Capitulo 3
Jaejoong
Tanta prisa en llegar
aquí para que los tipos esos, como era de esperarse aun no llegaban. Eso dejaba
muy marcado lo impuntuales que eran. Estaba comenzando a hartarme.
- “Apresúrate que llegaremos tarde,
ya nos deben de estar esperando” Si como no, ¿ya
viste la hora? Son las nueve y media y nada que aparecen.
- No seas impaciente, Jaejoong. Sabes cómo somos
nosotros los hombres, o bueno, ahora no lo sabes, nena.
- ¿Podrías dejar de hacer eso? No molestes…
- Sólo bromeo y lo sabes. Ya verás que no tardan.
Seguro ya vienen en camino.
- Eso mismo dijiste cuando llegamos. Ya me estoy
cansando… –Me aplaqué el vestido a causa de una leve ventisca y me crucé de
brazos algo cabreado.
Prefería mil veces ser yo quien llegara tarde a convertirme
en un sauce de las infinitas raíces que sacaba por tanta espera. Lo detestaba.
Nos encontrábamos en un parque un tanto concurrido.
Sí, Yunho me había traído al que sería el punto de reunión para encontrarse con
aquellas personas y que de aquí nos fuéramos a no sé donde, en realidad no
presté mucha atención. Pero accedí pensando que quizá por la hora no habría
muchas personas. La idea principal de un parque es visitarlo de día, pero al
parecer me equivoqué.
Estaba tan lleno de personas cual típica plaza.
Lo bueno es que logré convencer a Yunho de sentarnos
en una de las bancas con menos luz, así por lo menos las miradas serían pocas.
- Oye…
- ¿Humm?
- Y… ¿Exactamente cómo describiste a tu novia?–Bueno,
eso era una duda que tenía en la mente desde que vi el resultado de mi
transformación. ¿Les habría dicho antes como era su “chica”? O improvisó…
Lo vi mirarme por el rabillo del ojo, distrayéndose
vagamente en acomodar el filo de su negruzca chamarra, tan negra como el cielo
que nos cobijaba.
- ¿Para qué quieres saber?
- Simple curiosidad.
- Mmmh…–Frunció el ceño y miró hacia la nada, con un
claro gesto de duda. Consideré seriamente que seguro no pensaba contestarme, ya
que aunque sólo habían pasado unos segundos en los que se había sumergido en un
desesperante silencio, no había dicho ni pio. Dándome por vencido suspiré y me
dediqué en distraerme con algunas parejas de amantes que no dejaban de comerse
la boca, pero un movimiento a mi lado me hizo desinteresarme de aquello y
concentrarme en mi hermano. Su ronca voz apareció entonces. –Sí lo hice… alta,
delgada, pelinegra, ojos castaños, hermosa… en realidad no importa, eso es lo
de menos–tragué saliva. O fue mi imaginación o…– ¡Por fin! Mira, ahí vienen.
- ¿C-como?–Giré el rostro hacia la dirección que me
apuntaba Yunho y en un segundo el pulso se me aceleró.
Efectivamente, tenía razón. Aún estando un poco lejos
no era impedimento como para no poder visualizar tres ambulantes siluetas
respectivamente de los mujeriegos de los que tanto había escuchado. Sus tres
locos amigos convertidos en mi más grande pesadilla.
Enseguida comencé a sentirme bastante nervioso e
inevitablemente comencé a temblar y las manos empezaron a sudarme.
- Ya, tranquilo…– Yunho, quien no había dejado de mirar lo alterado que
me había puesto, me apretó el muslo suavemente, quizá tratando de calmarme o de
terminar con el pequeño brinco de mi pierna. Asentí con un tremendo nudo en la
garganta.
Poco a poco se iban acercando más que incluso ya podía
escuchar sus voces. Inhalé y exhalé aire una y otra vez, tratando de relajarme.
Al verlos a unos metros, me enderecé y alcé la cabeza
para no estar encorvado, tampoco iba a arruinar todo de un sentón, tenía que
hacerlo bien; pero aun rondaba por mi cabeza… ¿cómo diablos pude convencerme de
hacer esto? Ahora mi negatividad se había apoderado de mí por completo haciendo
desaparecer cualquier pensamiento positivo. Antes me había convencido de que
esto si iba a funcionar, pero ya estando en la situación, las cosas parecían
cambiar drásticamente.
– ¿Listo Jaejoong?
- Me siento muy nervioso…
- No lo estés, ya te dije, estos tipos son tan
estúpidos que ni siquiera se darán cuenta. Aparte, te ves verdaderamente como
toda una mujer. –Le di un leve codazo a Yunho, pero debo admitir que su
comentario me había dejado un poco más tranquilo.
Cuando menos me di cuenta, Yunho se levantó de la
banca en donde estábamos sentados y yo le imité el gesto. Volteé directamente
hacia donde estaban ellos y en menos de lo que canta un gallo, ya los tenía en
frente.
- ¡Vaya! Hasta que por fin llegan, ¿no quedamos a las
nueve? –Aquel chico y él se saludaron con el puño y con un golpe de hombros, lo
mismo hizo con los otros dos.
- Qué va. Yoochun y yo estábamos listos desde hace
rato, pero el idiota de Junsu nos pidió que pasáramos por él y eso nos retrasó.
¿Qué cree que somos sus choferes? Le insistí que tomara el transporte pero el
cabrón no quiso.
- ¡El condenado coche se me descompuso! Supuse que
sería menos tardado si pasaban por mí. A que no se les ocurrió eso, ¿eeeeh?
- Y ya con esa idea se siente “muy muy” el tarado
éste…–Mi hermano reviró los ojos algo fastidiado, pasando completamente de
ellos.
Yo, mientras tanto, me mantenía lo más callado que
podía, observándolos, oculto detrás de Yunho. No me atrevía a salir de mi
barrera. ¡Qué pavor! Aquí por lo menos me sentía protegido… Con lo poco que
duró. Tras cometer el inútil error de asomar un poco la cabeza por curiosidad,
tres pares de ojos absortos se desviaron hacia los míos. Me escondí rápidamente
como un tímido suricato detrás de mi hermano mayor. ¡Patético!
- ¡Oh, pero miren
nada más! ¿A quién tenemos aquí? –El chico alto de cabello oscuro el cual usaba
una gorra negra al igual que su polera, se asomó por arriba del hombro de
Yunho; pero como si eso no fuera suficiente, lo empujó hacia un lado, quedando
yo completamente al descubierto. Rápido adopté la postura que con tanto empeño
había aprendido justo antes de salir de casa: la espalda recta, las piernas
juntas y las manos entrelazadas por enfrente. De ahora en adelante tenía que
comportarme como tal. Rogaba porque no descubrieran nuestro pequeño secreto.
–Yunnieee, ¿qué no piensas presentar a tu amiga?–Esto último lo dijo con un tanto de sarcasmo, lo
cual no sé por qué me hizo enfurecer; pero aun con mis enojos involuntarios, no
podía imaginar lo que ahora estaba por llegar.
Tener que mantener un directo contacto visual con
ellos. Para lo bueno que soy con eso.
Sabía que esto iba a llegar tarde o temprano, así que
no me quedaba de otra. Por un lado me sentía un poco tranquilo, sólo un poco ya
que dejar que Yunho contestara por mí no se creería mucho ¿o sí?
– ¿Y bien…?– Yunho, un tanto serio, se acercó de nuevo junto a mí,
por lo menos me sentí más relajado con su presencia.
- Amigas tengo muchas. Ella es mi novia. –Quise que me
tragara la tierra. ¿Cómo se atrevía a divulgar eso? En primer lugar, dudo mucho
que Yunho soltara algo así como así, para nada creíble. No me quedó otra opción
más que sonreír para enfatizar su respuesta y darle realidad a la situación. No
pasó más de un segundo para sentirme observado.
- Tu novia ¿eh?, vaya…–Al parecer el chico que
comenzaba a preocuparme era, como había visto, creo que Changmin, el de la
gorra. Aun no se tragaba el cuento o ¿algo más había notado?
- Aja…–Me sentí apretujado cuando Yunho me rodeó la
cintura con un brazo y me acercó a él. Creo que haberme colorado las mejillas
fue una pérdida de tiempo, ya que de haber sabido que podría lograr este efecto
con apenas simple gesto, las hubiera dejado normal.
Changmin frunció el ceño, tratando de captar la
mentira, pero lo mejor que se me ocurrió, fue desviar la mirada hacia a uno de
los otros dos: Yoochun.
Aquel chico castaño, un tanto de mi estatura vestido
de camiseta roja y jeans simples. Preferí no haberlo hecho. Al parecer
Changmin, no era el único que no se creía esto, pues pude notar que me miraba
de una forma un tanto extraña. ¡NO! ¿Se habrá dado cuenta de la mentira? ¿Notó
que no soy chica? Por instinto bajé la mirada y sujeté el brazo de Yunho,
aferrándome con fuerza con las dos manos. Quizá sin saberlo estaba tratando de
hacerle saber que esto no iba del todo bien porque con palabras no podía, no
ahora ¿y qué haríamos entonces?
Por pura curiosidad, volví a levantar un poco el
rostro para observarle de nuevo y poder descifrar algo más pero no me demoró
mucho hacerlo. Me quedé absorto. ¿¡Cómo!? ¿Acaso había visto bien? Porque mi
imaginación no hizo esto ¿para qué lo haría? ¡No! Este tipo me acababa de
mandar un beso y no juego ¿y qué decir de ese giño? En definitiva esto era
real. ¿Pero qué onda con éste tipo? No creo que sea correcto estarle
coqueteando a la novia de su amigo, porque eso era lo que hacía. Me comenzó a
sonreír de una manera extraña y no sé que tanto me quería decir, ya que con
señas no le entendía nada. Gracias a eso me había hecho sentir muy incomodo y
ahora se me iba a ser mucho más difícil poder verle a la cara.
Giré a ver a Yunho para saber si haría algo al
respecto, pero estaba más perdido en otro tema con el chico de gorra que ni
siquiera prestó atención a mi pequeño y mudo “auxilio”. Creo que después de
todo si eran tan estúpidos como me había hecho saber.
- Bien, les presento a Ja… eeh…–Ante el silencio de
Yunho, me vi obligado a mirarle un poco preocupado. ¿Por qué se había callado?
Sus ojos parecían un par de perlas brillando a causa de lo dilatadas que
estaban. Me miraba con temor. Indirectamente pude notar que me trataba de decir
algo por los débiles gestos que hacía. Negué un poco con la cabeza, tratando de
pasar lo mas desapercibido posible, haciéndole saber que no entendía nada de lo
que me trataba de decir. –Este… ella se llama…–Me apretó mas la cintura con
algo de fuerza, a lo que yo di un pequeño brinquito por su inesperada acción.
Lo miré de nuevo mucho mas confundido y fue ahí cuando recapacité en lo que
había dicho.
¡Puta madre, el nombre!
¡EL MALDITO NOMBRE!
¿Cómo se nos pudo pasar lo más importante? ¿Y ahora
que íbamos a hacer? Darles mi nombre era una opción imposible. Me quedé
paralizado tratando de controlar mi respiración. No se me ocurría nada, mi
mente se había secado como el agua en un desierto. Como respuesta le devolví el
apretón en el brazo que sujetaba disimuladamente mirándolo a los ojos. En este
momento yo no era de mucha ayuda y Yunho lo sabía, así que de ésta tenía que salir
sin mi ayuda. Confiaba en él. –… este… bueno… ella es… hum…–Le di un
desapercibido codazo para que hablara y les sonreí a ellos para disimular. –… ¡ DEBBIE! sí, les presento a Debbie – ¿ Debbie? ¿Y
quiere decir…?
- Oleee, guapa…–El primero en abrirse paso entre los
dos para pararse frente a mí y presentarse, fue el que menos quería que se me
acercara. –Un gusto en conocerte, Debbie. –Sin mi consentimiento me tomó del
brazo y me apartó de Yunho con algo de esfuerzo, ya que no me solté con
facilidad hasta que Yunho tuvo que mover el brazo para poder hacerlo. Yo
exageraba. Al estar desprotegido me tomó
de la mano y no me quedó otra opción más que estrechársela también. Pero lo que
si no me esperaba fue cuando el muy confianzudo se atrevió a darme un beso en
la mejilla. Era de esperarse pero jamás lo vi venir. –Yo soy Yoochun, pero para
ti nena, puedes llamarme Chunnie. –Asentí y teniendo cuidado de no ser tan
brusco, retiré mi mano de la suya y le correspondí con una simple sonrisa, no
podía hablar, que más me quedaba.
Pero cuando estuve a punto de retroceder de nuevo
hacia mi hermano, choqué con éste mismo. Me sentí un poco aliviado pero cuando
colocó su mano extendida sobre mi espalda y me empujó otra vez hacia adelante,
quise asesinarlo. ¡Era como si él mismo arrojara un pedazo de carne a un montón
de lobos salvajes! Claro que mi actitud no era la adecuada y Yunho se había
dado cuenta. Lo miré un poco enfurruñado a lo que él hizo lo mismo y claro, el
ganaba.
- Preciosa, yo soy Junsu…–El chico con el que no había
tenido nada de contacto hasta ahora, se aproximó. Vestía con una playera blanca
acogida con una chamarra azul oscuro y unos vaqueros negros. Era extraño verlo
con gafas de sol oscuras puestas como diadema por encima de la cabeza. –Si
quieres un poco de diversión, nena, debo decirte que de los cuatro, yo soy la
mejor opción. – Yunho, hizo un chasquido con la boca con total
disgusto, como si su broma no le hubiese agradado, pero al instante todos
comenzaron a reír y yo a colorarme. Como si ya fuera costumbre hacerme esto,
Junsu me jaló lo suficiente como para poder estar más cerca de él, dejando a
Yunho un poco detrás de mí. Me sentí aislado y la peor parte es que éste
resultó ser mucho más descarado que el anterior. ¡Se atrevió a no sólo a darme
un beso en la mejilla, si no dos, uno de cada lado!… Instintivamente sentí
nauseas. Me aparté de él un poco aterrado y como si no hubiera sido suficiente
la anterior amenaza de Yunho, retrocedí bastante hasta quedar de nuevo a su
lado.
- Ya hombre, compórtense. ¿Qué no ven que es la chica
de nuestro camarada? –Suspiré. Al parecer el que me tenía preocupado ya me
había dado una clara señal de no haberse dado cuenta de mi identidad. No pensé
jamás en admitir esto pero, me sentí bastante seguro al escucharlo decirme
chica. Noté su presencia frente a mí, acercándose cauteloso, sonriendo de una
manera un poco inadecuada para mi gusto. –No le hagas caso a Junsu, no sabe lo
que dice. ¿Pero como no estar nervioso con tan encantadora damisela?–Algo en él
no me cuadraba. En un principio lo había visto algo serio, indeciso, pero ahora
parecía estar más relajado y seguro. Hasta un poco más caballeroso que los
demás. –Que hay, yo soy Changmin–Le tendí la mano ya por propio impulso y la
tomó, pero no la estrechó como lo habían hecho antes sus amigos, sino más bien
se tomó la libertad de besarla delicadamente. Abrí los ojos ante su inesperada
acción y temó decir que sonreí ante ello. Miré a Yunho el cual sólo reviró los
ojos; pero cuando por fin me estaba convenciendo de que éste chico no era igual
que los demás… ¡ERROR! El muy hijo de puta empezó a succionarme la mano como
sanguijuela y con un último toque de perversión, la lamió cual típico perro.
Aparté la mano rápidamente con una clara expresión de asco y me limpié todo el
rastro de su saliva asquerosa en el vestido.
En un segundo se pasó a mi lista de los más odiados
por Jung Jaejoong. Miré a Yunho con la furia en mis ojos, para que les dijera
algo mientras los tres tipos se descojonaban entre risas. Aunque yo no era el
único enfadado. Yunho fusilaba a todos con la mirada.
- ¡Ey, ey, ey, ni se les ocurra volver a hacer eso con
él-ella! ¡Está completamente prohibida para ustedes y lo saben!
-Ya bájale, sabes que sólo miramos las pertenecías de
los demás más no las probamos– ¿Qué quiso decir con eso?–Nena, no te espantes,
sólo fue una broma entre amigos. Porque somos amigos ¿cierto? Siendo la novia
de Yunho, oficialmente ya eres la custodiada de nuestro grupo. –No sé porque
eso no me agradó. –Descuida Yunho, sabemos que es tooooda tuya–Changmin, le dio
un pequeño golpecito a Yunho en gesto amistoso, a lo que Yunho simplemente se
conformó con sonreír un tanto obligado, pero enseguida ambos estaban como si
nada.
Me descolocó un poco la actitud de mi hermano. ¡Yo
esperaba que le rompiera la cara, o que lo amenazara de muerte! Pero bueno,
supongo que era de esperarse esa actitud tan pasiva con ellos siendo sus
amigos. Ni hablar, de todas formas sabía que esta noche sería una de las más
largas de toda mi vida.
- Pero oye nena…–Giré el rostro un tanto escondido
para verlo. – Llegaste con Yunho y todo eso pero dinos… ¿En verdad eres su
novia? O hay algo arreglado aquí. –Creo que jamás me había sentido más
observado que en este incomodo momento. Todos, incluyendo Yunho, me miraron
atentos. ¿Pero cómo se le ocurría preguntarme algo así? Quizá era cierto que a
Yunho no le habían conocido alguna novia por su impulsiva inestabilidad, pero
que éste tipo llegara a decirme a mí ¡su novia! algo así, era irrespetuoso.
Tuve tantas ganas de decirle un sinfín de cosas, pero tuve que contenerme. Mi
maldita voz…– ¿No dices nada?
- Creo que se ha quedado muda.
- ¿Te comieron la lengua los ratones?
- Que ratones, más bien gatos pues no ha dicho ni pio.
- Cierto, desde que estamos aquí no la he escuchado hablar.
- Demasiado tímida diría yo.
- ¿ Yunho con alguien
así? Muy raro…–Cada reproche, cada acusación, cada palabra que desmentía todo
esto me estaban volviendo muy pequeñito; pero aun sintiéndome así, no lograba
desaparecer, y eso estaba mal porque ni idea de lo que haría.
Yunho, quien no dejaba de mantener esa fija mirada
congelada en mí, me ponía aun más nervioso.
- ¿Y bien, nena? Vuelvo a preguntarte… ¿Eres la novia
de Yunho?
- Ya bájale ¿sí? a ver dime, ¿qué ganaría yo con
mentirles?
- Tu sabes bien que ganarías…–Se me quedaron mirando,
como si estuvieran pendientes a cada reacción mía. Supongo que se estaba
refiriendo a la susodicha y ridícula apuesta que seguramente ni idea tenían que
yo sabía todo al respecto.
- ¿Qué dices, Debbie?… Eh, eh, eh… No lo mires a él,
si no a mí. –Estaba perdido. Lo único que pude hacer fue simplemente asentir
con la cabeza. –Sí lo eres, bien. ¿Y por qué no lo decías, eh? ¿Te pasa algo?
No seas tímida con nosotros, no te haremos nada y…–Sin esperar a que terminara,
me llevé las manos al cuello. Apretándome la garganta y emitiendo algunas que
otras señas a Yunho para que me ayudara. Éste rápido se dio cuenta de lo que
trataba de gritar y me sentí tranquilo cuando por fin habló.
- ¡Oigan! Dejen de acosarla con tantas estupideces
¿qué no ven? ¡Está enferma!–Los tres chicos se quedaron callados y me
observaron un tanto serios. Por su expresión parecieron también un poco
preocupados. –…La garganta le escose y no puede hablar porque está un poco
ronca. Y piénsenlo, aún así aceptó en venir, cosa que ni ustedes harían ni por
alguien conocido. Ella ni los conoce y miren…–Y de repente cientos de
disculpas, apapáchos no muy bien recibidos por mi parte y algunos alboreos
como:
“Oh, está enferma la nena, ¿quieres que te cure de una forma efectiva que
hasta gritos te saldrán?” ó “Yunho, quien como tú. Lo que todo hombre quisiera,
no tener que escuchar balbucear a su novia” Y blah, blah, blah.
Esta difícil fase, la
habíamos pasado con éxito un poco distorsionado.
- Pero si aun estando tan callada es toda una monada,
no me imagino cuando hable.
- Capaz y te la miente por estarla molestando. Eso
haría yo.
- Eso haríamos todos con Junsu…–Se descojonaron de
risa, yo incluido. En si el ambiente se había vuelto un poco más confortable.
Con lo mucho que dudaría. –No, pero ya enserio. Debbie, eres toda una modelo
¿sabes? Tienes todo bieeen acomodado–Bien acomod…o sea que, ¿me estuvo
barriendo con la mirada sin darme cuenta?– Envidia que te tenemos Yunho. En
verdad que tu chica está preciosa.
- ¿Y creen que no lo sabía? Les aseguro que es la más
bella con la que he salido. –Me apené bastante y un poco indeciso, lo miré.
Yunho, me imitó.
Él me mantenía a su lado, ya que no me permitía estar
escondido detrás de él todo el tiempo. Y ahí, perdido en sus ojos, no sé cuándo
ni cómo, pero cuando me di cuenta, sólo podía estar concentrado en los dedos
que acariciaban los míos, jugando con ellos, rozándose levemente con algo de
nerviosismo. Cuando ya no pude sostenerle la mirada, la desvié de nuevo hacia
el piso tímidamente y Yunho, agarrando la valentía que a mí me faltó, tomó mi
mano y la entrelazó con la suya. Apreté fuertemente los dientes algo tenso.
¿Por qué me sonreía de esa manera tan coqueta? ¿Por
qué se me hacia coqueta su sonrisa? Y lo más importante… ¿Por qué ese
nerviosismo en el estomago figuraban diminutas y revoltosas mariposas
revolotear dentro de mí? No lo sabía.
Me apretó la mano como
si estuviera dándome fuerzas, algo como en clave Morse…”Todo saldrá bien” Enseguida volteé a ver a los demás ¡pensaran que somos
un tanto raros al tomarnos de la mano, somos hermanos! Pero rápido reaccioné al
ver que nos miraban como las personas más normales del mundo. ¡Claro! Yo ahora
no era Jaejoong.
Yoochun, Junsu
y Changmin, comenzaron a hablar de ningún tema en específico, cosas de
ellos, mujeres, sexo y tantas habladurías tontas. Incluso estando yo presente,
no dejaron pasar la oportunidad de echarle un ojo a unas dos chicas que pasaron
contoneándose frente a ellos. Se las comían con la mirada. Todos empezaron a
hacer bulla para intimidarlas y como ya me lo imaginaba, las chicas pasaron de
ellos. Soltaron carcajadas y empujones entre los tres cual típicos machos y
comenzaron a hacerle señas a Yunho para que los acompañara. De impulso, Yunho
me soltó la mano para seguirles el ridículo juego pero enseguida, antes de que
se alejara más de mí, fui yo quien le sujetó la mano esta vez. Instintivamente me
miró algo confundido antes de captar que no quería que me dejara ni por el más
mínimo segundo.
- ¿Todo bien?
- ¿Así se comportan siempre?–Le susurré al oído para
evitar que me escucharan.
- Y aun no has visto nada, pero tranquilo, yo estaré
contigo.
- No me sueltes ¿sí?
- No lo haré.
- Eh, eh, ¿qué se andan secreteando ustedes dos?
¿Sabían que es falta de respeto hacer eso?– ¿Y de cuando acá ese tipo sabia de
modales? Ahora era Yoochun quien hablaba.
- ¿Y eso a ustedes que les importa? No es nada…
- Ella es la invitada “especial” aquí, nos interesa.
–Ah, pero que chismosos. Yunho, supongo que no sabiendo como librarse de ellos,
suspiró.
- Que no es nada. Sólo, que le empezó a doler la
cabeza. –Como siempre un As bajo la manga. Debo admitir que admiraba su
inmediata improvisación.
- Aaww ¿le duele la cabeza a la nenita?–Yoochun posó
su mano en mi frente, igual a un doctor cerciorándose de que su paciente no
tuviera algún tipo de fiebre. – ¿Quieres que te compre una pastilla?
- No me digas que ya quiere irse a casa…
- No puede, aun falta que se divierta un poco.
- Insisto, puedo comprarle una pastilla para el dolor.
- Quizá con una cerveza bien fría se le pasa.
- Tal vez tú cures así tus migrañas, pero ella es una
dama.
- ¿No le estará dando fiebre? Con eso de que le duele
la garganta…–Entre todos se estaban debatiendo que hacer para curar mi
“supuesto dolor de cabeza”. Sé que ellos se esforzaban y lo hacían con buena
intención, pero entre tanto y tanto alboroto en verdad terminaría con un dolor
de cabeza.
-… ¿Cuantos dedos ves?
- ¡Ya! Está bien, no es para tanto. Se le pasará en un
par de minutos. –Los chicos asintieron un poco inconformes y yo me encogí de
hombros– Debbie …–De pronto, dos manos tibias tomaron mi rostro
con suma delicadeza. Me quedé inmóvil por un segundo hasta que alcé la mirada…
Yunho. –No te preocupes, ya verás que pronto se te pasará. Confía en mí. –Me
acarició suavemente las mejillas y de pronto… Cámara lenta.
¿Por qué no dejamos de mirarnos?
¿Por qué de pronto me parece tan encantador?
¿Por qué logro sumergirme en sus ojos, tan brillosos,
tan hermosos?
¿Por qué empiezo a temblar?
¿Por qué se está acercando más?
¿Por qué está cerrando los ojos?
¿Por qué yo cierro los míos?
¿Por qué mis manos se aferran a su cintura?
No lo sabía, no todavía.
“Muuuuack”
- Yunho, comiendo frente a los pobres como siempre.
- Aww, pero mira ¿no crees que son miel sobre
hojuelas?
- Hasta con verlos podría decirse que el amor se
respira en el aire.
-Jajajaja…
¿Amor?
Cuando menos me di cuenta ya lo había empujado
débilmente y yo ya me encontraba a tres pasos distanciado de él, acariciándome
los labios con la yema de los dedos. ¿Pero que habíamos hecho? Simple. A esta
acción sólo se le podía nombrar con seguridad:
Un beso
¡UN BESO!
En efecto, estos tres no parecieron darse cuenta de mi
reacción ya que como si no existiéramos, comenzaron a hablar entre ellos y a
reírse de las cosas que hacían y decían. Por el contrario Yunho, no se había
movido de la posición en la que lo dejé ni mucho menos su expresión. Tenía los
ojos completamente abiertos, y respiraba algo agitado. Se le notaba preocupado.
¿Pero quién no? ¡Nos habíamos besado! ¿Enserio había pasado?… ¡Sí! Esto era la
pura realidad. Aun podía sentir un pequeño hormigueo en los labios, como si
estuviera presionando los suyos sobre los míos todavía.
Aunque haya sido sencillo, de piquito como mejor se
explica, la palabra aun seguía patente ahí… ¡Un beso!
Enseguida, los ojos de Yunho expresaron mucho:
tristeza, preocupación, culpabilidad, melancolía, inseguridad. Cuando se dio
cuenta del error que habíamos cometido, decidido dio un paso, pero ahí se
quedó, pues de la misma manera, yo lo retrocedí. ¡Tenía miedo! Pero no de él, si
no de mí. ¿Qué más cosas podía llegar hacer si se atreviera a volver a
besarme?… No lo sé.
Podía leer claramente en su rostro lo que quería
gritarme:
“Perdóname, Jaejoong”
Yo negué con la cabeza despacio, Yunho se alteró un
poco, pero enseguida al pensar en mi error asentí. Yo no tenía nada que
perdonar porque en sí no había pasado nada, no conmigo.
¡Yo era Debbie! En este momento Jaejoong no estaba, no
existía. Yo estaba fingiendo ser su novia y tal vez esto no lo habíamos
acordado pero en sí yo tenía que concentrarme en mi papel y olvidarme de mí.
Ahora sabía, todo lo que hiciera hoy, no sería yo. En
resumen… ¿Entonces a quien había besado? Fácil: a Debbie. Pero aun sabiendo
eso, lo cierto era que Jaejoong lo había sentido más que Debbie, y temo decir
que me había gustado.
Respiré profundo y sonreí para tranquilizar la
situación. Al haber aclarado mis ideas, me entró más confianza y caminando como
lo había practicado en casa, me acerqué a Yunho quien me miraba sumamente
apenado y algo sorprendido.
- Jaejoong, yo…
- No…–Cuando estuve frente a él, lo callé. –Aquí yo
soy Debbie, no Jaejoong. –Susurré en su oído y no conforme con eso, me atreví a
darle un leve beso en la mejilla. Parpadeó un par de veces no muy convencido de
mi repentina actitud y menos aún cuando volví a entrelazar nuestras manos.
Al principio se quedó un poco lelo y lo entendía
¿quién no? Pero al ver que yo no estaba enojado o algo por el estilo, apretó mi
mano y sonrió. Diría que le había quitado un peso de encima.
Y así seguimos durante un lapso de tiempo. Entre
sonrisas, bromas y empujones entre ellos con nosotros. Calculando eran ya como
las diez quince y aun seguíamos en este parque. Me sentía más confiado, pero
solamente con Yunho. Durante este tiempo tuve que soportar comentarios
estúpidos y sobre todo tener que aguantar sus miradas indiscretas cual típico
morboso ¡que incomodo! Y aún más cuando a Yunho, entre broma y broma, se le
escapó decir que yo tenía un tatuaje en forma de mariposa en el pecho ¿qué
insinuaba al decir eso? Quise morirme cuando todos por inercia supongo,
descendieron la mirada hacia ahí. ¡Mi vestido era un poco transparente! O sea
que podían verme indirectamente el sosten, no lo creí; pero cuando comenzaron a
alzar las cejas, hacer uno que otro gesto extraño y a relamerse los labios,
tuve que ir corriendo a abrazar a Yunho para voltearlo de espaldas a ellos y
quedar protegido; Yunho no se negó. Es más, en distintas ocasiones me había
tomado de la mano, acariciándola cariñosamente con el pulgar, o si no es que también
de vez en cuando me abrazaba o me rodeaba la cintura con uno de sus brazos, o
inclusive se clavaba en mis ojos cual típico chico enamorado.
En verdad era un excelente actor a comparación de mí,
que con cada acción suya, yo me sentía mucho mas atrapado por la inquietud que
por cualquier otra cosa; pero yo hacía mi mejor esfuerzo por cumplir mi papel.
- Oye, Yunho …–Logré articular en voz muy bajita–
¿cuánto tiempo más vamos a estar aquí? –Lo cierto era que deseaba largarme de
una vez, si acababa esto cuanto antes mejor. Ni aunque hubiera venido como
jaejoong, podría soportar a estos locos por tanto tiempo. No me había sentado
en mucho rato y ya me empezaban a doler las plantas de los pies.
- Tienes razón… ¡Holgazanes! ¿No creen que ya es hora
de irnos?
- ¡Cierto! –Junsu, quien miraba su reloj muñequero,
comenzó a saltar un tanto emocionado. – ¡Ooooh, sí! Justo la hora perfecta para
la diversión. Es ahorita cuando llegan las preciosuras, como tuuuuuú…–Su dedo
casi me roza la nariz a lo que me eché para atrás.
¿Hora de qué?
- ¡Eso es demasiado correcto!… Yunho, coge a tu chica
y andando. –Miré a Yunho algo alarmado sin comprender a donde exactamente nos
dirigíamos.
- Eeeh… ¿A dónde vamos ahora? –Le Pregunté en un leve
susurro.
- ¿Y ahora que se están secreteando…?
- No le hemos dicho a donde vamos.
- Noooo ¿pero qué
sucede con tu novio que no te informa?… Ven, nena–Yoochun, me tomó de la mano
sin mi consentimiento, pero tampoco pude refunfuñar, y me jaló hasta quedar
junto a él. Pasó su brazo por encima de mis hombros y me acercó más a su rostro
como si estuviese a punto de susurrarme algo. Mi pecho pegó contra el suyo y yo
sólo recé para que no lo notara diferente al de las demás mujeres. –Te aseguro, nena, que
lugar como al que iremos no hay dos. Te divertidas mucho, es un hecho. Hay
música, baile, alcohol, chicas lindas como tú y…
- ¡Mucho sexo!–Gritaron a coro Changmin y Junsu, a lo
cual los miré algo alarmado. ¿Pero qué clase de sitio era ése?
- Pero no te preocupes, tú estás segura con nosotros.
–No sé por qué esa sonrisa no me pareció para nada segura.
¿A dónde diablos me
querían llevar? Me quedé pensando… ¿Entonces a ese tipo de lugares son los que
frecuenta, Yunho? Nunca antes me lo había dicho, me había contado algunas cosas
pero casi nada especifico. Incluso cuando le preguntaba donde se había metido
siempre salía con la misma respuesta, “Por ahí” vaya, por lo menos con “Debbie” podría enterarme
un poco más sobre la vida nocturna de mi hermano.
-Seguro te gustará.
- Se llama “Scream” Es una discoteca. –Articuló Yunho, sonriendo
seguramente al ver mi rostro completamente asustado.
- ¡Yeah! ¿Y sabes que es lo mejor de todo?–Negué. Ni
idea.
- Lo mejor es que esta noche… ¡¡LAS CHICAS ENTRAN
GRATIS!!–Tuve que apartarme y taparme los oídos antes de que me quedara más
sordo de lo que me había dejado su grito mezclado con el de sus amigos.
¡Pero qué le pasa! Cuando menos me di cuenta, me vi
rodeado de todos estos inútiles, brincando y haciendo una gran bulla alrededor
de mí. Fue como si estuvieran danzando alrededor de una fogata cual típico
indio. Me hicieron sentir bastante incomodo y alterado. Desesperadamente,
volteé a ver a Yunho para pedirle que me ayudara, pero mayor fue mi sorpresa
cuando lo vi brincando como idiota junto con sus amigos de igual manera
¡alrededor de mí! ¿Por qué lo hacían? Simplemente por molestarme. Estuve a
punto de gritarles un sinfín de palabrotas, pero me contuve de inmediato. Lo
único que se me ocurrió hacer fue tomar a Yunho por el cuello de su chamarra y
hacerlo parar.
–Jajaja, no te enojes, sólo estamos jugando. –Me
sujetó de la mano y me ayudó a salir de este círculo de personas locas. Como
pude me acomodé el vestido y la peluca un poco, pues con algunos empujones y
por la necesidad de moverme de más, me lo desacomodaron todo y al decir todo me
refería a ¡TODO!
La urgencia de acomodarme ahí abajo era enorme. El
calzón ya se me comenzaba a meter entre las nalgas y apretaba a montones, era
súper incomodo y de verdad necesitaba echarme mano ahí pero no podía hacer
nada, no frente a ellos. Lo mejor sería usar a Yunho de barrera para lograr
acomodarme mejor el paquete, porque dudo mucho poder aguantar más rato con la
panty casi violándome.
Lo mejor por ahora sería concentrarme en otra cosa
para olvidarme aunque sea por un momento del escozor en esa zona.
- Ya chicos, no le pareció nada divertido.
- Es el centro de atención, fue inevitable. –Junsu, el
chico que me dio mala espina desde el comienzo, se aproximó hacia mí caminando
algo chulesco. Sí, cómo no. –Más bien creo que lo que le molesta a la señorita
es que tiene miedo de perder a estos cuatro guapos hombres al estar rodeados de
hermosas mujeres ¿verdad?–Pero que estúpido…–El problema es que tú le
perteneces a Yunho, por lo que ahora nosotros tenemos que conseguir nuestras
propias presas porque si nos acercamos a ti, Yunho, nos despedaza vivos que si
no…–Esa mirada que me dio, no me gustó. –Pero no te preocupes nena, que chica
más guapa que tú, no existe.
“PLAFF”
- ¡ YUNHO!
- ¡HEY!–Mi hermano, rápidamente se colocó a un lado
mío y me alejó lo más posible del rubio descarado, poniéndome detrás de él. –
¡¿Qué te pasa?! ¡Con ella no pueden jugar así, se los había advertido! ¡Es mi
novia!– ¿Jugar? Vaya juego. El muy imbécil se atrevió a darme un guantazo en el
glúteo ¡así, como si yo fuera una cualquiera! Todavía no me lo podía creer
¿cómo fue capaz? Lo peor de todo es que esa acción suya, había ocasionado que
yo soltara un grito fuerte por la sorpresa. Sólo esperaba que no se notara la
diferencia de voz entre una chica y un chico. – ¿Estás bien?–Asentí con la
cabeza un tanto avergonzado. Me había dejado en un completo mar de
pensamientos.
Sólo llevaba así pocas horas y ya había pasado un
montón de cosas horribles provenientes de estos tontos. No me imagino lo que
sería ser una mujer por siempre. Ahora comprendía mejor a las chicas al decir
que son mucho mejores que nosotros.
Estoy completamente de acuerdo.
- No la lastimé ¿o sí? No es para tanto…
- ¡Ella no es como las demás chicas! ¿Comprendes? A
ella la respetan. –Gritó Yunho, y Junsu sólo se limitó a escucharlo.
- ¿Y desde cuando acá Yunho se preocupa por una chica
de esa forma? Antes no hacía ningún escándalo por eso.
- Es su novia ¿cómo quieres que actúe?
- Sí, pero antes no hacia ningún escándalo cuando
jugábamos así con sus otras chicas.
- Ya lo escuchaste… ”Ella es diferente” Y se nota ¿que
no la ves?
- Sí, lo noto pero ¿cuál es la diferencia?
- ¿Qué no te has dado cuenta? Observa bien…–Creían que
murmuraban Yoochun y Changmin, pero yo escuchaba perfectamente bien, mientras
Yunho discutía con Junsu. Tragué saliva. – Nuestro querido Yunho, se ha
enamorado. –Ambos chicos voltearon a verme. Yo, quien seguía abrazado a mi
hermano, desvié la mirada.
Se ha enamorado…
- ¿Y bien? Discúlpate con ella. Eso no fue gracioso.
- Vale, tienes razón, tal vez me pasé…– Yunho me tenía sujeto de la cintura en modo
sobreprotector, lo cual agradecí bastante, no soportaría ver a ese tipo tan
cerca de mí de nuevo. – Debbie, no soy bueno en esto pero… perdóname, nena
¿dale?–Enseguida sonrió y me extendió la mano a sabiendas de que yo no emitiría
palabra alguna, quizás con un apretón de manos quedaría todo arreglado y aunque
no quisiera ni perdonarle la existencia, no me quedó otra opción más que
estrechar su mano. Quedamos en paz.
- Ok, ya con todo arreglado, vámonos. –Quedaron de
acuerdo en irnos cada quien en los coches en los que llegamos, así que todos
empezamos a caminar directo hacia nuestros autos.
Lo que agradecí fue que aunque sea por unos minutos,
los que tardaríamos en llegar al lugar, podría estar lejos de ellos, puesto que
los tres se irían en su auto mientras que Yunho y yo en el nuestro.
Una vez dentro…
- Yunho, ¿te puedo hacer una pregunta?
- ¿Qué pasa? –Encendió el auto y enseguida lo puso en
marcha.
- ¿Por qué, Debbie?–Y es que enserio tenía muchísima
curiosidad por saber.
- No es importante. Es un nombre ¿no? Da igual.
- Pero quiero saber… ¿Por qué, Debbie?–Insistí cuando
Yunho dio vuelta en el semáforo.
- ¿No te acuerdas?
- ¿Acordarme de qué?–Suspiró y sonrió.
- Cuando éramos
niños, mamá nos compró dos osos de peluche: uno rosa y otro azul. Yo fui el
primero en escoger así que me quedé con el azul y obviamente tú con el rosa;
pero eso no te molestó. Yo, con mi excelente imaginación infantil, nombre al
mío oso tata. No me preguntes por qué pues ni yo me acuerdo.
- ¿Oso tata? –Alcé una ceja burlona.
- Calla, que tú fuiste más detallado…–Giramos en “U”
por la esquina derecha mientras mi curiosidad por aquella historia irrecordable
me envolvía.
- ¿Cómo lo llamé?
- Más bien como la
llamaste…–Sonrió divertido–Señora osa de Jaejoong ¿Ahora qué
nombre es mejor? –Reí al igual que él. Vaya que fui detallado. –Bien, con el
paso del tiempo Señora
osa de Jaejoong , fue un nombre un poco cansado de repetir así
que lo abreviaste a De Jaejoong, cada vez que
preguntabas por el oso, lo llamabas así, pero no conforme con eso y al decir el
nombre demasiado rápido en cada ocasión, lo cambiaste a Debbie, y así la osa se quedó con ese nombre al igual
que a mí, pero en la mente. Fue el primer nombre que recordé de momento,
parecía que tu chillona voz me lo gritaba de tantos años que estuve
escuchándolo.
En realidad había olvidado por completo a Debbie, no
recuerdo la última vez que la tuve entre mis frágiles brazos, pero sé que me
sentía tan bien con ella.
¿Cuánto tiempo ya había pasado encerrada en el baúl?
- Me alegra que me pusieras así.
- Que bien.
Ya llevábamos más de medio camino, estaba seguro que
no tardaríamos nada en llegar, pero aunque el silencio se había apoderado en el
ambiente, estábamos cómodos aún con el pequeño flashback del inesperado beso
que nos dimos. Nadie mencionó nada.
-Oh, mira Joongie, ¿ves ese lugar? Hemos
llegado…–Volteé hacia la dirección a donde me señaló y en efecto, pude ver un
enorme local. Debo admitir que era muy bonito, estaba infestado de gente y una
enorme cantidad de personas haciendo fila para entrar adornaban el lugar.
Efectivamente, en una enorme pancarta pude leer… “Esta
noche las mujeres entran gratis” Sonreí ante eso. Tomé una fuerte bocanada de
aire antes de entrar al lugar.
(…)
- ¿Ya viste a las mamis de ahí? Presa fácil, ¿no
crees?
- Con las dos y me iría feliz a la cama.
- Nada, que la pechugona me la cojo yo. –Ya llevábamos
como más de una hora en este lugar y a decir verdad, yo sentía como si hubiera
pasado una eternidad. Estábamos sentados en una de “las mejores mesas del
lugar” supongo que se debe a que estos frecuentan tanto aquí que ya hasta se
hicieron amigos del gerente quien fue que los dejó pasar sin hacer fila. Yo…
entré gratis.
Lo peor de todo es que de lo único que hablaban era
sobre a cuantas chicas iban a follarse esta noche, o cual de todas tenía mejor
cuerpo, cual se movía mejor e inclusive comparaban su forma de bailar a como
serían en la cama… ¡Por favor! Fue asqueroso de tan sólo escucharlo y más para
mi vestido de esta forma pues no dejaban de mirarme de una manera vulgar y
sonreírme de la misma manera. Creían que no escuchaba lo que hablaban por lo
alto de la música, pero yo era todo oídos.
Lo que si agradecía era que durante todo el rato que
llevaba disfrazado, nadie se había dado cuenta de mi verdadera identidad ni
mucho menos que soy hombre, por ese lado estaba satisfecho.
- ¿A ti cual te gusta, Yunho? –Que ni se le ocurra
contestar con tonterías porque…
- La que está sentada a mi lado. – ¡Oh! Eso no lo
esperaba, ¡pero claro! Hablaba de Debbie
De pronto, todas las miradas se posaron en mí medio
vacilantes, como si ya sabían lo que contestaría Yunho. Yo en cambio, me
deleité mejor con mirar a mi hermano quien me miraba también. Su sonrisa… Imité
la suya tímidamente.
¿Cómo Yunho podía ser tan encantador a veces? En
definitiva ser Debbie me ayudaba a conocerlo mejor.
- ¿Ya ves, preciosa? Fidelidad segura con Yunho.
¿Quién se apunta?–Yoochun, ya llevaba mas copas que todos los demás, por lo
menos tres arriba de nosotros, a lo que no me extrañó para nada ese
comportamiento tan atolondrado que empezó a apoderarse de él. –En cambio… –se
fijó en Yunho –yo que tú tendría cuidado porque desde que entramos, la
competencia no ha quitado la vista de las tetas de tu chica. – ¿Cómo dijo? Me
crucé de brazos instintivamente, por lo menos para sentirme un poco protegido
ante ahora las nuevas miradas de mis queridos acompañantes. Que incomodo.
Al ver el descontento de Yunho, Yoochun apunto con la
nariz hacia un punto fijo, dándonos a entender que ahí estaba el problemita.
Changmin y Junsu, sólo se limitaron a alzar la vista, pero en cuanto a Yunho y
a mí tuvimos que voltear un poco la cabeza para ver con mayor claridad. En
efecto, eran tres tipos, jóvenes también, pero se notaban un poco más maduros a
comparación con los que yo estaba sentado.
Noté como uno de ellos, descaradamente me hacía señas
bastante obvias para que fuera, a lo que respondí con una cara llena de asco.
¡Qué horror! Como que esto ya se estaba saliendo de control. Tener que soportar
a estos malandrines ya era mucho, ¿ahora tener que lidiar con más? No lo
soportaría.
Yunho, al darse cuenta, se acercó más hacia mí y
enseguida me abrazó efusivamente. Me dio un beso en la mejilla.
¿Pero que era un simple beso en este momento? Con tal
de quitarme a esos tipos de encima, también abracé a Yunho e incluso aunque
dudé, terminé recargando mi cabeza en su hombro. Con eso es obvio que teníamos
una relación, ¿no? Sonreí con tan sólo imaginar el rostro de esos hombres al
ver tan encantadora escena. Lo bueno que Yunho, era el que estaba conmigo, así
no tenía que pasar por todo esto yo solo.
- Pobre de aquel que quiera acercársele.
- Apenas menciono perros y se embravece el lobo.
¿Tanto te jode que te la lleguen a despedazar? – ¿A… qué?
- ¿Y a quien no? Por ese suculento bistec, hasta me
vuelvo caníbal.
- Jamás quiero ni imaginarme en esta situación, ¿yo
enamorado? Por favor…–Todos rieron ante el comentario de Changmin, y por
primera vez en mucho tiempo yo también ¡JA! ¿Ese tipo enamorado de una chica?
Ni siquiera podía tener los ojos fijos en una sola, era algo ilógico de pensar.
Aunque sólo estuviéramos cinco personas en la mesa,
eran más que suficientes para armar un tremendo escándalo. Hablaban entre
todos, inclusive con algunas que otras zorritas que se acercaban de vez en
cuando a la mesa. Había varias interesadas en estos tipos. Prácticamente el
ambiente era apropiado para el lugar. Todo mundo bailaba, reía, gritaba e
incluso besos entre lesbianas y homosexuales hubo, en fin, todo un show.
Yo, mientras tanto, sólo me concentraba en no
arruinarlo todo. Ya me había acostumbrado a mantener esta pose de niña tímida,
por lo que no era nada difícil mantenerme fijo en su conversación. De hecho,
pasé la mayor parte del tiempo enrollándome varios mechones de cabello con los
dedos, un simple tic que fui adoptando, mientras sonreía fingiendo ser parte de
su conversación.
- ¡Hey, Yunho! –Por lo visto Yoochun no pretendía
dejarnos en paz. – Pero qué grosería la tuya, hombre… ¿Por qué eres así con Debbie?
– Yunho frunció el ceño algo confundido al igual que yo.
¿A qué se refería? Ni yo entendía. Lo cierto era que odiaba cuando la atención
se centraba en mí.
- ¿Cómo grosero, de qué hablas?… ¿Te he faltado al
respeto, linda?–Me preguntó Yunho
esperando alguna reacción mía. Negué con la cabeza algo extrañado.
- ¡Que sí lo has hecho, Yunho! La pobre sólo se la
pasa mirando a la muchedumbre saltar ¿y ella qué? No la has sacado a bailar.
Eso es imperdonable, por lo que si no lo haces tú…–El castaño se levantó de su
asiento algo zangoloteado, pero enseguida recuperó la postura. Rápidamente se
acercó a mí y extendió una mano. ¡Maldita sea! ¿Por qué no me tragaba la tierra?
Así sería todo más sencillo. –Vamos a bailar, nena. Yunho, se ha portado
grosero contigo al no ofrecerlo– ¿Bailar yo? Me quedé aturdido tratando de
pensar en cómo negarme, porque obviamente con este tipo no daba ni dos pasos y
ni quería darlos.
Al ver mi quietud, se atrevió a tomarme de la mano y
comenzó a tirar de mí levemente, instándome a ponerme de pie. Sólo pude sonreír
tontamente mientras ponía toda la resistencia posible ¿quien se creía? Enrosqué
mi brazo libre al de Yunho para tomar más fuerza. ¡Tenía que salvarme!
- Que vengas, nena, no te preocupes que Yunho no se
enoja. –Negué con la cabeza ya que mi voz aquí no valía, pero aun ante mi
resistencia pareció no importarle, por lo que hasta el muy descarado se atrevió
a casi tirársele a Yunho para poder tomarme de la cintura e intentar levantarme
de mi asiento. Eso ya no me gustó. Ganas de estamparle un fuerte golpe en la
cara de imbécil que tenía, me sobraban.
- Ya, tranquilo, ¡me la vas a romper!– Yunho me sujetó fuertemente de la cintura, quitando
los vivarachos tentáculos de Yoochun sobre mí. Lo agradecí bastante–No le gusta
bailar.
- ¿Cómo que no le va a gustar bailar? No te puedo
creer eso. Mírala, ese alto y esbelto cuerpecito que tiene se ha de mover como
los dioses –me encogí sobre mi mismo al ver las escaneadas descaradas de sus
dos amiguitos– ¿Es cierto eso, nena?–Asentí con la cabeza dándole la razón a
Yunho. Yoohun abrió los ojos y la boca en modo exagerado, fingiendo estar
sorprendido–Noooo, me estas choreando ¿verdad? Lo más seguro es que no sabes
bailar; pero mira que yo profesor y tu mi alumna, te puedo enseñar muuuuy bien.
–Y de nuevo esa mirada. Me incomodaba bastante cuando me veía de esa forma tan
morbosa. Apreté fuerte el brazo de Yunho suplicando porque entendiera el significado
de ese gesto.
“Sácalo de aquí”
- Que ya dije. Si quieres bailar ¿por qué no te vas a
ligar con alguna de la pista? Aquí no conseguirás nada–Acribilló a mi hermano
con su afilada mirada antes de separarse de mí por completo. Por lo visto el
alcohol ya empezaba a hacer de las suyas, hasta su aliento fue insoportable
para mí.
- No me apetece bailar con ninguna otra más; pero si
ella no baila supongo que yo tampoco lo haré hoy. –Sentenció y se desparramó de
nuevo.
- Ignóralo preciosa, a éste ya se le subió, así es él.
No te preocupes siempre le pasa. –Como si fuera a hacerlo.
- ¡Yo no estoy borracho!
- Nadie dijo que lo estés ¿ves? Tú mismo sacas tus
propias conclusiones.
- Ya mejor cállense los tres y dejen de discutir sobre
lo ebrios que están, mejor disfruten de la noche–ambos asintieron resignados y
como si no hubiera pasado nada, los tres pidieron más cervezas las cuales
bebieron como agua. ¿Pero es que ninguno tenía limite? Yunho se acercó lo
suficiente para poder decirme algo al oído. Ahora no era complicado hablar de
esta forma pues la música estaba tan fuerte que la única manera de hablar con
los demás era tener que gritarse unos a otros. –Oye, si quieres podemos ir a
bailar nosotros dos– ¿Pero de que iba? Reí de tan sólo imaginarlo. ¿Bailar yo?,
ni en un circo. La simple idea me daba pavor y es que aunque no lo parecía, lo
cierto era que bailar era algo que me atormentaba mucho… Me daba vergüenza.
Le di un leve codazo a Yunho mientras me apartaba de
él un poco para acomodarme sobre mi lugar completamente recto y con las piernas
cruzadas, que por cierto, después de todo no fue tan complicado. Yunho sólo
sonrió y se llevó la bebida a los labios.
Ya era media noche y éstos no parecían tener la menor
intención de parar. Todo el rato que había pasado aquí sentado no habían parado
de hablar entre ellos, incluido Yunho. ¿No las chicas son las que cotorrean
más? ¡Error!
Ahora sí, la cabeza la sentía explotar debido a los
fuertes retumbos de las bocinas, era como si estuvieran usando la mía como tambor.
Lo único para lo qué tenía mente era para idealizar un plan de escape, pero lo
mejor que se me ocurría era que Yunho me llevara, pues salir así vestido de
aquí, aunque no quisiera admitirlo me daba terror.
Lo peor de todo es que no había podido abrir la boca
durante un buen rato y eso causaba más aburrimiento en mí de lo que tenía, a
comparación de Yunho quien se mantenía pendiente de la plática, tan animado
como si apenas acabara de llegar. Como yo, él sólo llevaba ingerido una
cerveza, lo suficiente para entretenerse un rato y para no actuar como un
estúpido, exactamente como sus amigos.
- Yunho, ¿podemos
irnos ya? Estoy cansado…–Hice un puchero mientras mi hermano me miraba algo
indeciso, o mejor dicho pensativo. Lo cierto era que parecía no querer irse y
eso no me agradaba. Yo ya había cumplido con su apuesta, ¿cuándo me tocaba a mí descansar?
- Sólo un rato más ¿sí? Te prometo que ya pronto nos
vamos.
- Pero Yunho, estoy muy aburrido…
- No tardaremos, enseguida nos vamos ¿sí?–No me quedó
de otra más que cruzarme de brazos y volver a esperar. Sin nada mejor que
hacer, recargué mi cabeza sobre mis manos, mirando a todo mundo bailar. Me
preguntaba por qué éstos no hacían lo mismo, por lo menos así estaría a solas
con Yunho, me sentiría más cómodo.
Instintivamente empecé a mover las piernas tratando de
engañar a mi vejiga, que sin darme cuenta me empezó a molestar. Genial, lo que
me faltaba. ¿Dónde demonios están los baños? Levanté un poco la cabeza tratando
de ver más o menos entre la multitud de personas, pero era imposible.
- Yunnie, ¿y el baño?
- Está al fondo ¿por qué? ¿Quieres ir?
- Sí.
- ¿No puedes esperar a que lleguemos?
- ¿Ya nos vamos?
- No, pero ya pronto. –Sí como no…
- No aguantaré. Mejor voy de una vez. –Y es que con la
panty me apretaba hasta las ideas. Me levanté de mi asiento tras la mirada de
todos los presentes y enseguida Yunho hizo lo mismo. Antes de que pudiera dar
un paso, me sujetó del brazo evitando cualquier movimiento mío. – ¿Pasa algo?
- ¿Sabes? No creo que sea buena idea.
- ¿Por qué no? –Me intrigaba saber.
- ¿Ya olvidaste cómo vienes vestido? –Tomó un mechón
de mi cabello entre sus dedos, colocándolo frente a mí, recalcando su
argumento.
- Es lo que he tratado pero no, ¿y eso qué?
- ¿A qué baño piensas entrar? Porque vestido así, sólo
puedo pensar en uno.
¡Oh no! Mi cara de horror hablaba por sí sola. De modo
que si quería ir al baño, ¿tenía que entrar al de mujeres? ¡Joder! Eso ya seria
muchísimo, una cosa es disfrazarse de mujer y otra muy distinta es tener que
acoplarse a la vida de una, yo no podía hacer eso.
Tenía que haber otra forma…
- Yo no quiero entrar al baño de mujeres ¡eso ya es
demasiado! Mejor entro al de hombres ¿no?
- Oh, pero por supuesto que no. ¿En qué piensas?
Vestido así sólo serás presa fácil para ebrios vomitando en los baños, si sabes
a lo que me refiero… ¡Pensarían que eres mujer!–Eso no me agradó y ahora hasta
dudé en ir. Tal vez podía aguantarme ¿no? ¡No!–Jaejoong, si quieres ir al baño tendrás
que ir al que ahora te corresponde. –Pataleé algo cabreado. Yunho acertaba como
siempre. Si entraba al baño vestido así con lo borrachos que están todos… no
quería ni pensarlo. ¿La solución?
- Por todo lo que estoy haciendo, estás destinado a
pagarme toda tu vida.
- Yo no soy quien quiere ir al baño.
- Y tampoco soy yo quien anda haciendo apuestas
absurdas –me evadió la mirada algo orgulloso y acojonado, casi como si
estuviera de acuerdo conmigo, pero enseguida el resentimiento se fue de su
rostro y como si nada recuperó la compostura.
- ¿No quieres que te acompañe?
- No, puedo ir solo, gracias –aunque Yunho no estuvo
muy de acuerdo con mi respuesta, al final pareció ceder.
- No te tardes ¿quieres?–Asentí y como relámpago me
dirigí hacia el baño. Antes pude ver a Yunho explicándoles el motivo de mi
partida al ser interrogado por sus acompañantes que al decirles, parecieron
comprender.
Fue difícil caminar teniendo que esquivar a tantas
personas que te manosean, pero al fin de cuentas logré llegar.
“jaejoong, tu puedes hacerlo, no te pongas nervioso y actúa normal”
Respiré profundamente antes de decidirme a entrar,
observando entre reojo tan cerca y tan lejos los baños para hombres, a los que
hoy no podía ingresar. Lo que agradecí fue que no hubiera ni una sola cola
fuera de los baños. Sólo esperaba que estuviera igual por dentro.
Asomé primeramente la cabeza, despacio, con la
esperanza de no encontrar a ninguna intrusa por aquí, aunque bueno, si se
hablaba de intrusos, el que sobraba aquí era yo, pero ya no importaba. Sentí mi
corazón pararse por un segundo al ver mi esperanza desvanecerse.
¡Pero si esto parecía un bazar!
Había mujeres por todos lados, aunque el baño fuera enorme,
con tantas chicas aquí lo sentía chiquito. La mayoría se encontraba frente al
espejo, otras estaban pasándose ropa entre los cubículos, cómo no, con las
puertas medio abiertas… ¡Pero qué imagen! Sentí que me daría algo al no saber
ni por donde mirar. Aquí estaba un poco más silencioso, por lo que se podía
hablar con claridad sin gritar, cosa que por lo visto sabían demasiado bien
pues casi todas hablaban hasta por los codos.
Sin hacer sufrir más a mi pobre vejiga y con falta de
confianza, rápidamente traté de pasar lo más desapercibido y sin levantar la
mirada, me escabullí dentro de uno de los cubículos vacios que se encontraba
más cerca de mí, cerrando apresuradamente como si de ello asegurara mi vida.
- ¡Uff! Lo bueno que ya estoy dentro, lo más difícil
ya pasó. –Con cuidado me levanté el vestido hasta arriba de la cintura,
atorándolo entre mi barbilla y mi cuello para evitar que se resbalara –bien y
ahora…–Cuando estuve a punto de bajarme el apretado y torturador calzón, me
percaté de algo, ¿haría mucho ruido a la hora de orinar? Lo digo porque echar
agua a una distancia considerada hace ruido y bastante, con lo cerrado que
estaba aquí hasta se podría escuchar un simple escupitajo en el váter, no dudo
que “esto” no se escuche, ¿por qué no hablaban con más fuerza? Tal vez así no
oirían, aunque temo decir que el baño parecía estarse vaciando al ya no
escuchar tanta bulla. No se quedarían por siempre aquí, ¿cierto? Pero con
suerte si meo de a poco no se escuchará… ¡Claro que se escuchará! Idéntico a como
si dejaran una llave abierta, muy notorio. – ¡Rayos! ¿Y ahora qué hago?–Sea lo
que sea tenía que pensar pero a la voz de ya. ¿Y si esperaba a que salieran
todas? No estaba seguro de cuánto tiempo podría seguir aguantando, así que eso
no. –Tal vez ya no haya tanta gente…–Con cuidado me asomé por una de las
rendijas de la puerta, pero lo que vi no me gusto nada… ¡Esto estaba repleto de
chicas! ¿No algunas ya se habían ido? Claro que llegaron más, a esa pelinegra
no la vi cuando entré. ¡Demonios!
Tenía una opción en la mente pero no quería
reconocerla ni mucho menos aceptarla. Lo único que me faltaría para representar
excelente el roll de chica. Mi salvación más rápida que se me pudo ocurrir.
- Nonono… no puedo creer que vaya a hacer estoooo…–Sin
tener otra sugerencia mejor a la mano y sintiendo mi vejiga estrujarse cada vez
más, me bajé rápidamente los calzones y sin pensármelo dos veces, me senté en
el retrete. Eso sí, antes lo limpié un poco aunque por lo menos era mucho más
higiénico que el de los hombres.
Antes de sentarme, incluso cerré los ojos como si así
fuera menos bochornoso. ¿Qué tiene? Total, nadie me veía, por lo que este
suceso no iba a salir de aquí.
Tratando de relajarme, comencé a orinar pausadamente.
- Jaejoong, no pasa nada, tranquilízate…–No podía
creer que me estuviera pasando esto. Me sentía completamente humillado. ¡Si
alguien se enterara!… Ni Dios lo mande.
La meada fue silenciosa. Por lo menos esta opción
desagradable funcionó. Apenas terminé, me levanté enseguida y me subí de nuevo
la incómoda ropa sin pensarlo, para después acomodarme el vestido antes de
salir, no sin antes bajarle al baño.
Salí cautelosamente
del cubículo completamente rojo de vergüenza, aunque nadie se había dado
cuenta, yo sabía lo que había hecho y eso me desgraciaba. Pero al no ver
ninguna fea reacción hacia mí, me dirigí más confiado hacia los lavamanos. Casi
todos estaban ocupados, pero logré ver uno vacio. Me lavé las manos mientras me
miraba al espejo; enserio que parecía una chica, debo admitirlo. Me alivié un poco. A un lado mío se
encontraba una muchachita vestida de rojo y el cabello rubio amarrado en una
coleta algo despeinada, debía tener como unos dieciocho años si no es que más.
Vi con atención cómo se estaba retocando el maquillaje, primero las pestañas y
luego siguió colocando un poco de polvo en su nariz, incluido en las mejillas.
Eché un pequeño vistazo a mi alrededor y me di cuenta que todas hacían lo
mismo. Ahora entendía por qué se tardaban tanto en el baño.
Me enfoqué en mi reflejo una vez más, clavándome
fijamente en mi rostro. En cuanto a mis ojos, aún lucían perfectos, la piel de
mi cara ya empezaba a verse un poco grasa, quizá por el bochorno del lugar y
qué decir de mis labios, ese color rojizo con el que había llegado, había
desaparecido por completo. ¿Por qué no había traído yo mi propio neceser? Hasta
ya los tenía partidos de tanto relamerlos.
Miré de reojo una vez más a la chica que estaba a un
lado mío e instintivamente miré sus cosméticos; ella si tenía brillo labial,
con eso me conformaba, ¿pero cómo conseguirlo? Quizá si se lo pido me lo
preste. ¡Oh, por dios! ¿Qué me estaba pasando? Se supone que no debía
preocuparme por algo así. Aunque bueno, debo admitir que de eso aun siendo
hombre me preocupo. Yo me maquillo y me gusta verme bien, con ser chica no era
diferente pero aun así no confiaba en pedir nada. ¿Pero y si Yunho me veía feo
o desarreglado? Tampoco quería que me viera así.
¿Entonces qué hago?
- Amiga… ¿necesitas algo?–No me había fijado que aún
la seguía mirando o más bien, sus pertenencias. ¡Pero es que hasta tenía la
marca que yo uso! Rápidamente la miré, me sonreía con normalidad, nada fuera de
lo común.
- Eeemh…yo…– ¿Y ahora que le decía?
- ¿Quieres que te preste algo?–La vista se me desvió
de nuevo hacia sus cosméticos, mirando el labial que necesitaba de urgencia. La
chica, al ver mi obviedad, sonrió y tomó el brillo. – ¿Quieres usarlo? –No me
lo esperaba, pero sí, ¡sí quería usarlo!
- Eeehh…S-sí. Por favor…–La pena que tenía que pasar
con tal de que Yunho no me vea con mala cara. Tosí un par de veces. La voz aún
se me notaba grave, se me era casi imposible agudizarla por lo que tenía que
hablar un poco más bajo que ella.
- Toma. –Le tendí la mano y me lo dio en la palma muy
amable.
- Gracias. –Enserio que llegué a pensar que me
mandaría por un tubo, que lindo de su parte.
Ella continúo polveándose la nariz mientras que yo me
entretuve colocándome el brillo en los labios. Perfectos. Cuando terminé lo
sostuve en la mano, esperando a que ella terminara con lo suyo para poder
dárselo. Cuando por fin me miró se lo di.
- ¿Quieres un poco de polvo?
- Mmmh ¿no te molesta que lo use?–Pregunté algo
sorprendido ante su generosa oferta y mi efusiva respuesta.
- Para nada, es más, tengo otra esponjita sin usar, ya
sabes, para prevenir eso de los granos en la cara por compartir cosas. –Asentí
y sonreí por el detalle. Era muy linda esta niña. –Aquí tienes.
- Eres muy amable –tomé un poco de polvo y me esparcí
una pequeña cantidad por las mejillas, la frente y por encima de la nariz,
desapareciendo todo el brillo de mi piel. Obtuve un mejor aspecto. –Muchas
gracias.
- Nena, estás ronca ¿verdad? – ¡Coño! ¿Ya lo había
notado? En definitiva era un asco para hablar hoy, a lo que de nuevo asentí.
–No te preocupes…–Comenzó a guardar todos sus chunches, observándola en
silencio–…Yo tengo un buen remedio. Ahora que salgas del baño, tómate un buen
trago de tequila con limón y sal, y veras como se te quita el malestar de
inmediato, te lo aseguro.
- Oh, eso haré. Gracias.
- Descuida. Oye, fue un gusto hablar contigo… ¿Cómo te
llamas?
- Debbie.
- Mucho gusto, Debbie, soy Katia.
- Coff… coff… un gusto. –No, en definitiva lo agudo no
me salía ¡Parecía un travesti!
- Bueno, tengo que irme, me están esperando.
Diviértete mucho esta noche y no dejes que esa ronquera te impida hacerlo.
¡Disfruta la noche!–Y salió del baño.
Divertirme, eh. Me quedé pensando. ¿Por qué no podía
divertirme hoy? ¿Quién lo impedía? ¡Nadie! No sólo por estar vestido de esta
forma ya me iba a arruinar toda la noche, a fin de cuentas ya me estaba
acostumbrando.
¿Acaso Yunho era el único que podía pasarla bien? Por
supuesto que no. Yo también tenía derecho a distraerme un rato e iba a hacerlo.
Después de todo soy joven y la noche también.
Salí del baño más animado que cuando entré. De nuevo
la música se apoderó de mis oídos pero en esta ocasión en vez de despreciarla,
decidí recibirla con gusto, meneando la cabeza hacia ambos lados conforme a la
música e ir jugando con la peluca, sacudiéndola coquetamente mientras saltaba al
escabullirme entre la multitud. Unos de los meseros de aquella discoteca pasó
por mi lado y yo sin dudarlo tomé una copa de la bandeja que tenía alzando, me
la llevé a los labios y continúe saltando alegremente, procurando que el
vestido no se me alzara de más.
Durante mí recorrido varios hombres trataron de
colarse frente a mí para “bailar conmigo” pero yo sin ser grosero les sonreía y
me desviaba de su camino hasta que logré visualizar la mesa de mi hermano y
claro, a mi hermano. Yunho, estaba parado, mirando hacia ambos lados algo
nervioso, hasta que me vio. Con su cara de pocos amigos, me tomó fuerte del
brazo cuando me acerqué y enseguida me apartó un poco de sus amigos.
- ¡Joder, Jaejoong! Ya te habías tardado bastante
¿dónde estabas? Me preocupé. Estuve a punto de irte a buscar. ¿Por qué la
demora?
- No es nada sencillo ir al baño en este estado,
entiéndelo. –Me solté y bebí hasta el fondo toda la copa.
- ¿De dónde tomaste eso?
- De un camarero. Tenia sed –le di la copa vacía y él
algo enfurruñado la dejó en la mesa.
- Entiendo. Oye, si quieres podemos irnos ya ¿vale?
Estos ya están más para atrás que nada.
- ¿Y a mí qué? Yo quiero quedarme, todavía es
temprano. –El careto que puso Yunho, dijo mucho. Se le notaba bastante
sorprendido por mi respuesta y no era para menos. Seguro pensó que con gusto me
largaría de aquí, y quizá sí lo habría hecho antes, pero ahora era mi turno de
divertirme.
- ¿Quieres seguir aquí?
- Sí. Yunniee, quiero otra bebida.
- Te acabas de tomar una, ya es suficiente ¿no
crees?–Me acomodó un poco la peluca, escondiendo un verdadero cabello mío por
debajo de ésta.
- Sólo será un trago más, anda ¿sí?–Se le notaba
angustiado, al parecer la idea no le había gustado en lo más mínimo, pero ni
modo, no había nada que él pudiera hacer para impedirlo. De alguna manera algo
de quedarme más tiempo aquí era porque sabía que él estaría conmigo, y yo como
su novia.
- ¿Qué quiere la nena?–Yoochun, se aproximó más para
tratar de escuchar lo que estaba diciéndole a Yunho, y sin importarme un comino
ya lo que pensara, esta vez fui yo quien contestó a su pregunta.
- ¡Quiero otra bebida!–Tuve que alzar un poco la voz
debido al ruido de la música, claro que aún tratando de fingirla pero para lo
bueno que soy; pero fue suficiente para que Yoochun pudiera escucharme. Ya no
me importaba si notaba algo raro en mi voz, a fin de cuentas ¿se supone que
estoy ronca, no? Para nada me agradaba la cara de Yunho, por eso traté de
evitarla al hablar. Juro que me podía asesinar con su simple y penetrante
mirada. El Castaño, abrió los ojos expresivo, pero fue lo único que hizo ante
mi valentía de pronunciar palabra.
- Woooooh, eso es todo. Pide lo que quieras, nena. Es
más, yo mismo te la traigo. –Se encaminó directamente hacia la barra mientras
yo esperaba.
- ¿Qué? ¿Ya no te preocupa que te escuchen hablar?
- No, la música la distorsiona un poco, no te
preocupes. –Frunció la boca. Parecía algo inquieto, como si quisiera decirme
algo, pero no lo hizo. Cinco minutos después, Yoochun llegó junto con mi bebida
en mano.
- Aquí tienes, preciosa. –Alcé la copa y le sonreí
para agradecerle. Enseguida me llevé todo el trago a la boca y lo bebí como si
se tratase de agua, lo cierto es que después de la meada, estaba algo sediento.
–Wow, muy bien Debbie, te lo has tomado hasta el fondo. –Alzó la mano con la
palma extendida, instándome a que chocara la mía con la suya y simplemente le
seguí la corriente. –Genial, ¿quieres que te traiga otra?
- ¡No, ella ya no va a tomar más!–Por el tono de voz
de Yunho, pude notar que feliz no estaba. Yo no estaba haciendo nada malo ¿qué
acaso no era lo que esperaba que hiciera? Me acerqué a Yunho, lo suficiente
como para parame frente a él y tomarlo de la cintura de apoyo al hablarle al
oído. Simple impulso.
- ¿Por qué te enojas? ¿No desde un inicio querías que
me divirtiera? Estoy tratando de hacerlo por ti, porque ya me cansé de ser un
aguafiestas. Me cansé de arruinarte y arruinarme la noche, porque aunque sea
difícil y no sea verdad, quiero esforzarme para quedar como la mejor novia que
has tenido frente a tus amigos. Quiero ayudarte y no quiero que pierdas la
apuesta. Porque no entiendo el impulso qu-que me incita a querer seguir jugando
a esto…–Mi voz inesperadamente comenzó a quebrarse cuando un nudo se atravesó
por mi garganta mientras me aferraba con más fuerza a Yunho. De un momento a
otro, mi conciencia había decidido dejar hablar al Jaejoong que sí era
valiente, el que sí se atrevía a ver con la verdad y aunque fuera difícil, a no
engañarse más. Y vaya, el valiente estaba vestido de chica. ¡El maldito alcohol
quizá!–…Q-quiero quedarme porque en casa sólo podemos ser hermanos y…y… ¡no
sabes cuánto lo detesto!
Oooh sí, lo que antes no podía ver, ahora lo había
aclarado. El por qué de mi nerviosismo al tenerlo cerca, cuando me toca, cuando
me sonríe o me habla. El por qué de todas mis reacciones tensas al verlo
solamente o al celarlo cuando habla con chicas… ¿Por qué él? Algo dentro de mí
latió con fuerza…
¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum, bum! ¡Bum,
bum! ¡Bum, bum!
¿Por qué apenas lo descubrí? ¿Por qué no pude
prevenirlo antes? Fácil: porque no quería. Amaba demasiado a mi hermano, y no
del modo adecuado. Lo peor es que aún sabiéndolo, ahora no me desagradaba del
todo; pero no podía soportarlo. De alguna forma me sentía patético.
Antes de que pudiera reaccionar, me separé
violentamente de él. Parpadeé varias veces para que lo húmedo de mis ojos se
desvaneciera y no me avergonzara más de lo que ya estaba. Yunho, no dejaba de
mirarme, casi me sentía succionado por esos dos ojos pardoa que aparentaban ser
agujeros negros dispuestos a tragarse todo lo que había dicho. Por su reacción
incongruente y asustada, supe rápidamente una cosa: había metido la pata hasta
el fondo por haber hablado de más.
Me di la vuelta con la respiración a mil y directamente
mi atención se centró en la barra. Comencé a caminar ignorando al ebrio de
Yoochun y a mi hermano, según…
- ¡Ja…! este… ¡Debbie! ¡Espera! ¿A dónde vas?
- Voy por un trago. –O dos, tres…–Ahora vuelvo.
- Te acompaño. –Me detuve sin voltearme.
- No es necesario, Yunho. Mejor encárgate de que
ninguno de tus amigos me siga ¿sí? ya regreso.
- Quiero hablar contigo, por favor –cerré los ojos
con fuerza.
- Necesito despejarme un poco. Te aseguro, no tardó.
–Yunho pareció muy poco convencido ya que no escuché una sola palabra más de su
boca.
Ejercí de nuevo el paso, tratando de no chocar con
alguien en el camino. O era yo o todas las personas comenzaron a balancearse de
lado a lado, hasta el piso parecía moverse; no, yo era el mareado. Pero a decir
verdad, moría de ganas por tomar otro trago. ¿Qué había hecho? O lo peor, ¿qué
había descubierto? Ahora prefería haberme quedado en la negatividad, ahora me
sentía muy mal, tenía ganas hasta de llorar. De todas las personas de las que
pude haberme enamorado… ¿Por qué Yunho?
De inmediato me sujeté de la barra. Podía notar las
luces moviéndose a sus anchas por todo el lugar pero a una velocidad raramente
vista, comencé a carcajearme. Parecían luciérnagas que huían a toda marcha de
insecticidas, me mareaban. Estaba empezando a sudar y la vista me daba
vueeeeltas ¿o era la pista la que se movía? Cuando me senté todo se volvió más
tranquilo, aunque las personas seguían moviéndose de un lado a otro, ¿qué la
música cambió que todos comenzaron a bailar baladas?, sacudí la cabeza. No
pensaba tardarme aquí, sólo quería despejarme y beber algo un ratito.
por fin se dio cuenta de lo que siente o mejor dicho lo admitio a viva voz,,, todo lo que tuvo que pasar ser mujer no es facil hahahh,,,, gracias estaba interesante
ResponderEliminarel yoosumin si son terribles jajaja este min se paso chupando la mano de jae y jae en el baño meando jajaja sentadito si q me hizo reir, no puedo creer q se atreviera a beber,hablar y declarar q le agradaba estar ahi por q en casa son solo hermanos. kyaaaaa
ResponderEliminarooooooooooooooooooo esto se esta poniendo muy bueno.....
ResponderEliminarSiguelooo ! Me quedé con ganas , esta buenísimo!! No tardes, no seas cruel :'(
ResponderEliminarhahahahahaahhahahahahahaha muy bueno! siguelooooooo
ResponderEliminardios bendito que noche mas loca, esos amigos de yunho son mas pervertidos que ni mandados hacer, luego luego vieron a la novia de yunho y le quisieron meter mano...jajajajaja
ResponderEliminary me encanta que jae ya se dio cuenta que ha estado enamorado de su hermanooo...ay que emoción esto se pone bueno...
gracias por la actualizacion
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaw este jae por fin se dio cuenta que esta enamorado de yunho pero yunho también lo ama y que ara cuando este muy borracho jae se destapara aun mas ahhhhhhhhhhh ya quiero el siguiente capitulo espero y actualices pronto te tardaste mucho por eso no tardes en subir el que sigue si por fis gracias bye bye
ResponderEliminarHay Dios esto me dejo en ascuas que pasara ahora y si se desmaya y se dan cuenta Yunho porfa no quietes los de encima de Debijae xfa para que no hagan el ridiculo ninguno de los dos.Muy interesante me sentia como Jae asustada y tensa gracias por actualizar y compartir pero no tardes tanto xfa
ResponderEliminarTiene cierto toque de gracia que en ciertas ocasiones se olvida que su amor es un poco imposible por el hecho de compartir la misma sangre, y espero que la cosas se aclaren entre ambos porque se quieren y lo dificil va a a ser aceptarlo y consumar su amor, esta muy bueno este fic.
ResponderEliminarpor fa amiga no nos tortures tanto por que no lo actualizas mas seguido claro si puedes ,tienes el tiempo oooooooooooooh quieres por lo menos mínimo una bes por semana si por mi fuera lo quisiera uno diario pero no se como estas tu de tiempo ooooooh si lo tienes ya traducido o no pido mucho lo se pero es que esta bueniiiiiiiiiiiiiiiiiisimoooooooooooooooooooo y tardas mucho en poner otro y eso es desesperante para mi y creo que para algunas otras que siguen la historia bueno espero y si puedas ponerlo un poco mas seguido me voy cuídate mucho espero leerte pronto BYE BYE POR FA NO TE ENFADES CON MIGO BAY
ResponderEliminaroh por dios oh por dios¡¡ JAEJOONG tambien esta enamorado de su hermano¡¡ osea que ambos se gustan¡¡ hermos hermoso¡¡ awww en verdad que yunie es un amor con patas con JJ aunque JJ casi no se de cuenta muero por saber que pasara el en siguiente cap¡¡¡
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