Capitulo 3

Capítulo 3

Las manos de Jaejoong temblaban tanto que apenas podía abrir la puerta. El calor que venía del hombre que estaba detrás de él quemaba su cuerpo. No recordaba haber estado tan caliente en toda su vida. Sólo necesitaba a Yunho. Él lo quería de nuevo.

Por fin abrió la puerta y entró. Se precipitó en la habitación del motel y se volvió hacia Yunho. Jaejoong, una vez más, se sintió impresionado por la belleza masculina del hombre que tenía delante. Yunho era simplemente magnífico.

No era sólo su estatura, que era impresionante. Ni siquiera todos los músculos gruesos que cubrían su cuerpo. Algo brillaba en los ojos de Yunho que lo atraía como a una polilla una llama. Quería más que nada explorar la chispa y ver lo que había detrás de él.

En cuanto se cerró la puerta, Jaejoong se adelantó y apretó su cuerpo contra el de Yunho. La llama ardiente que vio en los ojos de Yunho cuando lo miró lo sobresaltó. Nadie lo había mirado de esa manera antes. Hacía que los dedos de sus pies se rizasen.

—¿Mencionaste aguafuentes? —Yunho cuestionó.

—Mentí. —Jaejoong apoyó las manos sobre el pecho de Yunho, atrayéndolo hacia abajo lentamente. Podía sentir cada músculo definido bajo la camisa que llevaba—. Sólo quería traerte arriba, donde había una superficie plana.

Yunho sonrió. —¿Quién dice que necesitamos una superficie plana?

Jaejoong dejó escapar un grito ahogado mientras Yunho se agachó y rodeó sus brazos por debajo de él, levantándolo en el aire. Jaejoong se dio cuenta de que ahora estaba frente a frente con Yunho. Sonrió y envolvió sus piernas alrededor de la cintura del hombre, apretando hasta que sus cuerpos quedaron uno pegado al otro.

—Me gusta esto.

Yunho giró en torno a Jaejoong y lo ancló contra la pared, presionándose contra él. —A mí me gusta así, está mejor —dijo antes de que su lengua se deslizara sobre los labios de Jaejoong, lamiendo la comisura antes de profundizar en su interior.

Ah, sí, Jaejoong podría subir a bordo con eso. Se movió tan cerca de Yunho como pudo, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del hombre. Le acarició suavemente con las manos el cuello y la parte superior de la espalda mientras sus labios atacaron ferozmente.

No era capaz de conseguir suficiente de Yunho. Necesitaba más. Tenía la piel desnuda bajo sus manos y apretó contra su cuerpo. Tiró de la camisa de Yunho hasta que el hombre pilló la idea. La risa llenaba a Yunho mientras apoyaba a Jaejoong contra la pared. Una pierna fuerte empujó entre sus muslos para mantenerlo en su lugar mientras se sacaba la camisa por la cabeza y la dejaba caer en el suelo.

Jaejoong no tardó en seguir el ejemplo de Yunho. Se sacó la camisa por la cabeza y la arrojó, sin importarle en lo más mínimo en dónde podría aterrizar. Los ojos de Jaejoong caminaron por todos los músculos del pecho de Yunho hacia abajo a su estómago y abdomen. Gimió en protesta cuando el camino se detuvo de pronto, el resto oculto bajo el borde de los pantalones de Yunho.

Alargó la mano hacia los botones de los pantalones vaqueros del hombre. Se sentía demasiado abrumado, necesitado también. Tenía que hacer que ambos esperaran. Necesitaba torturar a Yunho. Sus dedos temblaban mientras sus movimientos se hacían más lentos y abrió los pantalones de Yunho poco a poco.

—¿Crees que podríamos perder los pantalones? —Jaejoong preguntó. Se refería a que Yunho lo bajara al suelo de modo que ambos pudieran quitárselos. Se sorprendió cuando sintió las manos de Yunho en su culo. Un fuerte ruido de rasgado resonó en la habitación y el aire frío se precipitó a través de su piel.

—¡Yunho!

—¿Quieres que me detenga?

Jaejoong  negó con la cabeza. Era demasiado tarde para preocuparse de los pantalones, por lo que bien podría disfrutar del paseo. Además, tenía otros pantalones. Cuando la gran mano de Yunho se envolvió alrededor de sus dos esponjosos globos , a Jaejoong no podría haberle importado menos si nunca llevaba pantalones de nuevo. Sólo quería que el intenso placer continuara.

Jaejoong se apoderó de los hombros de Yunho. Su respiración jadeante entraba y salía de él con gran rapidez. Cada golpe de la mano de Yunho alrededor de sus nalgas era como un ataque de rayos a través de su cuerpo.

Jaejoong nunca había sentido nada igual. Claro, se había masturbado y había sido masturbado por otros hombres antes, pero nada en su pasado lo había preparado para los sentimientos que Yunho invocaba en él. Quería arrastrarse por el cuerpo de Yunho y besarlo hasta que ambos se desmayaran. Luego quería subir sobre el hombre y no alejarse nunca de él.

Jaejoong sentía una conexión con Yunho como jamás había sentido. Sabía más allá de toda sombra de duda que era el hombre para él. No sabía cómo lo hacía, y no estaba dispuesto a cuestionar sus sentimientos, pero lo sabía. Yunho era suyo.

Sintiendo su cuerpo cada vez más cerca de la liberación, se inclinó hacia delante e hizo lo que realmente quería hacer. Pegó los labios en los de Yunho, su lengua explorando, lamiendo. Sus manos agarraron del pelo de Yunho, sosteniendo al hombre contra él.

Jaejoong se sentía desesperado. Podía sentir rayos provenientes de Yunho moverse a través de su cuerpo a un ritmo rápido, despertando en él nuevos niveles de pasión y deseo. Sus pollas se apretaron cerca de su cuerpo. Su corazón se congeló de repente en su pecho, su aliento quedó atrapado en su garganta.

Separó sus labios de los de Yunho y se inclinó hacia atrás para mirar en los profundos ojos azules del hombre. El tiempo se detuvo para él mientras trataba de leer la expresión de los ojos de Logan. Podía ver la pasión, el deseo, la posesividad, incluso fascinación. Pero había algo más, algo que añadía un brillo especial a la mirada de Yunho.

Fue en esa chispa en la que Jaejoong se concentró mientras el tiempo transcurría a un ritmo lento y la pasión que irradiaba a lo largo de él lo consumió. Sostuvo la mirada de Yunho todo lo que pudo, y luego su necesidad se hizo cargo. Echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras llenaba el espacio entre ellos con su liberación.

Jaejoong sintió a la distancia la mordedura de Yunho en su hombro. Era la segunda vez que lo mordía, las dos veces elevando el nivel de su deseo. No sabía por qué le gustaba la sensación de Yunho mordiéndolo, pero lo hacía. Parecía tener una conexión directa con la cantidad de placer que sentía. Podía morderlo cuando le diera la gana.

Las manos de Jaejoong se apretaron alrededor del pelo de Yunho cuando el cuerpo del hombre se puso tenso. Gimió en protesta cuando Yunho sacó los dientes de su carne ardiente. Al abrir los ojos, vio comenzar la liberación de Yunho, los ojos del hombre se ensombrecieron y entonces rugió, su esperma aumentando la humedad entre ellos.

Jaejoong quedó hipnotizado. No podía apartar la mirada. Yunho se veía glorioso en su liberación. Sus ojos Celestes se oscurecieron. Tenía la mandíbula apretada. Sus fosas nasales se dilataron. Jaejoong podía sentir la mano del hombre apretar sus nalgas, y deseó estar en un lugar con un gran espejo para poder ver todo desde cualquier ángulo.

—Yunho —susurró.

Acarició suavemente la mano por el suave cabello castaño dorado en la base de cuello de Yunho. El momento se sentía cariñoso y tierno. Se inclinó hacia adelante y besó suavemente a Yunho. Su mano acarició el costado de la cara del hombre.

Yunho parecía estar con él en todo momento, disfrutando de la intimidad que compartían. Sus manos eran suaves, acariciando la piel desnuda de Jaejoong. Sus ojos se veían aturdidos. Jaejoong sintió la conexión con él, se vanagloriaba de ello. Podía ver cada vez más y más afecto en el rostro del hombre.

Entonces Yunho negó con la cabeza. Las emociones que Jaejoong creyó ver en la cara de Yunho desaparecieron para ser reemplazadas por una máscara de piedra de indiferencia. Jaejoong frunció el ceño, sin saber qué era exactamente lo que estaba pasando.

—¿Yunho?

Yunho lo bajó al suelo y dio un paso atrás. —Recoge tus cosas —dijo con severidad—. Tenemos que seguir adelante.

Jaejoong sintió su corazón apretarse con dolor. Yunho estaba actuando completamente frío cuando hacía unos momentos ambos se quemaron el uno al otro. No sabía cómo hacer frente a ese nuevo Yunho, y no estaba seguro de que lo quisiera saber. Prefería al Yunho apasionado de hacía unos momentos.

—¿Sucede algo malo?

—Tengo cosas que hacer, Jaejoong, y no tengo tiempo para sentarme y jugar contigo. Yo trabajo para ganarme la vida.

Jaejoong se sintió como si hubiera sido despedido cuando Yunho se dio la vuelta y entró en el cuarto de baño. Oyó el grifo del agua abrirse y supuso que Yunho se estaba limpiando. Jaejoong se agachó y agarró los restos de su ropa. Los sostuvo contra su cuerpo desnudo, sintiendo que necesitaba un escudo contra ese nuevo Yunho, ese Yunho más frío.

Aún estaba de pie junto a la pared cuando Yunho volvió a entrar en la habitación un momento después. El azul de sus ojos se había convertido en un celeste claro y pálido. No parecía haber ninguna vida en ellos. Eso más que nada, produjo dolor en el corazón de Jaejoong.

—¿Vas a vestirte o ir desnudo? —Yunho preguntó.

—Podría quedarme aquí —susurró. Eso no era lo que quería, pero si Yunho tenía cosas que hacer, intentaría permanecer fuera del camino del gran hombre.

—No. —Yunho cruzó los brazos sobre su pecho como si lo desafiara a atreverse a discutir con él.

«De acuerdo».

Jaejoong llegó hasta su mochila y sacó un par de jeans limpios. Se apartó de Yunho mientras se los ponía, añadiendo una simple camiseta de algodón negro y un par de zapatos tenis. Por último, tomó un nuevo par de orejas y se las colocó en la cabeza.

Considerando la extraña actitud de Yunho, Jaejoong se sentía raro con estar desnudo delante del hombre, y sin sus orejas se sentía desnudo. Deseó tener una cola para agregar a su equipo, pero estaba frito hasta llegar a su casa.

Parecía como si Yunho fuera dos hombres distintos. Uno se mostraba amoroso, protector y con una naturaleza apasionada. El otro parecía frío e insensible. Jaejoong no sabía cuál era el verdadero Yunho, pero esperaba que no fuera el segundo.

Jaejoong agarró su mochila y metió sus cosas en el interior. Entró en el baño y añadió sus artículos de tocador y luego regresó a la habitación principal. Puso su ordenador portátil dentro de la mochila verde, y después cerró la cremallera.

—¿Eso es todo? —Yunho preguntó.

Jaejoong asintió. No era mucho, pero sólo había esperado estar allí unos días. Era simplemente una escapada de fin de semana. Sólo llevó consigo los elementos esenciales, algunos artículos de higiene y algunos cambios de ropa, y su posesión más importante, su ordenador portátil.

—Bien —dijo Yunho mientras se volvía hacia la puerta—, porque no vas a volver.

Jaejoong parpadeó. ¿No lo haría? ¿Cuándo había sido decidido? Era cierto que quería pasar más tiempo con Yunho, pero no era como si tuvieran que vivir juntos o algo por el estilo. Todavía tenía que ir a su casa al final del fin de semana.

—¡Claro que lo haré!

Yunho cruzó la habitación y agarró la mochila, haciendo pivotar a Jaejoong hacia arriba sobre su hombro. Lo tomó por el brazo y lo sacó de la habitación. —No. Tú te quedas conmigo a partir de ahora.

—¿A partir de ahora? —Jaejoong preguntó lentamente, un destello de aprensión avanzando lentamente por su espalda. Le gustaba Yunho, seguro, y realmente quería conocer mejor al tipo, pero no sabía si estaba listo para irse a vivir con él—. ¿Te das cuenta de que tengo una vida esperándome en casa, un apartamento, amigos en la escuela, un trabajo?

—Tus amigos son más que bienvenidos a visitarte, suponiendo que los apruebe. Cualquier cosa que no hayas traído de tu apartamento, de todos modos realmente no lo necesitas, y estoy seguro de que podremos encontrar algo para mantenerte ocupado.

—¿Ocupado? —Jaejoong preguntó. Se sintió confundido por la manera prepotente en la que Yunho parecía estar tomando el control de su vida, y un poco enojado. Claro, a él le gustaba el chico, pero nunca dijo que iba a cederle el control de su vida—. ¿De qué diablos estás hablando?

—Creo que se puede decir que soy el vicepresidente del negocio de mi familia y…

Jaejoong se detuvo y se volvió hacia Yunho. —Estoy feliz por ti, pero, ¿qué tiene que ver conmigo?

—Todo el mundo trabaja de alguna manera en el negocio familiar.

—¿Y?

—Se espera que tú también hagas tu parte.

Jaejoong se quedó mirándolo. Se sentía como si escuchara a alguien hablar una lengua extranjera. Yunho no tenía sentido. —Yunho, tengo un trabajo. Ya te lo dije.

Yunho dejó caer la mochila al suelo y cruzó los brazos sobre el pecho. Jaejoong consideró el gesto como que le estaba dando una mirada indulgente. —¿Y qué tipo de trabajo tienes?

Jaejoong abrió la boca y empezó a contarle lo que hacía exactamente para ganarse la vida, pero la sonrisa en la cara de Yunho le hizo cambiar de opinión. —Trabajo en un hospital, y voy a la escuela.

—Perfecto —dijo Yunho—. Puedes ayudar en la enfermería. Estoy seguro de que nuestro Doc disfrutará de la ayuda. Él también puede enseñarte mucho. Antes de que te des cuenta, serás capaz de curar a la gente como él.

Jaejoong hervía. Sí, tenía un trabajo y asistía a la escuela, algo así. Era un enfermero registrado. También estaba asistiendo a la universidad para continuar sus estudios y convertirse en médico. —¿Por qué insistes en tratarme como a un tonto?

—¿Lo hago? —Yunho preguntó.

—Sabes que lo haces.

—Esa no es mi intención, Jaejoong.

—¿Y cuál es exactamente tu intención, entonces?

—Jaejoong, yo no quiero discutir contigo, pero…

—Bien. —Jaejoong cruzó los brazos sobre el pecho—. Yo tampoco quiero discutir contigo.

—Jaejoong, realmente no tengo tiempo para esto.

El corazón de Jaejoong dolía por ello, pero el mensaje de Yunho estaba llegando a él. No sería la primera vez que se había enamorado de un tipo que no lo quería para un largo plazo. De alguna manera, Jaejoong dudaba que fuera el último.

Parecía ser masoquista. No importaba lo mucho que trataba de decirse que no cayera por el siguiente cuerpo musculoso que se acercara, siempre lo hacía. Y siempre terminaba caminando lejos con el corazón roto cuando se iban.

Jaejoong suspiró profundamente, deseando tener una piruleta para chupar, y se acercó a la mesita de noche. Sabía que había una hoja de papel y una pluma en el cajón de la guía telefónica. Los había visto antes.

Abrió el cajón y sacó todo, anotando rápidamente su número de teléfono. Dudaba que Yunho lo llamara, o incluso recordara quién era en el momento en que se hubiera ido, pero podía tener esperanzas, ¿no?

—Toma —dijo mientras cruzaba la habitación de nuevo y mantenía el papel delante de Yunho—. Debería estar aquí el resto del fin de semana. ¿Por qué no me llamas cuando tengas tiempo?

—Así no es como esto va a ir, Jaejoong.

—¿No lo es? —Jaejoong estaba un poco sorprendido, pero no mucho. Por más dominante que fuera Yunho, no iba a cambiar su forma de pensar para que se saliera con la suya. Jaejoong amaba a los hombres dominantes, pero eran de muy alto mantenimiento.

—No, no es así —Yunho rompió mientras se inclinaba para agarrar la mochila de Jaejoong. Se la colocó en su hombro y luego lo agarró del brazo.

Jaejoong no era estúpido. Saltó hacia atrás tan rápido como pudo. Cuando Yunho volvió a gruñir, Jaejoong rápidamente levantó las manos en un gesto de sumisión. —Mira, Yunho…

El repentino oscurecimiento de los ojos de Yunho mientras colocaba la mochila en el suelo envió un escalofrío de emoción y temor por su espina dorsal. Empezó a retroceder, pero Yunho le correspondió paso a paso.

—Yunho.

Jaejoong frunció el ceño cuando la cara de Yunho pareció brillar como si estuviera mirando a través de lentes borrosas. Parecía que había algo más en su cara… ¿más pelo? Cuando Yunho sonrió, su boca de repente parecía llena de dientes largos y agudos, y Jaejoong se estremeció.

El miedo corrió a través de él con el fuerte rugido que sonó detrás de él mientras corría al baño y cerraba la puerta con el cerrojo. Su corazón latía frenéticamente mientras se apoyaba contra la puerta. Hubo algo raro en la cara de Yunho cuando él rugió. Infiernos, el rugido no estaba del todo bien. La gente gritaba. ¡Gritaban! Podía ser que incluso chillaran.

¿Quién gruñía?

Jaejoong saltó y corrió hacia el otro lado del cuarto de baño cuando Yunho golpeó la puerta. Miró a su alrededor un lugar para esconderse, pero no había ninguno bajo el fregadero independiente, y el lugar no tenía bañera, solo una ducha.

Lo único que Jaejoong podía ver era una pequeña ventana. Sería un ajuste apretado, pero podría ser capaz de pasar a través de ella. Abrió la ventana y miró hacia afuera. La distancia desde la ventana hasta el suelo le hizo gemir. Sabía que se iba a romper algo.

El sonido de la puerta de madera agrietándose hizo que tomara la decisión. Se levantó de un salto y empezó a menear los pies por la ventana en primer lugar. Jaejoong se sacudió de un lado a otro hasta que pudo pasar su cuerpo a través de la pequeña abertura. Agarró el borde con las manos y se dejó colgar en la pared exterior.

Justo cuando cerró los ojos y se dejó caer, oyó el choque de la puerta del baño al abrirse. El suelo se acercó rápidamente. Jaejoong gritó cuando aterrizó, con el pie girando debajo de él. Rodó hasta quedar sentado y verificó rápidamente su tobillo.

Maldita sea, le dolía como el infierno, pero no parecía roto. Lo frotó con la esperanza de que fuera sólo un pequeño dolor hasta que oyó el rugido por encima de él. A Jaejoong no le importaba lo mal herido que estuviera. No se quedaría alrededor.

Se puso de pie y puso a prueba su tobillo. Le dolía, pero podía usarlo. Con el sonido de la ira del rugido de Yunho en sus oídos, cojeó por el camino detrás del edificio. Si pudiera llegar hasta uno de sus amigos, podría ir a su casa. Otra persona tendría que volver por su mochila. Su largo fin de semana fuera de casa se había acabado.

Justo cuando dobló la esquina del edificio, oyó otro rugido, este más agónico que los anteriores. Miró hacia atrás justo cuando Yunho se asomó por la ventana. El miedo hizo que corriera rápidamente fuera de la vista.

—¡Jaejoong! —Yunho gritó.

Jaejoong no tenía ninguna intención de volver, no importaba lo mucho que su corazón doliera por ver a Yunho de nuevo, sentir las manos del hombre en su cuerpo. Había algunas cosas en este mundo que simplemente no valían la pena. Ser esclavo de alguien era una de ellas.

Quería ser amado y cuidado, no estar bajo el pulgar de alguien ni tener que pedir permiso para todo en su vida. Le gustaban los hombres dominantes, sí, pero aún tenía límites, y los había encontrado.

Notita :

Hola ; Gracias chicas por comentarme , !! estare volviendo a publicar tambien estos dias , por que sus comentarios me estan animando mucho , Feliz año nuevo a todas , Las quiero un monton :) 

Bye ^^*!