Entró en Dior sin poder evitar esbozar una
amplia sonrisa. Saludó a las dependientas que se encontraban en la sección de
maquillaje y con una inclinación de cabeza saludó a Junsu, ocupado con un
matrimonio que buscaban ropa para un momento especial, como él…
Subió las escaleras y fue directamente
donde estaban las cazadoras de cuero. Allí había un joven dependiente que era
nuevo y se dirigió a él.
-Buenos días-saludó con una amplia sonrisa.
-Buenos días señor, ¿en qué puedo ayudarle?-le
contestó el dependiente con mucha educación.
-Busco una cazadora de cuero, hoy hago un
mes con mi pareja y vamos a celebrarlo-explicó Yunho sonriendo más al decir la
palabra pareja.
-Pues ha venido al lugar adecuado, acabamos
de recibir los últimos modelos. Permítame enseñárselos-dijo el dependiente
haciendo un gesto con la mano.
Yunho asintió y echó a andar hacia el
rincón que le señalaba. En varias pechas colgadas había varias cazadoras aún
medio empaquetadas, con una funda de plástico para que no se estropearan. El
joven dependiente se las dejó mirar, y pasó percha por percha hasta dar con una
que le llamó mucho la atención.
Era toda negra y entallada. El dependiente
alabó su gusto y la cogió para enseñársela.
-Dígame cual es su talla-dijo el dependiente
mirando la etiqueta.
-Yo diría que la mediana, pero no estoy muy
seguro…-murmuró Yunho arrugando la frente.
-Descríbamelo, tal vez le pueda ayudar.
-Pues…es casi de mi tamaño,
delgado….guapo….-explicó Yunho riendo por lo bajo-¿Por qué no te la pruebas tú?
Eres tan delgado como él, así me haría una idea.
El dependiente asintió y le señaló la zona
de probadores para poder tener a mano un espejo. Se quitó la americana negra
que llevaba se puso la cazadora de cuero que Yunho había elegido.
Se la abrochó mirándose al espejo y se dio
media vuelta para que Yunho le viera.
-Si, esta es su talla-murmuró Yunho andando
hacia el dependiente.
Dio una vuelta alrededor de él y sin mediar
palabra se le acercó y le besó en el cuello.
-Señor….creo que se confunde, y a saber que
dice su novio-protestó el dependiente en voz baja.
El jefe andaba cerca y podía reñirle por
tomarse esas libertades…..
-Mi novio es muy comprensivo-susurró Yunho
a su oído-Y no te preocupes por el jefe. Conozco a Junsu y sé que no dirá nada.
Como última travesura, se atrevió a bajar
una mano y pellizcarle el trasero a través de la fina tela del pantalón negro
que llevaba. Sonrió al escuchar el pequeño grito que se escapó de los labios y
se retiró suspirando.
-En fin….me la llevo-dijo Yunho dando un
paso atrás.
El joven dependiente asintió en silencio y
se apresuró a quitarse la cazadora antes de que se le ocurriera meterle mano en
mitad de la tienda. Recuperó su americana y se la puso.
Bajó al piso inferior seguido de Yunho, en
donde dobló la cazadora y la metió en una caja que él mismo empaquetó como
regalo.
-¿Pagará con tarjeta o en
efectivo?-preguntó tras meterla en una bolsa de Dior.
-Tarjeta-contestó Yunho sacando la cartera.
-Necesito un documento de
identificación-murmuró el dependiente.
Yunho asintió y tras darle la visa le
enseñó su documento de identidad, que el joven leyó con atención.
-Muchas gracias, señor Jung-dijo tras leer
su nombre.
-De nada-murmuró Yunho riendo.
Esperó mientras pasaba la tarjeta por la máquina
y firmó el recibo.
-Aquí tiene, y que pase un buen día-se
despidió de él el joven dependiente.
Yunho asintió sonriendo y salió de Dior, no
si antes despedirse de Georg que encontró un hueco para escaparse y saludarle.
Caminó calle abajo mirando la bolsa que llevaba en las manos, Jaejoong estaría
muy guapo llevando esa cazadora….solo la cazadora…
Llegó al piso y se puso a preparar la cena.
Jaejoong le avisó de que esa noche llegaría tarde de trabajar y quería tenerlo
todo preparado. Había vuelto a pasar por el delicatessen y compró algo de
comida francesa, como aquella vez que la compartieron en su cama.
La sirvió en la vajilla nueva que su madre
les había regalado….
No se lo podía creer, un domingo se armó de
valor y fue a comer a casa de sus padres cogido de la mano de Jaejoong. Se lo
presentó a sus padres como lo que era, la persona que más amaba en todo el
planeta.
A su madre le costó aceptar que fuera gay,
pero pasado el “susto” y gracias a la dulzura de Jaejoong, al final terminó
cogiéndole mucho cariño y le hizo prometer que le traería a su hijo todos los
domingos a comer, que siempre estaba con alguna comida de trabajo y se olvidaba
de sus ancianos padres…
Su padre ya sabía algo. Como era normal,
Hyun Joong se fue de la lengua, pero Jung Tae no se dejó amedrentar. Le dijo
que a quien amara su hijo no era asunto suyo, y que hiciera el favor de irse de
su empresa. Todos los asuntos que tenían con Hyun Joong no daban beneficios y
solo producían pérdidas. Le invitó amablemente a que se fuera y no volviera.
Salió de sus pensamientos cuando escuchó
que se abría la puerta. Se apresuró a encender las dos velas que adornaban la
mesa y corrió a recibir a Jaejoong como se merecía, con un profundo beso.
-¿Qué tal el día?-preguntó Yunho tras
liberar sus labios.
-Agotador, los pies me están matando-se
quejó Jaejoong suspirando.
-Pero ya estás en casa, y la cena ya está
lista-explicó Yunho señalándole la mesa.
Jaejoong sonrió y tras dejar sus llaves y
móvil en la mesita de la entrada, pasó al salón en donde Yunho ya le esperaba
con la silla retirada. …el se sentó a su lado y empezaron a cenar comentando
que tal les había ido en sus trabajos.
-Hoy he tenido un cliente my
exigente-comentó Jaejoong tras tomar un sorbo de vino-He tenido que aguantar
ciertas cosas para que al final se fuera contento.
-Cuanto lo siento-susurró Yunho poniendo la
mano sobre la suya.
Siguieron cenando y cuando Yunho se levantó
a por el postre Jaejoong deslizó una cajita plateada sobre la mesa. Cuando
Yunho regresó se la quedó mirando con una sonrisa en los labios.
-¿Y eso?-preguntó señalándola.
-Hoy hacemos un mes….no me digas que los
has olvidado-contestó Jaejoong resoplando.
-¡Claro que no! También te he comprado algo,
lo he dejado sobre la cama-explicó Yunho-Pero primero abro el tuyo.
Cogió la caja ante la atenta mirada de
Jaejoong y la abrió muy excitado. Ante sus ojos había una pulsera plateada de
eslabones grandes. Era sencilla, menos en el broche, donde dos corazones
entrelazados brillaban a la luz de las velas.
-Es…preciosa…-susurró Yunho emocionado.
Jaejoong sonrió encantado de que le hubiera
gustado. Se puso de pie y le ayudó a ponérsela, recibiendo un beso en los
labios de agradecimiento.
-Anda, ve a por tu regalo-dijo Yunho
suspirando.
Jaejoong asintió y corrió al dormitorio.
Miró encima de la cama que compartía con Yunho todas las noches, sonriendo al
ver una bolsa de Dior. La cogió en sus manos y sacó la caja que había dentro.
La desenvolvió y sonrió al ver la cazadora de cuero que Yunho le había
comprado.
Se la quedó mirando mordiéndose los labios,
una idea cruzaba su cabeza….y decidió ponerla en práctica….
Mientras, Yunho servía el postre en el
salón sin dejar de admirar su pulsera. Se sentó de nuevo en la mesa y esperó a
que Jaejoong saliera.
A los pocos minutos alzó la cabeza cuando
se apagaron las luces del salón. Desde donde estaba le llegaba la del
dormitorio, que fue igual apagada cuando Jaejoong salió de el. Le vio andar
hacia la mini cadena y poner un cd en ella. Al momento empezó a sonar una
música clásica tocada al piano…
Se mordió los labios. Jaejoong se estaba
acercando y gracias a la luz de las velas pudo ver que llevaba puesto su
regalo…..solo su regalo….
Le echó un vistazo de arriba abajo, viendo
como movía sus desnudas piernas con cada paso que daba. Se le cortó el aliento
cuando llegó a su lado y se le sentó encima a horcajadas. Le vio inclinarse y
poner sus labios en su cuello, dejándole en el un húmedo beso….
-Muchas gracias por tu regalo…-susurró
Yunho contra su piel.
-De nada-contestó Yunho con esfuerzo.
Sentía como su lengua hacía pequeños
círculos en su piel y sus labios le besaban con suavidad…
Suspiró resignado y llevando las manos al
pecho de Jaejoong, le quitó la cazadora pasándosela por lo brazos.
-No sea que se manche….-dijo como excusa.
La dejó colgada del respaldo de la silla en
la que había estado sentado Jaejoong.
-No veas lo que me ha costado dar con tu
talla-explicó Yunho acomodándose en su asiento-Hasta hice que se la probara el
dependiente.
-Fijo que tonteaste con él-murmuró Jaejoong
arrugando la frente.
-…El me provocó-se defendió Yunho.
Jaejoong iba a replicar cuando sintió que
ponía las manos bajo sus nalgas y se las apretaba a través de la tela de los
boxers que llevaba. Dejó descansar la cabeza en el hombro de Yunho, mordiéndose
los labios cuando sintió que colaba dos dedos bajo la tela hasta acariciar su
entrada.
Soltó un gemido que hizo reír a Yunho, al
tiempo que le atraía más hacia su cuerpo y hacía que sus entrepiernas se
frotaran.
-¿Hasta cuando crees que Junsu aguantará
nuestro juego?-preguntó de repente Jaejoong.
Yunho se encogió de hombros como respuesta
mientras alzaba las caderas, haciendo que Jaejoong se frotara con más
insistencia contra sus vaqueros.
-Soy el mejor cliente que tiene, puede
permitirme un capricho…-empezó a decir Yunho.
-Gracias a él trabajo en Dior, que es como
estar en el paraíso-le interrumpió Jaejoong-Siempre que vas a verme o comprar
algo, tiene que ver como nos tratamos como si no nos conociéramos, como nos
hablamos como si tu fueras un cliente y yo el nuevo dependiente….
Yunho se echó a reír a carcajadas. Era
verdad, cada vez que iba a Dior a buscar a Jaejoong o a comprarle algo, le
gustaba fantasear con que era un dependiente más al que él provocaba y metía
mano en el probador o cuando nadie miraba…
Nunca se lo agradecería bastante a Junsu,
cuando le habló de que Jaejoong necesitaba cambiar de trabajo…sin especificar
cual era su anterior ocupación, Junsu le abrió de inmediato las puertas de
Dior.
Aún estaba en periodo de prueba, por así
decirlo. Junsu le estaba enseñando todo lo que él sabía, como atender a los
clientes con educación y una amplia sonrisa, cosa que practicaba él cada vez
que iba y Jaejoong le “atendía”.
No le hacía falta saber más, Jaejoong tenía
unos conocimientos sobre moda que Junsu alabó y su buen gusto le había
convertido en el mejor dependiente que hubiera tenido…
Dejó de pensar en Junsu, se concentró en lo
que tenía entre sus manos….apretó un poco más las nalgas de Jaejoong,
haciéndole saltar sobre su regazo por la impresión.
-¿Qué manera es esta de tratarme?-preguntó
Jaejoong fingiendo estar ofendido.
-Perdona, yo no tengo el tacto de
Changmin-se le escapó a Yunho entre risas.
Jaejoong alzó la cabeza y se le quedó
mirando fulminándole con la mirada.
-¿Hasta cuando me lo vas a echar en
cara?-preguntó tratando de contener la risa.
-¿Y qué esperabas? …El te probó el primero,
es normal que esté resentido…sobre todo cada vez que me ve y me amenaza con
cortarme los huevos si te lastimo-murmuró Yunho sin aliento.
Esa vez fue Jaejoong el que estalló en
risas, enterrando de nuevo la cara en la curva de su cuello, suspirando contra
su piel….
changmin….el mejor amigo que pudo desear.
Le daba pena dejarle solo, irse a vivir de la noche a la mañana con
Yunho…aunque no estuvo solo por mucho tiempo. Conoció a un chico en el
supermercado, hablaron y una semana después compartían piso. Según él, le
ayudaba a pagar el alquiler, pero Jaejoong enseguida notó que miraba a Changmin
con buenos ojos.
Y un buen día le llamó para anunciarle que
se había enamorado, que dejaba la calle y haría como él, dedicarse en cuerpo y
alma a un solo hombre…
-¿Jaejoong?-llamó Yunho en voz baja-
-¿Mmmmm?-contestó Jaejoong suspirando de
nuevo.
-¿Nos vamos a la cama?-preguntó Yunho
alzando una ceja.
Jaejoong asintió y se aferró con fuerza a
su cuello. Yunho se levantó llevándole en sus brazos y se inclinó lo suficiente
para apagar las velas que aún resplandecían. Entró en el dormitorio y le tumbó
con suavidad en la cama, que Jaejoong ya había dejad abierta retirando hacia
atrás las sábanas.
Se desnudó mientras que Jaejoong se
acomodaba mejor en la cama, sonriéndole mientras se pasaba la lengua por los
labios. Le devolvió la sonrisa y poniendo las manos en su cintura, le bajó los
boxers, viendo como alzaba sus caderas para ayudarle.
Los tiró al aire y se acostó sobre su
cuerpo, haciéndose sitio entre sus piernas y apoderándose de sus labios.
Esa noche hicieron el amor como si fuera la
primera vez…como hacían todas las noches, deseando que no llegara nunca el
nuevo día, rezando por poder quedarse tan juntos y abrazados sin que los
separara nadie…
Habían estado a punto de romper algo tan
bonito que habían empezado una lejana noche en la que Yunho se perdió y pidió
ayuda, sin saber que iba a encontrar al amor de su vida allí mirándole a través
de la ventanilla, con esa sonrisa que le iluminaba la cara cada vez que la
veía…
No iban a desperdiciar esa nueva
oportunidad que les había dado el amor, sabían que iban a pasar juntos el resto
de sus largas vidas, y mirarían al futuro con una amplia sonrisa, desafiando al
destino a que intentara separarlos…