no tenía muy buen control de mi lobo. —Yunho se encogió de
hombros—. Él pensó que estabas jugando y por eso quiso entrar en la
persecución.
Jaejoong rodó los ojos. —Está bien, no voy a correr.
Yunho apretó los labios para no sonreír. Estaba empezando a
comprender los estados de ánimo de su pareja. Jaejoong rodaba los ojos cuando
no quería que alguien supiera que estaba incómodo. Se ponía insolente cuando
quería que supieran que pensaba que estaban siendo unos idiotas. Y chupaba una
piruleta cuando estaba inquieto.
—Está bien, mira con cuidado, Jaejoong.
—Espera, no te hace daño, ¿verdad?
—No, en absoluto. —Yunho estaba un poco sorprendido por la
preocupación de Jaejoong, pero también calentado por ella—. Es una sensación un
poco extraña, pero no daña en absoluto.
Jaejoong asintió. —Está bien, adelante.
Yunho se puso de rodillas y se entregó al cambio. Sentía el
calor de su piel, el pelo empezar a brotar por todas partes. Sus huesos se
agrietaron cuando cambiaron, alargándose y re organizándose en los de un lobo plateado
de 200 libras.
Yunho oyó jadear a Jaejoong, pero no podía parar y
tranquilizar a su compañero de que estaba a salvo. Su cabeza se había
reformado, un hocico sustituyendo a sus habituales boca y nariz. Una vez que
sintió que su cambio estaba completo, Yunho empujó al lobo por un momento
mientras miraba a Jaejoong.
Quería un momento para ver si su pareja le tenía miedo antes
de dejar el control a su lobo. Lo que Yunho encontró lo sorprendió. Jaejoong
parecía totalmente intrigado. Sus ojos estaban muy abiertos y su boca también,
pero no había ni un solo signo de miedo en su rostro.
—Oh, eres tan hermoso —susurró Jaejoong mientras bajaba en
el suelo sobre sus rodillas. Extendió una mano vacilante—. Puedo... ¿puedo
tocarte?
Yunho se inclinó hacia la mano extendida, rodando sobre su
costado. Las manos de Jaejoong de repente estuvieron sobre todo él, moviéndose
a través de su piel y sintiendo cada centímetro de su cuerpo. Yunho tuvo un
momento para parpadear las lágrimas en sus ojos antes de que su lobo lo
empujara a un lado y se hiciera cargo.
—Eres tan suave. —Jaejoong parecía impresionado.
La mente de Yunho estaba nebulosa, llena del olor abrumador
de Jaejoong. El atractivo de las feromonas de su compañero estaba duramente
atrapado en Yunho. Una vez que lo había probado, nunca olvidaría el olor del
hombre, sería capaz de encontrarlo en una multitud y realizar un seguimiento de
él a muchas millas de distancia.
Ningún otro olor sería jamás igual de dulce para Yunho. Y
cuanto más fuerte fuera, más influencia tendría sobre él. Así las cosas, quería
rodar en la dulce fragancia para cubrir cada centímetro de su cuerpo con ella.
Y entonces cubriría a su compañero con su olor, marcándolo
para que todo el que se acercara a él supiera que había sido reclamado. Eso era
lo que estaba en la parte superior de la mente de Yunho. Jaejoong siempre
debería oler a él.
El pecho de Yunho rugió más fuerte, frotó la gran cabeza
contra las piernas de Jaejoong y comenzó a moverse hasta su pecho. Estuvo
eufórico cuando Jaejoong se rio y volvió a caer sobre su trasero. Jaejoong no
parecía tener ningún temor por estar sentado al lado de un lobo 200 libras.
Yunho lo empujó con su cabeza hasta que el hombre se reclinó
en el suelo, y entonces se arrastró sobre él, asegurándose de que su gran peso
fuera soportado por sus patas. No quería aplastar a su compañero más pequeño.
Frotó la cara contra el costado de Jaejoong, y de ahí hasta
su cuello. Resopló ruidosamente cuando Jaejoong se rio e inclinó la cabeza
hacia atrás. El hombre no tenía ni idea del significado de ese gesto, pero Yunho
sí lo sabía. Pasó con suavidad la lengua por la garganta arqueada de Jaejoong y mordió suavemente. No lo suficiente para
herir, sólo para apaciguar a su lobo.
Una vez que el lobo de Yunho estuvo satisfecho y relajado, Yunho
tomó el control de nuevo. Cuando cambió otra vez a su forma humana vio cómo los
ojos de Jaejoong se ampliaron. El miedo llenaba sus profundidades grises y se
arrastró hacia atrás hasta que golpeó el borde del sofá.
Yunho se puso de rodillas y estiró una mano a su compañero.
—Jaejoong, está bien. Sigo siendo yo. No pretendía asustarte.
La mano de Jaejoong se apretó contra su pecho mientras
respiraba hondo y soltaba el aire lentamente. Sus ojos seguían muy abiertos,
pero no parecía tan asustado. —Déjame verlo otra vez.
—¿Verlo?
—Quiero verte cambiar de nuevo.
Yunho debatió durante unos dos segundos las ventajas de
dejar salir de nuevo a su lobo, y luego se sentó en el suelo otra vez y cambió.
Cuando levantó la cabeza, la boca de Jaejoong estaba abierta una vez más, y
tenía una mirada de asombro en sus rasgos suaves.
—Esto es increíble —susurró Jaejoong mientras se arrastraba
más cerca. Yunho no pudo dejar de gemir cuando Jaejoong acarició de nuevo su
pelaje. Le encantaba la sensación de las manos de su pareja sobre él—. Está
bien, cambia de nuevo.
Yunho parpadeó sorprendido y luego cambió. Las manos de Jaejoong
se mantuvieron en su piel, incluso después de haber cambiado. Yunho levantó la
cabeza, esperando ver el miedo en los ojos de Jaejoong, pero en vez de eso lo
encontró con el ceño fruncido, sus cejas reunidas en una mueca profunda.
—¿Jaejoong?
—¿Estás seguro de que no te hace daño? —Jaejoong preguntó—.
Sentí que tus huesos crujían. Te sentí cambiar.
—No, Jaejoong, no me daña en absoluto, te lo prometo. He
estado cambiando durante años.
La frente de Jaejoong se arrugó mientras sus manos se movían
por el brazo de Yunho. —¿Te dolió la primera vez que pasó?
—¿La primera vez?
Jaejoong asintió.
—Sí, un poco. —Yunho colocó lentamente su cuerpo en el
suelo. Se sentía un poco extraño sentado en frente de Jaejoong con el culo
desnudo, pero no iba a hacer nada para asustar al hombre de nuevo—. Nacemos
humanos, pero podemos cambiar inmediatamente. Creo que es más aterrador que
doloroso.
—Estoy seguro —resopló Jaejoong.
—Antes de cambiar sabemos que ha llegado el momento.
Nuestros músculos comienzan a sufrir calambres, y nuestros huesos crujen.
—¿Y eso no duele? —Jaejoong se quedó sin aliento.
Yunho se encogió de hombros. —No es precisamente cómodo,
pero no duele. Se siente como una especie de crecimiento acelerado.
—¿Y cuando cambias? —Jaejoong preguntó—. ¿Cómo es eso? ¿Eres
consciente cuando cambias?
—¿Consciente?
—¿Sabías quién era yo?
Yunho pudo ver que la cuestión era importante para Jaejoong,
pero no estaba seguro de cómo responder. Las cosas parecían ir muy bien entre
los dos en ese momento, y no quería hacer o decir algo que enviara a su
compañero de nuevo a un estado de pánico.
—Sí, soy plenamente consciente de ti, pero la otra parte de
mí se mantiene en silencio.
—Silencio.
Yunho se rio entre dientes. —Creemos que nuestro lobo es una
entidad separada de nuestro lado humano. Cuando el lobo se hace cargo, nuestro
lado humano es empujado hacia atrás. Todavía estamos conscientes, pero el lobo
tiene el control. Es lo mismo cuando nuestro lado humano está a la vanguardia.
Puedo sentir a mi lobo, pero soy yo quien tiene el control.
—¿Tu lobo sabe quién soy yo?
Yunho dio unas palmaditas en la mano de Jaejoong que
descansaba sobre su muslo. —Oh, sí, mi lobo es muy consciente de ti.
Yunho no podía siquiera empezar a explicar cómo de
consciente de Jaejoong era su lobo. Eran compañeros, y su lobo lo sabía
completamente. Para marcar a Jaejoong como su compañero, Yunho tenía que
reclamarlo en forma de hombre lobo. Era la única manera que la marca de
acoplamiento se mantuviera.
No había tomado a Jaejoong en esa forma porque el joven aún
tenía que dar su consentimiento. En algún momento, si Yunho podía conseguir que
Jaejoong estuviera de acuerdo con su apareamiento, él lo tomaría en su forma de
hombre lobo. Era la única manera de que el enlace telepático entre ellos
pudiera crearse.
La de hombre lobo, era su tercera forma, una mezcla de lobo
y hombre. Tendría el cuerpo de un hombre, pero más grande y más musculoso, y
cubierto de pelo. También tendría orejas, garras y colmillos largos para morder
y reclamar a Jaejoong. Era su forma más poderosa.
—Si eso es cierto, entonces ¿por qué me atacaste?
—No puedo atacarte, Jaejoong.
Jaejoong se echó hacia atrás, arqueando una ceja.
—¿Realmente? Porque estoy seguro que no se veía de esa manera cuando me tuviste
atrapado en el baño. Parecía más bien como si intentaras matarme.
—Ya te lo dije, Jaejoong, tú huiste y yo te perseguí porque
eso es lo que normalmente hacemos. Es tan simple como eso. No estaba tratando
de hacerte daño o asustarte. Nunca te habría hecho daño. —Yunho se encogió de
hombros, sin saber muy bien cómo explicárselo—. Sólo estaba haciendo lo que era
natural.
—¿Natural? —Jaejoong resopló—. ¿Llamas natural a asustarme
casi hasta la muerte?
Yunho podía sentir en su mente a Jaejoong alejándose de él.
El hombre estaba construyendo muro tras muro para separarse de Yunho. Eso dolía
como un cuchillo en el corazón. No tenía ni idea de cómo llegar hasta él.
Se apoyó en el borde del sillón detrás de él y llevó sus
rodillas hasta el pecho. Estar desnudo delante de Jaejoong de repente se sintió
incómodo. —¿Te acuerdas cuando nos conocimos en el Festival de la Luna?
—¿Qué? —Jaejoong parecía confundido por el repentino giro en
la conversación.
—¿Te acuerdas cuando nos conocimos en el Festival de la
Luna? —Yunho volvió a preguntar—. Cabeza de polla estaba tratando de
arrastrarte a través de la multitud.
Jaejoong frunció el ceño. —Sí, ¿por qué?
—Él, podría fácilmente haberlo matado y no darle otro
pensamiento. Él estaba tratando de hacerte daño. — Yunho apretó la mandíbula al
recordar las manos de Mick Red sobre su compañero—. Te estaba tocando.
La cabeza de Jaejoong se inclinó hacia un lado y lo miró de
una manera extraña, una que Yunho no pudo identificar. —Eso te molestó,
¿verdad?
—Sí —gruñó Yunho. Sus manos se apretaron cuando un rayo de
ira voló a través de él—. No tenía derecho a poner sus manos sobre ti.
—¿Y tú sí? —Jaejoong espetó, aunque no había fuego ni
acusación en sus palabras—. No recuerdo exactamente que preguntaras tampoco.
—Y yo no me acuerdo de ti quejándote —contestó Yunho—. De
hecho, si no recuerdo mal, me pediste que te jodiera.
La frente de Jaejoong se arrugó ligeramente cuando se
sonrojó. Inclinó la cabeza y se miró las manos. —Entonces yo no sabía lo que
eras.
—Pero... —Yunho frunció el ceño—, estabas en el Festival de
la Luna.
—Sí, ¿y?
—Seguro que sabías qué clase de fiesta era.
—Sí, una fiesta. —Jaejoong se echó a reír—. Junsu dijo que
habría comida, baile y cosas por el estilo. Nunca dijo nada acerca de que fuera
una especie de fiesta donde se reunían cambiaformas.
«¡Maldito seas Junsu!», Yunho pensó mientras rodaba los
ojos. Su sobrino lo había metido en más problemas con su pareja de lo que él
esperaba. Por supuesto, Junsu le había llevado también a su compañero, así que
tampoco podía estar molesto.
—Está bien, así que no sabías en lo que te estabas metiendo
cuando fuiste al Festival de la Luna. Estoy seguro de que entiendes la
necesidad de mantener ciertas cosas en secreto para el mundo en general, como
nuestra capacidad de cambiar.
—Sí, puedo ver eso.
—Así que, sabiendo lo que sabes ahora, ¿cómo te sientes
acerca de todo lo que está pasando? —Cuando las cejas de Jaejoong se alzaron, Yunho
se dio cuenta de que su pregunta sonaba extraña. Sólo que no sabía muy bien
cómo preguntarle a Jaejoong si se quedaría o no—. ¿Cómo te sientes acerca de mi
capacidad de cambiar?
—No sé cómo me siento.
—¿Todavía tienes miedo de mí?
Yunho contuvo la respiración mientras esperaba la respuesta
de Jaejoong. Eso podría armarlo o deshacerlo. Podría forzar a Jaejoong a
quedarse, ya había ocurrido con algunos antepasados cuando encontraron a sus
compañeros humanos. No era algo inaudito, pero Yunho no quería un compañero por
la fuerza. Quería uno que se quedara porque quería hacerlo.
Jaejoong inclinó la cabeza hacia un lado y robó una mirada
oblicua a Yunho. —No tengo miedo exactamente, pero...
—¿Pero?
Jaejoong se encogió de hombros y miró hacia abajo a sus
manos de nuevo. —No tenía miedo de ti antes en el... bueno, cuando nos
conocimos, pero entonces te volviste un jodido gruñón y... —Jaejoong levantó la
mirada, mordiéndose el labio.
—¿Y?
—Me da la sensación de que si te dejo, vas a tomar el
control de mi vida. Nada de lo que dije en la casa de huéspedes pareció hacer
una diferencia para ti, como no parecen ser importantes mis deseos. Sólo
asumiste que haría todo lo que tú querías sin hablar primero conmigo acerca de
ello.
Yunho se echó hacia atrás y cerró los ojos. Sabía que su
comportamiento con Jaejoong iba a volver y morderle en el culo, pero también
sabía que no podía detener su comportamiento. Él era posesivo. Quería a Jaejoong
con él.
Estaba empezando a darse cuenta de que Jaejoong era de alto
mantenimiento como él había pensado, pero estaba empezando a gustarle. El
hombre era valiente, intrigante, y francamente se le caía la baba por él. Sería
una estupidez perderlo ahora porque no podía aprender a hacer concesiones.
Abrió los ojos y miró hacia Jaejoong. Se sorprendió por la
ansiedad en el rostro del joven. No podía permitir eso. Se acercó y palmeó la
mano de Jaejoong tranquilizándolo sobre que él no estaba enojado.
—Tienes razón, Jaejoong. Tomé un montón de decisiones por ti
sin hablar contigo primero. Eso estuvo mal por mi parte.
La boca de Jaejoong se abrió. —¿Estás de acuerdo conmigo?
—Lo estoy. —Yunho respiró profundamente y luego dejó que el
aire de sus pulmones saliera lentamente—. Pero no estoy seguro de que pueda
cambiar esa parte de mi personalidad. En mi mundo, yo estoy a cargo. Estoy
acostumbrado a tomar decisiones por mí mismo y por los demás. Es una segunda
naturaleza para mí.
Jaejoong frunció el ceño. —Ahí está la cosa de la naturaleza
de nuevo.
Yunho se rio entre dientes. —Soy un lobo de corazón, Jaejoong,
con los instintos de un animal.
A Yunho le hizo gracia el gesto de Jaejoong cuando rodó los
ojos. Adoraba la exasperación en su rostro cuando el hombre estaba harto de él.
Era sexy como el infierno. Se encorvaba, los brazos descansando sobre sus
muslos, y sostenía su cara en sus manos.
—Eres lindo como el infierno cuando haces eso.
—¿Hacer qué?
—Rodar los ojos cuando estás harto de mí.
Los labios de Jaejoong empezaron a temblar y luego suspiró
antes de ceder a la risa que Yunho podía ver construyéndose en su rostro. —Eres
un dolor en el culo.
El interior de Yunho cantó con alegría y se impulsó hacia
adelante llevando con él a Jaejoong hacia el sofá. Sus bocas estaban a sólo
unos centímetros de distancia. Podía sentir el aliento de Jaejoong soplar en su
contra.
—No parecías tener ningún problema con tenerme en tu culo
anoche —murmuró.
Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos, y un pequeño
gemido salió de su boca. El gris ahumado en los ojos de Jaejoong comenzó a
oscurecerse cuando el deseo lo llenó. Yunho sabía que el hombre estaba afectado
por él y le deseaba.
—Yu …Yunho.
—¿Sí, Jaejoong?
La mano de Jaejoong se agitó en su garganta por un momento
antes de moverse para quedar preso de Yunho de nuevo. —Tú... —Jaejoong tragó
saliva—. Estás…
—¿Caliente? ¿Sexy? ¿Irresistible?
La cabeza de Jaejoong cayó hacia atrás en el sofá mientras
se reía. —Eso no era exactamente lo que iba a decir, pero voy a ir con ello
hasta que pueda encontrar una palabra mejor.
—¿Sí? —Yunho arqueó las cejas—. ¿Qué es exactamente lo que
ibas a decir?
—Uh… uh —Jaejoong negó con la cabeza—. Mis labios están
sellados.
Los ojos de Yunho bajaron para mirar los labios rosados de Jaejoong.
—Es una pena, hay tantas cosas que podría hacer con ellos.
—¡Yunho!
Yunho se dio cuenta de que Jaejoong no estaba realmente
molesto con él. Había un pequeño y encantador destello en sus ojos mientras se
reía.
—Eres demasiado.
—¿Demasiado para ti?
Jaejoong parpadeó y dejó caer lentamente la sonrisa de sus
labios. Su expresión se volvió seria. —No lo sé. Todavía estoy tratando de
envolver mi cabeza en torno al hecho de que eres un cambiaforma lobo. El resto
de esto... —Jaejoong movió la cabeza—. Ni siquiera he comenzado a procesar el
resto de esto.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a procesarlo?
La cercanía de Jaejoong era abrumadora. Logan tuvo de
repente el impulso de frotarse contra Jaejoong y marcarlo de nuevo con su olor.
Pero tampoco quería asustarlo. Su pecho retumbó en un ronroneo suave, y frotó
la mejilla sobre jaejoong.
—Dios, me encanta cuando haces eso
—Jaejoong susurró mientras su cabeza caía hacia atrás.
—¿Hacer qué, Jaejoong? —Si lo supiera,
podría hacerlo de nuevo.
—Cuando ronroneas —se quejó Jaejoong—.
Es jodidamente caliente. No sabía que los lobos podían ronronear.
—Hay un montón de cosas que podemos
hacer, Jaejoong.
Yunho aumentó el volumen de su ronroneo
mientras seguía frotando su cara en el rostro de Jaejoong. Cuando se volvió
hacia el hueco de su cuello y el hombre se arqueó hacia atrás aún más, Yunho
gimió. El dulce aroma de Jaejoong era más fuerte en su cuello.
—Jaejoong —dijo Yunho en voz baja—,
bebé, realmente no deberías hacer eso.
Incluso mientras lo decía y le
aconsejaba a Jaejoong no arquear su cuello, Yunho estaba empujando su cara más
cerca, presionando su nariz contra la suave piel y aspirando profundamente. Un
delicioso estremecimiento recorrió su cuerpo cuando la fragancia de almizcle
dulce llenó sus sentidos.
—¿Hacer qué?
—Jaejoong, ya te he dicho que soy un
animal impulsado por el instinto —dijo mientras se obligaba a alejarse del
cuello de Jaejoong y del perfume más seductor que había olido nunca—. Y hueles
muy, muy bien.
—¿Sí?
—Quiero morderte, Jaejoong. —Yunho
lamió una línea por un lado de la garganta y sus manos comenzaron a moverse
sobre el cuerpo de Jaejoong—. Quiero hundir mis dientes en tu cuello y
reclamarte de nuevo como mi compañero.
Jaejoong se puso rígido. Sus cejas
estaban agrupadas en un ceño confuso cuando se estiró hacia atrás para mirar a
Yunho. —¿Otra vez?
(Avena salvaje Es un dicho que se refiere a que ha sido
demasiado promiscuo sexualmente, como que ha tenido sexo con quien se cruzara
en su camino).
Notita :
Hola Chicas :)
gracias por sus comentarios , me animan mucho y pues como decirlo , ustedes son las unicas chicas que tengo en mi blog , e eliminado a un monton de chicas por que bueno unas talvez no pasaban por mi blog , por que no veia mas de 10 comentarios !!
espero que siempre puedan comentarme :) Graias , y hasta la proxima actualizacion :) !!