jueves, 23 de enero de 2014

Capitulo 6

Capítulo 6


—Yunho, sienta tu culo. Si no reduces la velocidad, vas a hacerle un agujero a mi alfombra.
Yunho se giró, gruñó a su hermano y luego continuó con su caminata. Había algo mal acerca de que su sobrino le ordenara irse de la cocina cuando su compañero estaba tan angustiado. Debería ser él quien estuviera tranquilizándolo, consolándolo, no estar en otra habitación donde no podía asegurarse de que estuviera bien.
—Si alguien puede calmar a Jaejoong lo suficiente como para que te escuche, es Junsu. Ellos han sido amigos durante años.
Yunho se detuvo para mirar a su hermano. —¿Por qué nunca supe sobre esto? ¿Por qué Junsu no lo trajo a casa antes? Yo podría haberlo encontrado hace años.
—Durante los últimos años has estado demasiado ocupado sembrando tu avena salvaje para estar buscando a tu compañero, Yunho. Jaejoong ya ha estado aquí un par de veces. —Seon Yoo inclinó la cabeza—. Por supuesto, yo tampoco lo había visto antes de ahora, pero yo no lo estaba buscando.
—Bueno, eso está mal, Seon. —Yunho empezó a caminar de nuevo—. Está mal. Jaejoong es…
El resto de las palabras de Yunho se perdieron cuando Jaejoong y Junsu aparecieron de repente en el arco de la puerta de la cocina. Jaejoong se veía pensativo, sus ojos como dardos buscando frenéticamente por la habitación y aterrizando en Yunho.
Yunho trató de parecer lo menos amenazante que un hombre de seis con tres pies podía verse. Cuando los ojos de Jaejoong se abrieron como platos, Yunho atravesó lentamente la habitación y se sentó junto a Seon Yoo. Cruzó las manos sobre el regazo y esperó.
—Mientras todo el mundo mantenga su distancia, Jaejoong está dispuesto a escuchar lo que tenemos que decir —dijo Junsu mientras guiaba a Jaejoong a una silla. Este se sentó y Junsu sacó una piruleta del bolsillo, la desenvolvió y se la tendió.
Jaejoong se la arrebató en el aire como si fuera una joya y se la metió en la boca. La boca de Yunho se abrió cuando Jaejoong se reclinó en su asiento y empezó a chupar la piruleta con los ojos cerrados y luego gimió.
Yunho se agachó y se reajustó a sí mismo, su polla cada vez más dura ante el sonido que salía de los exuberantes labios de Jaejoong. Entonces se volvió hacia Junsu e hizo un gesto hacia Jaejoong. —¿Quieres explicarme eso?
—En realidad, no. —Junsu rio entre dientes mientras metía la mano en el bolsillo. Sacó un puñado de diferentes piruletas de colores y las dejó caer sobre la mesa de café—. Pero tendremos que hacer esto.
Yunho abrió la boca para decir algo acerca de las piruletas, pero Seon le dio un codazo en el costado. Se dio la vuelta y miró a su hermano, pero apretó los labios y guardó silencio. Se enteraría de lo de las piruletas más tarde.
—Jaejoong, ¿te acuerdas de lo que dije en la cocina acerca de ser un cambiaforma lobo? —Junsu preguntó.
Jaejoong abrió los ojos y asintió. El placer de la piruleta en la boca parecía calmarlo un poco. Luego miró a Yunho, pero continuó saboreándola.
—Lo primero que necesitas saber es que ninguno de los que estamos en esta sala te haremos daño, ni siquiera Yunho. —Junsu hizo un gesto hacia Yunho—. Él podría ser peligroso, incluso puede sonar como si lo fuera, pero puedo decirte honestamente que nunca te hará daño.
Jaejoong asintió a Junsu sin hablar.
—Lo que viste anoche fue el lobo de Yunho tratando de salir.
Jaejoong giró la cabeza y miró a Yunho, tirando de la piruleta fuera de su boca. —¿Por qué? —Jaejoong preguntó, e inmediatamente empujó la piruleta de vuelta.
Yunho se puso tenso cuando Junsu abrió la boca. Sabía que su sobrino sólo estaba tratando de ayudar, pero había algunas cosas que necesitaba decir él. Levantó la mano para detener a Junsu.
—Por favor, déjame.
Yunho miró a Jaejoong después de que Junsu asintió y se reclinó en su silla. Respiró hondo y comenzó la explicación que podría llevarle a su compañero de regreso.
—¿Te acuerdas cuando nos conocimos anoche en el Festival de la Luna?
El rostro de Jaejoong se puso tenso, pero asintió.
—¿Te acuerdas de lo que pasó después de eso?
Junsu rodó los ojos.
—No soy idiota. Sólo di lo que tengas que decir.
Yunho parpadeó. —Ah, bueno, ¿te acuerdas que te mordí?
Jaejoong se sonrojó de nuevo, en sus labios surgió una pequeña sonrisa antes de que rápidamente enmascarara sus facciones. —Sí, me acuerdo de eso.
Yunho volvió a respirar hondo. Al parecer, Jaejoong recordaba y le gustaba. Le tomó un momento recuperar el hilo de sus pensamientos después de darse cuenta de que a su compañero le gustaba ser mordido durante el sexo. Tendría que recordar eso.
—Cuando un cambiaforma lobo conoce a su…
—Espera. —Jaejoong de pronto se inclinó hacia delante—. ¿Eres un cambiaforma lobo?
—Sí —dijo Yunho lentamente, mirando a Junsu. ¿Qué le había dicho su sobrino a Jaejoong?
—¿Puedo verlo?
Jaejoong parecía tan ansioso que Yunho no podía negarle su petición. Se puso de pie y comenzó a tirar de su camisa sobre su cabeza.
—¿Qu… qué estás haciendo? —Jaejoong chirrió.
Yunho dejó caer su camisa en el sofá y comenzó a sacarse sus botas. —Dijiste que querías verme en mi forma de lobo.
—Sí, pero ¿por qué te desnudas?
—Nuestra ropa no desaparece por arte de magia, Jaejoong. Eso sólo pasa en las películas. Si estamos usando ropa cuando cambiamos, se tritura, y esta me gusta.
—Está bien, pero ¿tienes que desnudarte delante de todos?
Yunho hizo una pausa y miró a Jaejoong parpadeando por la sorpresa.
Jaejoong golpeó con la mano su boca como si de repente se diera cuenta de lo que había dicho. Jaejoong estaba celoso. Yunho se sintió intrigado por lo posesivo que su compañero se mostró. Eso era un buen augurio para el resto de la conversación.
Ahora bien, si Jaejoong aceptara al lobo de Yunho, las cosas serían perfectas.
Junsu se rio y le tendió a Jaejoong una piruleta nueva. Yunho frunció el ceño cuando su compañero, frenéticamente, la tomó, la desenvolvió y se la metió en la boca. Sus ojos no se cerraron esta vez, pero un pequeño gemido surgió de sus labios. Eso fue suficientemente bueno.
—¿Quieres que esperemos en la cocina, Jaejoong? —Junsu preguntó.
Jaejoong asintió. Junsu y Seon se pusieron de pie y caminaron hacia la cocina. Yunho esperó hasta que salieron de la habitación antes de llegar a los botones de sus vaqueros. Le tomó un momento deslizarse fuera de los pantalones y dejarlos caer sobre la mesa.
Se volvió hacia Jaejoong y casi se tragó la lengua ante el deseo que podía ver arder en sus ojos. No sabía si el hombre se había dado cuenta, pero muy pronto descubriría que Yunho sentía lo mismo. Su polla se ponía cada vez más dura con cada respiración.
Yunho tragó y luego caminó hasta el centro de la habitación. Podía sentir los ojos de Jaejoong seguir todos sus movimientos. —Bien, lo que sea que hagas, no huyas de mí. Si te asustas, llama a Junsu y Seon para que vuelvan aquí, pero no corras. Mi lobo te perseguiría.
—¿Eso es lo que pasó en mi habitación?
Yunho asintió con la cabeza e hizo una mueca. —Es un instinto natural, Jaejoong. Los lobos somos depredadores por naturaleza. Si la presa corre, le damos caza.
—¡Yo no soy una presa! —Jaejoong rompió. Sus ojos brillaban con furia. Era adorable.
—No, no lo eres, y nunca lo serás. Pero huiste de mí en un momento en el que no tenía muy buen control de mi lobo. —Yunho se encogió de hombros—. Él pensó que estabas jugando y por eso quiso entrar en la persecución.
Jaejoong rodó los ojos. —Está bien, no voy a correr.
Yunho apretó los labios para no sonreír. Estaba empezando a comprender los estados de ánimo de su pareja. Jaejoong rodaba los ojos cuando no quería que alguien supiera que estaba incómodo. Se ponía insolente cuando quería que supieran que pensaba que estaban siendo unos idiotas. Y chupaba una piruleta cuando estaba inquieto.
—Está bien, mira con cuidado, Jaejoong.
—Espera, no te hace daño, ¿verdad?
—No, en absoluto. —Yunho estaba un poco sorprendido por la preocupación de Jaejoong, pero también calentado por ella—. Es una sensación un poco extraña, pero no daña en absoluto.
Jaejoong asintió. —Está bien, adelante.
Yunho se puso de rodillas y se entregó al cambio. Sentía el calor de su piel, el pelo empezar a brotar por todas partes. Sus huesos se agrietaron cuando cambiaron, alargándose y re organizándose en los de un lobo plateado de 200 libras.
Yunho oyó jadear a Jaejoong, pero no podía parar y tranquilizar a su compañero de que estaba a salvo. Su cabeza se había reformado, un hocico sustituyendo a sus habituales boca y nariz. Una vez que sintió que su cambio estaba completo, Yunho empujó al lobo por un momento mientras miraba a Jaejoong.
Quería un momento para ver si su pareja le tenía miedo antes de dejar el control a su lobo. Lo que Yunho encontró lo sorprendió. Jaejoong parecía totalmente intrigado. Sus ojos estaban muy abiertos y su boca también, pero no había ni un solo signo de miedo en su rostro.
—Oh, eres tan hermoso —susurró Jaejoong mientras bajaba en el suelo sobre sus rodillas. Extendió una mano vacilante—. Puedo... ¿puedo tocarte?
Yunho se inclinó hacia la mano extendida, rodando sobre su costado. Las manos de Jaejoong de repente estuvieron sobre todo él, moviéndose a través de su piel y sintiendo cada centímetro de su cuerpo. Yunho tuvo un momento para parpadear las lágrimas en sus ojos antes de que su lobo lo empujara a un lado y se hiciera cargo.
—Eres tan suave. —Jaejoong parecía impresionado.
La mente de Yunho estaba nebulosa, llena del olor abrumador de Jaejoong. El atractivo de las feromonas de su compañero estaba duramente atrapado en Yunho. Una vez que lo había probado, nunca olvidaría el olor del hombre, sería capaz de encontrarlo en una multitud y realizar un seguimiento de él a muchas millas de distancia.
Ningún otro olor sería jamás igual de dulce para Yunho. Y cuanto más fuerte fuera, más influencia tendría sobre él. Así las cosas, quería rodar en la dulce fragancia para cubrir cada centímetro de su cuerpo con ella.
Y entonces cubriría a su compañero con su olor, marcándolo para que todo el que se acercara a él supiera que había sido reclamado. Eso era lo que estaba en la parte superior de la mente de Yunho. Jaejoong siempre debería oler a él.
El pecho de Yunho rugió más fuerte, frotó la gran cabeza contra las piernas de Jaejoong y comenzó a moverse hasta su pecho. Estuvo eufórico cuando Jaejoong se rio y volvió a caer sobre su trasero. Jaejoong no parecía tener ningún temor por estar sentado al lado de un lobo 200 libras.
Yunho lo empujó con su cabeza hasta que el hombre se reclinó en el suelo, y entonces se arrastró sobre él, asegurándose de que su gran peso fuera soportado por sus patas. No quería aplastar a su compañero más pequeño.
Frotó la cara contra el costado de Jaejoong, y de ahí hasta su cuello. Resopló ruidosamente cuando Jaejoong se rio e inclinó la cabeza hacia atrás. El hombre no tenía ni idea del significado de ese gesto, pero Yunho sí lo sabía. Pasó con suavidad la lengua por la garganta arqueada de Jaejoong  y mordió suavemente. No lo suficiente para herir, sólo para apaciguar a su lobo.
Una vez que el lobo de Yunho estuvo satisfecho y relajado, Yunho tomó el control de nuevo. Cuando cambió otra vez a su forma humana vio cómo los ojos de Jaejoong se ampliaron. El miedo llenaba sus profundidades grises y se arrastró hacia atrás hasta que golpeó el borde del sofá.
Yunho se puso de rodillas y estiró una mano a su compañero. —Jaejoong, está bien. Sigo siendo yo. No pretendía asustarte.
La mano de Jaejoong se apretó contra su pecho mientras respiraba hondo y soltaba el aire lentamente. Sus ojos seguían muy abiertos, pero no parecía tan asustado. —Déjame verlo otra vez.
—¿Verlo?
—Quiero verte cambiar de nuevo.
Yunho debatió durante unos dos segundos las ventajas de dejar salir de nuevo a su lobo, y luego se sentó en el suelo otra vez y cambió. Cuando levantó la cabeza, la boca de Jaejoong estaba abierta una vez más, y tenía una mirada de asombro en sus rasgos suaves.
—Esto es increíble —susurró Jaejoong mientras se arrastraba más cerca. Yunho no pudo dejar de gemir cuando Jaejoong acarició de nuevo su pelaje. Le encantaba la sensación de las manos de su pareja sobre él—. Está bien, cambia de nuevo.
Yunho parpadeó sorprendido y luego cambió. Las manos de Jaejoong se mantuvieron en su piel, incluso después de haber cambiado. Yunho levantó la cabeza, esperando ver el miedo en los ojos de Jaejoong, pero en vez de eso lo encontró con el ceño fruncido, sus cejas reunidas en una mueca profunda.
—¿Jaejoong?
—¿Estás seguro de que no te hace daño? —Jaejoong preguntó—. Sentí que tus huesos crujían. Te sentí cambiar.
—No, Jaejoong, no me daña en absoluto, te lo prometo. He estado cambiando durante años.
La frente de Jaejoong se arrugó mientras sus manos se movían por el brazo de Yunho. —¿Te dolió la primera vez que pasó?
—¿La primera vez?
Jaejoong asintió.
—Sí, un poco. —Yunho colocó lentamente su cuerpo en el suelo. Se sentía un poco extraño sentado en frente de Jaejoong con el culo desnudo, pero no iba a hacer nada para asustar al hombre de nuevo—. Nacemos humanos, pero podemos cambiar inmediatamente. Creo que es más aterrador que doloroso.
—Estoy seguro —resopló Jaejoong.
—Antes de cambiar sabemos que ha llegado el momento. Nuestros músculos comienzan a sufrir calambres, y nuestros huesos crujen.
—¿Y eso no duele? —Jaejoong se quedó sin aliento.
Yunho se encogió de hombros. —No es precisamente cómodo, pero no duele. Se siente como una especie de crecimiento acelerado.
—¿Y cuando cambias? —Jaejoong preguntó—. ¿Cómo es eso? ¿Eres consciente cuando cambias?
—¿Consciente?
—¿Sabías quién era yo?
Yunho pudo ver que la cuestión era importante para Jaejoong, pero no estaba seguro de cómo responder. Las cosas parecían ir muy bien entre los dos en ese momento, y no quería hacer o decir algo que enviara a su compañero de nuevo a un estado de pánico.
—Sí, soy plenamente consciente de ti, pero la otra parte de mí se mantiene en silencio.
—Silencio.
Yunho se rio entre dientes. —Creemos que nuestro lobo es una entidad separada de nuestro lado humano. Cuando el lobo se hace cargo, nuestro lado humano es empujado hacia atrás. Todavía estamos conscientes, pero el lobo tiene el control. Es lo mismo cuando nuestro lado humano está a la vanguardia. Puedo sentir a mi lobo, pero soy yo quien tiene el control.
—¿Tu lobo sabe quién soy yo?
Yunho dio unas palmaditas en la mano de Jaejoong que descansaba sobre su muslo. —Oh, sí, mi lobo es muy consciente de ti.
Yunho no podía siquiera empezar a explicar cómo de consciente de Jaejoong era su lobo. Eran compañeros, y su lobo lo sabía completamente. Para marcar a Jaejoong como su compañero, Yunho tenía que reclamarlo en forma de hombre lobo. Era la única manera que la marca de acoplamiento se mantuviera.
No había tomado a Jaejoong en esa forma porque el joven aún tenía que dar su consentimiento. En algún momento, si Yunho podía conseguir que Jaejoong estuviera de acuerdo con su apareamiento, él lo tomaría en su forma de hombre lobo. Era la única manera de que el enlace telepático entre ellos pudiera crearse.
La de hombre lobo, era su tercera forma, una mezcla de lobo y hombre. Tendría el cuerpo de un hombre, pero más grande y más musculoso, y cubierto de pelo. También tendría orejas, garras y colmillos largos para morder y reclamar a Jaejoong. Era su forma más poderosa.
—Si eso es cierto, entonces ¿por qué me atacaste?
—No puedo atacarte, Jaejoong.
Jaejoong se echó hacia atrás, arqueando una ceja. —¿Realmente? Porque estoy seguro que no se veía de esa manera cuando me tuviste atrapado en el baño. Parecía más bien como si intentaras matarme.
—Ya te lo dije, Jaejoong, tú huiste y yo te perseguí porque eso es lo que normalmente hacemos. Es tan simple como eso. No estaba tratando de hacerte daño o asustarte. Nunca te habría hecho daño. —Yunho se encogió de hombros, sin saber muy bien cómo explicárselo—. Sólo estaba haciendo lo que era natural.
—¿Natural? —Jaejoong resopló—. ¿Llamas natural a asustarme casi hasta la muerte?
Yunho podía sentir en su mente a Jaejoong alejándose de él. El hombre estaba construyendo muro tras muro para separarse de Yunho. Eso dolía como un cuchillo en el corazón. No tenía ni idea de cómo llegar hasta él.
Se apoyó en el borde del sillón detrás de él y llevó sus rodillas hasta el pecho. Estar desnudo delante de Jaejoong de repente se sintió incómodo. —¿Te acuerdas cuando nos conocimos en el Festival de la Luna?
—¿Qué? —Jaejoong parecía confundido por el repentino giro en la conversación.
—¿Te acuerdas cuando nos conocimos en el Festival de la Luna? —Yunho volvió a preguntar—. Cabeza de polla estaba tratando de arrastrarte a través de la multitud.
Jaejoong frunció el ceño. —Sí, ¿por qué?
—Él, podría fácilmente haberlo matado y no darle otro pensamiento. Él estaba tratando de hacerte daño. — Yunho apretó la mandíbula al recordar las manos de Mick Red sobre su compañero—. Te estaba tocando.
La cabeza de Jaejoong se inclinó hacia un lado y lo miró de una manera extraña, una que Yunho no pudo identificar. —Eso te molestó, ¿verdad?
—Sí —gruñó Yunho. Sus manos se apretaron cuando un rayo de ira voló a través de él—. No tenía derecho a poner sus manos sobre ti.
—¿Y tú sí? —Jaejoong espetó, aunque no había fuego ni acusación en sus palabras—. No recuerdo exactamente que preguntaras tampoco.
—Y yo no me acuerdo de ti quejándote —contestó Yunho—. De hecho, si no recuerdo mal, me pediste que te jodiera.
La frente de Jaejoong se arrugó ligeramente cuando se sonrojó. Inclinó la cabeza y se miró las manos. —Entonces yo no sabía lo que eras.
—Pero... —Yunho frunció el ceño—, estabas en el Festival de la Luna.
—Sí, ¿y?
—Seguro que sabías qué clase de fiesta era.
—Sí, una fiesta. —Jaejoong se echó a reír—. Junsu dijo que habría comida, baile y cosas por el estilo. Nunca dijo nada acerca de que fuera una especie de fiesta donde se reunían cambiaformas.
«¡Maldito seas Junsu!», Yunho pensó mientras rodaba los ojos. Su sobrino lo había metido en más problemas con su pareja de lo que él esperaba. Por supuesto, Junsu le había llevado también a su compañero, así que tampoco podía estar molesto.
—Está bien, así que no sabías en lo que te estabas metiendo cuando fuiste al Festival de la Luna. Estoy seguro de que entiendes la necesidad de mantener ciertas cosas en secreto para el mundo en general, como nuestra capacidad de cambiar.
—Sí, puedo ver eso.
—Así que, sabiendo lo que sabes ahora, ¿cómo te sientes acerca de todo lo que está pasando? —Cuando las cejas de Jaejoong se alzaron, Yunho se dio cuenta de que su pregunta sonaba extraña. Sólo que no sabía muy bien cómo preguntarle a Jaejoong si se quedaría o no—. ¿Cómo te sientes acerca de mi capacidad de cambiar?
—No sé cómo me siento.
—¿Todavía tienes miedo de mí?
Yunho contuvo la respiración mientras esperaba la respuesta de Jaejoong. Eso podría armarlo o deshacerlo. Podría forzar a Jaejoong a quedarse, ya había ocurrido con algunos antepasados cuando encontraron a sus compañeros humanos. No era algo inaudito, pero Yunho no quería un compañero por la fuerza. Quería uno que se quedara porque quería hacerlo.
Jaejoong inclinó la cabeza hacia un lado y robó una mirada oblicua a Yunho. —No tengo miedo exactamente, pero...
—¿Pero?
Jaejoong se encogió de hombros y miró hacia abajo a sus manos de nuevo. —No tenía miedo de ti antes en el... bueno, cuando nos conocimos, pero entonces te volviste un jodido gruñón y... —Jaejoong levantó la mirada, mordiéndose el labio.
—¿Y?
—Me da la sensación de que si te dejo, vas a tomar el control de mi vida. Nada de lo que dije en la casa de huéspedes pareció hacer una diferencia para ti, como no parecen ser importantes mis deseos. Sólo asumiste que haría todo lo que tú querías sin hablar primero conmigo acerca de ello.
Yunho se echó hacia atrás y cerró los ojos. Sabía que su comportamiento con Jaejoong iba a volver y morderle en el culo, pero también sabía que no podía detener su comportamiento. Él era posesivo. Quería a Jaejoong con él.
Estaba empezando a darse cuenta de que Jaejoong era de alto mantenimiento como él había pensado, pero estaba empezando a gustarle. El hombre era valiente, intrigante, y francamente se le caía la baba por él. Sería una estupidez perderlo ahora porque no podía aprender a hacer concesiones.
Abrió los ojos y miró hacia Jaejoong. Se sorprendió por la ansiedad en el rostro del joven. No podía permitir eso. Se acercó y palmeó la mano de Jaejoong tranquilizándolo sobre que él no estaba enojado.
—Tienes razón, Jaejoong. Tomé un montón de decisiones por ti sin hablar contigo primero. Eso estuvo mal por mi parte.
La boca de Jaejoong se abrió. —¿Estás de acuerdo conmigo?
—Lo estoy. —Yunho respiró profundamente y luego dejó que el aire de sus pulmones saliera lentamente—. Pero no estoy seguro de que pueda cambiar esa parte de mi personalidad. En mi mundo, yo estoy a cargo. Estoy acostumbrado a tomar decisiones por mí mismo y por los demás. Es una segunda naturaleza para mí.
Jaejoong frunció el ceño. —Ahí está la cosa de la naturaleza de nuevo.
Yunho se rio entre dientes. —Soy un lobo de corazón, Jaejoong, con los instintos de un animal.
A Yunho le hizo gracia el gesto de Jaejoong cuando rodó los ojos. Adoraba la exasperación en su rostro cuando el hombre estaba harto de él. Era sexy como el infierno. Se encorvaba, los brazos descansando sobre sus muslos, y sostenía su cara en sus manos.
—Eres lindo como el infierno cuando haces eso.
—¿Hacer qué?
—Rodar los ojos cuando estás harto de mí.
Los labios de Jaejoong empezaron a temblar y luego suspiró antes de ceder a la risa que Yunho podía ver construyéndose en su rostro. —Eres un dolor en el culo.
El interior de Yunho cantó con alegría y se impulsó hacia adelante llevando con él a Jaejoong hacia el sofá. Sus bocas estaban a sólo unos centímetros de distancia. Podía sentir el aliento de Jaejoong soplar en su contra.
—No parecías tener ningún problema con tenerme en tu culo anoche —murmuró.
Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos, y un pequeño gemido salió de su boca. El gris ahumado en los ojos de Jaejoong comenzó a oscurecerse cuando el deseo lo llenó. Yunho sabía que el hombre estaba afectado por él y le deseaba.
—Yu …Yunho.
—¿Sí, Jaejoong?
La mano de Jaejoong se agitó en su garganta por un momento antes de moverse para quedar preso de Yunho de nuevo. —Tú... —Jaejoong tragó saliva—. Estás…
—¿Caliente? ¿Sexy? ¿Irresistible?
La cabeza de Jaejoong cayó hacia atrás en el sofá mientras se reía. —Eso no era exactamente lo que iba a decir, pero voy a ir con ello hasta que pueda encontrar una palabra mejor.
—¿Sí? —Yunho arqueó las cejas—. ¿Qué es exactamente lo que ibas a decir?
—Uh… uh —Jaejoong negó con la cabeza—. Mis labios están sellados.
Los ojos de Yunho bajaron para mirar los labios rosados de Jaejoong. —Es una pena, hay tantas cosas que podría hacer con ellos.
—¡Yunho!
Yunho se dio cuenta de que Jaejoong no estaba realmente molesto con él. Había un pequeño y encantador destello en sus ojos mientras se reía.
—Eres demasiado.
—¿Demasiado para ti?
Jaejoong parpadeó y dejó caer lentamente la sonrisa de sus labios. Su expresión se volvió seria. —No lo sé. Todavía estoy tratando de envolver mi cabeza en torno al hecho de que eres un cambiaforma lobo. El resto de esto... —Jaejoong movió la cabeza—. Ni siquiera he comenzado a procesar el resto de esto.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a procesarlo?
La cercanía de Jaejoong era abrumadora. Logan tuvo de repente el impulso de frotarse contra Jaejoong y marcarlo de nuevo con su olor. Pero tampoco quería asustarlo. Su pecho retumbó en un ronroneo suave, y frotó la mejilla sobre jaejoong.
—Dios, me encanta cuando haces eso —Jaejoong susurró mientras su cabeza caía hacia atrás.
—¿Hacer qué, Jaejoong? —Si lo supiera, podría hacerlo de nuevo.
—Cuando ronroneas —se quejó Jaejoong—. Es jodidamente caliente. No sabía que los lobos podían ronronear.
—Hay un montón de cosas que podemos hacer, Jaejoong.
Yunho aumentó el volumen de su ronroneo mientras seguía frotando su cara en el rostro de Jaejoong. Cuando se volvió hacia el hueco de su cuello y el hombre se arqueó hacia atrás aún más, Yunho gimió. El dulce aroma de Jaejoong era más fuerte en su cuello.
—Jaejoong —dijo Yunho en voz baja—, bebé, realmente no deberías hacer eso.
Incluso mientras lo decía y le aconsejaba a Jaejoong no arquear su cuello, Yunho estaba empujando su cara más cerca, presionando su nariz contra la suave piel y aspirando profundamente. Un delicioso estremecimiento recorrió su cuerpo cuando la fragancia de almizcle dulce llenó sus sentidos.
—¿Hacer qué?
—Jaejoong, ya te he dicho que soy un animal impulsado por el instinto —dijo mientras se obligaba a alejarse del cuello de Jaejoong y del perfume más seductor que había olido nunca—. Y hueles muy, muy bien.
—¿Sí?
—Quiero morderte, Jaejoong. —Yunho lamió una línea por un lado de la garganta y sus manos comenzaron a moverse sobre el cuerpo de Jaejoong—. Quiero hundir mis dientes en tu cuello y reclamarte de nuevo como mi compañero.
Jaejoong se puso rígido. Sus cejas estaban agrupadas en un ceño confuso cuando se estiró hacia atrás para mirar a Yunho. —¿Otra vez?


(Avena salvaje  Es un dicho que se refiere a que ha sido demasiado promiscuo sexualmente, como que ha tenido sexo con quien se cruzara en su camino).



Notita : 
Hola Chicas :) 
gracias por sus comentarios , me animan mucho y pues como decirlo , ustedes son las unicas chicas que tengo en mi blog , e eliminado a un monton de chicas por que bueno unas talvez no pasaban por mi blog , por que no veia mas de 10 comentarios  !! 
espero que siempre puedan comentarme :) Graias , y hasta la proxima actualizacion :) !!

domingo, 19 de enero de 2014

Capitulo 5

Capítulo 5

Jaejoong se despertó lentamente, pero mientras lo hacía, notó una clara diferencia entre la temperatura fría de su parte delantera a la temperatura caliente en su espalda. También se dio cuenta del hecho de que lo que le estaba calentando por detrás era muy sólido.
Jaejoong se agachó y sintió cálida carne en su cadera. Al instante apartó la mano y la acunó contra su pecho. El cosquilleo que se disparó por sus brazos cuando tocó el brazo apoyado en su cadera le dio un miedo de muerte.
Reuniendo el valor que no sabía que tenía, Jaejoong miró por encima de su hombro. Sus ojos se abrieron, y su corazón empezó a latir frenéticamente en su pecho cuando se dio cuenta de quién era el hombre que lo calentaba.
Jung Yunho estaba en su cama.
—Ssshhh —murmuró Yunho contra la parte posterior de su cuello. Jaejoong se estremeció, el miedo corriendo a través de él cuando sintió la mejilla de Yunho frotar contra la parte posterior de su cuello y una mano acariciar su cadera—. Vuelve a dormir, Jaejoong.
La voz de Yunho sonaba perezosa, ahogada. Jaejoong ni siquiera sabía si el hombre estaba despierto. No quería saberlo. Sólo quería escapar. No tenía ni idea de cómo lo había encontrado, pero tenía que irse antes de que el hombre se despertara.
Jaejoong esperó hasta que el cuerpo de Yunho se aflojó y su respiración se volvió regular y, luego, lentamente, se deslizó de debajo de su mano. Agarró la almohada y la acomodó empujándola en el lugar donde había estado su cuerpo.
Yunho se quejó un poco, pero luego se calmó. Jaejoong contuvo la respiración todo el tiempo mientras se vistió y salió cojeando hacia la puerta del dormitorio. Su tobillo todavía le dolía mucho, incluso estaba un poco hinchado. Por suerte, no estaba roto, sólo tenía un esguince.
Jaejoong agarró su mochila verde del suelo, agradecido de que Junsu hubiera ido y vuelto con ella, y luego se escabulló de la habitación. Hizo una mueca cuando la puerta se cerró con fuerza detrás de él. Cuando no pasó nada, ni siquiera la montaña de un hombre enfurecido estrellándose a través de la puerta, se volvió y corrió por el pasillo.
Se dirigía hacia la puerta principal cuando los sonidos de la cocina llamaron su atención. Mientras caminaba con cautela en esa dirección esperaba que fueran Junsu o Yoochun. Necesitaba que alguien lo llevara lejos de allí.
Jaejoong se detuvo en la puerta de la cocina y miró hacia la habitación. Nadie estaba directamente en la cocina, pero podía ver un par de personas sentadas un poco más allá en un rincón pequeño destinado para el desayuno. Uno de ellos era Junsu.
—Junsu —Jaejoong susurró en voz baja.
La cabeza de Junsu giró, su mirada de asombro se volvió más amigable cuando vio a Jaejoong en la puerta. —Jaejoong, ¿qué estás haciendo? Deberías estar descansando el tobillo. Necesitas tiempo para que sane.
—Me tengo que ir, hombre.
Junsu miró al otro hombre en la mesa antes de mirar hacia atrás a Jaejoong. —¿A dónde?
—A casa.
«¡Duh!»
—¿Por qué no vienes a sentarte y comer algo primero? —dijo Junsu mientras se levantaba y empujaba su silla hacia atrás—. Imagino que ahora mismo tendrás bastante hambre.
La tenía. De hecho, se estaba muriendo de hambre, pero también tenía miedo de que Yunho despertara antes de que pudiera escapar. No quería ver al hombre de nuevo. La manera extraña en la que sus dientes se habían vuelto más agudos y más puntiagudos lo había asustado casi hasta la muerte. No quería ni pensar en la forma en que la cara de Yunho tembló y pareció cambiar ligeramente.
Era extraño.
—Junsu, realmente tengo que irme.
La noche anterior Jaejoong había explicado a Junsu que había hecho otra conexión mala, pero no había entrado en demasiados detalles. En aquel momento pensó que Junsu probablemente conocería a Yunho. Bueno, ahora sabía que lo conocía. El hombre estaba arriba durmiendo en la habitación de invitados, y alguien tenía que haberlo dejarlo entrar.
Jaejoong frunció el ceño y miró al otro hombre en la habitación. Parecía vagamente familiar. Hizo una mueca al recordar exactamente dónde había conocido al hombre. —¿Cómo está tu tobillo?
—Bien. —El hombre se echó a reír—. Gracias por preguntar.
—Oh, Jaejoong. —Junsu sonrió e hizo un gesto hacia el extraño—. Este es mi padre, Jung Seon Yoo .
—Hola, es bueno… —Jaejoong tragó saliva mientras el vello de sus brazos se erizó de repente—. ¿Jung?
Seon asintió con la cabeza, sonriendo justo antes de tomar un sorbo de su café.
—¿Tienes alguna relación con Jung Yunho?
—Es mi tío —dijo Junsu.
Seon sonrió. —Mi hermano.
Jaejoong volvió a tragar saliva, preguntándose por qué no había hecho la conexión entre su amigo, Jung  Junsu y Jung Yunho. Debería haberlo visto. Conocía el apellido de Junsu. Sólo que la noche anterior no hizo la conexión.
Se frotó las manos distraídamente, preguntándose por qué se habían vuelto tan pegajosas de repente. —Hey, ya sabes, el desayuno sería genial, pero realmente tengo que conseguir ponerme en camino. Estoy seguro de que Yoochun podrá llevarme, y puedo tomar algo en el camino. Gracias de todos modos. —Jaejoong comenzó a retroceder fuera de la habitación.
—Jaejoong, qué…
—Tienes que escuchar a Yunho antes de que decidas si quieres irte, Jaejoong —dijo Seon Yoo—. Hay más en juego aquí de lo que te das cuenta, y creo que te vas a arrepentir si no te quedas y escuchas lo que Yunho tiene que decir.
Junsu se veía confundido mientras miraba hacia atrás y adelante entre ellos, pero Seon  parecía saber exactamente lo que estaba pasando. Jaejoong se preguntaba cuánto le había dicho Yunho a Seon acerca de lo que ocurrió entre ellos.
—¿Por qué no te sientas y dejas que Jumsu te sirva algo para comer? —preguntó Seon—. Imagino que Yunho bajará pronto.
Jaejoong miró rápidamente por encima del hombro, imaginando a Yunho de pie detrás de él. Cuando encontró el espacio vacío, exhaló un suspiro de alivio y apretó la mano contra su pecho. Sintió cómo su corazón latía tan rápido que podría saltar directamente fuera de su caja torácica.
—Tengo que irme.
—Jaejoong, ¿qué está pasando? —Junsu preguntó.
Jaejoong negó con la cabeza. No estaba seguro de cómo responder a Junsu, sobre todo porque ni siquiera él conocía la respuesta. Las últimas aproximadamente doce horas, habían sido una mierda, una tras otra. Jaejoong se sintió intrigado por Yunho desde que lo vio.
Por desgracia, su historia con magníficos dominantes parecía jugar de nuevo en su contra. Yunho se veía como sexo en un palo. Simplemente no tenía la personalidad para ir con ello. O tal vez el problema era que no tenía demasiada personalidad.
El hombre parecía arrogante, dominante, e incapaz de escuchar razones. Si se añadía a eso el hecho de que lo había asustado casi hasta la muerte, no parecía haber muchas razones para quedarse. Yunho estaba resultando ser como cualquier otro hombre hacia los que él se sentía atraído.
Deseaba, aunque fuera sólo una vez, poder conocer a un chico agradable que también acelerara su motor. Cuánto más atractivo era el tipo que le gustaba, más idiota parecía ser. ¿Tal vez debería escuchar a sus amigos y empezar a buscar a los chicos que no eran tan calientes?
—Jaejoong y Yunho conectaron anoche en el Festival de la Luna —dijo Seon Yoo—. Ellos se acoplaron.
—Santa mierda —murmuró Junsu mientras miraba a Jaejoong con los ojos muy abiertos—. ¿Yunho es el tipo del que me hablaste?
Jaejoong asintió.
—¡Santa mierda! —Junsu se dejó caer en su silla. Parecía aturdido—. ¿Te acoplaste con Yunho?
Jaejoong frunció el ceño. No entendía exactamente lo que Seon o Junsu querían decir con acoplado, pero la mirada de asombro en el rostro de Junsu le hizo sentir muy cauteloso. —¿Sabes qué? Realmente tengo que irme.
—Oh, pero, Jaejoong, no te puedes ir —dijo Junsu—. No ahora.
—El infierno que no puedo —Jaejoong rompió dándose la vuelta y dirigiéndose hacia la puerta.
—¿Y tus orejas?
Jaejoong tropezó, levantando las manos a su cabeza, sabiendo que sus orejas de lobo no estaban allí. No las había visto desde la noche anterior y supuso que las había dejado en la habitación o las había perdido en su loca carrera para huir de Yunho. Se sentía desnudo sin ellas.
—Tengo un nuevo conjunto de orejas que puedo darte —dijo Junsu—. He estado guardándolas como una sorpresa para ti. Incluso tengo una piruleta de cereza.
Jaejoong sintió a Junsu de repente detrás de él y luego una piruleta fue mecida delante de su cara. Jaejoong gruñó y agarró la piruleta. Junsu se la arrebató antes de que pudiera agarrarla. Jaejoong gruñó y se volvió a su amigo.
Jaejoong pensaba que había algo maravilloso en tener un amigo que cuidara de él tanto que llevaba los bolsillos llenos de dulces en todo momento. Sin embargo, también había algo horrible en el hecho de que Junsu sabía lo mucho que él amaba sus piruletas. El hombre podía ser cruel cuando quería serlo.
—Ven y siéntate a la mesa, y podrás chupar esto mientras te preparo algo para comer. —Junsu sacudió la piruleta en el aire.
Jaejoong se tambaleó hacia delante. Dejó su mochila en el suelo y luego se estiró para agarrar la piruleta. Junsu la mantuvo fuera de su alcance hasta que Jaejoong rodó los ojos y se sentó. Casi de inmediato, Jaejoong escuchó el sonido inconfundible de una envoltura que era retirada, y una piruleta de cereza dulce entró en su boca.
Jaejoong gimió y chupó con fuerza. Parecía que hacía una eternidad desde que había probado ese satisfactorio sabor. Sus ojos se cerraron y se concentró en la piruleta hasta que sintió que algo se colocaba en su cabeza.
Los ojos de Jaejoong se abrieron de golpe y extendió la mano, un pequeño jadeo cayó de sus labios cuando sintió las orejas en la parte superior de su cabeza. Oh, eran suaves y peludas. Ni siquiera le importaba de qué color eran. Rápidamente se aseguró de que quedaran colocadas justo en el lugar preciso y luego miró a la cara sonriente de Junsu.
—No creo que tengas también una cola, ¿no? —Él podía desearlo, ¿no?
—Sí, una que concuerda con las orejas, de tu tienda favorita —dijo Junsu.
Jaejoong casi gritó cuando Junsu se dio la vuelta y empezó a alejarse.
—Y voy a dártela tan pronto como hayas tomado tu desayuno.
Jaejoong podía vivir con eso. Se inclinó hacia adelante y apoyó los codos sobre la mesa. Agarró el extremo de la paleta y lo movió alrededor de su boca, saboreando el gusto y disfrutando el hecho de que una vez más tenía las orejas en su cabeza.
Su mundo estaba empezando a sentirse como suyo una vez más.
—Realmente amas las piruletas, ¿no es así?
Jaejoong ni siquiera reconoció que Seon había hablado. Él estaba ocupado.
—Jaejoong se vuelve loco por las piruletas, papá. A veces, es la única manera de calmarlo.
—¿No está preocupado por las caries o algo así?
Junsu se rió entre dientes. —Yo no creo que Jaejoong piense tan lejos respecto a las piruletas.
—¿Y las orejas? —Seon le preguntó.
—No va a ninguna parte sin ellas.
—Él sabe que no son reales, ¿no?
—Son reales para él.
Seon soltó un bufido. Para Jaejoong era un ruido muy desagradable. Metió la pierna debajo de la mesa y le dio una patada en la espinilla a Seon.
—¡Ay, joder! —Seon Yoo gritó mientras se agachaba para frotarse la pierna—. ¿Por qué demonios hiciste eso?
Jaejoong sonrió alrededor de la piruleta y volvió a chuparla.
—¿Qué te pasa, hombre? —Seon le preguntó—. Esta es la segunda vez que me das una patada en la espinilla.
Jaejoong escuchó cuando Junsu se echó a reír. —¿Te pateó antes?
Seon asintió con la cabeza y frunció el ceño a Jaejoong. —En el bar.
—¿Que le hiciste?
—¡Nada!
Jaejoong rodó los ojos y resopló. Sí, el ruido era grosero, pero eficaz cuando era necesario. Además, se trataba de él. Los ruidos molestos eran permitidos cuando venían de él. Jaejoong lo hacía con garbo.
—Realmente necesitas dejar de hacer eso, Jaejoong.
Jaejoong giró la cabeza y le dio a Seon una mirada que decía lo que pensaba de esa sugerencia. Inclinó ligeramente la cabeza, con una ceja levantada y una sonrisa en los labios.
Seon Yoo sólo rodó los ojos. —Oh, no puedo esperar a ver cómo Yunho se ocupa de ti.
—Eso no va a suceder —dijo Jajoong mientras sacaba la piruleta de su boca—. Me comeré mi desayuno, conseguiré mi cola y después me iré de aquí. Yunho no tiene nada que decir que quiera escuchar.
—Jaejoong —dijo Junsu mientras entraba en el rincón de desayunos y ponía un plato de tostadas en la mesa—, realmente deberías hablar con Yunho.
—No. —Jaejoong negó con la cabeza
—Jaejoong, escucha. —Junsu se puso en cuclillas junto a su silla y estrechó su mano libre—. Te has acoplado con Yunho. Eso es algo muy importante en mi familia. Sé que anoche se comportó como un idiota, pero deberías darle una oportunidad de explicarse, estoy seguro de que todo tendría sentido para ti.
—Yoochun y tú me habéis estado diciendo durante mucho tiempo que necesitaba empezar a replantearme con los tipos con los que me involucraba, y creo que tal vez tenéis razón.
—Jaejoong tú…
—Junsu, tú no lo viste —susurró Jaejoong, lanzando una rápida mirada a Seon—. Él realmente estaba muy raro anoche.
—¿Raro? —Los ojos de Junsu fueron a su padre y luego de vuelta a Jaejoong—. Raro, ¿cómo?
—Su rostro, Junsu. —Jaejoong se volvió y miró a Seon Yoo para ver si él estaba escuchando. Parecía que sólo bebía su café, pero Jaejoong pensó que el hombre podría estar espiando.
—Jaejoong, ¿qué pasó con la cara de Yunho?
Jaejoong se volvió hacia Junsu y negó con la cabeza mientras se reclinaba en su silla. No sabía cuánto de lo que estaba pasando Junsu conocía, pero el brillo revelador en los ojos de Seon Yoo le dijo que sabía todo. Jaejoong podría ser un poco frívolo, pero no era estúpido. Él mantendría la boca cerrada.
—Nada. —Hizo un ligero gesto con la mano para enfatizar sus palabras—. Era un poco tarde y la luz no era muy buena. Además, no había tenido una piruleta en un tiempo. Debía haber estado imaginando cosas.
—¿Bajo de azúcar y todo eso? —Junsu le preguntó mientras se levantaba de un salto—. ¿O es que ver la cara de mi tío ir con…?
—Junsu. —Seon golpeó su vaso sobre la mesa con tanta fuerza que el café se derramó por el borde—. Deja que Yunho maneje esto.
—Va a ser muy duro para Yunho manejar esto si Jaejoong se niega a quedarse, papá.
Jaejoong miró hacia atrás y adelante entre los dos hombres. Allí pasaba algo, y Jaejoong quería desesperadamente preguntar de qué se trataba, pero tenía miedo de las respuestas.
—¿He oído mi nombre?
Jaejoong se dio la vuelta de nuevo, y cuando vio a Yunho en el marco de la puerta, dejó caer su piruleta al suelo. Su corazón latía con fuerza. Saltó de la silla y se alejó tan rápido que la silla se cayó y se estrelló contra el suelo.
Sus ojos se abrieron y el pánico comenzó a surtir efecto cuando los ojos de Yunho llenos de calor aterrizaron en él. Por un momento, Yunho pareció estudiarlo con una intensa curiosidad, luego sus rasgos se suavizaron.
Cuando Yunho habló, su voz era tierna, casi un murmullo. —Hola, Love.
Jaejoong tragó el nudo que se estaba construyendo en su garganta e inclinó un poco la cabeza hacia adelante para reconocer el saludo de Yunho. Después de eso permaneció absolutamente inmóvil, con miedo de moverse por si Yunho se abalanzaba de nuevo hacia él.
—Te extrañé cuando me desperté.
Jaejoong volvió a tragar saliva, deseando tener su piruleta, cualquier cosa que meter en la boca para no tener que responder. Cuando Yunho dio un paso más en la habitación, Jaejoong se tambaleó hacia atrás hasta que chocó contra la pared.
Yunho se acercó a él. Jaejoong inhaló bruscamente hasta que Yunho bajó el brazo. —No voy a hacerte daño.
Jaejoong negó con la cabeza. No creería una palabra que saliera de la boca de Yunho. Él era igual que todos los demás hombres que jamás habían sentido nada por él. Decían lo que pensaban que él quería oír para conseguir lo que querían, y una vez que lo lograban, no les importaba nada más.
Jaejoong estaba cansado de poner su corazón en la línea sólo para que fuera pisoteado por todas partes. Sus amigos habían estado tratando de advertirle por años que fuera más cuidadoso. Finalmente se había dado cuenta de que tenían razón. Tenía que ser más cuidadoso, más cauteloso, y tenía que comenzar con el hombre de pie delante de él.
—Tengo que irme. —Jaejoong miró anhelante hacia la puerta de la que Yunho estaba cerca. Esa no sería una buena salida. Yunho sólo tenía que asomar la cabeza para pasar a través de la estructura, de la que sus hombros parecían tocar cada lado. Comenzó a mirar alrededor de la habitación, buscando rápidamente otra salida.
La respiración empezaba a ser un problema. Casi gimió cuando sus ojos se posaron en Yunho de nuevo y hallaron al hombre observándolo atentamente. Cuando sus manos empezaron a temblar, las apretó contra la pared.
Sintió pánico.
—Jaejoong, está bien —dijo Yunho, dando un paso más cerca.
Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos.
—Jaejoong, si te calmaras… —comenzó Seon Yoo mientras se levantaba.
Jaejoong comenzó a caminar por el borde a lo largo de la pared hacia la ventana. No le importaba si estaba cerrada. Saltaría a través de ella de todos modos.
—¡Está bien, ya basta!
Cuando Junsu gritó, los ojos de Jaejoong se dirigieron a él. Se abrieron aún más cuando su amigo entró en el rincón de los desayunos con una gran sartén en la mano, agitándola amenazadoramente a su alrededor.
—Todo el mundo, retiraos y dad a Jaejoong un poco de espacio —gritó Junsu—. No sé qué demonios está pasando, pero lo único que puedo ver es que Jaejoong está aterrorizado. Si pensabas arrinconarlo en una esquina para que te escuche, estás muy equivocado. Ahora, ¡retrocede!
—¡Es mío! —Yunho gruñó, sus rasgos faciales se oscurecieron y frunció el ceño. Grandes dientes caninos comenzaron a deslizarse a lo largo de su labio inferior.
Eso era todo. Jaejoong se iría por la ventana. Se arrastró por el suelo y excavó en la ventana, tratando de levantarla. No se dio cuenta de que salían gritos desesperados de sus labios hasta que sintió que unas manos que lo agarraban, y gritó.
—Jaejoong, shhh, no pasa nada.
Jaejoong no se detuvo de gritar y patalear hasta que se dio cuenta de que era Junsuel que lo sostenía. Se dio la vuelta para ver el resto de la habitación que ahora estaba vacía, tanto Seon Yoo  como Yunho se habían ido.
—¿Dónde está? —Jaejoong grito—. ¿A dónde fue?
—Yo le hice irse, Jaejoong.
Jaejoong se volvió y agarró la camisa de Junsu. —Tenemos que salir de aquí, Junsu. No sabes lo que hizo anoche. Yunho es peligroso. Él va a matarnos a todos.
—Jaejoong, te juro que no pasa nada.
—No está bien. —Jaejoong le dio a Junsu una buena sacudida—. Tú no entiendes. Él...
De repente, la calma de Junsu tuvo sentido para Jaejoong. Dejó caer las manos de la camisa de Junsu y comenzó a retroceder. Su dedo se movió señalando a su amigo, un hombre al que conocía desde hacía más de cuatro años.
—Tú... tú... ya sabes —susurró—. Y él te agrada.
—Lo hace, Jaejoong, pero no es lo que piensas.
—¿No es lo que pienso? —Jaejoong rompió. Junsu había sido su mejor amigo durante años, ¿y nunca lo había conocido?—. Entonces, ¿qué demonios es todo esto?
—Soy un cambiaforma lobo.
Jaejoong se calmó y luego inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿Dijiste lobo?

Notita :
Hola :) , dsculpen la demora de este capitulo , no podia salir de casa gracias a la lluvia u.u 
pero el siguiente capitulo , lo estare publicando uno de estos dias , Gracias por sus hermosos comentarios , me animan mucho a seguir continuando con esta gran historia .. :) 

jueves, 9 de enero de 2014

Capitulo 4

Capítulo 4

Yunho iba a enloquecer. Jaejoong estaba en alguna parte, tal vez herido, tal vez muerto. Él no lo sabía. Sólo sabía que su compañero no estaba donde debía estar, a su lado.
¿Cómo se suponía que iba a cuidar de Jaejoong y protegerlo si el hombre no quería quedarse? Eso era exactamente lo que él no quería. En esos momentos debería estar ocupándose de los negocios del clan, pero en lo único que podía pensar era en lo que podría estar ocurriéndole a Jaejoong.
Lo había buscado en toda la zona, cada callejón y terreno baldío, todos los caminos de entrada y salida del recinto. Incluso había buscado en varios edificios y áreas cercadas. No había ni rastro de Jaejoong, y Yunho no lo entendía.
Debería haber percibido por lo menos una esencia del hombre, algo que lo llevara derecho hasta él. Lo había olido un par de veces, pero el aroma siempre se desvanecía antes de que lo encontrara. Era como si el hombre hubiera desaparecido.
Yunho no quería admitir ante nadie, especialmente ante los de su clan, que había perdido a su compañero. Sería un hazmerreír, y lo sabía, pero se estaba desesperando. Jaejoong ya llevaba desaparecido varias horas, y estaban en medio de la noche. No sabía en qué tipo de problemas podría estar.
Apoyado contra la pared de ladrillo del edificio en donde Jaejoong había estado viviendo, finalmente se admitió a sí mismo que necesitaba ayuda. No podía encontrar a Jaejoong solo, y si algo le pasaba antes de que él pudiera localizarlo, nunca se lo perdonaría.
Yunho sacó su móvil del bolsillo y marcó el número de su hermano. Seon Yoo no sólo era a su hermano, también era el guardián del clan. Si algo le sucedía a Yunho, Seon se haría cargo hasta que su Alfa regresara.
—¿Qué? —Seon Yoo murmuró en el teléfono, obviamente después de haber sido despertado por el sonido del mismo.
Yunho hizo una mueca. —Seon, necesito ayuda.
—¿Yunho?
Yunho oyó el sueño y la confusión en la voz de su hermano. Supuso que su llamada era inusual. No solía llamar en medio de la noche, y nunca pidió ayuda antes. Su única justificación era que tampoco había tenido un compañero antes.
—Sí, soy yo —contestó Yunho con pesar—. Estoy abajo, en el complejo de invitados. Necesito que los chicos y tú vengáis aquí tan pronto como sea posible.
—¿Problemas? —La voz de Seon yoo estaba perfectamente clara ahora. Yunho incluso podía oír al hombre en segundo plano mientras se vestía.
—Sí, sólo un poco, pero quiero mantenerlo en secreto por ahora, ¿de acuerdo? Sólo tienes que traer a los chicos y os explicaré todo cuando lleguéis.
—¿Todos los chicos o sólo Cael y Garen?
Yunho pasó la mano por la parte de atrás de su cuello para aliviar la tensión de su próxima reunión. —Sí, venid solo los tres.
—Estaremos allí en diez minutos.
Yunho cerró su teléfono y apoyó la cabeza contra el ladrillo duro, cerrando los ojos. Angustia y nostalgia lo llenaron. No era así como tenía que ir un apareamiento. Los compañeros debían estar juntos.
El calor de acoplamiento en el que un lobo entraba después de que se apareara era un momento peligroso para todos. Los lobos eran animales muy territoriales. Durante este tiempo Yunho necesitaba contacto físico con Jaejoong a menudo para ser capaz de mantener su lobo bajo control.
Cualquier percepción de amenaza a su compañero, no importa lo trivial que fuera, podía encontrarse con un furioso lobo en apareamiento, el más peligroso de los lobos. La situación actual tenía el potencial de enviar a Yunho a la furia de apareamiento. Apenas podía hacer algo para mantener el control de su lobo, podía sentirlo justo debajo de su piel, gruñendo, con ganas de salir.
Yunho abrió los ojos y se empujó lejos de la pared. Empezó a pasear arriba y abajo de la acera de enfrente de la escalera que conducía a la habitación de Jaejoong, incapaz de quedarse quieto. Su piel picaba. Se acercaba cada vez más al cambio. Otro par de horas de no saber dónde estaba su compañero y él mismo no sería capaz de mantener a su lobo en retaguardia.
—Yunho.
Yunho se dio la vuelta, un gruñido emanó bajo en su garganta. Rápidamente retractó las garras que se habían deslizado fuera cuando vio a su hermano y a su círculo cercano en la acera a varios metros de distancia. Dejó escapar un profundo suspiro y se dirigió hacia ellos.
—¿Qué sucede? —Seon le preguntó con cautela.
—Mi compañero, no puedo encontrarlo.
—¿Tu compañero? —Seon le preguntó—. ¿Qué compañero?
—Lo conocí esta noche en el Festival de la Luna. Fuimos de nuevo a su habitación para agarrar algunas de sus cosas y tuvimos una pequeña discusión. Se fue.
—Bueno, ¡felicidades! Esto merece una celebración. —Seon frunció el ceño—. Eso pienso...
—Si no lo encuentro, no habrá nada que celebrar. —Yunho se frotó las manos arriba y abajo de sus brazos—. Ya puedo sentir mi piel empezar a picar.
—Tenemos que empezar de nuevo desde el principio —dijo Seon—. ¿En qué edificio se estaba quedando?
—Este —Yunho rompió. Habría pensado que era evidente por la forma en que estaba de pie frente a él. Yunho rodó los ojos y señaló arriba—. Su habitación está allá arriba.
Seon arqueó una ceja, pero no dijo nada cuando empezó a subir las escaleras. Yunho rodó los ojos y se apresuró a subir las escaleras tras su hermano. Había una razón por la que Seon era el ejecutor del clan. Seon Yoo tenía una cabeza más fría que Yunho, como tenía que ser el ejecutor del clan.
Yunho era más fuerte, más rápido y más ágil. Podía pensar rápidamente en pie y estrategias como el mejor de ellos en una fracción de segundo. Pero sin embargo tenía un poco de mal genio. Seon le había hablado sobre ello en más de una situación llena de tensión en el pasado. Probablemente lo haría en el futuro.
Razón por la cual Yunho había llamado a su hermano. Estaba empezando a perder la objetividad y sólo podía centrarse en su preocupación de dónde estaría Jaejoong en esos momentos. El calor del acoplamiento natural de su clase comenzaba a instaurarse en él, y sentía como si estuviera gateando fuera de su piel.
—¿Qué habitación? —Seon Yoo le preguntó al llegar a la segunda planta.
Yunho señaló la habitación de Jaejoong.
Seon se acercó y abrió la puerta, olfateó el aire y luego entró con cautela. Yunho entró justo detrás de él. Su corazón se encogió al recordar la situación muy diferente de la última vez que entró por la misma puerta.
Seon caminó lentamente por la habitación. Yunho sabía que el hombre estaba absorbiendo cada detalle: el olor, la ubicación de cada objeto, incluso los sonidos en la habitación, que en ese momento eran sólo los de sus respiraciones. Era la falta de detalles lo que asustó a Yunho.
Cuando Seon entró en el baño y salió un momento después, una mirada de asombro se mostraba en su rostro, Yunho se sonrojó.
—¿Cómo cuánto discutisteis? —Seon le preguntó.
Yunho suspiró. —Le dije que iba a ir a casa conmigo.
—¿Y?
Yunho se frotó la parte de atrás de su cuello y apartó la vista de la mirada inquisitiva de su hermano. Se sentía como un colegial atrapado por faltar a la escuela. No había manera en el infierno en que dijera lo que quería que le explicara. Demonios, ni él lo sabía. Después de todo él era el Beta.
—Sólo discutimos, ¿de acuerdo?
—¿Lo atacaste?
—¿Qué? —Yunho gritó, sus ojos se abrieron como platos al mirar a su hermano—. Por supuesto que no lo ataqué. Nunca le haría daño.
Seon volvió a mirar a la puerta de madera rota que conducía al cuarto de baño antes de mirar de nuevo a Yunho. —¿Él sabe eso?
—Por supuesto que él… —Yunho recordó de pronto el miedo en el rostro de Jaejoong cuando el hombre corrió hacia el cuarto de baño y otra vez cuando huía por el camino de tierra detrás del edificio—. Bueno, sí, quiero decir, tiene que saberlo, ¿no?
Seon se limitó a mirarlo.
Yunho se sentó en el borde de la cama y dejó caer la cabeza entre las manos. Jaejoong había estado realmente aterrorizado de él. Yunho siempre se vanagloriaba de ser un lobo. Gozaba de la fuerza y el poder que venía con ello, los sentidos que tenía y los humanos no.
«Hasta ahora».
Saber que había aterrorizado a su compañero hasta el punto de que el hombre había huido de él, hizo que sintiera un profundo dolor. Esta era la primera vez en su vida que odiaba lo que era y quería ser un humano normal para que Jaejoong no le tuviera miedo.
Sintió a su lobo moverse bajo la piel y sabía que sus sentimientos de odio hacia sí mismo se estaban comunicando con el lobo. Su lobo no era feliz. Quería salir. Quería encontrar a su compañero. Apretó sus manos en puños mientras luchaba contra su lobo por el control. No iba a cambiar. ¡Él no lo haría!
—¡Yunho! —Seon le gritó—. ¡Contrólate, maldita sea!
Yunho parpadeó. Se dio cuenta de que estaba gruñendo profundamente, con los dientes al descubierto. Sus garras se habían extendido y se clavaban en las palmas de sus manos, gotas de sangre caían hasta el suelo. Su piel picaba donde los brotes de pelo castaño habían comenzado a crecer.
Cerró los ojos y aspiró varias respiraciones lentas y relajantes mientras sentía a su lobo retroceder lentamente, primero sus garras, luego sus dientes y, por último, la piel en sus brazos. Una vez que sintió que había recuperado el control de sí mismo, miró a su hermano con desesperación.
—¿Qué se supone que tengo que hacer, Seon?
—¿Cuanto lo has asustado? —Seon Yoo le preguntó mientras cruzaba los brazos sobre el pecho.
—Huyó de mí —murmuró Yunho. Juntó las manos y dejó que colgaran entre sus rodillas—. ¿No es suficiente?
—¿Sabe lo que somos?
—Pensé que lo sabía, pero ahora no estoy tan seguro. Quiero decir, me lo encontré en el Festival de la Luna, y sólo hay cosas peludas allí y todo sucedió demasiado rápido a partir de ahí. Antes de darme cuenta, lo había reclamado y volvimos aquí.
—Y entonces lo asustaste casi hasta la muerte.
—Sí.
Yunho sabía que era el mayor estúpido del mundo. Había encontrado a su compañero, algo que le habían entregado los dioses, y la había jodido en una sola noche. Tendría suerte si Jaejoong llegara a hablar con él de nuevo. No culparía al hombre en lo más mínimo si corría por las colinas.
De pronto recordó la mochila verde de Jaejoong y miró a su alrededor buscándola. Debería haber estado justo al lado de la puerta donde la dejó caer antes de perseguir a Jaejoong. No estaba. Se puso en pie y corrió al baño para mirar alrededor. Al no encontrar la mochila allí, volvió a entrar en la sala principal.
—¿Yunho?
—Su mochila —dijo Yunho mientras levantaba el edredón y el colchón y miraba debajo de la cama. —Jaejoong tenía una mochila verde en la que puso todas sus cosas. Se me cayó al suelo justo antes de que él saliera corriendo hacia el baño. No está aquí.
—¿Jaejoong?
La cabeza de Yunho se levantó rápidamente. —Sí, ese es su nombre. ¿Tienes algún problema con eso?
—No, no, no, lo entiendo —dijo Seon rápidamente. Movió las manos delante de Yunho—. ¿Estás hablando de Kim Jaejoong?
Yunho se puso a su altura y gruñó. —Sí.
—Bueno, ¡jode un pato!—Seon comenzó a reír—. Yunho, Jaejoong está con Junsu.
—¿Qué? —El corazón de Yunho comenzó a latir más rápido poco a poco. ¿Jaejoong estaba bien? ¿No estaba lastimado? ¿No estaba en una zanja en algún lugar con su garganta arrancada? ¿Estaba vivo y bien y en la casa de Seon?
«¡Esperad!»
Para poder entender el chiste cito la frase completa ‘Jode un pato y mira qué huevos le salen’.
Yunho frunció el ceño. Sus manos se apretaron cuando una onda de celos se disparó por él. —¿Por qué está con Junsu?
—Jaejoong y su amigo, Yoochun, vinieron a pasar las vacaciones de primavera con Junsu. Todos ellos se conocen de la universidad y viven en el mismo apartamento. Supongo que Jaejoong llamó justo antes de que Junsu se fuera a la cama y le preguntó si podía dormir en nuestra casa. — Seon Yoo dio unas palmaditas en el hombro de Yunho—. Hermano, tu pareja está en mi habitación de invitados.
—¿Y cuando Jaejoong pidió quedarse en tu casa en vez del complejo de huéspedes no pensaste que pasaba algo raro?
—Junsu dijo que Jaejoong estaba molesto por algo y no quería quedarse solo. No sabía que él estaba huyendo de ti.
—¡Él no estaba huyendo de mí! —Bueno, lo estaba, pero a Yunho no le gustaba que Seon lo dijera. Le gustó aún menos cuando Seon simplemente arqueó una ceja. Yunho rodó los ojos y trató de recordar lo mal que se sentirían sus padres si le arrancara la garganta a su hermano—. Bien, él estaba huyendo de mí.
—¿Por qué?
Yunho dejó escapar un suspiro. —Jaejoong estaba huyendo de mí porque perdí los estribos y lo asusté.
—¿Y?
—Y dejé libres mis impulsos y lo perseguí, asustándolo aún más. —Yunho suspiró—. Probablemente ahora estará deseando no haberme conocido.
—Yunho, estoy seguro de que no es tan malo como eso.
Los hombros de Yunho se desplomaron mientras se sentaba de nuevo en el borde de la cama y apoyaba la cabeza en sus manos. —Tú no lo viste, Seon. Se encerró en el baño. Huyó de mí. Estaba aterrorizado, Seon, mi compañero estaba aterrorizado de mí.
Yunho sintió que la cama se aplastaba más cuando su hermano se sentó a su lado. No levantó la cabeza. No podía. La idea de que Jaejoong le tuviera miedo estaba rebotando en su cabeza como una bala de cañón. Apretó los ojos para mantener las lágrimas a raya.
—Yunho, es necesario que recuerdes que tus emociones están cerca de la superficie. Sé que es un hecho que no tenías intención de asustarlo, ¿verdad?
—No, pero...
—Sin embargo, tu dominio natural salió, y necesitabas que Jaejoong se sometiera a ti, ¿no?
Yunho se encogió de hombros. Seon estaba en lo cierto. Jaejoong lo había desafiado, y Yunho dejó suelto su instinto natural como lobo macho para hacer que el hombre se sometiera. Se olvidó de decirle a Jaejoong que era un lobo.
—Si Jaejoong fuera un lobo, habría comprendido lo que estaba sucediendo y se habría sometido a ti. Pero no lo es. Es humano, y eso significa que tienes que ir poco a poco con él. No puedes tratarlo como lo harías con alguien del clan, Yunho. Necesitas manejarlo cuidadosamente.
Yunho levantó la cabeza y miró a su hermano. —¿Cómo sabes todo esto?
Seon hizo una mueca. —Lina.
—Pero Lina era de la manada, Seon. Ella sabía todo sobre el apareamiento y la sumisión.
Una carcajada salió de los labios de Seon. —Lina sabía de los apareamientos en el clan, pero no sabía nada acerca de la sumisión. —Seon Yoo se veía de repente muy triste. Su frente se arrugó y una mirada distante llenó sus ojos—. Además, Lina no era mi compañera.
La boca de Yunho se abrió, y sólo pudo mirar a Seon durante varios minutos. Se acordaba como si fuera hoy, cómo hacía más o menos veinte años, su hermano Seon había estado como loco por Lina. Yunho no había entendido esa atracción en sí misma. La mujer estaba loca.
—Espera, si has sabido todo este tiempo que Lina no era tu pareja, entonces ¿por qué sigues soltero?
—Estoy esperando a mi compañero, ¿qué más?— Seon sonrió—. ¿Por qué crees que la dejé ir y no traté de localizarla nunca?
—No lo sé. Pensé todos estos años que estabas devastado y con el corazón roto.
—No —Seon se rio entre dientes—. lina y yo éramos novios. Al principio, pensé que éramos amigos. En el momento en que me di cuenta de que fueron sólo la primera sobrecarga de feromonas, ya era demasiado tarde. Cuando le dije que quería terminar las cosas, de repente apareció embarazada. Puede que no la haya querido, pero nunca renunciaría a mi hijo.
—¿Así que, te casaste con ella? —Yunho estaba en shock—. ¿Y si ella no se hubiera escapado y tu pareja hubiera aparecido de repente?
Seon Yoo se encogió de hombros. —No lo sé, pero eso nunca sucedió.
—Seon.
—Yunho, Lina era una conspiradora, una perra mimada, putrefacta. Tú lo sabes y yo lo sé. No estaba triste de ver que se fuera, pero nunca hubiera dejado que se llevara a Junsu. Por suerte para mí, el cuidado de un cachorro recién nacido requería demasiado trabajo, así que ella se fue y me dejó con mi hijo.
—Sí, pero…
—Nunca me he arrepentido, Yunho. Yo sé que mi compañero está ahí fuera en alguna parte. Hay momentos en los que juraría que hasta puedo sentirlo acercándose.
—¿Él?
El rostro de Seon enrojeció cuando se rio y apartó la mirada. —Sí, sé que mi compañero es un hombre. Siempre que lo imaginaba después de que Lina se fuera, sabía que me acoplaría con un hombre.
—Entonces, ¿cómo es que yo nunca te he visto saliendo con uno? —Yunho lanzó sus manos al aire, frustrado con su hermano—. Caray, nunca te he visto besar a un hombre, y mucho menos tener una relación con uno.
—Yunho, si saliera con alguien que no fuera mi compañero, estaría haciendo un flaco favor a ellos, a mi compañero y a mí. No voy a hacer eso. Sí, es duro y es solitario, pero prefiero esperar hasta que encuentre a mi compañero.
—Yo… ¡maldición!
Yunho no podía soportar la sinceridad y el anhelo que podía leer en los ojos de su hermano cuando el hombre le devolvió la mirada. De pronto recordó a todos los hombres y mujeres sin nombre con los que había dormido en todos esos años y se dio cuenta de que su hermano era un hombre mucho mejor que él.
—Yunho, sé que voy a encontrar a mi compañero. Cada día lo siento más cerca. Sé que no tendré que esperar mucho tiempo antes de que él sea mío. Y en el momento que lo tenga en mis brazos, los últimos veinte años se sentirán como un latido del corazón. Nada más importará.
—¿Estás tan seguro?
—¿No estabas seguro cuando encontraste a Jaejoong y lo sostuviste en tus brazos por primera vez?
Yunho recordó lo correcto que Jaejoong se sentía en sus brazos, cómo el simple contacto de los labios del hombre en contra de los suyos lo había incendiado. Recordaba el olor dulce de Jaejoong, la risa que llenó el aire a su alrededor e hizo todo lo mejor. Incluso recordaba lo lindo que se veía con las orejas negras de lobo en la parte superior de su cabeza.
—Joder, hice las cosas un lío. —Yunho gimió dejando caer su cabeza en sus manos—. Nunca me va a perdonar.
—Bueno, no te desanimes, hermano. El bono de apareamiento va en ambos sentidos, ya sabes. Yo estaría dispuesto a apostar dinero a que Jaejoong está enloqueciendo ahora mismo. El único problema es que él no sabe por qué.
Yunho se puso en pie y se dirigió hacia la puerta, las visiones de Jaejoong sufriendo sin saber por qué, llenaban su cabeza y hacían que su corazón doliera por su compañero. —Tengo que llegar hasta él.
—Yunho —llamó Seon—, detente.
Yunho había comenzado a tirar de la puerta para abrirla cuando sintió la mano de su hermano en el brazo. Casi gruñó hasta que vio la preocupación en los ojos del hombre. —¿Qué? —mordió con los dientes apretados.
—Es posible que desees ir más despacio y asegurarte de que estás tranquilo antes de afrontar a Jaejoong. Ya pasaste por eso. No querrás que él huya de ti otra vez. Si vas corriendo allí como estás… estoy seguro de que lo asustarás de nuevo.
Yunho apoyó la cabeza contra el borde de la puerta. Seon estaba en lo cierto, y él lo sabía. Una vez más, estaba agradecido de que el hombre no sólo fuera el ejecutor del clan, sino también su hermano. Seon lo conocía bien y todavía se preocupaba por él.
Yunho sólo podía esperar que Jaejoong sintiera lo mismo después de un tiempo. Sabía que tenía que explicarle las cosas, ir lento y no asustarlo, sin importar lo mucho que quisiera arroparlo y mantenerlo donde nunca nadie pudiera lastimarlo.
—Está bien —dijo, y luego respiró profundamente mientras miraba a Seon
—. ¿Qué quieres que haga?

Notita : 
Hola ! 
haha , ... amo todos sus comentarios , y poss tienen razon chicas Yunho es muy posesivo xD , pero , asi es el , que se puede hacer xD!! 
ya que sus comentarios han sido mi alimento , aqui ya les he traido un nuevo capitulo , espero que les agrade mucho y me sigan comentando , !! tratare de actualizar asi de seguido :) ya que sus comentarios me animan muchishimo , :) !! 
-
Queria decir , por otro lado :) no soy muy popular con las historias que adapto , ya sea por que me demoro en actualizar pero 
tengo , mmm 67 lectores en mi blog y pues en cada capitulo que pongo hay como 70 y tantas visitas , y pues la verdad yo solo leo 9 comentarios en cada capitulo asi que , quiero pedirles disculpas a todas las chicas que no me comentan , pues voy a empezar a eliminar lectores , bueno , solo a  los que no se pasan por mi blog , y comentan con al menos un gracias o algo , sinceramente yo trato de hacerme tiempo para poder adaptar , a veces lo hago incluso en la madrugada mientras mi mama duerme , y no me parece justo que solamente 9 personas me agradescan lo que hago , no quiero ser egoista , pero si ustedes estarian en mi lugar , yo creo que pensarian lo mismo   
Gracias ! 
y hasta la proxima actualizacion :)!  !