viernes, 2 de mayo de 2014

Capitulo 10

Capítulo 10

Yunho se preocupó cuando la cabeza de Jaejoong rodó contra su brazo. El hombre estaba inconsciente, lo que era extraño teniendo en cuenta cuán despierto había estado hacía una hora. Habían subido al coche que Cael y Garen llevaron, y Jaejoong se arrastró a sus brazos, enroscándose cerca y cerrando los ojos.
Yunho no quería que Jaejoong estuviera en ningún otro lugar. Ni siquiera se quejó de que el hombre no usara el cinturón de seguridad. En ese momento parecía más importante sostenerlo en sus brazos. Yunho sólo necesitaba tener a su compañero cerca, respirar su aroma dulce y saber que estaba vivo. Necesitaba sentir el corazón de Jaejoong latir al lado del suyo.
—Ya casi estamos allí —dijo Cael desde el asiento del conductor.
—Bien —contestó Yunho, obligándose a apartar la mirada de la cara magullada de Jaejoong—. Quiero que sean bloqueados los accesos a los edificios del complejo y que se doblen los guardias. También quiero todo el lugar registrado, cada edificio, cada hogar. Si alguien protesta, pueden hablar conmigo.
—Sí, Beta.
—Nos llevaron desde el interior del recinto, Cael, justo afuera de mi puerta. Y Mick Red estuvo aquí antes, en el Festival de la Luna. Él conocía la distribución y sabía dónde vivía. Sabía de Jaejoong.
—¿Su nombre es realmente Jaejoong? —Garen preguntó.
—Sí, lo es. —Yunho arqueó una ceja—. ¿Tienes algún problema con eso?
—No, no, sólo preguntaba. No estaba seguro de si era correcto llamarlo así, sin perder la cabeza.
Yunho se rio entre dientes, viendo de repente lo divertido de la situación. —Sí, su nombre es Kim Jaejoong, llamado así por su madre, Kim Luna.
Cuando el coche se desvió bruscamente, Yunho agarró con fuerza a Jaejoong. —¡Mira lo que estás haciendo!
—¿Dijiste Kim Luna?
Yunho miró a los ojos muy abiertos de Cael en el espejo retrovisor. —Sí, ¿por qué?
Cael negó con la cabeza, sus ojos de nuevo en la carretera.
—Cael, si sabes algo que pueda ser un problema para Jaejoong, tengo que escucharlo.
—Probablemente estoy equivocado, Yunho.
Cuando el corazón de Yunho comenzó a latir más rápido, Jaejoong gimió y apretó la cara más cerca de su pecho. Yunho acarició el cabello negro y sedoso y lo apartó de la cara de Jaejoong y trató de calmarse lo suficiente como para ronronear a su compañero. Una vez que lo hizo, Jaejoong se calmó y se volvió a dormir.
Yunho miró hacia arriba y captó de nuevo la mirada de Cael en el espejo retrovisor. —Dime —dijo en voz baja. Inhaló lentamente, manteniendo el control de su temperamento.
—Hace varios años, antes de que me uniera a este clan, conocí a una mujer en otra reunión. Su nombre era Kim Luna. Pasamos el fin de semana juntos y luego me llamaron para que volviera a casa. Nunca la volví a ver.
Yunho meditó las palabras de Cael en su cabeza, tratando de ver una posible conexión con su compañero. Por supuesto, Kim Luna era un nombre extraño y probablemente poco común, pero eso no quería decir que fueran la misma persona. Podría haber sido cualquiera.
—¿Fue una reunión de clan? —Yunho preguntó.
Cael asintió.
—¿Ella sabía de nosotros?
—Ella sabía —dijo Cael.
Yunho dejó escapar un suspiro de alivio. —Entonces no puede ser la misma mujer. Antes de que yo se lo dijera Jaejoong no sabía nada acerca de nosotros. Si esta mujer era su madre, entonces sería razonable que le hubiera dicho algo a él.
—A menos que ella decidiera mantenerlo en secreto —dijo Garen desde el asiento del pasajero—. Es posible.
Yunho miró a Cael de nuevo. —¿Cuánto tiempo hace que conociste a esta mujer?
—¿Qué edad tiene Jaejoong?
Yunho miró a Jaejoong y se preguntó lo mismo. Cael era varios años mayor que Yunho, pero eso no importaba mucho en el clan. Los cambiaformas lobo tendían a vivir más que los humanos.
La sola idea hizo que a Yunho le doliera el corazón. Ahora que había encontrado a Jaejoong, no quería pasar un momento sin él. Sabía que al estar apareados extendería el lapso de vida de Jaejoong, pero no había ninguna garantía de que fuera tanto tiempo como la suya.
—Él va a la escuela con Junsu. Sospecho que son de la misma edad.
—Conocí a Luna hace un poco más de veinticinco años.
Yunho tragó saliva. Cuando los ojos de Yunho se reunieron con los de Cael en el espejo, sintió una sacudida corriendo a través de él. —¿Crees que...?
—Todo es posible, Yunho.
Yunho respiró hondo dejando escapar varios jadeos mientras las implicaciones de las palabras de Cael le llegaban. Si lo que decía era cierto y la había conocido hacía esos años, la posibilidad de ser el padre de su Jaejoong era bastante alta. Jaejoong podía ser un mestizo.
Parte de Yunho estaba entusiasmada ante la posibilidad. Jaejoong sería parte lobo. Podría ser que tuviera algunas de las habilidades de un lobo, como su olfato u oído más agudizados, tal vez incluso la capacidad de hacer que le crecieran garras. También podría ser capaz de tener orejas y una cola.
Otra parte de Yunho tenía miedo ante la posibilidad. Los mestizos no eran ampliamente aceptados en su clan, infiernos, en cualquier clan. La animosidad y el odio que se enviaría hacia Jaejoong destruirían la naturaleza dulce de la personalidad del hombre.
La angustia y la confusión que Jaejoong tendría que pasar hacían que a Yunho le doliera el corazón. Ni siquiera estaba seguro de si estaba permitido que Jaejoong fuera el compañero-Beta si fuera un mestizo. La mayoría de los mestizos eran condenados al ostracismo, expulsados de sus clanes.
—Nadie debe saber esto, ¿lo entiendes? Si llega a saberse, podrían alejar a Jaejoong de nosotros.
—Alguien lo descubrirá en algún momento, Yunho —dijo Garen volviéndose en su asiento para mirar hacia atrás—. ¿No sería mejor decir la verdad desde el principio, mostrar un frente unido de apoyo?
Yunho abrió la boca para discutir, pero Cael lo interrumpió.
—Estoy de acuerdo con Garen. Si mostramos un frente unido, si apoyamos a Jaejoong y mostramos a todos que nos negamos a renunciar a él, ¿qué pueden hacer con nosotros? Ya te has acoplado a él, Yunho. Ya estáis unidos. Eso no se puede deshacer.
Yunho se sentía orgulloso de la forma en que sus hombres estaban a su lado. Se tomó un momento para hacerse con el control cuando sintió las lágrimas picando las esquinas de sus ojos. —Os doy las gracias por vuestro apoyo, y Jaejoong también lo haría si no estuviera inconsciente.
—¿Está bien?
Yunho asintió. Podía ver a Cael mirando a través del espejo retrovisor tratando de conseguir un buen vistazo de Jaejoong. Él frunció el ceño. —Mantén tus ojos en la carretera o no estaremos bien.
—Sólo estoy preocupado por él. Parece bastante fuera de sí.
—Por supuesto que estás preocupado, Cael. —Garen se rio entre dientes—. Tú eres su guardián, al igual que yo. Está arraigada en nosotros la necesidad de cuidar del compañero-Beta.
Yunho sonrió a la mirada asesina que Cael le envió a Garen. Sabía que era algo más que los instintos de un guardián lo que hacía que Cael se sintiera preocupado por Jaejoong. Si hubiera la más mínima posibilidad de que fuera su hijo, Cael estaría extático.
Cael, al ser varios años mayor que Yunho, había estado soñando con encontrar a su pareja y tener una familia. Yunho sabía eso desde que conoció al hombre. Si Jaejoong fuera su hijo, entonces la mitad de su sueño se haría realidad. La otra mitad, bueno...
—Cael, ¿Luna era tu pareja?
—Ella era una mujer maravillosa, y hubiera sido muy feliz si lo hubiera sido, pero no, Luna no era mi compañera. —Cael negó con la cabeza—. Esa podría ser la razón por la que nunca sentí la necesidad imperiosa de seguir su rastro después de que perdimos contacto. Hubiera sido injusto por mi parte mantenerla a mi lado cuando su pareja podría estar esperando ahí fuera por ella.
—Por no hablar de tu compañero. —Garen se rio entre dientes.
—Ahí estás con eso otra vez.
—¿Sabíais que el compañero de Seon es un hombre? —Yunho sonrió cuando la boca de Garen se abrió. Había algo de diversión en la mirada de asombro en el rostro del hombre.
—¿El compañero de Seon es un hombre? —Garen preguntó—. Pensé que la compañera de Seon era Lina.
—No, parece que Seon también lo supo siempre. Se casó con Lina porque ella quedó embarazada y él no quería renunciar a su hijo, incluso si eso significaba tomarla a ella también. Él no tuvo ni el más mínimo malestar cuando ella se fue.
—Así que, si Lina no era la compañera de Seon —preguntó Cael—, ¿quién es?
—Lo creas o no, un amigo de Jaejoong llamado Yoochun.
—¿Park Yoochun? —Carl preguntó—. ¿Un chico flaco con el ondeado?
Yunho asintió.
Cael se echó a reír.
—¿Qué? —Yunho preguntó.
—Seon va a tener un infierno de tiempo de mantenimiento para poner a Yoochun bajo control. El chico es un petardo. Pasé la mayor parte de la noche anterior manteniendo su culo fuera de problemas. Todos los lobos no apareados en el clan estaban tratando de follarlo.
Yunho parpadeó. —¿Lo dices en serio?
—Como un ataque al corazón, hombre. —Cael se echó a reír de nuevo—. Incluso pensé en darle algo al chico yo mismo. Puede que sea un poco más viejo, pero él es condenadamente caliente.
—Él tiene el pelo ondeado, Cael.
—¿Y?
Yunho se echó a reír mientras negaba con la cabeza. No le había dado un buen vistazo a Yoochun cuando lo conoció. Había estado demasiado centrado en mantenerlo alejado de Jaejoong. Sin embargo, lo que había visto no hizo absolutamente nada en él. Jaejoong era mucho más sexy.
Y no tenía el pelo ondeado.
—A cada uno lo suyo, supongo, pero Seon tendrá tu cabeza si haces un movimiento hacia Yoochun. Apenas podía soportar que yo estuviera en la misma habitación con él, y eso que soy su hermano. No sé lo que haría si mirases a Yoochun directamente.
—Oh, diablos, voy a necesitar palomitas de maíz para este show. —Garen se echó a reír.
Yunho disfrutaba de la diversión del hombre. Imaginó que sería precisamente el tipo de espectáculo que Garen preveía. Seon había estado esperando muchos años por su pareja, y si el pelo ondeado y los argumentos que el chico daba eran un indicativo de su personalidad, podría estar esperando un poco más. Yunho no pensaba que Yoochun fuera a dejarse llevar por las narices por Seon todo el tiempo.
—Sólo recuerda que es el compañero de Seon, ¿de acuerdo? Se merece la misma protección que Jaejoong. — Yunho señaló a sus dos guardianes—. Y eso incluye su protección frente a los dos.
—Ah, sabemos eso, Yunho —dijo Cael—. Nunca robaría su compañero a un cambiaforma. Sólo dije que conocí a Yoochun. Como he dicho, Seon va a tener un infierno de tiempo manteniéndolo bajo control. El hombre no tiene filtro en la boca.
—Debe ser por eso que es tan buen amigo de Jaejoong —dijo Yunho mientras miraba a su compañero dormir—. Ambos parecen tener ese tipo de problemas.
Los huesos de la cara de Jaejoong eran delicadamente curvados, con la boca llena y sexy. Sus rasgos eran tan perfectos, tan simétricos, que esa delicadeza podía haber hecho a Jaejoong demasiado hermoso para ser un hombre. En una palabra, la belleza de Jaejoong era exquisita y frágil, todo al mismo tiempo.
Era sólo un punto a favor que la mente de Jaejoong trabajara de manera maravillosamente malvada y tuviera una fuerza interior que rivalizaba con Yunho. No tenía la menor duda de que Jaejoong le iba a dar muchos dolores de cabeza. Era algo que esperaba ansiosamente.
Casi lo había perdido dos veces, una cuando Jaejoong huyó con miedo de él y de nuevo cuando Mick los secuestró a los dos. A Yunho no le importaba si Jaejoong discutía con él, se enfrentaba a él o, en general, lo volvía loco. Cada momento sería una bendición.
—Ya estamos aquí, Yunho.
Yunho miró hacia arriba justo cuando pasaban por las puertas delanteras del complejo del clan. Se alegró de ver guardias en las torres a cada lado de la puerta grande. Incluso más guardias patrullaban las vallas que rodeaban todo el recinto de 200.000 hectáreas. Lo que no podía ser patrullado con frecuencia se vigilaba con cámaras y un sistema de seguimiento por infrarrojos.
Asher Jung había invertido mucho dinero en proporcionar un lugar seguro para su clan cuando compró el sitio hacía varios años. No había escatimado ningún gasto. Quería asegurarse de que su clan tenía un lugar seguro para criar a sus familias.
Un complejo para invitados se asentaba cerca de la puerta principal, rodeado por una cerca que lo mantenía separado del resto del complejo principal. A los huéspedes no se les permitía ir más allá de las puertas en la zona donde vivía el clan. Estaba estrictamente prohibido.
El complejo principal en sí consistía en varios edificios de apartamentos residenciales y casas separadas, una sala principal con una enfermería, cafetería y escuela. Había también un centro de formación, un centro de vehículos, y los cuarteles de la guardia.
Detrás del complejo principal había un río, una sierra y una gran selva para que el clan pudiera salir a correr a través de todos los kilómetros que tenían a su disposición. Yunho incluso tenía una pequeña cueva escondida en las montañas que se alzaban sobre el complejo del clan. Tenía la esperanza de ser capaz de mostrársela a Jaejoong algún día.
—No olvidéis doblar la guardia y hacer una búsqueda por el todo el complejo —les recordó Yunho a Cael y Garen—. No sé cómo lo hizo Mick en el festival, pero tenía que conocer a alguien. Es un cambiaforma coyote, pero puede enmascarar su olor porque su madre era un lobo.
—¿Un coyote? —Garen gruñó—. Criaturas repugnantes.
—Bueno, gracias a Jaejoong, Mick ha muerto, pero sus secuaces no lo están. Tampoco lo está su padre, por lo que entiendo. Coyote o no, el hombre puede tomar a un humano por matar a su hijo. Podría tratar de vengarse de Jaejoong.
—Lo vamos a proteger con nuestras vidas, Beta —dijo Cael.
—No tengo ninguna duda de eso. Nunca me habéis fallado antes, no veo ninguna razón para que eso cambie ahora. —Yunho hizo una mueca mientras miraba a los rasgos dormidos de Jaejoong—. Sólo tratad de hacer que se vea como si no lo estuvierais cuidando. Jaejoong parece tener un problema con eso.
—Yunho —Cael dijo lentamente—, tengo que decirte, que no creo que Jaejoong tenga un problema con que nosotros lo custodiemos. A mí me parece que está más preocupado porque te protejamos a ti.
Yunho sonrió y extendió la mano para acariciar el lateral de la cara de Jaejoong. Cael tenía razón. Jaejoong no se había resistido a que Cael y Garen lo custodiaran. Su malestar había estado con que ellos no hubieran protegido a Yunho como pensaba que debían haberlo hecho.
—Es increíble, ¿no?
Cael se rio entre dientes. —Es algo bueno.
—Él os va a mantener en la palma de su mano —dijo Yunho.
—Sí. —Cael sonrió—. Ya lo supuse cuando nos amenazó con destriparnos con un cuchillo.
Yunho sonrió. No podía evitarlo. Jaejoong era una cosita un poco feroz, y su contextura podría engañar haciéndole pensar al que lo viera que se trataba de alguien que podía ser derribado por un viento fuerte. Nadie que mirara al hombre de cinco con seis pies, pensaría que podía luchar contra alguien.
Y, sin embargo, lo hizo, salvando la vida de Yunho y la suya propia. Jaejoong era una mezcla de valentía y miedo, de ingenio e incertidumbre. Él era perfecto. Sería un perfecto compañero-Beta. Yunho no podría haber sido más bendecido con un compañero si hubiera lo elegido a dedo él mismo.
Ahora sólo tenía que mantenerlo seguro.
En cuanto el coche se detuvo, Yunho abrió la puerta. Cael y Garen ya estaban esperando junto al coche cuando Yunho se deslizó hacia fuera, manteniendo a Jaejoong en sus brazos. Yunho no estaba en absoluto sorprendido cuando los dos hombres lo flanquearon mientras lo llevaba hacia su apartamento.
Yunho no tenía necesidad de decir nada. Se detuvo junto a la puerta y esperó a que Garen entrara en la casa y comprobara el lugar otra vez. Le tomó cerca de diez minutos comprobar las cámaras y cualquier tipo de artefacto explosivo que pudiera haber, además de posibles intrusos.
—Cael, creo que tenemos que considerar pasar mi apartamento al segundo piso al lado de mi oficina. La sala de reuniones se puede convertir en un apartamento sin molestar demasiado, y está justo al lado. Podemos poner una puerta entre las dos habitaciones.
—¿La sala de reuniones?
Yunho asintió. —Es obvio que ya no es seguro un apartamento en la planta baja, y quiero que Jaejoong esté lo más cerca posible de mí. Si convertimos la sala de reuniones en algo así como un apartamento tipo loft, podría funcionar.
—Se necesitará un poco de trabajo, pero creo que se puede hacer.
—Bueno, por favor, fíjate lo que se necesitaría. Voy a hablar con Asher al respecto y entonces Jaejoong y yo repasaremos algunos de los planes de diseño. Quiero que tenga lo que necesita para ser feliz. —Yunho sonrió mientras imaginaba una enorme bañera para Jaejoong.
—¿Qué pasa con la sala de reuniones? —Cael preguntó—. Si se convierte en un apartamento para ti y Jaejoong, ¿dónde se va a reunir todo el mundo? El lugar es muy popular.
—Ya se nos ocurrirá algo, tal vez convertir mi viejo apartamento en algo para todo el mundo. Podríamos agregar algunas mesas de billar, una televisión grande, unos cuantos sofás. Estoy seguro de que podemos llegar a algo para hacer felices a todos.
—Bajo estas circunstancias, es posible que desees pensar en mudar a todos al piso superior. Creo que si los coyotes están llegando a la propiedad la seguridad adicional podría ser necesaria.
Yunho parpadeó sorprendido. Realmente no había pensado en la seguridad de otra persona más allá de Jaejoong, pero Cael tenía razón. Si alguien podía ser una amenaza para Jaejoong, podría serlo para todos en el clan.
—Eso no es realmente una mala idea. Sé que tenemos varios apartamentos vacíos, tanto en el primero como en el segundo piso. Si trasladamos algunas cosas no residenciales a la planta baja y renovamos el piso de arriba, podríamos proporcionar más seguridad para los que viven en este edificio.
—Voy a estudiar lo que tenemos y ver lo que se necesitaría para hacer todo. Estoy seguro de que podremos hacer algo.
—Pero asegúrate de que haya una sala de juegos en el segundo piso. La mayoría de los padres llevan a sus cachorros al patio durante el día. Aunque todavía podrán hacerlo, necesitan un lugar en la parte residencial para que los cachorros puedan jugar.
—Buena idea. —Cael se rio—. Si no les proporcionas algo, vas a tener cachorros saliendo de tus orejas.
—Me gustan las orejas —murmuró Jaejoong, frotando el lado de su cara contra el pecho de Yunho—, grandes, peludas y negras. Que coincidan con mi pelo.
Yunho apretó los labios para no reírse mientras miraba hacia abajo a Jaejoong, esperando que el hombre se volviera a dormir. Podía ver a Cael por el rabillo del ojo luchando contra su propia risa. Yunho sonrió por encima del guardián. —Realmente le gustan las orejas.
—Así parece.
—Seon debería aparecer muy pronto con un nuevo conjunto de orejas para Jaejoong.
—Y piruletas. —Cael sonrió—. De cereza, si no recuerdo mal.

Yunho se encogió de hombros. —Lo que haga a Jaejoong feliz.

Notita: 
Espero les guste el capitulo , sin mas que decir
gracias y hasta la proxima actualizacion :) 

lunes, 21 de abril de 2014

Capitulo 9

Capítulo 9

Jaejoong no podía dejar de temblar. Sentía frío todo el camino hasta los huesos, y no creía que tuviera nada que ver con correr desnudo por el bosque con Yunho. No era capaz de conseguir sacar de sus ojos la imagen de la luz de los ojos de Mick apagándose cuando lo apuñaló.
Nunca había matado a nadie. Oró por no tener que volver a hacerlo nunca. Fue horrible. Mick había parecido tan sorprendido, como si no hubiera esperado que él luchara. Jaejoong no entendía cómo no podía esperarlo. No iba a permitir que nadie lastimara a Yunho.
Tampoco es que quisiera que Mick le hiciera daño, y se había preparado para luchar contra el hombre lo más fuerte que pudiera conseguir, pero no perdió la razón hasta que Mick empezó a decir lo que iba a hacerle a Yunho.
Jaejoong estaba bastante seguro de que fue la declaración de Mick sobre lastimar a Yunho lo que lo lanzó sobre el borde. Antes de eso, simplemente había estado preparado para luchar contra él golpeándolo y pateándolo todo lo que pudiera, pero entonces, Mick amenazó a Yunho.
Jaejoong no recordaba exactamente cuando había agarrado el cuchillo y apuñalado a Mick. Ni siquiera estaba seguro de dónde lo encontró. Sólo recordaba la sorpresa en la cara del hombre mientras caía al suelo lentamente. Su mente estaba confusa mientras se alejaba de Mick y volvía a encontrar a Yunho.
Todavía se sentía un poco confuso, como si todo lo que había pasado fuera un sueño o una pesadilla. La única cosa que parecía ser real y sólida para él, era Yunho. Apretó su mano. Sabía que si se aferraba a él, todo iba a estar bien. Eso era lo único que sabía.
Todo lo demás era caótico.
Yunho se detuvo de repente. Jaejoong casi tropezó con él antes de que pudiera detenerse. Miró a Yunho con confusión hasta que el hombre señaló a varios metros de distancia. —Voy a ir allí para agarrar algo de ropa. Espera aquí.
Jaejoong asintió y miró a Yunho pasar furtivamente a través del camino hacia el patio trasero de alguien. Se rio entre dientes y rápidamente dio una palmada con la mano en su boca cuando Yunho colocó una pequeña mini falda sobre sus caderas desnudas y negó con la cabeza. Yunho la echó hacia atrás sobre la línea de ropa y agarró otra cosa.
Unos minutos más tarde, Yunho regresó a través del patio y le dio a Jaejoong  un par de pantalones de pijama. Eran color rosa fuerte con pequeños cachorros negros de dibujos animados en toda la tela. Jaejoong los adoró, incluso si lo hacían tropezar.
—Estos coinciden con mis orejas —dijo Jaejoong mientras levantaba las manos para comprobar que las peludas orejas negras en su cabeza estuvieran perfectamente colocadas. Su rostro se ensombreció cuando se acordó de repente que las había perdido en algún momento de la noche—. Oh, bueno, supongo que sí, pero...
—Jaejoong, te dije que te daría orejas nuevas y piruletas tan pronto como llegáramos a casa, ¿recuerdas? —Yunho preguntó—. Ellas se verán muy bien con el fondo de ese pijama.
—Sí —Jaejoong miró a Yunho, esperando no verse tan desesperado como se sentía—, lo dijiste.
—Lo haré, cariño. —Yunho se inclinó y le dio un suave beso en los labios—. Te prometo que en el momento en que lleguemos a casa.
Jaejoong se mordió el labio. —¿No te molesta? Quiero decir, sé que es un poco raro y un montón de gente piensa…
—Jaejoong —dijo Yunho mientras apretaba un dedo sobre sus labios—, adoro todo de ti, incluso las orejas. Si estás más cómodo usándolas, entonces úsalas. No me molesta en lo más mínimo.
—¿No?
Jaejoong era un poco reacio acerca de creerle. Con la excepción de sus amigos, quienes entendían que estaba más loco que una chinche, nadie comprendía realmente con cuánta más comodidad enfrentaba Jaejoong el mundo al llevar sus orejas.
La mano de Yunho se curvó alrededor de un lado de la cara de Jaejoong. —Te lo juro, Jaejoong. No me molesta en absoluto. Y si alguien te da algún problema al respecto, dímelo y aclararé las cosas.
Jaejoong enterró su cara en el pecho de Yunho. Se sentía mucho más seguro al estar tan cerca del hombre más grande. Después de todo lo aprendido durante los últimos dos días, sabía que el mundo no era tan blanco o negro como pensaba originalmente.
Yunho era como una roca en medio de la tormenta en torno a él, destruyendo las gafas de color de rosa que había estado usando durante toda su vida. No quería vivir en esta dura realidad, pero tampoco quería vivir en un mundo sin Yunho.
—Jaejoong, ¿me das el cuchillo?
Jaejooong se echó hacia atrás, recordando de pronto que aún tenía sujeto el cuchillo. Extendió la mano, pero sus dedos no se desenroscaban de alrededor del mango. Ellos no se movieron. Jaejoong gimió.
—Sshhh, está bien, Jaejoong —dijo Yunho—, no tienes que renunciar al cuchillo si no quieres.
—No puedo. No puedo dejarlo ir —susurró mientras miraba hacia abajo a su mano. Su garganta le dolía con desesperación—. Mis dedos no se mueven.
—¿Quieres que te ayude, o deseas mantener el cuchillo?
Jaejoong se mordió el labio hasta que palpitó. El cuchillo en su mano estaba cubierto de sangre, al igual que su cuerpo. Cada vez que lo miraba, recordaba las amenazas de Mick contra Yunho y revivía la mirada de asombro en los ojos del hombre que murió.
Jaejoong rápidamente negó con la cabeza. —No lo quiero.
—Está bien. —Yunho agarró lentamente el cuchillo por el mango con una mano y los dedos de Jaejoong con la otra—. Entonces voy a tomarlo y lo sujetaré por ti. ¿Qué te parece?
Jaejoong se dio cuenta que Yunho estaba hablando con él como si estuviera trastornado, y se preguntó si no estaría más que un poco loco. —No tenía intención de matarlo, Yunho.
—Lo sé, cariño. Sólo trataste de protegernos. Nadie te culpa.
—Yo sólo…
Jaejoong escuchó un ruido repentino detrás de él. Se tensó, su corazón latía salvajemente en su pecho, luego se dio la vuelta con un gruñido profundo. Su agarre se tensó sobre el mango del cuchillo. No le importaba la cantidad de sangre que había en él. Lo usaría una y otra vez si eso significaba proteger a Yunho de cualquier daño.
Dos hombres que él nunca había visto antes estaban allí, con los ojos en el cuchillo ensangrentado en la mano de Jaejooong. Parecía que querían saltar sobre él, pero tenían miedo de lo que pudiera hacer. Jaejoong retrocedió, poniéndose entre los dos extraños y Yunho.
—¡Es mío! —Jaejoong agitó el cuchillo de un lado a otro frente a él, dando a los hombres una advertencia silenciosa de que no tenía miedo de usar el arma—. ¡Aléjense!
—Jaejoong. —La voz de Yunho era muy tranquila y relajante—. Está bien, cariño, conozco a estos hombres. Ellos no están aquí para hacernos daño, sino para ayudarnos.
Jaejoong bajó lentamente el cuchillo lo suficiente para esperar no tener un aspecto muy amenazador, sólo un poco. No quería que pensaran que no hablaba en serio. Al primer movimiento que hicieran mal, los desgarraría.
—Jaejoong, ellos son Cael y Garen, guardianes de mi clan.
Jaejoong asintió como si entendiera, pero no lo hacía. No tenía ni idea de lo que era un guardián. Pero confiaba en Yunho. Si el hombre decía que Cael y Garen trabajaban para él, tenía que aceptarlo. Aun así se tensó cuando Yunho llegó junto a ellos.
—Dame tu camisa, Cael.
Sin decir una palabra o una protesta, uno de los hombres se sacó la camisa negra y se la entregó. Logan comenzó a colocarla alrededor de los hombros de Jaejoong y frunció el ceño. Jaejoong apretó los labios para evitar sonreír mientras Yunho se frotó la camisa por todo su pecho y luego la envolvió alrededor de él.
—¿Tu olor? —Jaejoong preguntó.
El rostro de Yunho se sonrojó mientras asentía. —No tienes que oler a nadie más que a mí.
Jaejooong miró su cuerpo. Hacía bastante tiempo que la sangre que lo cubría se había secado y comenzaba a picar. —Entonces, definitivamente, creo que un baño estaría muy bien. —Miró a Yunho—. Apesto a muerte.
Sorprendentemente, Yunho se rio y tiró de él para acercarlo. —Hueles a victoria y vida. Hueles perfecto.
—Bien, huelo perfecto. —Jaejoong rodó los ojos—. Aun así prefiero un baño.
—Pide y recibirás, mi pequeño cachorro sexy.
Jaejoong acercó el cuchillo a su pecho mientras Yunho pasaba un brazo alrededor de sus hombros y luego hizo que giraran para hacer frente a los dos guardianes. Estaba un poco nervioso por la curiosidad que podía ver en sus rostros mientras lo miraban. Ojalá pudiera gruñir y silbar como Yunho.
—Este es Jaejoong —comenzó Yunho—. Él es mío, y quiere un baño.
—Me ocuparé de ello personalmente, Beta —dijo uno de ellos. El hombre se inclinó ligeramente en dirección de Jaejoong.
—¿Beta? —Jaejoong susurró, acercándose a Yunho.
—Es un título, Jaejoong, como Alfa de un clan. ¿Recuerdas que te hablé de eso antes? Ser Beta significa que después de nuestro Alfa soy el líder de mi clan. Soy su mano derecha, como el vicepresidente.
—¿Alfa?
—Un hombre llamado Asher Stone.
—¿También estás relacionado con él?
—Soy de su clan. Eso nos hace estar relacionados. —Yunho sonrió—. Asher y su compañero están ausentes en este momento, pero los conocerás cuando vuelvan. Te gustará el compañero del Alfa, Darren. Es humano como tú. Asher es un poco aterrador.
Jaejoong parpadeó. —¿De verdad? —No podía pensar en alguien a quien Yunho le tuviera miedo. El hombre era tan malditamente intimidante que no podía entender por qué no temblaba todo el mundo en sus botas cuando él pasaba por allí.
Yunho sonrió. —Sí.
—Está bien, ahora entiendo la política del clan. —Jaejoong hizo un gesto a los dos guardianes—. ¿Qué es lo que hacen ellos?
—Mantenerte a salvo.
—¿A mí?
Yunho asintió. —La única responsabilidad de Cael y Garen en el clan es mantener tu seguridad y la mía. Ellos son guardianes. Protegen el círculo interno, que nos incluye a ti, a mí, al Alfa y al compañero del Alfa. Por lo tanto, nunca irás a ninguna parte sin ellos o sin mí.
—¿Dos niñeras? —Jaejoong se burló.
—Protectores, Jaejoong, nada más.
—Bueno... —Jaejoong cruzó los brazos sobre el pecho y se volvió para mirar a los dos hombres—. Si se supone que ellos nos protegen, entonces ¿cómo diablos hizo Mick para poner sus manos sobre nosotros?
Cael y Garen se removieron bajo la mirada feroz de Jaejoong. Sus ojos estaban abatidos, sus hombros caídos, como si estuvieran consiguiendo una reprimenda. Jaejoong quería gruñirles. Si se suponía que debían estar protegiendo a Yunho, habían fracasado miserablemente.
—Uh, ¿Jaejoong?
—¿Qué? —Jaejoong rompió cuando se dio la vuelta para mirar a Yunho.
—Ellos estaban buscándote.
—Oh. —Jaejoong sintió que su rostro se sonrojaba. Supuso que si lo estaban buscando a él, Cael y Garen tenían una buena excusa. Sin embargo... Jaejoong se volvió para mirar a los dos hombres antes de volverse hacia Yunho de nuevo—. Ya que estamos acoplados, ¿tengo algo que decir sobre las cosas?
—Por supuesto, Jaejoong. Tú eres mi compañero. Eso te da casi tanto poder como el mío, casi. Todavía, yo te invalido, al igual que Asher, como Alfa, y su compañero, nos anulan a los dos.
—Bien. —Jaejoong se volvió hacia los dos guardianes y les enseñó su cuchillo—. En el futuro, si no protegéis a Yunho, voy a mataros como maté a Mick Red, y no creáis que no puedo hacerlo. —Jaejoong agitó el cuchillo ensangrentado ante sus caras—. La sangre que hay en este cuchillo no es mía, pero si Yunho vuelve a estar en peligro, será vuestra.
—¡Jaejoong!
Una vez que dijo las palabras Jaejoong se negó a apartar los ojos de Cael o Garen, ni siquiera cuando Yunho lo agarró por el hombro. Hizo un gesto con la mano libre hacia ellos. —Tienen que entender el peligro en el que estuviste. Si se supone que tienen que protegernos, entonces ¡maldita sea!, mejor que lo hagan bien.
—Jae, mírame.
Jaejoong resopló fuerte. Bajó el cuchillo y se volvió para mirar a Yunho. —¿Qué?
—Su primera prioridad siempre serás tú.
—Yunho, eso es…
—Jaejoong, lo digo en serio. Eres más valioso para mí que cualquier cosa, incluso mi propia vida. Sin ti, no soy nada. Si algo llegara a sucederte, creo que me tiraría del acantilado más cercano. Mantener tu seguridad es mi prioridad número uno. —Yunho señaló a Cael y Garen—. Es su prioridad número uno.
—Yunho.
Una ceja de Yunho se arqueó. —Sin discusiones, Jaejoong. En esto, no daré el brazo a torcer.
Jaejoong rodó los ojos. Sabía que no iba a hacer cambiar de idea a Yunho a corto plazo. Sólo tenía que asegurarse de mantenerlo a salvo de ahora en adelante. —Está bien, pero después de mí eres tú, ¿trato?
—Trato. —Yunho sonrió y miró más allá de Jaejoong una vez más—. ¿Está lo suficientemente claro para los dos? Mi compañero ha hablado.
—Sí, Beta —ambos hombres respondieron—. Sí, compañero-Beta.
Jaejoong frunció el ceño. —¿Qué es un compañero-Beta?
—Es un término formal, Jaejoong. Solo es aceptable dirigirse a nosotros por nuestros nombres de nacimiento para algunos miembros del clan. Si cualquier otra persona nos llama por nuestros nombres, sería un insulto y debería ser tratado inmediatamente. Así que, si alguien fuera del clan te llama algo diferente a compañero-Beta, házmelo saber.
Jaejoong asintió. Estaba confundido. —Al estar acoplado contigo hay un montón de reglas que seguir, ¿no es así?
—Las hay, pero no tengo ninguna duda de que con el tiempo vas a aprenderlas.
Jaejoong se acercó más a Yunho para poder susurrarle al oído. —¿Me van a quitar mis orejas?
—No, Jaejoong, no lo harán.
Jaejoong sonrió a pesar de la preocupación creciente en él. No sabía nada acerca de ser el compañero de un hombre de importancia. Apenas podía cuidar de sí mismo. Deseó tener una piruleta.
—Cael, dame tu teléfono. —El hombre le entregó su teléfono celular inmediatamente. Jaejoong lo miró con curiosidad cuando comenzó a difundirse a través de los labios de Yunho una sonrisa mientras marcaba un número y, a continuación, puso el teléfono contra su oreja.
—¿A quién llamas? —Jaejoong susurró.
Yunho levantó la mano. —Seon , soy yo. Sí, Jaejoong y yo estamos a salvo. Cael y Garen están aquí con nosotros ahora. Estaremos en casa pronto, pero necesito que hagas algo por mí.
Jaejoong comenzaba a sentirse ansioso, pero no en el mal sentido. Contuvo el aliento.
—Necesito que me encuentres un conjunto de orejas de lobo peludas y un puñado de piruletas. —Hizo una pausa por un momento y miró hacia Jaejoog—. ¿Qué sabor, Jaejoong?
Jaejoong se lamió los labios, anticipando ya las dulces piruletas. —Cereza.
Yunho sonrió. —Cereza, y tantas como puedas encontrar. No, Junsu sabe lo que debe buscar. —Yunho asintió con la cabeza un par de veces—. Está bien, entonces nos veremos de nuevo en la casa. —Cerró el teléfono y se lo devolvió a Cael.
—Tus orejas y piruletas están en camino, Jaejoong.
—Gracias, gracias, gracias. —Jaejoong lanzó un grito de alivio y se lanzó a los brazos de Yunho. Estaba emocionado hasta los dedos de los pies. Casi hizo que el día que estaba teniendo valiera la pena.
Jaejoong sentía que la tensión entre sus omóplatos comenzaba a disminuir cuando Yunho comenzó a ronronear. Una sensación de calma se apoderó de él cuando el sonido del pecho de Yunho hizo su mejor estruendo. Eso significaba que estaba a salvo.
—Puedes guardar las orejas y piruletas —Jaejoong susurró contra el pecho de Yunho—. Sólo sigue ronroneando.
Yunho se rio entre dientes. Jaejoong sentía la caricia suave de la gran mano del hombre por la parte de atrás de su cabeza. —No tienes que elegir, bebé. Puedes tener ambas cosas.
—Beta —dijo uno de los hombres detrás de Jaejoong—, siento interrumpir, pero aquí estamos demasiado expuestos. Tenemos que llevaros a tu pareja y a ti a un lugar seguro.
Jaejoong sintió a Yunho tensarse, y sabía que el hombre estaba preocupado por él. Habría preferido permanecer exactamente donde estaba, pero no era tonto. Después de lo que había pasado, sabía que necesitaban ponerse a salvo.
Jaejoong inclinó la cabeza hacia atrás y miró a la cara preocupada de Yunho. —Él tiene razón. Yo sólo maté a Mick. Había otras personas que trabajaban con él. Tenemos que llegar a un lugar seguro antes de que nos encuentren.
El pulgar de Yunho acarició el lateral de la cara de Jaejoong. —¿Estás seguro, bebé?
—¿Lo dices en serio? —Jaejoong se rio ásperamente—. Estoy absolutamente seguro de que he perdido lo poco de mi mente que tenía. No estoy seguro de nada más, excepto que todavía estamos en peligro. Si ir a tu casa significa vivir seguros, que así sea.
—Nuestro lugar, Jaejoong.
Jaejoong rodó los ojos. —Hablaremos de ello.

Notita :
Espsro ls guste el capitulo , 
Gracias :)  




martes, 15 de abril de 2014

Capitulo 8

Capítulo 8

Yunho dejó dormir a Jaejoong en el sofá. Sabía que su compañero necesitaba un poco de descanso después del tiempo memorable que tuvo durante las últimas veinticuatro horas, infiernos, en las últimas doce horas, su vida había dado un vuelco. Tenía que estar confundido y exhausto. Desde luego, una vez que consiguió asentarlo en el sofá se había quedado dormido con suficiente rapidez.
Yunho entró en la cocina y se deslizó hasta detenerse, con los ojos muy abiertos por la sorpresa al encontrar a su hermano besándose con Yoochun, el amigo de Jaejoong. Esperó un momento para que los dos hombres reconocieran su presencia, pero cuando no lo hicieron, se aclaró la garganta.
Seon y Yoochun saltaron uno lejos del otro, con los rostros sonrojados. Seon se rio nerviosamente. Yoochun se limpió los labios y miró a Seon y rápidamente lejos, a todas partes menos a Yunho o Seon.
—Hey, Yunho —Seon yoo dijo finalmente cuando el silencio en la cocina llegó a ser abrumador.
—Seon.
Yunho apretó los labios para no reír abiertamente cuando Seon casualmente se interpuso entre él y Yoochun. Su hermano estaba protegiendo al hombre. Una idea extraña de repente entró en la cabeza de Yunho y le hizo sonreír. Tenía que probar una teoría.
—Creo que no nos hemos presentado apropiadamente, Yoochun —dijo Yunho mientras sostenía su mano—. Mi nombre es Jung Yunho.
Yoochun comenzó a caminar alrededor de Seon. Yunho sonrió cuando los ojos de su hermano se oscurecieron y un gruñido emanó de él. Sin embargo, Yunho no era estúpido, dio un paso atrás rápidamente y dejó caer su mano de nuevo a su lado.
Ladeó un poco la cabeza y miró a su hermano hasta que Seon bajó los ojos. No importaba lo que estuviera pasando, él seguía siendo el Beta, y Seon le debía su deferencia. Su lobo lo demandaba como Beta del clan.
—Asher y yo esperaremos una introducción apropiada en el festival de la próxima luna, Seon.
—Sí, Yunho.
—Asegúrate de que está preparado.
La cabeza de Seon se inclinó hacia arriba, una pequeña sonrisa se formó a través de sus labios. —Me aseguraré de eso.
Yunho sabía que había acertado. Yoochun era el hombre que su hermano había estado esperando todos estos años. Debía estar extático, y Yunho estaba feliz por él. Alargó la mano y palmeó el hombro de su hermano.
—Estoy feliz por ti, hermano.
Seon lanzó una rápida mirada por encima del hombro. Yunho miró justo a tiempo para ver la cara de Yoochun drenarse antes de que Seon se volviera hacia él sonriendo. —Gracias, Yunho.
Yunho sonrió, entonces recordó lo que había ido a hacer a la cocina. —Voy a llevar a Jaejoong a mi casa. Todavía tenemos cosas que hablar. Además quiero presentarlo a todos. ¿Por qué no venís a cenar esta noche Junsu y tú, y traéis a Yoochun. Estoy seguro de que Jaejoong se sentirá más cómodo si ve algunas caras amistosas.
—Nos aseguraremos de estar allí.
Yunho asintió con la cabeza y agarró la mochila de Jaejoong. Oyó Yoochun a empezar a cuestionar a Seon antes incluso de que llegara a la puerta que conducía a la sala de estar, y supo que su hermano no tendría fáciles las cosas. Yoochun no parecía del tipo de trato fácil, a pesar del pelo ondulado.
Tenía mucho sentido, teniendo en cuenta que Yoochun era amigo de Jaejoong. De alguna manera, Yunho sabía que su compañero nunca sería amigo de alguien que no estuviera tan loco como él. Jaejoong necesitaba a su alrededor a personas que nadaran en sus mismos círculos psicóticos.
Yunho se reía para sí mismo en el momento en que entró en la sala de estar. Jaejoong estaba todavía dormido acurrucado en el sofá, justo donde lo había dejado. Se veía adorable con su mano doblada debajo de su mejilla y el brazo del sofá deteniendo su barbilla.
Metió las manos por debajo de Jaejoong y lo levantó en sus brazos. Jaejoong gimió por un momento y luego se volvió hacia él, enterrándose en su pecho. Cuando enterró su rostro en el cuello de Yunho dejó escapar un suspiro de satisfacción.
Yunho sacudió la cabeza y lo llevó hacia la puerta principal. Tenía que conseguir llevarlo a su casa, donde pudiera empezar a mostrarle lo que requería ser la pareja de un lobo Beta. Una vez que el clan se enterara de su apareamiento, y eso no tomaría mucho tiempo, Jaejoong estaría metido en el papel, lo quisiera o no.
Sólo esperaba que Jaejoong estuviera preparado para ello. Sabía que él no lo estaba. No tenía ni idea de qué hacer con Jaejoong además de mantenerlo a su lado. Renunciar a él no era una posibilidad, no después de que se habían unido. Tenía que decidir qué hacer con él una vez que llegara a casa.
Llevó a Jaejoong del apartamento de su hermano y por el pasillo hacia sus aposentos. Se alojaban en el mismo edificio, pero en lados diferentes de un patio en forma de E. El centro de la E estaba la cafetería, y los laterales estaban destinados para el alojamiento de la milicia.
Jaejoong gimió ligeramente. Logan sonrió y acarició con una mano su costado hasta que el hombre se calmó. Quizás tenerlo a su alrededor no fuera tan malo. Era precioso, sí, pero también le hacía sonreír. No podía recordar la última vez que había sonreído tanto, ni tampoco discutido tanto.
Yunho era el Beta del clan. Todo el mundo lo obedecía, excepto Asher. A veces, eso era un poco molesto. Jaejoong no parecía tener ningún problema enfrentándolo. Él era un cambiaforma lobo y eso no parecía tener ningún impacto sobre Jaejoong en el departamento de la intimidación. jaejoong ponía su pie en el suelo y se mantenía firme.
Era tan sexy como el infierno.
Sacó las llaves del apartamento de su bolsillo y empezó a abrir la puerta cuando un repentino dolor cegador estalló en la parte posterior de su cabeza. Yunho gritó cuando sus rodillas cedieron y se desplomó en el suelo, dejando a Jaejoong rodar de sus brazos.
El dolor de cabeza era tan intenso, que Yunho apenas podía ver a través de los puntos que bailaban ante sus ojos. Podía sentir la humedad bajo sus manos y sabía que su cabeza estaba sangrando. La única cosa que no podía entender era qué sucedía.
Comenzó a rodar sobre sus rodillas hasta que algo pateó su estómago. Se quedó sin aliento cuando el aire en sus pulmones se fue por completo. Gimió y envolvió su brazo alrededor de su estómago. Otro golpe aterrizó sobre sus espalda y costado, y luego otro y otro.
Yunho trató de calmarse y concentrarse lo suficiente como para llamar a su lobo, pero el abuso continuado sobre su cuerpo le impidió ser capaz de encadenar dos pensamientos. El dolor intenso hacía que fuera casi imposible hacer algo.
Su visión comenzó a oscurecerse, y supo que estaba cerca de perder el conocimiento. Trató de despertarse cuando oyó a alguien gritar, seguido por una risa que sonaba tan maligna que hizo que su sangre se helara.
Yunho sintió el duro empedrado del patio raspar su mejilla mientras le daban patadas en la cabeza. Su corazón latió con un miedo que no podía recordar haber sentido antes, cuando vio a dos hombres arrastrar a Jaejoong lejos.
Jaejoong estaba gritando y chillando, pidiéndole ayuda. Las lágrimas corrían por su pálido rostro. Yunho tomó lo que quedaba de su energía y rodó sobre su estómago. Comenzó a empujarse a sus pies cuando escuchó la risa de nuevo.
—¡Esta vez no, Alfa! —alguien soltó una risita.
Yunho se negó a decir nada acerca de ser llamado Alfa cuando era un Beta. Si quien lo estaba atacando porque pensaba que era el Alfa de su clan, que así fuera. Podría darle uso a eso en algún momento, aunque también podría matarle.
Yunho oyó un chasquido y luego algo le golpeó en la parte posterior. Una fracción de segundo más tarde todo el cuerpo de Yunho se puso rígido y un dolor intenso se infundió en cada célula, cada nervio, como si 50.000 voltios de electricidad estuvieran atravesando todo su cuerpo.
Yunho entró en pánico. No podía respirar, no podía oler. No podía ver nada más que una neblina roja. No podía hacer otra cosa que yacer allí mientras el dolor pulsaba a través de su cuerpo. Parecía no tener fin.
Entonces, tan repentinamente como había comenzado, se detuvo. El cuerpo de Yunho todavía palpitaba con dolor. Su cabeza se sentía como si fuera a explotar. Abrió los ojos para buscar a Jaejoong. En lugar de la cara asustada del hombre, todo lo que vio fue una bota llegar contra él a una velocidad alarmante. Trató de esquivar la patada, torcerse, pero sentía el lado de la cabeza que estaba sobre el suelo inundada en un mar de dolor.
Después, no sintió nada.
Estaba tranquilo, demasiado tranquilo. Yunho podía oír el goteo del agua en algún lugar. Había también un eco de viento frío que soplaba en alguna parte. Aparte de eso, no podía oír nada. Abrió los ojos una fracción y se dio cuenta que estaba dentro de algún lugar, no en el patio frente a su apartamento.
Podía ver un techo gris oscuro sobre su cabeza, las tuberías de metal gris que iban de un extremo al otro. El suelo bajo sus pies se sentía frío y húmedo. También era duro como una piedra. Era un poco rígido y rocoso, no suave como el azulejo.
Los olores que emanaban de la habitación le decían que algo había muerto cerca recientemente. Podía oler la sangre vieja y seca y el olor de la muerte, carne podrida y decadencia. Casi le dieron arcadas. Sólo tragando varias veces fue capaz de detener que su estómago siguiera girando.
Trató de empujar el olor rancio lejos y concentrarse en los otros olores en el ambiente. Todavía podía oler sangre, pero era más fresca, más reciente. Con el dolor en la parte posterior y lateral de su cabeza, Yunho estaba bastante seguro de que sabía de dónde había salido.
Su corazón latió un poco más rápido cuando captó una ola del olor dulce de Jaejoong, y eso lo llenó de temor. No podía soportar saber que su compañero estaba tan asustado que el olor de su miedo se había convertido en una realidad.
Yunho abrió los ojos. Gimió de dolor mientras se obligaba a sentarse y mirar alrededor de la habitación. Tenía razón en su evaluación anterior del lugar. Hacía frío y había humedad. Era una celda de piedra.
También era oscura. La única luz en la habitación llegaba a través de una pequeña ventana en la puerta. Tenía barras de acero en ella. No podría escapar por allí, y no parecía haber ninguna otra forma de salir de la habitación excepto a través de la puerta.
Sabiendo que iba a necesitar todas sus fuerzas para escapar y encontrar a Jaejoong, Yunho comenzó a hacer un balance de su condición física actual. Tenía una protuberancia desagradable en la parte de atrás de su cabeza, un corte grande en un lado de la misma, y varias costillas muy magulladas, que incluso podrían estar rotas.
Si cambiaba se curarían la mayoría de las heridas. Algunas de ellas podrían tardar un poco y necesitar unos cuantos cambios más para lograrlo. El único problema de Yunho era que no sabía quién lo retenía. Cambiar enfrente de los humanos estaba estrictamente prohibido, excepto en emergencias extremas.
Su situación encajaba perfectamente en esa descripción, pero Yunho quería saber dónde estaba Jaejoong antes de cambiar. Si cambiaba y era asesinado, no sería capaz de ayudar a su compañero. Si cambiaba demasiado pronto, quien los había secuestrado sería capaz de matar a Jaejoong antes de que Yunho pudiera salvarlo.
De cualquier manera, Yunho estaba jodido.
Y si no encontraba una manera de salir de ese lío, Jaejoong también estaría jodido. Yunho se puso en pie y se tambaleó hacia la puerta. Si presionaba su cara contra la puerta, podría ver un poco a ambos lados del pasillo.
Las paredes eran de piedra oscura, pero cada pocos metros había más puertas como la de la celda en la que estaba prisionero. Agarró los barrotes de la pequeña ventana y les dio un pequeño tirón. Maldita sea, estaban colocados sólidamente en su lugar, de manera que formaban parte de la puerta.
Apretó la cara tan cerca de los barrotes como pudo conseguir y olfateó el aire. Su nariz se arrugó cuando un olor rancio y húmedo llenó sus fosas nasales. Saltó hacia atrás y se tapó la boca mientras su estómago amenazaba con rebelarse.
Coyotes.
No había otro olor en la tierra como el aroma de un coyote. Era como jabón quemado, un olor pútrido que podía ser olido hasta por los humanos. Para Logan, era uno de los peores olores que había conocido alguna vez. También enviaba carreras de pánico a través de él.
Sabía que si podía olerlos, Jaejoong y él estaban en un terrible problema. Encontrar una manera de escapar era aún más importante de lo que era hacía unos momentos. Los coyotes podrían hacerle a Jaejoong cosas mucho peores que matarlo.
Los coyotes eran cobardes carroñeros que se aprovechaban de los más débiles que ellos en lugar de trabajar para conseguir lo que necesitaban. Eran traicioneros y no tenían piedad, robaban y mataban a cualquiera. También les gustaba torturar a sus víctimas antes de matarlas.
Su comportamiento era una de las razones por la que los coyotes no eran permitidos en los territorios de la mayoría de los cambiaformas. No se podía confiar en ellos. Traicionaban a todos por su propio bien.
Yunho los odiaba. Ser un Beta significaba que a menudo tenía que mantener las cosas en secreto, pero él siempre trató de ser honrado en sus tratos con los demás. No mataba a menos que tuviera que hacerlo, y nunca torturaba antes a sus víctimas.
Por supuesto, Yunho podría tener que reconsiderar esa política si un pelo de la cabeza de Jaejoong estuviera fuera de lugar. Su trabajo era proteger a su clan y a su compañero, aunque en ese punto no parecía que estuviera haciendo muy buen trabajo.
Primero se había acoplado con Jaejoong sin su permiso. Luego lo había asustado tanto que el hombre salió corriendo de él. Y ahora Jaejoong había sido secuestrado por los coyotes. Con su trayectoria hasta la fecha, Jaejoong sin duda iba a odiarlo.
De repente escuchó a alguien caminar. Corrió hasta la esquina y se puso en cuclillas, tratando de hacerse lo más pequeño posible. Tenso como estaba, no podía dejar de extender sus garras y que sus dientes descendieran.
El que llegaba se detuvo a varios metros de la puerta de Yunho. Oyó otra puerta abrirse y entonces los gritos de Jaejoong llenaron el aire. Yunho gruñó y corrió hacia la pequeña ventana. Apretó la cara contra la superficie dura y trató de mirar por el pasillo a su compañero.
—¡Jaejoong! —gritó.
—¡Yunho! —Jaejoong gritó en respuesta.
Oyó un ladrido de risa y luego el sonido de carne golpeando carne llenando el aire. Gruñó cuando Jaejoong lanzó un grito. Apenas podía mantenerse en control. Su lobo quería salir. Quería venganza por las heridas que Jaejoong estaba experimentando. Quería a su pareja.
—Jaejoong —Yunho volvió a gritar.
Un rostro alegre apareció de repente delante de la pequeña ventana. El hombre sonrió, sus colmillos afilados se mostraron a través de sus labios. —Hola, Alfa.
—Mick Red —se burló Yunho—. Debería haber sabido que eras un coyote por el olor a rancio y podrido. Me sorprende que nadie en el festival lo oliera.
Mick echó la cabeza hacia atrás y se rio. Era un sonido frío y amenazador que envió un escalofrío por la espina dorsal de Yunho. —Es uno de los beneficios de contar con una madre cambiaforma lobo. Puedo ocultar mi olor.
—Tu padre la violó, ¿verdad? —Yunho sabía que eso tenía que ser verdad. Era la única manera en que un coyote podría aparearse con un lobo. En lo que a Yunho se refería, sería la única manera en que un coyote pudiera aparearse con cualquier persona. Eran criaturas cobardes e inmundas.
El rostro de Mick enrojeció y gruñó. —Mi padre es un gran hombre, un rey.
—Y sin embargo, tuvo que violar a tu madre para conseguir que tuviera un niño suyo —dijo Yunho—. Lo que haría todo gran rey. Estoy seguro de que estás orgulloso.
Mick gruñó y dio un puñetazo en la puerta.
—Puse el dedo en la llaga, ¿verdad?
Yunho sabía que estaba jugando con fuego, pero iba a hacer todo lo que fuera necesario para mantener la atención de Mick fuera de Jaejoong. Haciendo que Mick se enfadara con él, se aseguraría de que cualquier tortura fuera en su dirección.
Los peores temores de Yunho volvieron a la vida ante sus ojos cuando de repente Mick sonrió y extendió la mano fuera de la línea de visión de Yunho. Un momento después, apareció la cara de Jaejoong. Mick le guiaba de una correa atada a un collar alrededor de su cuello.
—Yunho —Jaejoong gimió. Sus ojos parecían salvajes. Yunho podía ver el auténtico terror que crecía en sus profundidades azules con cada respiración rápida que Jaejoong daba—. ¿Qué sucede? ¿Quiénes son estos hombres?
—Cambiaformas coyotes, Jaejoong.
Yunho pudo ver la sorpresa de Jaejoong, incluso a través del miedo en sus ojos. —¿Hay cambiaformas coyotes?
—Hay todo tipo de cambiaformas, Jaejoong. —Yunho sonrió para tranquilizar a su compañero, y tal vez a sí mismo—. Te contaré todo sobre ellos cuando lleguemos a casa.
—Está bien.
—¡Jaejoong! —Yunho rugió cuando Mick puso la correa alrededor del cuello de Jaejoong y su compañero se apartó de la pequeña ventana.
Mick se rio ásperamente y se acercó. —¿Por qué mentirle al pequeño humano, Alfa? ¿De verdad crees que va a ver su casa alguna otra vez? ¿De verdad crees que alguno de los dos verá nuevamente salir el sol por la mañana? Nunca veréis nada más que estas paredes de piedra.
Yunho oyó gemir a Jaejoong, pero tenía que concentrarse en la amenaza frente a él más de lo que necesitaba consolar a su compañero. Yunho sonrió, tratando de parecer casual y despreocupado por la peligrosa situación en la que Jaejoong y él estaban.
—Oh, vamos a ver la salida del sol por la mañana, Mick. —Yunho sonrió—. Vamos a verla parados encima de tu cuerpo frío y muerto.
Cuando la cara del hombre enrojeció y gruñó, Yunho se dio cuenta al instante que probablemente no debería haberlo provocado tanto. Jaejoong gritó por el tirón que Mick le dio hacia adelante. Su grito se convirtió en un ruido profundo de arcadas cuando Mick lamió el lado de su cara.
Yunho gruñó y se agarró a los barrotes con más fuerza. Sabía que Mick quería torturarlo. El hombre disfrutaba de la tortura ya fuera mental o física. Torturaba a Jaejoong y hacía que Yunho lo viera para su doble disfrute. Así las cosas, Yunho sólo podía quedarse allí mientras Mick empezaba a tocar a su compañero. Se sentía totalmente impotente.
—Oh. —Mick se rio entre dientes mientras tiraba de la correa de Jaejoong—. Pero hay tanto tiempo para poder jugar con tu preciosura antes de que salga el sol. ¿Qué deberíamos hacer?
—¡Será mejor que no lo toques, Mick!
—Oh, tengo la intención de hacer mucho más que tocarlo, Alfa. Jaejoong y yo vamos a conocernos mejor mientras tú estás sentado en tu celda pudriéndote, preguntándote lo que estoy haciendo con él. —Mick se burló—. Soy el heredero al trono de mi padre. Jaejoong va a pagar por despreciarme.
—¡Mick! —Yunho gruñó y golpeó las manos contra la puerta—. Voy a matarte por esto.
Mick soltó una carcajada. —Mi padre me dijo que los lobos se volvían débiles cuando se llevaban a sus compañeros lejos de ellos, pero hasta ahora no lo creí. Los compañeros humanos son aún peores. Ni siquiera pueden protegerse a sí mismos, y mucho menos a sus compañeros. —Mick se rio ásperamente—. Mi padre tiene una obsesión por los humanos. Le gusta torturarlos durante semanas antes de darles muerte, cuanto más tiempo mejor. Me pregunto lo que dirá cuando le lleve este juguete a casa.
—Jaejoong —Yunho rugió cuando Mick tiró a Jaejoong lejos de la visión de la ventana. Golpeó las manos contra la puerta—. Mick, si lo lastimas, te juro que nunca verás otro amanecer.
—Cuando haya terminado con tu pequeño humano, volveré.
La risa llenó el pasillo y luego se desvaneció lentamente. Un momento después, la puerta se cerró de golpe. El corazón de Yunho latió frenéticamente cuando ya no pudo ver a su compañero. Golpeó la puerta una y otra vez hasta que sus manos palpitaban. Gritó el nombre de Jaejoong hasta que le dolió la garganta y su voz comenzó a ponerse demasiado ronca.
Las lágrimas brotaron de sus ojos cuando oyó nada más que el sonido de su propia respiración y el goteo del agua en alguna parte. Era extrañamente silencioso. El temor de Yunho comenzó a crecer cuando empezó a imaginar lo que Mick estaba haciendo a su dulce compañero.
Jaejoong podía ser un poco coqueto, pero Yunho sabía que no era fácil y rápido con sus afectos. Cualquier cosa mala y torcida que a Mick se le ocurriera para torturarlo, sería terrible, y posiblemente dañaría al hombre para toda la vida.
Y él no podía hacer nada para detenerlo.
Yunho se rindió a la ira que fluía a través de su cuerpo y cambió. En el momento que estuvo en sus cuatro patas contra el suelo, comenzó a lanzarse contra la puerta con su cuerpo, tratando de romperla con su peso.
La oyó crujir, pero no cedió. Se lanzó una y otra vez. Su cuerpo empezó a doler con cada impacto. Ignoró el dolor y siguió lanzándose contra la puerta, los pensamientos de los horrores que Jaejoong podría estar experimentando lo estimulaban a seguir.
Cuando se movió de nuevo al otro lado de la habitación y se dispuso a correr a la puerta de nuevo, esta se abrió de repente. El gruñido amenazador que comenzó a construirse en la garganta de Yunho se desvaneció poco a poco cuando vio a Jaejoong de pie en el umbral.
Renovó un grito profundo de angustia cuando vio el cuerpo desnudo de Jaejoong cubierto de sangre, con un cuchillo afilado bien sujeto en la mano. Sus ojos parecían vacíos, perdidos, hasta que aterrizaron en Yunho.
—¿Podemos ir a casa ahora? —Jaejoong susurró—. Quiero ir a casa, Yunho.
Yunho se abalanzó, cambiando a su forma humana en medio del salto. Envolvió sus brazos alrededor de Jaejoong en el momento que lo alcanzó, tirando al cuerpo más pequeño del hombre lo más cerca que pudo conseguir contra él. Jaejoong se estremeció y se acurrucó más cerca.
Yunho lo sentía temblar, sentía el miedo saliendo de él. Quería desesperadamente consolar a su compañero, pero el hedor de la sangre era tan fuerte que casi anuló el del miedo de Jaejoong. Retiró el cuerpo de Jaejoong del suyo lo suficiente para mirar hacia abajo a su cuerpo desnudo.
—¿Estás herido, bebé?
A jaejoong le tembló la mano cuando se tocó la cabeza. —Perdí mis orejas.
Yunho frunció el ceño. Jaejoong parecía totalmente desconectado de lo que estaba pasando. Sólo podía imaginar lo que su compañero podría haber sufrido a manos de Mick, y era el peor de los casos. Quería aullar de dolor, pero el bienestar de Jaejoong era más importante.
—Está bien, bebé, te conseguiré otras orejas.
—¿Y algunas piruletas?
—Y algunas piruletas.
Yunho seguía sin entender la fascinación de Jaejoong con el conjunto de orejas peludas falsas, pero el hecho de saber que tendría un par, parecía hacerlo más feliz. Jaejoong suspiró profundamente y se acurrucó en los brazos de Yunho.
—Vamos, bebé, tenemos que salir de aquí. —Yunho lo condujo hacia la puerta. No tenía idea de dónde estaba, pero buscaría en todas las direcciones hasta que lo descubriera. Sólo necesitaba saber qué áreas evitar.
—Jaejoong, ¿dónde está Mick?
Jaejoong señaló por el pasillo sin alejar la cara del pecho de Logan. Logan podía adivinar qué puerta era por el olor. A medida que pasó junto a ella, miró dentro. Sintió que la sangre de su rostro se drenó cuando vio la habitación con sangre salpicada por todas partes. El cadáver de Mick yacía en el suelo en medio de ella.
Un silencio frío y negro les rodeaba. Yunho sintió que su respiración se había cortado. Volvió a mirar hacia abajo a Jaejoong y la sangre que cubría su cuerpo desnudo. No quería preguntar, pero tenía que saber.
—Jaejoong, ¿Mick te tocó?
Jaejoong negó con la cabeza rápidamente, casi demasiado.
—Jaejoong, cariño, mírame —dijo tan suavemente como pudo. Levantó suavemente la barbilla de su pareja para poder mirarlo a los ojos—. No importa lo que me digas, siempre te querré, Jaejoong. Eres mi pareja. Eso quiere decir para siempre.
—Él... él dijo... que quería... —Jaejoong movió la cabeza—. Pero tú dijiste que nadie podía tocarme sin tu permiso y... y...
—Ssshh, bebé —dijo Yunho mientras apretaba de nuevo el rostro de Jaejoong contra su pecho—. Yo he dicho eso, Jaejoong.
—Yo…yo…Yo lo maté.
La boca de Yunho se abrió en shock. Sabía que Mick estaba muerto. Tanto él como Jaejoong estaban llenos de sangre, y Jaejoong tenía un cuchillo en la mano que aún se negaba a dejar ir, pero de alguna manera nunca había conectado los puntos. Jaejoong había matado a un cambiaforma para protegerse.
—No tuviste otra opción, Jaejoong. Iba a hacerte daño.
Yunho estaba confundido cuando Jaejoong negó con la cabeza.
—No. —Jaejoong se apartó de Yunho. Parecía vencido, roto. Las lágrimas empezaron a caer por su rostro—. Quiero decir, sí, iba a lastimarme, pero no es por eso por lo que lo maté.
—¿Por qué lo hiciste entonces? —le preguntó, medio con anticipación, medio con temor.
—Él me dijo lo que iba a hacerte después de que hubiera terminado conmigo. —Jaejoong retorcía sus manos. Sus ojos comenzaron a lanzarse por el pasillo y luego aterrizaron en Yunho—. No podía dejar que lo hiciera. Tú sabes que no podía dejar que te hiciera daño.
En su corazón, Yunho había tenido miedo todo el tiempo de que Jaejoong no aceptara nunca su apareamiento. Sin embargo, acababa de matar a alguien para protegerlo. Si eso no probaba que el hombre lo aceptaba, no sabía lo que lo haría.
—Está bien, Jaejoong, lo hiciste muy bien. —Lo tomó en sus brazos y comenzó caminar con él por el pasillo. Deseó tener algo para cubrirse, pero detenerse a buscar ropa no era una opción. Tenían que escapar. Podrían vestirse más tarde.
—¿Vamos a casa ahora?

—Sí, cuando encontremos una manera de salir de este lugar.


Notita :
Hola chicas quiero pedirles disculpas , no voy a estar entrando muy seguido sin embargo , mi prima va estar publicando los capitulos que faltan asi que no se preocupen :) Las quiero un monton y gracias por su apoyo en leerme xD , bye y suerte para todas <3


sábado, 22 de marzo de 2014

Capitulo 7

Capítulo  7

Jaejoong sabía que estaba pasando algo más grave que una simple aventura rápida junto a la pared de un edificio. Yunho parecía un ciervo encandilado por los faros. No estaba seguro de si el hombre estaba respirando. Él no se movió. Ni siquiera parpadeó.
—¿Yunho? —Jaejoong se sorprendió cuando de repente Yunho empujó y se echó hacia atrás, evitando su mirada. Movió su cabeza hasta que Yunho lo miró a los ojos—. Te he hecho una pregunta.
—Y estoy tratando muy duro para llegar a una respuesta para ti.
—¿No tienes una?
Yunho inhaló lentamente y negó con la cabeza. —No una que te vaya a gustar, no.
Jaejoong arqueó una ceja. —Dímela de todos modos.
El rostro de Yunho palideció como un niño atrapado con la mano en un tarro de galletas. Sus ojos seguían revoloteando alrededor. Cada pocos segundos se encontraban con los de Jaejoong, y entonces los alejaba otra vez. Jaejoong casi sintió lástima por el hombre. Casi.
—Tú estabas en el Festival de la Luna, Jaejoong.
—¿Y? —Jaejoong no entendía muy bien lo que tenía que ver su participación en el Festival de la Luna con nada, pero al parecer era importante para Yunho.
—Pensé que al estar en la fiesta sabías... —Yunho hizo un gesto hacia sí mismo—. Ya sabes, acerca de nosotros.
—¿Cambiaformas?
—Sí, claro, cambiaformas. El Festival de la Luna es una tertulia mensual para mi clan. A veces asisten humanos que no tienen parejas, pero por lo general saben lo que somos, Jaejoong. En cierto modo tiene que ser así, porque si uno de nosotros cambia y hay allí un humano que no sabe de nuestra existencia, bueno, estoy seguro de que puedes imaginar lo que podría suceder.
—Bien, así que asumiste que yo sabía que eras un cambiaforma.
Yunho asintió.
—Sigue.
Yunho dejó caer su cabeza contra la silla y llevó sus rodillas a su pecho. Era una posición que parecía un poco extraña para un hombre de su tamaño. Jaejoong rodó los ojos y estiró su mano detrás del sofá para agarrar la ropa de Yunho y luego entregársela.
—¿Por qué no te vistes? —Jaejoong sugirió—. Creo que estaremos más cómodos.
Yunho se sonrojó y agarró la ropa. Se puso de pie y se vistió rápidamente. Jaejoong casi se entristeció al ver toda la bella piel de Yunho cubierta, pero sabía que era más importante que hablaran. Algo estaba pasando, y quería saber lo que era.
Una vez que Yunho estuvo vestido, se sentó en la silla e hizo un gesto a Jaejoong para que se levantase del suelo y se sentase en el sofá. Jaejoong lo hizo, apoyando los codos en los muslos y cruzando las manos.
—Está bien —Jaejoong dijo—, dime qué es lo que no quiero oír.
—Yo pensaba que sabías lo que éramos, Jaejoong. Pensé que sabías lo que estaba pasando cuando nos fuimos juntos para estar a solas.
—Sí —Jaejoong rio—, que íbamos a tener sexo.
Las cejas de Yunho se unieron en un ceño. —¿Y te vas con cualquier persona que acabas de conocer para tener sexo? —gruñó.
Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos cuando vio las manos de Yunho apretarse en puños. Trató de no entrar en pánico, pero con el ceño oscuro que arruinaba la bella cara de Yunho era difícil no hacerlo. Él ya había huido una vez de Yunho, esperaba no tener que hacerlo de nuevo.
—No —dijo Jaejoong con cuidado—, por lo general soy bastante selectivo sobre con quién tener sexo. ¿Cómo iba yo a saber que eras un cambiaforma?
—No es eso lo que quise decir, Jaejoong —gritó Yunho poniéndose de pie—. No deberías irte con gente que no conoces. Por cierto, no deberías irte con alguien que no conoces para tener sexo. ¿No sabes lo peligroso que es eso?
—Está bien, no me iré de nuevo contigo para tener sexo.
—Jaejoong
—¿Qué?
Jaejoong habría dado cualquier cosa por tener una de sus piruletas en ese momento, pero eso significaría dejar de mirar a Yunho. La quería porque estaba nervioso, pero sobre todo porque quería chuparla mientras miraba a Yunho ponerse nervioso.
Era obvio que el hombre no tenía idea de cómo lidiar con él. La mayoría de las personas no la tenían. Jaejoong les había dicho que era un gusto adquirido, y la mayoría de la gente no lo quería adquirir. Era de un mantenimiento muy alto. Él lo sabía.
A Jaejoong le gustaban los hombres fuertes y posesivos. Le gustaba saber que pertenecía a alguien, y le gustaba que ese alguien siempre le dejara saber que era deseado. No importaba si eso venía en la forma de regalos, ser afectuoso, o simplemente querer siempre que estuviera a la mano. Le gustaba saber que era buscado.
Y aunque a Jaejoong le gustaban las comodidades, prefería tener a alguien que pusiera su atención en él y lo echara a perder. Eso era, en muchos sentidos, el motivo por el que no era capaz de encontrar un amante estable. Quería pasar mucho de su tiempo, si no todo él, con su amante. Le gustaba la expresión: pegados a la cadera. Sentía que era la forma en que se suponía debía ser.
Desafortunadamente, la mayoría de los hombres que le atraían preferían follar y después huir. Si se quedaban con él, nunca era por mucho tiempo. Jaejoong había sido llamado de todo, desde muy pegajoso a acosador. Uno de sus ex incluso lo había amenazado con obtener una orden de protección porque creía que Jaejoong lo llamaba con demasiada frecuencia.
Jaejoong no estaba seguro de qué tipo de hombre era Yunho, pero estaba empezando a pensar que al hombre no le gustaban los amantes pegajosos. Sin embargo, tanto como Jaejoong odiaba admitirlo, eso no tenía mucho sentido. Todo lo que el hombre había dicho era que los lobos eran territoriales. Jaejoong podría estar avanzando hacia áreas que no comprendía, o no quería comprender.
—Jaejoong, es necesario que entiendas…
Yunho gruñó y se volvió para mirar a la puerta cuando alguien llamó. Jaejoong se echó a reír al ver la expresión contrariada en el rostro del hombre y se puso de pie para abrir la puerta. Sólo había estirado la mano y comenzado a girar la manivela cuando un fuerte brazo se envolvió alrededor de él por detrás. Un aliento caliente sopló sobre la parte posterior de su cuello.
—Nunca jamás abras la puerta, Jaejoong.
—¿Qué…?
—No sabes quién podría ser.
Jaejoong frunció el ceño y miró por encima del hombro, luego hacia arriba. Caray, Yunho era alto. —Y nunca lo haré si no abrimos la puerta.
Eso tenía mucho sentido para él.
—Jaejoong, escúchame, por favor —rogó Yunho—. No puedes abrir la puerta. No tienes ni idea de quién podría estar allí. Podría ser alguien peligroso.
—Yunho, he estado viviendo por mi cuenta durante un montón de años. Estoy seguro de que puedo abrir la puerta sin…
—¡No puedes! —Yunho rompió de repente, su rostro se ensombreció.
Jaejoong arqueó una ceja ante la ira cada vez mayor que podía ver en la cara de Yunho. Entonces, de repente se dio cuenta de que estaba más intrigado que asustado. Esa fue una reacción totalmente extraña en su mente teniendo en cuenta lo asustado que estaba de Yunho antes. Y lo confundía terriblemente.
—¿Por favor, bebé?
Bueno, dicho así... Jaejoong suspiró y se apartó de la puerta. Ondeó la mano hacia ella. —Muy bien, abre la puerta, pero sigo pensando que estás siendo paranoico como el infierno.
Yunho sonrió de oreja a oreja y luego se inclinó y le dio un pequeño beso en la punta de la nariz. —Sé que no lo entiendes, Jaejoong, y vamos a llegar a eso, pero realmente tienes que tomar más precauciones con tu seguridad.
—De alguna manera, creo que vas a estar haciendo lo suficiente de eso por los dos —dijo Jaejoong mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
El golpe se repitió, esta vez seguido por el sonido del timbre.
Jaejoong rodó los ojos. —Responde la maldita puerta, Yunho.
—Mantente detrás de mí o vuelve y siéntate en el sofá.
—¿De verdad?
—Jaejoong.
Jaejoong rodó los ojos y la cabeza. Eso era realmente demasiado. Pensaba que Yunho era extraño, pero había resultado que también era un paranoico como el infierno. Cruzó la habitación y se volvió hacia Yunho, abriendo los brazos.
—¿De esta manera?
—Absolutamente. —Yunho sonrió antes de volverse de nuevo hacia la puerta y abrirla.
Jaejoong se puso sobre las puntas de sus pies y se inclinó un poco tratando de ver quién estaba al otro lado de la montaña de músculos que bloqueaba su vista. Cuando vio un mechón de pelo ondulado color negro, chilló y corrió por la habitación.
—¡Yoochun! —Pasó junto a un Yunho que lo miraba muy aturdido y envolvió a la persona que además de Junsu, él consideraba su mejor amigo y le dio un gran abrazo—. Oh, Dios mío, te extrañé tanto. La última vez que te vi, un chico caliente en el festival tenía toda tu atención.
—Jaejoong, cariño, no puedo respirar.
Jaejoong se rio y soltó sus brazos. Yoochun no se veía nada bien. En realidad parecía bastante cansado. Jaejoong sonrió. —Así que, ¿quién era él?
—¿Él? —Yoochun preguntó inocentemente—. ¿Quién?
—Ya sabes exactamente quién, idiota. —Jaejoong golpeó el hombro de Yoochun—. El tipo que…
Los pelos de la nuca de Jaejoong se erizaron de repente cuando un gruñido llenó el espacio detrás de él. Jaejoong podía sentir la fuerza de la ira de Yunho presionando contra su espalda como un muro en llamas. El hombre estaba furioso.
—Jaejoong —dijo Yunho. Su voz sonaba como si viniera a través de sus dientes apretados—. Si valoras la vida de tu amigo, te sugiero que te alejes de él con mucho cuidado.
Jaejoong se apartó lentamente de Yoochun y se volvió para mirar a Yunho. Lo que vio hizo que el resto del vello de su cuerpo se erizara también. Los dientes de Yunho estaban apretados con excepción de los largos caninos afilados que colgaban por encima de su labio inferior. Sus ojos se habían vuelto de color azul oscuro, pero parecía que estaban teñidos por llamas. Las manos de Yunho estaban apretadas, pero se podían ver las garras tratando de salir.
—Yunho, qué... —Jaejoong se lamió los labios. Miró por encima del hombro por un momento, comprobando a Yoochun, que se veía tan confundido como él. La mano de Yunho se cerró de repente en el cabello de Jaejoong, tirando de su cabeza.
—¡A mí! —Yunho gruñó—. ¡Tú debes mirarme solo a mí!
Jaejoong no entendía por qué, pero podía ver al lobo al acecho en el fondo de los ojos de Yunho. El animal estaba prácticamente paseando con agitación y enojo. Jaejoong sabía de alguna manera que la vida de Yoochun dependía de la forma en que actuara.
Se acercó a Yunho y se apretó contra su cuerpo. Comenzó a frotar sus manos arriba y abajo de su pecho, murmurando para el hombre y la bestia, tratando de calmar a los dos. Los brazos de Yunho se envolvieron alrededor de él en un abrazo aplastante. La cabeza del hombre empezó a frotarse contra la parte superior de Jaejoong.
—Estoy aquí, Yunho —susurró Jaejoong—, junto a ti.
Jaejoong no dio un suspiro de alivio hasta que Yunho empezó a ronronear.
—Jaejoong, ¿qué jodidos? —Yoochun exclamó.
Jaejoong gimió cuando el ronroneo se detuvo de repente y un bajo gruñido retumbó en el pecho de Yunho. Levantó una de sus manos y la ondeó hacia Yoochun para que siguiera su rumbo. —Junsu está en la cocina, Yoochun. Ve allí. Él puede explicártelo todo.
Jaejoong supo cuando Yoochun pasó junto a él, pero sólo debido a la forma en que el cuerpo de Yunho se tensó. Rápidamente volvió a murmurar suavemente y frotó su pecho de nuevo. Parecía que a Yunho y a su lobo les gustaba cuando lo hacía.
Él tampoco quería que Yunho atacara a Yoochun, y parecía que eso era lo que el hombre estaba a punto de hacer. El cuerpo de Yunho estaba rígido. Su pecho continuó dando estruendos que se convirtieron muy lentamente en un ronroneo. Jaejoong podía sentir los dedos con garras de Yunho pasar por su espalda, y a pesar de que no presionaba con fuerza suficiente para herirlo, todavía resultaba extraño.
—No puedes... —La voz de Yunho era peligrosa, pero casi un susurro—. No puedes estar cerca de otros hombres, Jaejoong.
Jaejoong inclinó la cabeza hacia atrás para mirar a la cara de Yunho. —¿Por qué no?
—Es demasiado peligroso.
Jaejoong frunció el ceño. Eso no sonaba exactamente correcto para él. —Yoochun es uno de mis mejores amigos, Yunho. Él nunca me haría daño.
—No, pero yo podría hacerle daño a él.
—¿Tú? —Las cejas de Jaejoong se alzaron—. ¿Por qué le harías daño a Yoochun?
—¡Debido a que tú me perteneces, maldita sea! —Yunho rompió—. Y nadie tiene derecho a tocarte sin mi permiso.
Jaejoong parpadeó. —¿Perdón?
Yunho sacudió la cabeza con resignación. —He estado tratando de encontrar una manera de decírtelo, Jaejoong.
—Entonces, dímelo.
—Cuando te vi en el festival pensé que sabías quiénes éramos. Pensé que entendías cómo eran las cosas y... —La cara de Yunho parecía adquirir una mirada de adoración que Jaejoong no había visto nunca dirigida hacia él. Le desconcertaba y asustaba al mismo tiempo.
Jaejong  se inclinó ligeramente hacia Yunho, inclinando la cara hacia él. —¿Y?
—Y te reclamé como mío.
Las cejas de Jaejoong se levantaron con asombro. Sabía que había un significado más fuerte en la declaración de Yunho. Lo sentía en lo profundo de sus huesos, y lo vio en la expresión de agonía en el rostro tenso de Yunho.
—¿Tu qué?
—Mi compañero.
Jaejoong se humedeció nerviosamente los labios secos, mientras trataba de recordar todo lo que había leído o visto sobre los lobos y sus hábitos de apareamiento. Él recordaba a un lobo alfa con varios otros lobos de su clan. ¿Realmente los lobos se emparejaban para toda la vida como el canal de la naturaleza decía?
—¿Tienes un harén?
—¿Un qué?
Jaejoong puso su barbilla en una línea firme y repitió su pregunta. —Ya sabes, un harén. ¿Tienes uno?
—¿Para qué diablos voy a necesitar un harén?
Jaejoong apretó los labios en señal de frustración y se empujó fuera de los brazos de Yunho. Dio varios pasos de distancia hacia atrás y giró alrededor para mirar al hombre de nuevo. —Mira, no sé cómo lo llamarías, harén, groupies lobos, demonios… Tal vez lo llames fiestas de orgía. Tal vez eso es lo que es el famoso Festival de la Luna, pero…
—Jaejoong, ¿de qué estás hablando?
—¿Cuánta gente te follas? —Jaejoong rompió. Sus manos se posaron en sus caderas mientras miraba a Yunho—. ¿Voy a ser uno de varios? ¿No es eso lo que hacen los lobos, un alfa con una multitud de otros lobos menores?
—Eso se llama un clan, Jaejoong.
Los ojos de Jaejoong se abrieron completamente cuando su peor pesadilla vino a la vida a través de las palabras de Yunho. —¿Entonces es cierto?
—Yo soy el Beta de mi clan, no el Alfa, pero sí, tenemos un clan.
La frente de Jaejoong se arrugó por la preocupación. —¿Tengo que estar con todos ellos?
—¿Ellos? —La mandíbula de Yunho se apretó de pronto, sus ojos se estrecharon ligeramente—. ¿Ellos, quienes?
—Tu clan. Jaejoong pensó que estaba siendo bastante directo con sus palabras. ¿Qué parte de todo esto no estaba recibiendo Yunho?—. ¿Tengo que follar con todos?
—¿De qué demonios estás hablando, Jaejoonhg?
Jaejoong no podía soportarlo más. Se sentía como si estuviera hablando en círculos. Estaba confundido y se sentía de mal humor. Él sólo quería hacer que todo desapareciera durante unos minutos para poder recuperar el aliento y pensar con la cabeza despejada.
Jaejoong vio el montón de piruletas en la mesa de café y corrió hacia ellas. Le temblaban tanto las manos que cuando agarró una no podía lograr sacar el envoltorio. Comenzó a lloriquear, desesperado por el sencillo consuelo que una piruleta le traía.
De repente sintió el cuerpo más grande de Yunho presionarse hacia arriba detrás de él. Yunho tomó la piruleta, la desenvolvió con cuidado y luego se la tendió. Un leve grito salió de los labios de Jaejoong cuando arrancó la piruleta de la mano de Yunho y se la metió en la boca.
Gimió y se recostó contra Yunho mientras el dulce sabor de sandía le llenó la boca. Prefería las de cereza, pero teniendo en cuenta lo desesperado que se sentía, serviría la de sandía. Cerró los ojos y sólo se concentró en chupar la piruleta.
No entendía exactamente por qué el chupar una piruleta le hacía sentirse mejor, pero siempre lo hacía. Descubrió esta pequeña maravilla por casualidad hacía unos cinco años, durante los finales en la universidad. Una piruleta, y se lució en su final de biología. Sin ella, él estaba condenado.
Abrió los ojos cuando las manos de Yunho comenzaron a frotar sus brazos arriba y abajo. —Sé que todo esto es confuso para ti, Jaejoong, pero te juro que vas a estar bien. No dejaré que te pase nada.
Jaejoong presionó su cabeza hacia un lado en el pecho de Yunho, y cerró los ojos. Su vida parecía estar fuera de control, y no sabía cómo detenerlo. Lo más chocante de todo para él era la calma que encontraba con sólo inhalar el fuerte olor masculino de Yunho. Cuanto más respiraba ese olor, mejor se sentía.
La fuerza y el poder que él podía sentir venir del cuerpo musculoso tras él sólo se agregaban al efecto. El cuerpo de Yunho virtualmente lo rodeaba, lo protegía del mundo exterior. Sentía como si Yunho fuera una barrera entre él y todo lo demás. Era una sensación extraña, pero reconfortante.
Jaejoong absorbió la mayor cantidad de presencia de Yunho que pudo antes de que las preguntas que daban vueltas en su cabeza empezaran a tener sentido para él. Respiró hondo y soltó el aire lentamente, luego abrió los ojos y miró por encima del hombro.
—Ya no quiero hacer esto.
Los ojos de Yunho se oscurecieron peligrosamente. —¿No quieres ser mi compañero?
Jaejoong no podía responder a eso honestamente. —No sé lo que quiere decir ser tu compañero.
—Significa que eres mío, mi amante, mi compañero, mi... —Los labios de Yunho se apretaron por un momento—. Significa que eres mi todo, Jaejoong.
—Sí, pero ¿quién más? —Jaejoong no sabía qué significaba la rigidez del cuerpo de Yunho, pero sabía que no le gustaba el ceño que apareció en el rostro del hombre. Hacía que la mirada de Yunho se viera amenazadora, y Jaejoong no pensaba que fuera una buena cosa cuando se trataba de alguien que podía cambiar en un lobo 200 libras.
Giró en los brazos de Yunho y comenzó a alejarse de él lentamente. Yunho se acercó de repente, lo agarró por sus brazos y lo atrajo más cerca, dando a su cuerpo una pequeña sacudida.
—Tú me perteneces —espetó Yunho con los dientes apretados, muy largos y fuertes mirándolo—. Nadie, y quiero decir nadie, puede tocarte sin mi permiso. Y mataré a cualquiera que trate de llevarte lejos de mí.
Los ojos de Jaejoong dolían de tan grandes que los abrió mientras miraba a la cara atronadora de Yunho. Una vez más se sentía como la presa de un depredador. Lo único que se le ocurrió hacer fue calmar a la bestia. Comenzó a acariciar el pecho de Yunho, esperando que funcionara como antes.
—Bien, esa cosa de propiedad no está funcionando para mí. —Cuando se dio cuenta de lo que decía cerró la boca al instante. Esas eran palabras para pensar pero no para decir. Realmente necesitaba consultar con su cerebro antes de abrir la boca.
—¿Propiedad? —Yunho rompió—. ¿Es eso lo que crees que es esto?
—¿Cómo diablos se supone que voy a saberlo? —Jaejoong respondió tirando de las manos de Yunho. Sacudió el dedo hacia él—. Sigues diciendo que te pertenezco, y que nadie puede tocarme a menos que tengan tu permiso. Eso suena muy parecido a que crees que tienes el derecho de dar permiso a otros para tocarme, y yo no puedo permitir eso.
—¡Espero que no! —Los brazos de Yunho se cruzaron sobre su pecho—. Yo sería muy infeliz si comenzaras a permitir que la gente te toque.
Jaejoong parpadeó. Esa conversación no iba tan bien como pensaba que iría. Bueno, en realidad sí, más o menos. Todo iba mal, y así ocurría normalmente cuando le gustaba mucho un chico.
Demonios, incluso podía verse a sí mismo enamorándose de Yunho, si es que no estaba ya cayendo por él. Y ese miedo lo sacudía hasta los pies. Él no creyó ni por un momento que Yunho llegaría a cuidar de él de la manera en la que siempre soñó. Él no era estúpido.
Crecer con un nombre como Jaejoong le dio una perspectiva única de la vida. Creía en el amor verdadero, almas gemelas, y la capacidad de conectar con esa persona especial en un nivel espiritual.
Y en el fondo, de alguna manera, sabía que Yunho no creía lo mismo. Había algo en el hombre rudo, dominante, que gritaba que amaba correr, y correr rápido. Sólo que no era capaz de hacer los movimientos de sus pies.
Jaejoong desde el momento en que pusieron los ojos el uno en el otro. Amar a Yunho  destruiría a Jaejoong eventualmente, y lo único que podía hacer, era caminar a su destino con los ojos abiertos.
Jaejoong  cruzó los brazos sobre su pecho para emular la pose de Yunho y sacó su barbilla. A pesar de su necesidad por él, no iba a entregarse por completo a ciegas. Sabía que si no le ponía límites ahora, nunca obtendría una palabra con el hombre.
—Me niego a ser tu pequeño juguete, Yunho. Si me quieres, está bien, pero no te permitiré dictar todos mis movimientos. Eso incluye el decirme a quién puedo y no puede tocar.
La ola de calor que salió de Yunho cuando arqueó una ceja casi noqueó a Jaejoong a sus pies. El hombre no lo demostraba, pero estaba enojado. Bueno, la mandíbula apretada lo mostraba suficientemente bien. Probablemente la mayoría de la gente no se habría dado cuenta, pero la atención de Jaejoong estaba completamente en el hombre.
—Si piensas por un maldito minuto que te voy a permitir que…
—¿Permitir? —Jaejoong se quedó sin aliento—. ¿Qué te hace pensar que puedes permitirme hacer algo o no?
—¿Esperas que me siente aquí mientras jodes a todo y a todos?
—Tú… —Jaejoong se pasó la mano por la cara cuando las palabras se le escaparon y se alejaron. Caminó de un lado a otro varias veces mientras trataba de obtener que su enojo súbito quedara bajo control. Yunho parecía pensar que era una puta que iba a dormir con cualquier cosa que caminaba—. ¿Esa es qué clase de persona que crees que soy?
—¿No es eso lo que hemos estado hablando aquí?
—No —Jaejoong rompió—. Hemos estado hablando de ti pensando que me posees, que soy tu posesión.
Yunho se acercó de repente y se sentó en el sofá. Dejó caer la cabeza entre las manos, frotándose la cara y luego empujando su cabello dorado hacia atrás antes de levantar la cabeza y mirar a Jaejoong.
—No, nunca he creído que te posea, Jaejoong.
Jaejoong parpadeó. —¿No lo crees?
—No, la gente no es dueña de otras personas, Jaejoong. Eso está mal.
—Entonces, ¿qué es todo esto? —Le preguntó mientras extendía sus brazos hacia fuera—. Tú sigues adelante diciendo que te pertenezco, y que nadie tiene derecho a tocarme sin tu permiso. Si no crees que eso sea poseerme, entonces, ¿qué es?
—Se trata de nosotros estando acoplados.
Jaejoong rodó los ojos. —Ya has utilizado esa palabra antes, y te pregunté qué era. Es evidente que tu explicación no fue suficiente.
Yunho se dejó caer en el sofá y dejó caer la cabeza hacia atrás. Se quedó mirando el techo, con el ceño fruncido. —Eso es porque no eres un cambiaforma, Jaejoong. Los cambiaformas entienden lo que significa el acoplamiento. Los humanos no lo hacen.
Jaejoong quiso gruñir de frustración, y luego quiso llorar ante el punto que Yunho le señaló que nunca podría cambiar. Él nunca podría ser un lobo, no importaba lo mucho que deseara que eso fuera diferente. Ni siquiera sus orejas y cola peludas iban a cambiar eso. Siempre estaría buscando lo que quería.
—Entonces, dime lo que significa para un cambiaforma.
—Supongo que para mí es diferente de lo que lo es para otros cambiaformas lobos. Yo soy el Beta de mi clan.
—¿El Beta?
—El Beta es el segundo al mando del clan. Yo me hago cargo cuando mi Alfa está lejos, como ahora. Asher y su compañero están en viaje de negocios. Cuando eso sucede, yo me convierto temporalmente en Alfa. El resto de las veces, soy como el vicepresidente. Sigo tomando órdenes del Alfa, pero todos los demás están por debajo de mí en rango, bien, excepto por el…
—¡Yunho!
Yunho se rio entre dientes. —Lo siento, creo que me dejé llevar.
—¿Tú crees?
—Digamos que soy segundo al mando. El clan responde ante nuestro Alfa y luego ante mí. A cambio, yo soy responsable de ellos. Los mantengo a salvo, lucho por ellos.
Jaejoong inhaló bruscamente. —Esas gotas de sangre en tu brazo.
Yunho asintió. —Ellas representan los cambiaformas que he matado para proteger a mi clan. Tienes que entender, Jaejoong, que no me gusta matar a la gente, pero voy a hacer lo que tenga que hacer para garantizar la seguridad de mi clan, incluso matar.
Jaejoong se acercó y se sentó junto a Yunho, empujando la mano por su pelo. —Joder, Yunho, esta cosa de los cambiaformas da bastante miedo. ¿Cómo puedes vivir con ello día tras día?
—Tiene sus aspectos positivos.
—¿Cómo qué? —Jaejoong rio—. ¿Una adicción a la comida de perrito? ¿Huesos de perrito?
—No, pero por extraño que parezca, la mantequilla de maní es un afrodisíaco para los cambiaformas lobo.
—Muy bien, voy a recordar poner un poco en tu alacena en Navidad.
Yunho se rio entre dientes. —Recuerda, Jaejoong, cantidades pequeñas o no podrás sentarte cómodamente en una semana.
—Sí, sí, vuelve a eso de estar en la parte superior en un clan.
El rostro de Jaejoong se sonrojó cuando Yunho arqueó una ceja. —¿No crees que un juguetón cambiaforma lobo con una atracción únicamente hacia ti es un lado positivo?
Jaejoong tragó. —¿Sólo hacia mí?
—Eso es parte del emparejamiento, Jaejoong. Nos hemos unido, y yo te he reclamado como mi compañero. Eso significa que no volveré a mirar a otra persona, humano o cambiaforma, para mis necesidades sexuales. Vas a tener toda mi atención hasta el día que muera.
—Eso no suena tan mal. —En realidad, sonaba bastante fabuloso para Jaejoong. No podía pensar en nada que le gustaría más que tener toda su atención. La mirada terrible en el rostro de Yunho le dijo que pensaba lo contrario.

—También significa que mi lobo y yo nos sentimos amenazados cuando alguien te toca o se encuentra cerca de ti, y en algunos casos, si te mira fijo. Y vamos a proteger lo que es nuestro, porque tú eres nuestro compañero, Jaejoong , el compañero de un lobo Beta.



Notita :
Hola , Quiero pedirles disculpas a todas las chicas que me leen , por no haber publicado antes , eh estado muy mal en todo este tiempo , asi que no podia entrar , volvere a retomar la historia y adaptare nuevas , gracias :)